Nuevo Comienzo

One Shot Comeback

El olor a hot cakes se colaba por sus fosas nasales ya que el lugar estaba lleno de ese delicioso olor así que abrió los ojos para recordar que estaba en un nuevo hogar caminó hacia el pasillo bajando las escaleras donde poco a poco el sonido de la música se lograba escuchar al llegar a su destino encontró a un alegre pelinegro con delantal color rosa preparando el desayuno ahora entendía porque le decían príncipe no podía creer que estuviera tan perfectamente arreglado y que la mesa lucieran platillos tan exquisitos.

—Buenos días, Zico. —Saludaba cordialmente volteando un hot cake. —¿Cómo pasaste la noche?

—Bien, gracias. —Contestaba apenado. —¿Quieres que te ayude?

—Ya mero termino. —Comentaba pensando. —Ya sé mejor porque no vas a despertar a los chicos.

El peliplateado asintió y retorno por el camino que había llegado la primera puerta que toco fue la que se encontraba frente a la suya toco suavemente pero no obtuvo respuesta así que giro la perilla verificando que estaba abierto por lo que decidió pasar, la habitación era bastante amplia y estaba completamente arreglada solo algo de ropa regada en el piso, al fondo se podía ver un pequeña plataforma de baile y un enorme tocador donde varios espejos estaban delicadamente colocados era un lugar muy confortable y el dulce aroma a la colonia de HimChan inundaba el sitio, en la cama encontró a un semidesnudo JongUp que dormía con una sonrisa en los labios.

—JongUp es momento de despertar. —Le hablaba tocado su hombro. —El desayuno está listo.

El mencionado abrió los ojos con pesadez para fijar su mirada en el intruso volvió a sonreír y agradeció con la cabeza. Zico al ver terminada su misión continuo con la siguiente habitación repitiendo el proceso al entrar al cuarto que era del mismo tamaño que el anterior pero estaba pintado con colores muy alegres el tocador estaba lleno de cajas que contenían muchas joyas como anillos, aretes, cadenas y un gran número de gorros/boinas/gorras pero lo que llamo su atención fueron dos lentes que estaban acomodados tiernamente formando una pareja había un pequeño karaoke con muchas canciones de varios cantantes pero todos eran baladas románticas un poco más al centro un escritorio con dos sillas una en cada lado la mesa también parecía estar dividida en un lado perfectamente ordenado y limpio mientras que el otro había rastros de comida y era un total caos. Caminó hacia la cama donde un tranquilo YoungJae dormía, si despierto era bello dormido parecía un ángel, delineo la forma de su rostro con tranquilidad para después susurrarle al oído “Despierta bello durmiente”  pero no hubo respuesta, toco su hombro pero no sufrió efecto así que algo hastiado lo sacudió pero no tampoco funciono.

—YoungJae levántate. —Grito ya molesto pero el mencionado seguía dormido. —Rayos si quieres sigue durmiendo.

Zico salía del lugar refunfuñando pero su cara cambio al ver la puerta de donde había salido una noche anterior Zelo esta vez no toco sino que entro cautelosamente, la habitación era más grande que las anteriores ya que tenía un escritorio donde había algunos instrumentos musicales (guitarra, teclado, sintetizador, etc) a un lado estaba un mueble donde varias patinetas colgaban en el tocador también estaba lleno de accesorios pero no eran tan elegantes como los de YoungJae sino un poco más excéntricos, gorras, bandanas, lentes, paliacates, etc.  También un pequeño librero adornaba el sitio pero lo que llamo más su atención fue la pintura que colgaba en una de las paredes eran dos mujeres idénticas pintadas una con el corazón de fuera y la otra normal (Las dos fridas de Frida Kahlo) se le hizo muy extraño el cuadro pero debería tener un significado muy importante para ocupar tanto espacio, pero su mirada se fijó en el maknae quien dormía plácidamente, su blanca piel contrastaba con las sabanas color azul, una sonrisa tonta apareció en el rostro del mayor al ver que las sabanas tenían tiggers pintadas “Que tierno” pensó para continuar deleitándose con esa belleza, Jae despertaba sus bajas pasiones pero ese peliazul despertaba algo más cálido en su corazón.

—Zelo despierta. — Hablo cálidamente. —Es momento de abrir los ojos.

El mencionado hizo un gesto tratándose de esconder en los peluches que estaban regados en la cama pero al escuchar esa voz abrió los ojos cálidamente pensando que era su hyung quien lo despertaba al ver su error se asustó.

—Los siento. —Se disculpó. —La puerta estaba abierta y HimChan dice que bajes a desayunar.

—No te preocupes. —Contestó. —Ya bajó.

La pareja llegó a la cocina algo incomoda ya que el menor no le gustaba estar cerca del nuevo inquilino después de lo que había visto anoche le desagradaba, Moon se encontraba solo en boxers  con una camiseta sin mangas acomodando los platos mientras que HimChan terminaba de acomodar los platillos.

—Lo siento pero no logre despertar a YoungJae. —Comentaba apenado.

—Hubiera sido un milagro si lo lograbas. —Hablo una voz profunda a su espalda. —Dae ve a despertar al perezoso ya que el rico desayuno que nos preparó HimChanie se va enfriar.

Bang acababa de llegar a casa acompañado por un adormilado DaeHyun quien subió rápidamente por las escaleras al escuchar la petición, Zelo corrió a recibir al líder quien solo le despeino el cabello tomo asiento al frente de la mesa mientras que su pequeño acompañante se sentaba a su lado derecho, Moon, Zico y el pelinegro también tomaron asiento después de varios minutos DaeHyun llegaba cargando a un sonriente YoungJae.  Zico se sentía algo incómodo ya que todos comenzaban hablar de varios temas o a decir bromas que él no lograba comprender así que solo asentía.

—Espero te hayas disculpado con Zico por tu actitud de ayer. —Cuestionaba al más joven. —Él es un amigo muy valioso.

—Sí, ayer me disculpe ¿Verdad? —Se defendía a señalando al mencionado. —Prometo no hacer más berrinches.

Bang le dedico una cálida sonrisa para entrevistar al nuevo visitante, todos parecían muy interesados, al termino del desayuno cuando el líder estaba a punto de irse a su habitación Zico detuvo su huida.

—Quiero unirme a tu equipo. —Hablo pausadamente ante el asombro de todos. —Por eso vine a Corea, yo también quiero volverme fuerte para ser un buen líder de Block B. Por favor enséñame.

—Está bien. Me salvaste la vida y juré saldar mi cuenta. —Contesto mirándolo a la cara. —Pero debes entender que esta es mi familia, ellos siempre estarán por encima de cualquier persona y que nunca perdono una traición.

Bang se retiró a su habitación para que después los integrantes le dieran la bienvenida entre abrazos al nuevo miembro de B.A.P aunque DaeHyun aún lo seguía mirando con desconfianza le dio la mano ante la cara de alegría de YoungJae quien no pudo abrazarlo por qué Dae se lo cargo llevándoselo a su habitación.

—Bueno en un par de horas nos vemos para que nos acompañes a hacer unos encargos. —Decía el pelinegro. —Hay un baño en este piso antes de subir las escaleras por si quieres ducharte.

HimChan subió por las escaleras mientras dos maknaes lo cargaban en forma de juego, Zico fue a su habitación estaba algo frustrado ya que había perdido su maleta y no traía un cambio de ropa hasta que un peliazul tocaba la puerta.

—Hola otra vez. —Comentaba con una sonrisa. —Bang te manda esta ropa, la compro en la mañana y nuevamente una disculpa por mis groserías de ayer, la verdad solo estaba teniendo un berrinche.

—Gracias. —Replico algo embobado. —No te preocupes todos tenemos un mal día.

Bang estaba escondido entre las sabanas de su habitación con la cabeza hundida en las almohadas había sido una noche muy cansada, el dulce olor al maknae estaba impregnado en toda la cama así que sonrío con inocencia, ese pequeño era su gran tesoro, siempre se arrepentiría de haberlo unido a ese mundo pero desde que lo conoció fue inevitable estar lejos de él, sintió como alguien se iba metiendo lentamente a la cama y al voltear su rostro se encontró con esa dulce mirada que llenaba de luz cualquier rincón sombrío, estiro su mano para acariciar una de sus mejillas para después pellizcarlas a lo que el peliazul inflo los cachetes, el mayor volvió a esconderse entre las almohadas mientras su cabello era acariciado con calma.

—¿Cómo estuvo el trabajo? —Pregunto detenidamente el menor. —Tardaron mucho en regresar.

El silencio inundo el lugar ya que no hubo respuesta por parte de su compañero, Zelo se recostó sobre el líder colocando su cabeza en su hombro mientras continuaba acariciando su cabello, Bang usaba una camiseta corta sin mangas así que el más joven fue delineando los músculos de su espalda recorriendo con lentitud sus fuertes brazos, besó el tatuaje con ternura.

—Todo salió bien al final. —Contesto fríamente. —Algunas complicaciones pero alcanzamos nuestro objetivo, no te preocupes.

Se giró para quedar de frente con su amante colocándolo encima de él, sus caderas estaban peligrosamente cerca que el calor se comenzó acumular pero el peliazul al ver la cara de su compañero hizo que  pasión escapará de su cuerpo, en ese momento lo necesitaba, acaricio aquel varonil rostro, para comenzar a besar sus ojos, sus cejas, sus mejillas.

—Te amo. —Hablo pegado a sus labios. —Te amo, no me importa nada de tu pasado, no me importa que tus manos estén manchadas, yo las limpiare por ti las veces que sean necesarias.

Tomo una de sus manos para besarlas, ante el gesto el mayor se sentó mientras que el maknae continuaba sobre él después coloco su cabeza sobre su pecho, Zelo lo guardo entre sus brazos, en ese momento lo necesitaba más que nuca, él era su único refugio, la única persona capaz de comprenderlo, de amarlo, de perdonarlo, de esperarlo. Bang no dijo nada solo lo abrazo pegándolo más a su cuerpo, necesitaba de su inocencia para limpiar toda la suciedad que había en su cuerpo, en su mente, en su piel, lo necesitaba para seguir sobreviviendo.

—No me arrepiento de nada. —Volvió a decir. —Haré lo posible porque nuestra familia sobreviva, nadie los lastimará mientras yo sea su líder.  

Zelo lo miro a los ojos para después besarlo con hambre, amaba a ese hombre, dejó todo para estar a su lado, era su mejor amigo, su compañero, su líder, su ídolo, era todo para él. Claro que tenía miedo a perderlo que un día saliera por esa puerta y que jamás volviera ese era su más grande temor, pero todos estaban metidos en esto, todos corrían peligro, era simple la regla matar o ser asesinado, era una guerra de supervivencia que estaban dispuestos a ganar, eran una familia, un equipo. Se volvieron a besar para despertar la pasión dormida era momento de recordar que se tenían el uno al otro.

HimChan estaba sentado en el tocador mientras se peinaba, un sonriente JongUp lo miraba desde la cama solo usaba boxers y una camiseta sin mangas dejando ver su bien formado cuerpo, observaba con delicadeza cada uno de los gestos de su hyung, era realmente hermoso, la forma de sus labios, su suave y blanca piel contrastando con ese camiseta negra que estaba ceñida delicadamente a ese varonil cuerpo, su respiración se entre corto cada día que pasaba parecía que se volvía más bello.

—Me vas a gastar si me continúas mirando de esa manera. —Comento sacando la lengua. —Deberías cambiarte es muy tarde.

—Es imposible que esa belleza se pueda terminar. —Contesto levantándose de la cama. —Aún queda tiempo además los demás también han de estar ocupados.

Se acercó al pelinegro para sentarse sobre el tocador quedando frente a él, se quitó la camiseta para dejar ver su bien formado abdomen, tomo el rostro del mayor para morder su labio inferior sabía que ese detalle lo volvía loco.

—Se va arrugar mi ropa. —Hablo pausadamente. —En verdad es tarde.

—Entonces hay que quitártela. —Contesto desabrochando el cinturón. —No quiero que mi hyung se enoje.

El mayor no soporto más, después de ver como el castaño ponía un puchero de inocencia se lanzó a devorar sus labios, desde el primer momento que lo conocía cayó ante sus encantos, esa angelical sonrisa, con ese rostro que parecía no romper ni un plato, sus bellos ojos, sus deliciosos labios que probo una y otra vez sin quedar satisfecho, comenzó a besar su cuello fue entonces que vio en el espejo la herida que tenía en la espalda, se aferró a él para  después colocar su frente a la de él, odiaba que lo pusieran en peligro, odiaba temer por su vida pero todo terminaría pronto si lograban dar el último golpe tendrían el suficiente dinero para escapar de ese infierno. Lo volvió a besar acariciando su cabello mientras que el castaño le quitaba la camiseta.

—Estoy bien. —Hablo delicadamente. —La herida ya ha cerrado, no tengas miedo.

—Todo fue mi culpa. —Se detuvo mientras acariciaba su espalda. —Saliste herido por mi error.

El castaño lo miro a la cara para después besarlo introduciendo su lengua, disfrutando ese adictivo sabor, se colgó de su cuello pegando más su cuerpo, era mentira para él eso no era una herida sino una muestra de lo mucho que lo amaba y de lo dispuesto que estaba a dar la vida por él. Ambos se entregaron a la pasión, no les importo que la ropa se les arrugara, que se despeinaran, solo deseaban saciar ese constante sentimiento de que nacía en sus pechos.

DaeHyun estaba recostado en su cama, trataba de conciliar el sueño pero su compañero no dejaba de cantar en la regadera, amaba su dulce voz pero no había dormido toda la noche así que necesitaba un descanso de pronto el culpable salió con una bata de baño atada a su cintura, aún había rastros de agua recorriendo ese dulce cuello donde unas pequeñas marcas se asomaban ante su obra maestra sonrió con orgullo.

—Ash. No entiendo tu manía a morderme. —Dijo molesto mientras se miraba en el espejo. —No se supone que cenas bien todas las noches.

—Es que eres deliciosamente tentador. —Contesto con tono de burla. —Yo creo que se ven bien.

YoungJae le lanzó un peine dándole justamente en la cabeza, después camino hacia el ropero donde comenzó a escoger que ropa que se pondría, eligió cada una de sus prendas con suma delicadeza ya que le gustaba verse presentable cuando estaba a punto de ponerse el pantalón un sonriente castaño lo agarro de la cintura arrastrándolo para después lanzarlo sobre la cama aún traía la bata de baño pero quedo abierta la parte de arriba dejando ver su amplio pecho donde el atacante acomodo su cabeza. YounJae iba a gritarle pero fue entonces que sintió como era mojado por pequeñas lágrimas.

—Tuvimos una complicación, era una trampa. —Hablo con un hilo de voz. —Al final tuvimos que deshacernos de ellos, mis manos están manchadas por dos diferentes tipos de sangre pero Bang se llevó la peor parte.  Yo no quería hacerlo, eso digo siempre pero al final no me tiembla la mano para cumplir con mi objetivo.

DaeHyun se limpió las lágrimas para abrazar a su pareja, era feliz con la vida que tenía pero a veces el precio que tenía que pagar era muy caro aunque era por el bien de las personas que amaba, solo a veces el remordimiento le ganaba.

—Te amo, no me importa lo que hagas, sé que es por nuestro bien. —Le contesto acariciando su cabello. —Estoy orgulloso de ti y de quien eres, para mí siempre serás mi chico de Busan el que canta como los ángeles quien es capaz de proteger a su familia a cualquier precio.

El castaño lo miró a la cara para después besar sus labios mientras jugaba con su mano y una sonrisa se dibujó en su rostro, él era su único salvavidas, era la persona que necesitaba, fue la primera persona que no lo abandono, quien no le importo su origen, quien siempre lo miraba y le decía lo orgulloso que estaba de él, lo volvió a llenar de besos mientras le hacía cosquillas, lo amaba, adoraba el sonido de su voz, sus mejillas, sus labios, sus ojos, todo en él era perfecto. YoungJae no dejaba de reír, estaba con la persona que quería para toda la vida, cumpliría la promesa que le hizo aquella tarde lluviosa.

Zico estaba en la sala viendo las noticias ya casi pasaban las dos horas así que esperaba la llegada de los otros aunque tuvo la curiosidad por tocar alguna de las puertas pero al final desistió aún  no sabía quién dormía en cada cuarto así que no se quería verse metiche, suspiro con pesadez cuando de pronto cuatro alegres integrantes hacían acto de presencia, los cuatro se veían muy guapos pero su mirada se fijó en el peliazul quien no dejaba de sonreír, parecía un dulce ángel.

—Bueno es momento de irnos. —Hablo el mayor. —Vamos peques los pasó a dejar en la Universidad.

Zico se sorprendió por el comentario no podía creer que estudiaran o hicieran otra cosa más que sus “negocios”,  ya en la camioneta iban platicando de las cosas que hacían y poco a poco el invitado fue entrando en confianza ya que les pregunto que estudiaban, los maknaes respondieron que estaban en un colegio de música, JongUp enfocado en el baile y Zelo en la composición de música, ahora entendía todos esos instrumentos que había en su cuarto también Jae comentó que estudiaba pero él negocios internacionales pero solo tenía clases en la tarde. Pasaron a dejar a los alegres jóvenes a la entrada de la escuela no sin antes que la Omma les diera un beso en la frente diciéndoles que se veían en la tarde. Eso solo fue el inicio de un día lleno de trabajo ya que fueron a visitar a varios “jefes” que les daban paquetes que tenían que entregar a ciertos lugares, descubrió que el pelinegro y Jae se sabían defender a la perfección y que no le temblaban las piernas al hablar. 

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