La grabación empieza.

-¡Hola! –saluda una sonriente chica de cabello castaño y ojos oscuros a la videocámara-. Soy Krystal Jung, y estoy a momentos de grabar un momento muy especial. No sólo para mí, pero principalmente para…

-¡No! –se escucha un grito a pocos metros de donde Krystal está parada. Se da la vuelta y graba a otra chica de cabello corto y oscuro tomado en una simple coleta, vestida con ropas bastante masculinas, que está siendo arrastrada fuera de su cuarto por otras tres muchachas que no paran de reír-. ¡Ni siquiera lo piensen! ¡No voy a hacerlo! –grita sin cesar cosas por el estilo y trata de zafarse del agarre de las chicas, aunque sin mucho éxito. Krystal se ríe ante lo cómico de la situación y por supuesto, por la expresión horrorizada que tiene su amiga en la cara.

-Ahí tienen a Amber –relata Krystal para su grabación, señalando a su desesperada Unnie-. Y las demás son Victoria, Luna y Sulli –apunta a cada una de ellas-. ¡Saluden a la cámara, chicas! –las tres jovencitas que están en torno a Amber voltean sus cabezas y sueltan una de sus manos para saludar, cosa que Amber aprovecha para soltarse bruscamente de ellas e intentar escapar, pero no cuenta con que Luna le ha atado una cuerda a la cintura.

-¡Epa! –dice Luna, tirando con fuerza del otro extremo de la cuerda-. ¿Adónde crees que vas?

 Amber, desprevenida, se cae al suelo ante el tirón.

-¡Ow! Eso duele –se queja mientras se agarra el estómago con una mano y se soba su adolorido trasero con la otra-. ¿Sabes qué? –se voltea para mirar a su risueña amiga-. Si vuelves a hacer eso, me vas a romper un hueso o me vas a hacer vomitar.

         Las demás ríen, incluyendo a Krystal.

-Bueno, chicas, menos charla y más acción. ¡Vamos! –las insta la maknae del grupo alegremente. Mientras las chicas levantan a Amber, Krystal prosigue con su locución-. Bueno, ¿en qué estaba? Ah, sí. Este es un día muy especial para Amber Unnie, y también para nosotras, sus mejores amigas.

-¿Especial? –Amber suelta un bufido al escuchar a su Dongsaeng-. No le veo nada de especial.

-Búscale el lado bueno, Unnie –dice Sulli, sujetándola fuertemente de su brazo derecho, mientras que Victoria la sostiene desde atrás por la cintura, y Luna la mantiene agarrada de su brazo izquierdo-. Y aprovecho de decirte que te envidio, Am; ojalá estuviera en tu lugar. Serás la primera en experimentar la sensación que provoca sentir los…

-Estás loca, Ssul –Amber la mira con ojos como platos-. ¿Me estás envidiando? ¡Deberías sentir lástima por mí!

-Eres muy pesimista, Amber. Lo sabes, ¿verdad? –comenta Luna con una mueca, entornando los ojos.

-No soy pesimista –corrige Amber-, soy una chica que pelea por sus derechos, defendiéndose de cuatro amigas locas que la están obligando ¡a hacer algo que ella no quiere hacer! –termina gritando la frase, en otro intento por escapar del agarre de las chicas, aunque los brazos que la sujetan están fuertemente pegados a ella.

-¡No, señorita, usted no va a ninguna parte! –exclama Victoria con tono severo, tal y como lo haría una auténtica madre.

-¡Ay, Dios mío! ¿Qué hice para merecer esto? –se queja una resignada Amber que está siendo llevada por sus cuatro “secuestradoras” hacia el ascensor. El comentario provoca risitas entre las demás.

-Amber, Amber, Amber –dice Krystal con una sonrisa. Se voltea hacia la cámara y señala con su dedo pulgar la escena-. ¿Quieren saber de qué va todo este asunto? Pues…

-¡Ajá! Siempre lo supe –gritó Sulli al oír la respuesta de Luna, aumentando las risas de las demás

         Las cinco estaban sentadas en la sala de estar de su departamento de S.M. Entertainment, sobre cojines en el suelo, jugando alegremente a Verdad o Reto.

-¡No bromees! ¿Es en serio? –dijo Amber con la boca abierta y curvada en una sonrisa.

         Luna asintió levemente, la sangre subiendo a su rostro a toda velocidad. Miró al suelo, avergonzada.

-¡Vaya, vaya! ¿Quién lo creería? –dijo Victoria alargando sus brazos hacia la aludida para darle un abrazo-. ¡Nuestro pequeño gorrión ha crecido!

         Krystal, Sulli y Amber, quienes acababan de recuperarse de su ataque de risa, volvieron a carcajear ruidosamente. Incluso Luna, por mucha vergüenza que sintiera, se vio obligada a taparse la boca con su mano para contener la risita histérica que amenazaba con salírsele en cualquier momento.

-Está bien, Unnie –Krystal se echó un poco de aire a la cara con su mano-. Mantendremos tu secreto. Aunque pienso que él es muy afortunado al tener a una chica linda como su admiradora secreta –agregó con un guiño.

         Luna volvió a soltar una risita mientras Victoria deshacía su abrazo.

-¡Muy bien! –exclamó Sulli, levantando por sobre su cabeza una botella vacía que anteriormente contenía té de limón-. ¿Quién sigue ahora?

         Depositó el envase sobre el espacio vacío en el suelo, entre el círculo de amigas, y con un movimiento brusco lo hizo girar como loco. Ninguna de las chicas habló: estaban absortas observando la botella, ansiosas por saber en quién se detendría. Paulatinamente, la botella fue aminorando su paso, mientras que la excitación en el grupito aumentaba a cada segundo. Hasta que finalmente, la botella se detuvo en…

-¡Amber! –exclamaron las demás al unísono. La chica Tomboy se tapó la cara con las manos mientras reía.

-De acuerdo, Amber, ¿verdad o reto? –preguntó Sulli casi a voz en grito. Parecía una niña pequeña recargada con mucha azúcar en su interior.

-Bien… -Amber lo consideró seriamente durante unos momentos que a las chicas se les hicieron eternos.

-¡Dilo ya! –gritaron.

-OK, reto –respondió Amber ante su impaciencia.

-¿Reto? Wow, Amber Unnie gusta de la aventura –comentó Luna, a lo que la mayor respondió con una sonrisita boba.

-Bueno, ¿qué le proponemos a Amber Unnie que haga? –preguntó Sulli.

         Segundos de silencio siguieron a la interrogante, que seguía flotando en el aire inconscientemente. Era complicado obtener una respuesta concreta, ya que Amber era una chica bastante intrépidca y, aunque al principio pudiera quejarse, siempre terminaba haciendo lo que se le pedía.

         Ante esto, las chicas empezaron a proponer distintas cosas.

-Que la bañemos con agua fría y con su ropa puesta –dijo Luna.

-No, Luna. ¡Se resfriará! –la contradijo Victoria.

-Que haga un salto Bungee desde la cima del edificio –esa era Krystal.

-Krys, no tenemos el equipo que se requiere para eso –apostilló Victoria-. Y aunque lo tuviéramos, sería demasiado arriesgado –siendo la mayor de todas y la líder del grupo, se preocupaba por y cada una de sus Dongsaengs como si fueran sus propias hijas.

         Sulli, que tenía una expresión tierna en su cara mientras pensaba, pegó un brinco.

-¡Que se coma una flor! –dijo, señalando el macetero cerca de la ventana, lleno de flores de todos los colores y tamaños. Estaba tan alegre porque creía haber tenido la idea más brillante de todas.

         Al oír aquello, Victoria, que estaba a su lado, le dio una palmada a la mano que Sulli tenía levantada.

-¡Ow! –Sulli se llevó la mano a su pecho.

-Ni siquiera lo pienses, Choi Sulli –dijo su Umma, llamándola por su nombre completo. Victoria se había esmerado mucho para que sus plantas crecieran sanas y bellas, y no iba a permitir que una de las mil ideas locas de Sulli acabara con su esfuerzo.

-No es por llevarte la contraria, Vic –dijo Amber repentinamente, metiendo baza en la conversación-, pero técnicamente, ya lo pensó.

         Krystal y Luna rieron por lo bajini.

-Lo siento, Umma –dijo Sulli haciendo uso de su Aegyo, poniendo cara de cachorrito.

         Victoria no se podía resistir a los ataques de ternura de Sulli.

-Está bien, Ssul, ven aquí –abrió los brazos para darle un abrazo maternal-. Ay, pequeña, controla tus ideales femeninos, ¿quieres? Mamá necesita un descanso de ellos.

Ideales femeninos, pensó Krystal, algo que Amber no es capaz de procesar.

         Apenas terminó de pensar aquello cuando cayó en la cuenta de algo. Amber no solía hacer cosas femeninas; de hecho, muy rara vez la veías haciendo algo propio de una mujer. Y eso significaba que iba ser más difícil convencerla de que hiciera algo como aquello, lo que quería decir que…

         Una nueva idea apareció en la mente de Krystal, y ante la mera imaginación de su resultado comenzó a reír.

-¿De qué te ríes, Krys-Krys? –la miró Luna con curiosidad. No, borra eso: extrañeza. Todas la miraban exactamente de la misma manera.

-¡Ya tengo el perfecto reto para Amber! –anunció Krystal, contentísima.

-¿Ah, sí? –Victoria miró a la maknae con las cejas levantadas.

-¡Sí, sí! –respondió Krystal entre risas.

-Hum, algo me dice que no me va a gustar –comentó Amber ante el comportamiento de la jovencita.

-En ese caso, ¿cuál es tu idea? –le preguntó Sulli, desprendiéndose de los brazos de su Umma.

         Krystal rió un poco más antes de decir:

-Vengan, chicas –les hizo un gesto con la mano para que se acercaran. Las demás se miraron entre sí antes de avanzar a gatas hacia ella-. No, Amber –detuvo Krystal a la aludida-. Tú no.

         Con una mueca, Amber retrocedió de vuelta a su almohada.

-¡No es justo! –protestó, como una niña pequeña.

         Krystal entornó los ojos antes de sacar su celular del bolsillo de su polerón y pasárselo a Amber.

-Bien, juega con él si quieres –dijo a regañadientes, aunque en el fondo sabía que Amber siempre moría de ganas de jugar con su teléfono, así que le pareció la forma más apropiada de distraerla.

-¡Viva! –exclamó Amber, tomando el celular de Krystal y desconectándose del mundo real de inmediato.

-Eso ayudará –dijo Krystal antes de dirigirse a sus amigas en susurros-. Bien, chicas, acérquense un poco más; no quiero que Amber escuche nada.

         Victoria, Sulli y Luna hicieron lo que les pedía.

-Bueno, mi idea no es nada simple, pero creo que valdrá la pena realizarla –comenzó Krystal.

-Oh, me suena a que será algo divertido –susurró Luna-. Cuenta, cuenta.

-Bien, bien –dijo Krystal-. ¿Qué les parece esto: que Amber bese a alguno de los chicos de la agencia... en los labios? –propuso, señalando su propia boca.

         Las tres chicas alrededor de ella, como acto reflejo, se taparon la boca fuertemente con ambas manos, ahogando un grito de sorpresa.

-¡Qué genial! ¡Será súper! –comentaron entre ellas.

-¡Chicas! –les susurró Krystal-. No se desconcentren.

         Las demás se callaron y asintieron.

-Como veo que la idea les gustó, ahora nos toca decidir a quién debe besar Amber.

         Nuevamente, las cuatro chicas se sumieron en pensamientos profundos. Krystal, además, aprovechó de echarle una ojeada a Amber: seguía perdida dentro del mundo de su celular, lo cual era un alivio. No quería que nada se echara a perder.

-Que bese a Key –susurró Luna.

-No, no –dijeron Krystal y Sulli.

-A Donghae –susurró también Victoria.

-¡No! Es su hermano, ¿recuerdas? –dijo Krystal.

-Ah, cierto. El Dino Trio –apuntó Victoria con una sonrisa.

-Entonces, ¡con Jonghyun! –exclamó Sulli… en susurros.

         Luna la miró con los ojos entrecerrados.

-Ni se te ocurra volver a mencionar eso –dijo con una voz que asustó a Sulli.

-¿Y entonces? –preguntó Sulli con voz temblorosa.

-Pues… -comenzó Krystal, pero Victoria la interrumpió.

-¡Ya sé! ¡Con Kris!

-¡¿KRIS?! –esta vez, fue Krystal junto con las dos otras chicas, las que se taparon la boca para evitar echarse a reír a todo pulmón.

-¿Qué tiene? –preguntó Victoria con un puchero.

-Nada –consiguió decir Krystal-. De hecho, ¡es perfecto!

-¡Sí! –la secundó Sulli-. ¡Yo también quiero verlo!

-Esto va a ser lo mejor –concordó Luna-. Kris es tan inexpresivo y aburrido… necesita un poco de acción en su vida, ¿no creen?

         Las demás asintieron con grandes sonrisas en sus caras.

-¡Entonces está decidido! –anunció la maknae-. Aunque… ¿saben qué? Me huele a que Amber no querrá hacerlo, así que, si pudieran…

-No te preocupes –dijo Victoria, captando la señal-. Nos haremos cargo de eso.

         Sulli y Luna se miraron entre sí cómplice y malévolamente.

-Perfecto –concluyó Krystal, levantando el pulgar de su mano derecha a modo de aprobación.

         Las cuatro deshicieron su pequeña reunión y se acercaron lentamente a su Hyung, que no parecía haberlas visto debido a que estaba muy ocupada entreteniéndose con el iPhone de Krystal.

         Victoria se acercó, muy silenciosamente, a Amber por sus espaldas, mientras que el gorrión y la niña azúcar flanquearon a su Unnie por los lados.

Con un movimiento rápido, Krystal le quitó el celular a Amber.

-¡Eh! –se quejó Amber, mirando a la muchacha suplicante-. ¡Estaba en el último nivel!

-No te preocupes, Unnie –la tranquilizó Krystal, manipulando su iPhone-. Guardaré el juego para ti.

-Ah –Amber suspiró de alivio. Fue entonces cuando se fijó en sus amigas alrededor de ella, encerrándola-. ¿Qué ocurre? –preguntó, algo insegura.

-Ya hemos decidido cuál va a ser tu reto, Unnie –contestó Krystal a su interrogante, mirándola con una sonrisa maliciosa.

-Muy bien… -Amber las miró a cada una de ellas, insegura-. Entonces… ¿Qué tengo que hacer? –prosiguió con cautela.

-Es simple: tienes que besar a Kris en los labios –soltó Krystal de una.

-¡¿YO QUÉ?! –Amber llegó a saltar de la impresión que se llevó.

-¡¡AHORA!! –gritó Sulli.

         Las cuatro se abalanzaron sobre la Tomboy.

Era un espectáculo el que se veía en el cuarto de f(x): un escenario de lucha libre. Aunque en este caso, era de una contra cuatro, y Amber no pudo hacer mucho antes de que sus compañeras lograran sujetarla fuertemente de pies a cabeza.

-Tienes que hacerlo, Unnie –dijo Krystal-. Es un reto.

-¡NO! ¡Están locas! ¡Todas ustedes! –gritaba Amber sin parar, retorciéndose en el suelo como una sanguijuela, intentando soltarse del agarre de las chicas. Estaba completamente aterrorizada.

-Lo siento, Ambie, pero desde que tú escogiste un reto, tienes que hacerlo –le recordó Victoria.

 -¡Lo sé, pero cualquier cosa menos eso! –seguía vociferando su Hyung. Sin que ella lo notara, Luna hizo un esfuerzo y le ató una cuerda de saltar a la cintura, la misma con la que Sulli había estado jugando hace unas horas. Y digo sin que Amber lo notara, porque ella creyó que Luna la quería aprisionar aún más por la cintura.

-¡¡NO!! ¡YA BASTA! –Amber estaba completamente fuera de sus cabales, y así y todo, las chicas, de alguna manera, lograron pararla y la empezaron a arrastrar hacia la puerta de entrada.

-¡Ya sé! ¡Voy a grabar esto! –Krystal soltó a Amber y corrió hacia la puerta para abrirla.

-¡Ni se te ocurra, Krys! ¡Ya, suéltenme! ¡Les dije que no lo voy a hacer! –chilló Amber desaforadamente.

-Ya se me ocurrió, Am –apostilló Krystal bajo el marco de la puerta mientras sacaba su iPhone y cambiaba la cámara a modo de video-. ¡A ver si me alcanzas! –dijo juguetonamente antes de desaparecer de la vista de su Unnie.

-¡Te voy a matar, Krystal Jung! –le gritó Amber antes de volver a tironear a las chicas para escapar. Claro que no le resultó.

-Y esa es la historia –termina de relatar Krystal a la cámara- del porqué Amber está actuando así y por qué la tenemos raptada –agrega con una risita, secundada por las demás.

-Ja, no le veo la gracia –dice Amber irónicamente. El ascensor se detiene con un agudo ¡Ping! antes de abrir sus puertas al quinteto dentro de él.

-¡Venga, chicas, es hora! –Krystal es quien sale primero del ascensor a saltitos. De la misma manera se acerca rápidamente a una puerta de color blanco instalada en una pared construida en el amplio piso, cuyo letrero dorado pone, con grandes letras en fuente Times New Roman:

EXO

-Bien –dice Krystal para su cámara-, ahí va.

         Mientras las demás integrantes del grupo se debaten en trasladar a Amber a rastras hacia el dormitorio de los chicos, Krystal da tres golpes limpios en la puerta con su mano libre.

-¿Quién es? –responde al toque una voz masculina.

-Soy yo, Krystal –responde la chica sonriendo para sus adentros.

¡Primer capítulo al aire!

¿Qué les ha parecido?

Su opinión me interesa mucho, de verdad :)

¡Gracias por leer el primer capítulo de mi novela KrisBer, This Kiss! ^^

Janice Avery.