Coleccionista de recuerdos

Description

Hace tiempo escribí esta historia pero luego decidí adaptarla al grupo B1A4.

Es mi primera historia que publico aquí, así que espero les guste :)

Es un oneshot de Sandeul+Baro= Badeul

Foreword

...

Esperaba mi taza de cappuccino y mi pedazo de chocoflan sentado junto a la ventana. Llovía con intensidad, la gente corría en busca de refugio. Un automóvil color carmín pasó a gran velocidad junto a una señora que caminaba por la acera. Le empapó el vestido azul que portaba. Lanzó unas cuantas palabras que se desvanecieron con el fuerte viento que soplaba al compás de la versión femenina de “Can´t take my eyes off of you” que se escuchaba dentro del lugar donde me encontraba.

Se acercó la joven camarera con la orden que había pedido y con una sonrisa me pidió que lo disfrutara. Le agradecí del mismo modo y tomando mi cuchara le di el primer bocado. Mi paladar no podía estar más agradecido, hacia tiempo que no saboreaba de un rico postre. Por primera vez visitaba este café. Un compañero del trabajo me lo había recomendado. Era pequeño pero muy confortable. El ambiente cálido, el olor a café recién hecho, la dulzura de los pastelillos y la música. Todo era perfecto.

Contemplaba los cuadros de Monet colgados en la pared cuando entró un joven envuelto en un abrigo y empapado de pies a cabeza. Traía un portafolio bajo sus brazos que protegía con fuerza. Buscaba un sitio para sentarse y se sorprendió al verme.

- ¿Te molesto si me siento aquí? Al parecer ya no hay lugar.

Miré a mi alrededor y comprobé que en efecto el café estaba lleno.

- No, en absoluto.

- Gracias.- dijo satisfactoriamente.

Se acomodó frente a mí, puso su portafolios sobre la mesa y sacó con cuidado el contenido. Eran dibujos a lápiz, otros a tinta y unos más con carboncillo. Algunos se habían estropeado con la lluvia, otros se mantuvieron intactos lo cual provocó un suspiro de alivio al joven. Observaba la escena con gran interés en sus obras y me atreví a preguntarle si era acaso un dibujante profesional. Se detuvo un instante y lanzó una carcajada.

- ¡No, qué va! Soy estudiante de la Escuela de Artes XX y estos son algunos de mis bocetos, pero desafortunadamente me cayó un aguacero en el camino.

- ¿Te refieres a que sólo son garabatos?-pregunté sorprendido- ¡Pero si son muy buenos!

- Gracias, lástima que mi maestro no opine lo mismo.

- ¿Has dibujado... desnudos?- pregunté en voz baja.

- Sí, una vez. A decir verdad, prefiero dibujar escenas de la vida cotidiana. En ocasiones me siento en una banca del parque y contemplo a mi alrededor. Personas en traje y corbata disfrutando de su descanso, niños jugando y corriendo por el césped, una pareja tomándose de las manos, un perro paseado por su dueño, una anciana alimentando a las palomas…¿Comprendes?

Asentí. Entendía completamente lo que estaba diciendo. No había necesidad de explicarme aquella sensación porque lo conocía. Hacía lo mismo que él, pero mi herramienta no era un lápiz o un trozo de carbón, sino una cámara fotográfica. Nunca salía a la calle sin ella. Era parte de mi ser, yo le llamo “caja de los recuerdos” porque guarda todos aquellos momentos que uno no quiere olvidar jamás. Los dos éramos coleccionistas de recuerdos…

--- ♦0♦ ---

Volvía del trabajo, me habían dado el resto del día.

”¿Por qué no descansas un poco? Te ves pálido” me había dicho Jinyoung.

Bolsas negras rodeaban mis ojos reflejando mi cansancio. Últimamente no había dormido bien. Algo ocupaba mi pensamiento por las noches que me impedía descansar. Hacía semanas que no lo veía. Aquel joven de cabellos multicolor como algodón de azúcar y con su portafolio bajo el brazo había desaparecido. Como una ilusión, un recuerdo, una hoja en el aire de otoño.

Abrí la puerta de la habitación. Estaba oscuro. Busqué con mis fríos dedos el interruptor de luz en la pared. Arrojé mi mochila en la cama. Me quité los zapatos y entré al baño. El agua del lavabo corría mientras empapaba mi cara. Me miré al espejo. Jinyoung tenía razón. Mi rostro estaba casi demacrado. Cerré la llave y salí del baño.

Mientras me servía leche en un vaso, Nana se me acercó. La aparté con cariño y también le serví un poco en su plato. En agradecimiento me ronroneó. Me senté en el sillón amarillo de la sala. Recliné mi cabeza. El abanico daba vueltas lentamente. El tick-tack del reloj parecía conciliar mi sueño. Mis párpados pesaban y por más que intentaba me era imposible luchar contra la fuerza de la gravedad…

Desperté sobresaltado después de haber soñado algo que parecía una premonición. Me dirigí a mi habitación. Busqué debajo de la cama una pequeña caja rodeada de un listón azul. Lo deshice para ver su interior. Contenía fotografías. Busqué aquellas tomadas en el parque, eran muchas. Miré cada una de ellas buscando algo.

Ahí estaba, sentado en una banca cerca de la fuente. Con un cuaderno de dibujo sobre sus rodillas y apuntando con su lápiz entrecerrando un ojo.

Vi otra fotografía, de nuevo aparecía en ella. Cabizbajo, enfocándose en lo que mejor sabía hacer: dibujar.

En todas estaban él o parte de él.

En medio de la habitación, rodeado de recuerdos, derramé un par de lágrimas. Me dolía el pecho. No estaba enfermo, sino ENAMORADO. ¿Desde cuándo comencé a sentir esto? ¿Desde aquella vez que entraste al café? ¿O cuando te sentaste frente a mí? ¿Cuando me mostraste tus extraordinarios bocetos?

No.

Estoy seguro que fue cuando la lente de mi cámara se posó en ti por primera vez.

Comments

You must be logged in to comment
sb__ds
#1
Lastima que solo es un one shoot, me hubiese encantado que este par terminaran juntos después de pasar por una serie de problemas, no obstante es hermoso, aún cuando me provocaste una sensación de vacío.
JungWooLee
#2
Hace tiempo leí esta pequeña historia, en realidad me gusto mucho y pensé que tal vez le daría alguna continuación porque en realidad es muy bueno, sería genial saber que pasará despues... eh bueno me encanto ~