La brisa de otoño envolvía a aquella chica, aun en ese periodo del año hacía algo de frío, y ella estaba con los brazos descubiertos. El bao salía de sus gruesos labios titiritantes y humedos. El, se acercó sin saber por qué, arqueó un poco el labio y se situó tras ella. Lentamente se quitó su abrigo y se lo pasó por sus hombros desnudos. Ella sintió un escalofrio recorrer su cuerpo y sin girarse sonrió."Gracias.". Tras ella estaba el, con sus manos posadas en los hombros de ella, sin conocerla, sin mirarle a la cara ni intercambiar una mirada esperó pacientemente a que el autobus llegase.