Amber y Kris, completamente sonrojados, se separan rápidamente en medio de los aplausos y los vítores que sus amigos les regalan. Amber se cubre la cara con sus manos, avergonzada y de espaldas a Kris, mientras que este cierra los ojos con fuerza, su mano derecha sobre sus párpados, evitando a todos a su alrededor.

-¡De nuevo! ¡De nuevo! –grita Sulli como una niñita pequeña, haciendo reír a todos los presentes. Bueno, a casi todos. No es necesario mencionar a quienes no se lo tomaron a broma.

         Kris, cabizbajo, pasa por entre sus compañeros, recibiendo palmadas en la espalda y ovaciones de por medio, y se encierra en su habitación; nadie intenta detenerlo, ya no es necesario. Amber, por su parte, escruta por entre una pequeña rendija entre sus dedos a los demás, y con una mano extendida hacia delante y la otra ocultando su cara a medias, se abre paso a través de sus amigos y amigas de SHINee y Girls’ Generation, de un tirón abre la puerta principal del dormitorio de EXO y sale corriendo. Krystal está contentísima, no sólo porque su plan ha funcionado, sino porque además, ha resultado perfecto, más de lo que ella imaginaba.

-¡Eso estuvo de película! –comenta alegremente a la camarita de su iPhone-. Espero recibir una buena recompensa por mi arduo trabajo.

-¡Ja! –suelta Luna-. Mira quién fue a hablar de “arduo trabajo” –dibuja signos de comillas en el aire-. ¿Qué hay de nosotras tres? –dice señalándose a sí misma, a Sulli y a Victoria.

-¿Y de nosotros? También colaboramos –Luhan mete baza en la conversación, abrazando a Kai y a Sehun en los hombros.

-Bien –Krystal entorna los ojos-. NUESTRO arduo trabajo –enfatiza la palabra.

         Luna, quien se ha cruzado de brazos, asiente lentamente con la cabeza.

-Ahora nos estamos entendiendo, Kryssie –dice con una sonrisa torcida.

-Sí, como digas –le responde la maknae.

-¡Oye! –Luna deja caer sus brazos a los lados mientras algunos miembros de EXO y f(x) ríen por lo bajo. Krystal sólo sonríe.

-Bueno, eso sería todo por ahora –le dice a la camarita de su celular-. Este… la batería de mi celular estará por los suelos, pero valió la pena; ahora veré esto una y otra y otra vez hasta que tenga que ir al baño de tanto reír –su comentario provoca risas entre los demás-. Así que… bueno… cambio y fuera –termina su grabación presionando el botón Stop de la cámara de su iPhone.

-Oye, Krys, ¿piensas subir eso a YouTube? –vuelve a preguntarle Tao, señalando el celular de Krystal.

-Pfff, por supuesto que sí. ¿Por qué crees que me la pasé relatando todo lo que ocurría?

         Ante su respuesta, Tao sólo atina a decir simplemente “Ah”, para risa de algunos.

-¡Entonces vamos! –dice HyoYeon en voz alta, trotando hacia la puerta y de la mano con una risueña, aparentemente sin razón, Sunny-. ¡No hay tiempo que perder, chicas! ¡Vamos, vamos, vamos!

         Las dos, junto con SeoHyun y YoonA, desaparecen tras la puerta principal, quedando cinco octavos de Girls’ Generation, aún dentro del dormitorio de EXO.

         Krystal, desconcertada ante la actitud de sus Unnies, se acerca a su hermana.

-Jess, ¿de qué está hablando HyoYeon? –murmura.

         Jessica le dedica una cálida sonrisa.

-Van a preparar terreno en las redes sociales –le explica-. Ahora que tienen una buena excusa para escribir estupideces en Internet, no van a parar de comentar “disimuladamente” sobre esto –añade, dibujando comillas en el aire.

-Ay, Dios. Dime que no vas a hacer algo por lo cual me arrepentiré de ser tu hermana.

         Jessica la mira fríamente.

-¿Qué dijiste? –le pregunta con una voz escalofriantemente calma.

-¡Que te adoro mucho, hermanita! –Krystal le da un beso rápido en la mejilla antes de salir corriendo de su lado, tomar a Tao de los brazos y ponerlo en frente suyo.

-¡Ey! ¿Qué haces, Krys? –Tao mira por encima de su hombro a la chica.

-Darte el honor de ser mi escudo personal –le responde Krystal, mirándole.

-Ya, ¿y para qué, si se puede saber?

-Para que me defiendas de Jessica con tu Kung Fu, si hace falta.

         Tao suelta la tensión que se había formado en sus hombros mientras entorna los ojos.

-Krys, no pienso meterme en una discusión familiar, primero que nada –le dice-. Y, además, yo no le pego a las mujeres, mucho menos a mis Noonas.

-Pues sáltate esas reglas por un minuto, ¿quieres?

         Jessica, quien los estuvo observando todo este tiempo, pone los brazos en jarras y sacude su cabeza de un lado a otro.

-Nunca cambiarás, ¿a qué no, Kryssie?

-En mil años luz, Jess –apunta Krystal.

         La mayor de las Jung ríe.

-Pues no lo hagas, porque ésa es la hermanita que adoro –dice, caminando hacia la puerta del dormitorio de EXO, por donde todas sus compañeras ya han salido-. ¡Te quiero mucho, Kryssie!

-¡Yo también, Jessie J! –grita su hermana, asomada por detrás de Tao, a quien asusta con su grito, y agita una mano hacia ella, antes de verla desaparecer tras la puerta.

-Krystal –Tao vuelve a mira por encima de su hombro.

-¿Sí? –Krystal lo deslumbra con una sonrisa blanquísima.

-¿Podrías hacerme el favor de soltar mi brazo y salir de mis espaldas?

         Al percatarse del apretón que le está dando al brazo de Tao, con la misma mano en la que tiene su iPhone, Krystal lo deja ir de inmediato.

-¡Ups! Lo siento, Taozi –se disculpa inocentemente.

-Mi pobre brazo –Tao no para de frotarse el lugar donde Krystal le dejó una gran marca enrojecida-. Vaya que maltratas a las personas, Krys.

         Las demás miembros de f(x) ríen por lo bajini entre ellas.

-Menos mal que practicas Wushu –le espeta la menor, remarcando la última palabra.

-¡Ay, Dios mío! ¿Qué es esto?

         Todas las personas en la habitación se voltean a ver a los miembros de SHINee, que aún siguen en el lugar, riéndose a carcajada suelta mientras miran algo en el celular de Onew.

-¡Esto es oro puro!

-¡Ése beso fue lo máximo!

-¡De lujo!

-Pero, por sobre todo, la cara de Amber –dice Key-. ¿Vieron eso? Fue más o menos así –aprieta los ojos con fuerza mientras estira los labios hacia fuera muy forzadamente.

         Sus compañeros ríen a todo pulmón al ver su personificación de la aludida.

-Ejem –Xiumin se para en frente de ellos con los brazos cruzados.

-¿Qué pasa, Hyung? –le pregunta un muy sonriente Taemin.

-Si van a seguir comentando cosas, háganlo en su habitación –les dice, muy serio.

-Ah, ¿pero qué pasa, Min Min? –se queja Key-. ¿Por qué el mal humor de repente?

-¿Te importa, acaso? –dispara Min Seok.

-Oye, oye, oye, calmémonos, ¿sí? –Chen aparece de la nada cuando los chicos comienzan a protestar-. No pasa nada, de veras. Ahora, si nos dan un momento… -no termina de hablar cuando voltea a Xiumin y lo mira a la cara.

-Ey, Xiumin, ¿qué ocurre, hermano? ¿Qué ha pasado con Baozi? –le pregunta.

         Xiumin suspira de frustración.

-¡No sé, no sé, Chennie! –exclama, tapándose la cara con ambas manos.

-Vamos, relájate, Minnie. Todos la estamos pasando de lujo aquí, ¿por qué de repente te pones así? –vuelve a intentarlo Chen, frotando sus brazos suavemente.

-No quiero ser un aguafiestas, es sólo que quiero un poco de tranquilidad ahora mismo –le responde Xiumin, descubriéndose la cara-. Estoy muy cansado, ¿sabes?

-Está bien, Hyung, está bien –Chen deja que Xiumin descanse su cabeza en su hombro, y cuando lo hace mira a los chicos de SHINee y les hace un gesto rápido, indicando la puerta, dándoles la oportunidad de irse.

         Los aludidos lo toman como su pie para salir de la habitación silenciosamente, no sin antes despedirse de los demás con un agitar de manos.

-¿Quieres que te lleve a tu pieza, Min Min? –le sugiere Chen al otro chico.

-Si no es mucha molestia –suspira Xiumin. Ahora mismo, pareciera que Chen es la mamá y él, su hijo pequeño, cuando en realidad es al revés.

         Victoria, quien se mantuvo en silencio junto con los demás todo este tiempo, se adelanta.

-Bueno, nosotras nos iremos también a nuestros aposentos –dice, tan educada como una princesa.

-De acuerdo. Cuídense, chicas; después veremos cómo está Duizhang después de su gran aventura –les dice Chen.

         Todos ríen ante este comentario.

         Las cuatro integrantes de f(x) restantes se despiden cordialmente de sus Hoobaes antes de salir en perfecta formación.

         Apenas cierran la puerta, corren como el viento hacia el ascensor, esperan a que se abra e ingresan en él.

         Y entonces empiezan a partirse de la risa, sin motivo aparente.

         Sulli se apoya de Victoria para evitar caerse al suelo de la risa, Luna se desliza por la pared del elevador antes de caer sentada al suelo, y Krystal cubre sus risas con el dorso de su mano.

-Eso estuvo ¡genial! –exclama Sulli, a carcajadas.

-¡Fue el mejor plan que jamás hayamos hecho! –comenta Victoria, sujetando a la menor.

-Chicas, no permiten que olvide esto nunca jamás –Luna seca las lágrimas que corren por sus mejillas mientras se incorpora.

-¿Y tú crees que lo vamos a olvidar tan fácilmente? –Krystal agita el iPhone que lleva en mano.

         Más risotadas se escuchan dentro del ascensor antes de que este se abra y deje al descubierto el piso donde viven las chicas.

         Sin dejar de reír, se dirigen a su cuarto, abren la puerta y entran torpemente, dando un espectáculo de borrachera. Caminan hacia los sillones y se desploman en ellos, ya más aliviadas de su ataque.

         Permanecen así unos minutos, en silencio, escuchando el sonido del choque entre dos cosas que proviene de quién sabe dónde, hasta que Luna se sienta inesperadamente.

-¿Y ahora, qué hacemos? –pregunta, sonriente.

         Las demás se miran entre sí.

-Creo que empezaré a preparar la cena, está empezando a atardecer –dice Victoria mientras deja su asiento.

-¡Te ayudo! –Sulli se para de un salto.

-Oigan, ¿han visto a Amber? –Krystal se percata de ello.

-Debe de estar en su habitación encerrada –sugiere su líder.

-¿Y qué es ése ruido? –se incorpora Luna.

         Nuevamente, todas se quedan en silencio, escuchando el mismo sonido de antes, el de algo deslizándose ásperamente por una superficie.

         Y entonces Krystal cae en la cuenta.

-Es la ducha –dice-. Alguien está en el baño.

-Amber –apuntan Victoria y Sulli al unísono.

         Luna se acerca rápidamente a la puerta del baño y toca suavemente.

-Amber, ¿estás ahí?

         Desde el otro lado de la puerta, sólo le responde el incesante golpeteo del agua contra el suelo de la ducha.

-¿Ambie? ¿Unnie? ¡Contesta! –exclama el gorrioncillo. Krystal la mira curiosa mientras Victoria se encoge de hombros y se dirige a la cocina, Sulli detrás de ella como un perrito fiel.

         De nuevo, nadie contesta.

-¿Estás enojada? –Luna sigue probando suerte-. Vamos, Unnie, no te alteres. ¡No es para tanto!

         El sonido del agua cesa de repente.

-Bien, espero que acabes pronto con tu ley del hielo, ¿eh? –le dice Luna antes de alejarse de la puerta del baño y encaminarse a la puerta de su propia habitación.

-Me voy a cambiar de ropa –es lo último que dice antes de refugiarse en su pieza.

        Krystal sólo ladea la cabeza desinteresadamente antes de sentarse perezosamente, acercar a ella el ordenador que está sobre la mesita de centro, y encenderlo. Ingresa a YouTube a través de la cuenta de la agencia, SMTown, y busca el video del beso entre Amber y Kris en su celular.

         Ha pasado un buen rato cuando el video se envía por completo a su computador. Luna sale de su habitación y se une a ella.

-Guau, ¿media hora? –se sorprende al fijarse en la duración del video.

-Valió la pena –apunta Krystal.

-En todo caso –concuerda Luna.

         Mientras el video se sube a la red social, deciden mirar televisión. No es que haya mucho que ver: cuando son las siete de la tarde, normalmente hay telenovelas en todos los canales, así que deciden detenerse en uno de ellos y mirarlo. No es un drama, es una película que cuenta la historia de un chico lobo que no habla y que se enamora perdidamente de una chica. Ambas la miran con cierto interés, Krystal se fija de a ratos en la pantalla del ordenador para llevar la cuenta de cuánto ha avanzado el archivo.

         Mas, la puerta del baño se abre repentinamente, y la atención de ambas chicas se centra en la figura de Amber, con su pelo mojado y un pijama un poco holgado para ella. Cabizbaja, cierra la puerta suavemente antes de encaminarse hacia su habitación.

-Amber –la llama Luna.

         La aludida se detiene, de espaldas a ellas.

-¿Sigues enojada con nosotras, Unnie? –aunque no pueda verla, Luna pestañea varias veces de manera rápida, haciéndose la inocente.

-Sí, Ambie, ¿nos odias por lo que hicimos? –la secunda Krystal con una voz aniñada.

         Amber no les responde.

         Krystal pone mala cara.

-¡Oh, vamos, Amber! –exclama-. No tienes por qué ponerte así.

-Sí, Unnie –la apoya Luna-. No estés enojada, ¡era sólo un juego!

-Obviamente.

         El silencio toma lugar en la habitación por unos segundos antes de que Amber hable, con una voz sorprendentemente rasposa:

-Ése es el problema –y su voz se quiebra al final, acompañada de un sollozo que la estremece.

         Luna y Krystal se miran entre sí con los ojos muy abiertos antes de volver a posar sus miradas sobre su amiga Tomboy.

-Amber, ¿estás llorando? –Krystal se levanta del sofá, con ademanes de querer acercarse a su compañera.

         Amber mueve furiosamente la cabeza y convierte sus manos en puños.

         Krystal camina hacia ella y se detiene a sus espaldas.

-Unnie –dice-. Date la vuelta.

         No hay movimiento alguno por parte de la chica en cuestión.

-Por favor.

        Soltando bruscamente el aire que había acumulado previamente en sus pulmones, Amber se da la vuelta. Sus ojos están enrojecidos y su cara está cubierta de lágrimas.

         Su mirada llega a partir el corazón de la maknae.

-Ojalá no hubiera sido un juego –Amber vuelve a hablar, con voz irregular-. Ojalá… ojalá hubiera sido real.

         Y entonces rompe en llanto.

         Sin perder un instante, Krystal enfunda a su amiga en un abrazo, acariciándole el cabello suavemente.

-Shhhh, Amber, tranquila –susurra en su oído-. Todo está bien.

         Pero la Tomboy está lejos de escucharla. Llora un río de lágrimas en su hombro mientras la abraza de vuelta. Luna se acerca rápidamente y también la abraza fuertemente.

-Unnie –es todo lo que dice, preocupada.

         Krystal, mientras tanto, se pone a pensar en lo que dijo Amber. Ojalá hubiera sido real. Ésas fueron sus palabras exactas. ¿Por qué las habría dicho? ¿Estaba en su sano juicio o habría perdido la cabeza? No, ella sonaba completamente en sus cabales. Pero si era así, ¿qué era lo que quería decir con ello?

         La respuesta es muy clara.

         Ella debe de gustar de Kris, piensa la joven.

         Una ola de arrepentimiento y culpa la inunda. Si eso es verdad, entonces ella es la causa de que Amber esté destrozada, porque fue ella la que tuvo la idea. Pero necesita escucharlo de la boca de la propia Amber.

-Chicas, la cena ya está lista. Vengan a… -la voz de Victoria se ve interrumpida por la escena presente ante sus ojos-. ¿Pero qué está pasando?

         En un segundo está al lado de las chicas. Sulli se asoma por la puerta de la cocina y mira con los ojos como platos lo que ocurre.

-Chicas, por favor –Victoria, con voz maternal, pide a las tres muchachas que se separen, y cuando lo hacen, su mirada recae en el rostro de Amber-. ¿Amber? ¿Qué ocurre?

         La aludida no dice nada, sólo cierra sus ojos con fuerza y abraza a Victoria de sorpresa.

-Está bien, Amber, está bien –trata de calmarla la mayor, devolviéndole el abrazo.

         Pero bien sabe que algo no está bien.

         Con cierto aire interrogante, mira a Luna y a Krystal en busca de respuestas, pero las dos se encogen de hombros, ignorando la situación actual.

-¿Por qué lo hicieron? –una nueva pregunta de Amber hace que las tres fijen su atención en ella.

-¿Por qué hicimos qué? –la voz de Victoria es dulce y suave.

-¿Por qué me obligaron… a besar… a Kris? –Amber rehace su interrogante.

         Victoria, completamente perpleja, no hace más que acariciar la espalda de la joven, intentando tranquilizarla.

-Está bien, Amber, ahora hablaremos de esto –consigue decir. Y cuando se le viene algo a la cabeza, añade: -Pero primero siéntate, querida, ¿sí?

         Las demás, incluyendo a Sulli, quien se une a ellas rápidamente, la llevan hacia el sillón y la ayudan a sentarse, ya que Amber no parece tener un control completo de su cuerpo por el momento.

-Y ahora, Ambie –comienza Victoria, sentándose a su lado y pasándole una mano por sobre los hombros-, cuéntanos, ¿por qué dices eso?

         Sollozando, Amber seca sus lágrimas con sus manos.

-No quería… No quería… besar a K-Kris –dice. Las demás se sientan a su alrededor, y Sulli le tiende un pañuelo.

-¿Por qué? Si era sólo un juego, ¿por qué te lo tomas tan a pecho? –continúa Victoria.

         La Tomboy suena su nariz con el pañuelo de Sulli antes de contestar:

-Porque sabía que después… me iba a doler. El recuerdo, digo. Lo voy a tener siempre en mi cabeza, el dolor de saber que no fue real.

         Confusas, las demás tratan de entender sus palabras.

         Y Krystal no puede soportarlo más.

-Amber, dinos la verdad –le pide, arrodillándose en frente de su Unnie-. ¿Te gusta Kris?

         La pregunta se mantiene flotando en el aire, a la espera de una respuesta. Expectantes, Luna, Sulli, Victoria y Krystal intentan no impacientarse ante el tiempo que hace Amber, quien no da señales de querer contestarle a la maknae. Juguetea con su arrugado pañuelito nerviosamente, como si estuviera sopesando su respuesta, o el peso de la pregunta, o las consecuencias que vendrán.

         Hasta que, al final, asiente levemente con la cabeza, rindiéndose.

         De haber sido esta otra situación, las chicas hubieran empezado a festejar o a molestarla con ello, pero no es así. De hecho, sienten lástima por ella.

-¿Por cuánto tiempo?

         Amber levanta la mirada para reunirse con la de Krystal.

-Por cinco años.

         Y cuando Krystal piensa que el sentimiento de culpa no podía ser peor, le cae todo el peso del mundo encima.

         Se abalanza sobre su amiga en un nuevo abrazo, al que todas se unen. Ahora comprenden perfectamente el comportamiento de Amber, y pese a que no pueden entender su dolor, la acompañan y tratan de suavizar el golpe que se produjo en su corazón.

         Krystal, con un nudo en la garganta, siente que una lágrima corre por sus mejillas. Nunca quiso hacerle daño a Amber. Lo que pensó que era un juego de niños se transformó en una herida abierta, que no iba a ser fácil de cerrar. Porque esta era una herida interna, y la única forma de curarla era curando a quien tanto daño causó inconscientemente. Está dispuesta a hacer lo que sea para compensar a Amber por sus actos, de los cuales, ahora está muy arrepentida.

         Ojalá pudiera devolver el tiempo para hacer las cosas bien, ojalá hubiera sabido esto antes para evitar estas consecuencias.

         Pero sabe que es demasiado tarde.

         En el ordenador, el video de aquel beso termina de subirse por completo a YouTube.

         En la cocina, la cena, tallarín salteado con verduras, preparado por Victoria y Sulli, se enfría lentamente.

         En la televisión, la película llega a su fin y los créditos comienzan a brillar en la pantalla.

         Pero a nadie le importa eso ya.

         Al día siguiente, Krystal sale del dormitorio de f(x), con intenciones de servirse algo en la cafetería de S.M. Entertainment. Siendo éste un día libre para su grupo, las demás han aprovechado de salir de compras, menos ella y Amber, quien decidió jugar con su Nintendo Wii durante todo el día. Krystal sabe que aún sigue muy afectada.

         Siendo las escaleras más saludables, la maknae de f(x) aprovecha de hacer un poco de ejercicio, aparte de sus coreografías. La hace sentirse mucho más vital, aunque siendo ella una radiante joven de diecinueve años, siempre está vital.

         Baja dos tramos de escaleras, y en el segundo piso cuando se dispone a bajar lo que queda, una voz la llama.

-¡Krystal, espera!

         La joven se voltea para encontrarse con la alta figura de Kris, quien sale de su propio dormitorio y se acerca a ella a grandes pasos.

-Hola, Kris –lo saluda Krystal.

-Hola –le responde simplemente el chico.

-¿Vienes de tu entrenamiento? –pregunta la muchacha, al ver el sudor corriendo por su frente.

-¿Ah? Sí, sí –dice Kris vagamente mientras seca dicho sudor-. Fue muy extensa esta jornada.

-Así veo –sonríe Krystal-. ¿Ocurre algo?

-No, en absoluto.

-¿Y entonces? –Krystal se cruza de brazos.

-Bueno, yo, ah, quería… agradecerte –vacila Kris.

-¿Agradecerme? ¿Por qué?

-Por lo de ayer.

         La menor arquea sus cejas.

-Hablas del beso, ¿no es así?

         Kris asiente levemente.

-¿Y por qué me agradeces por eso?  Que yo sepa, ayer te veías bastante reticente con besar a Amber.

        Kris, al verse en problemas para responder eso, le da un tanto de vueltas al asunto, antes de botar todo el aire en sus pulmones de una sola vez.

-Porque Amber me gusta.

         Y los ojos de Krystal amenazan con salirse de sus órbitas.

         No da crédito a lo que acaba de escuchar.

-¿Lo dices en serio?

         Kris suelta un bufido.

-¡Pues claro! No te estaría agradeciendo por nada, ¿no?

-¿Y entonces por qué ayer…?

-Fue solamente un acto, Krystal. Lo hice para que nadie supiera que ella me gustaba.

         Las piezas del rompecabezas caben perfectamente, y Krystal lo sabe.

         ¡Esta es su oportunidad!

-Pues, en ese caso, ¿quieres que te sea honesta, Krease? –sonríe ampliamente.

         Kris la mira extrañado.

-Tú también le gustas a Amber. Ayer por la tarde estaba completamente destrozada, y al final nos terminó diciendo todo lo que le pasaba.

         La cara de asombro de Kris al oír las palabras de Krystal no tiene precio.

-¿Lo dices en serio?

-¡Pues claro! –lo imita Krystal.

         Kris entorna los ojos.

         Krystal ríe antes de decir:

-Por cierto, estás libre ahora, ¿cierto?

-Creo que sí –le responde Kris, inseguro.

-¡Pues, entonces, ven conmigo! –Krystal lo toma de la mano y empieza a bajar las escaleras.

-¡Ey! ¿A dónde vamos? –escucha preguntar a Kris, haciendo que se detenga y se voltee para mirarlo.

-A la cafetería. Tenemos que hablar de esto.

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Annyeong, mis queridos lectores! *Le bows*

¡Por fin, he subido capítulo!

Realmente me he tardado demasiado en subir.

Si no me equivoco, han pasado seis meses desde la última vez que subí capítulo; ya ni me acordaba de esta novela :S

Pero bueno, aquí les dejo un capítulo largo, para que me perdonen por estos meses de ausencia :3

Supongo que intentaré subir lo más seguido que pueda :D

¡Disfruten de este tercer capítulo de This Kiss!

Con cariño,

Janice Avery