No te vayas, quédate conmigo- dije mientras corría detrás de la pequeña, que corría hacia la carretera mientras se reía.

PARE, PARE -grité lo más fuerte que pude, la chica se detuvo en seco y se volvió para verme con una expresión de asombro y miedo al mismo tiempo.

S-lo siento- dijo con la voz quebrada, bajó la cara avergonzada. Me acerqué a ella y me incliné para levantar su rostro.

Oye, no hagas eso, es peligroso que te pueda pasar algo malo -le dije mientras le echaba el pelo detrás de la oreja.

Lo siento tía Irene- dijo con un puchero.

Está bien, no lo vuelvas a hacer, ¿de acuerdo? - dije mientras me ponía de pie y tomaba su manita, ella asintió y sonrió yo le devolví la sonrisa.

Vámonos a casa ahora- le dije mientras caminábamos por las calles de Seúl.

Llegamos a la casa de mi hermana y Minjeon soltó mi mano para correr por el jardín, caminé hasta la puerta de su casa, la vi y sonreí llegué a la puerta de la casa y toqué el timbre, a unos segundos abrió una mujer de de baja estatura, piel blanca y cabello castaño.  

¡Taeyeon unnie! La traje sana y salva- dije de manera divertida mientras sonreía, ella me devolvió la sonrisa y volvió su mirada hacia el jardín para ver a la pequeña corriendo.

¿Cómo estás? ¿Cómo se comportó? ¿Ella te dio problemas? - dijo devolviéndome la mirada, me miró con un toque de preocupación en sus ojos.

Cálmate, se portó bien, no te preocupes- Me reí un poco al ver su rostro, ella suspiró ante mi respuesta y sonrió.

Está bien, ¿quieres entrar? - ella preguntó.

No, no está bien, me iba- respondí rápidamente.

¿Está seguro? - Preguntó el mayor.

Sí, si no te preocupas- respondí rápidamente.

Vale, Minjeon ven a despedirte de tu tía- le gritó Tae a su hija, la niña corrió hacia donde estaban las mayores y vio a Irene con una linda sonrisa.

Adiós tía Irene, gracias por hoy me gusta mucho estar contigo- dijo la niña con una pequeña sonrisa mientras sus ojos se cerraban un poco.

Adiós chiquita, también me gusta estar contigo, la próxima vez que venga iremos por una pizza, ¿qué te parece? - dije mientras me inclinaba para abrazar a la pequeña.

Sí me encanta esa idea- dijo mientras saltaba y reía.

Genial, también me encanta la idea, nos vemos luego, ¿de acuerdo? - dije mientras sostenía sus manitas, ella asintió y entró a la casa.

Hasta luego unnie, cuídate y gracias por dejar salir a Minjeon conmigo- dije mientras me levantaba y la miraba, le di una pequeña sonrisa y ella me devolvió el gesto.

Por favor Irene, cuídate, no te metas en cosas que puedan hacerte daño- dijo con mirada triste y suspiró al verme.

Estoy bien unnie no te preocupes por mi, ahora me voy tengo cosas que hacer gracias de todos modos- le di una media sonrisa mientras me despedía de ella, caminé hacia el jardín para salir del lugar.

Caminé hasta el metro para ir a casa, bajé las escaleras y me senté a esperarlo, un hombre de mediana edad se sentó a mi lado mientras dejaba un maletín gris a un lado.

De tantos lugares que había, ¿viene y se sienta a mi lado? Suspiré molesto cuando sentí su presencia a mi lado. 

Se volvió hacia mí y sonrió un poco.

¿Tienes un minuto? - preguntó el hombre mientras me miraba.

No, no creo en Dios, por favor déjame en paz- respondí que sería, mientras me volvía para verlo y luego volvía la mirada a las pistas. 

Dio una pequeña risa mientras me miraba

No se preocupe, no estoy aquí, por eso quería preguntarle si le gustaría, el hombre no pudo terminar de hablar cuando lo interrumpí rápidamente.

No, no me gustaría salir contigo, perderme viejo- le contesté molesto, mientras lo miraba, soltó otra carcajada pero esta vez un poco más fuerte.

No, no, eso no es lo que quiero decir- me río un poco- lo que quería preguntar es si te gustaría jugar un juego conmigo- respondió con una pequeña sonrisa.

¿Jugar? ¿Con el? Quien demonios es él? - pensé mientras lo miraba con incredulidad, rodé los ojos para volver a las pistas.

No, vete ”, respondí secamente.

Diablos, ¿por qué el metro tarda tanto? Pensé mientras movía el pie de un lado a otro.

El metro se acercaba, así que me levanté y caminé un poco para esperarlo.

Bae Joohyun- sonó detrás de mí.

Me detuve en seco, abrí los ojos un poco sorprendido, mi rostro se puso un poco más pálido.

Me volví para verlo con un poco de terror en mi rostro y ya estaba a unos pasos de mí.

¿Quién eres tú? ¿Como sabes mi nombre? - le pregunté mientras lo miraba a los ojos asustada.

Bae Joohyun, 30 años, nacido en Buk-gu, Daegu. Vives con tu mamá, tienes una hermana y una sobrina, en 2014 te fuiste a vivir a Estados Unidos, sin embargo huiste porque tenías deudas y ahora la policía te busca. ¿Cuánto dinero debes? ¿A quién? - El hombre respondió rápidamente mientras sonreía y levantaba ambas cejas burlonamente.

T-tú c-cómo ¿CÓMO TE ATREVES A INVESTIGARME, QUIÉN ERES? ¿UN POLICÍA? ¿VENES A ARRESTARME? - Respondí sorprendida y enojada por lo que acababa de decir.

No, no quiero hacer eso, y no soy policía solo quiero ayudarte a pagar tus deudas eso es todo- respondió tranquilamente mientras sonreía y abría su cartera, en la que había tiras de billetes de 50.000 wones. .

Ven a jugar conmigo, por cada que ganes te doy 50.000 wones, ¿qué te parece?

Lo pensé, pero ¿cómo podía confiar en él? ¿Y si no es verdad? ¿Y si es así?

Pero no tengo dinero, no tengo como pagar si pierdo- dije sin pensar

Qué diablos acabo de decir, tal vez sea una estafa, esa estúpida boca mía que tengo. Miles de cosas pasaron por la mente.

No te preocupes, puedes pagar con tu cuerpo- respondió mientras sacaba dos cuadritos de papel, uno rojo y otro azul.

¿QUÉ? ¿PAGAR CON MI CUERPO? - Gritó asustada, la gente que salía del metro se volteó para mirarnos con extrañeza. - Ahora entiendo, quiere mi cuerpo, está loco-

Shh no, no me refiero a eso. Quiero decir que hay otras formas de pagar- dijo asustado por lo que había dicho.

Suspiré dubitativo. No podía confiar en él, ¿cómo podría hacerlo?

Vamos, elige un color- dijo mientras levantaba los dos cuadrados para poder elegir uno.

Elegí dudoso y tomé en azul, ella me miró y sonrió.

Por cada vuelta a mi cuadrado rojo ganas, pero si doy vuelta a tu cuadrado azul, gano. Lo entiendes? - Él dijo.

Entiendo- respondí con un poco de miedo.

Está bien, juguemos- dijo mientras dejaba su cuadrado rojo en el suelo.

Bueno, empieza- dijo mientras se hacía a un lado para poder tirar. Tiré mi cuadrado hacia el suyo pero no tuve suerte, ni siquiera pude moverlo de su lugar. Miré hacia arriba esperando que dijera algo, cuando de repente sentí un dolor en mi mejilla izquierda, me había abofeteado. ¿Me había pegado? ¿Lo que sucede? 

¿Que demonios fue eso? - respondí aturdido, mientras me frotaba la mejilla.

perdiste, dijiste que no tenías forma de pagar- respondió mientras se encogía de hombros- mi turno-

Tiró su cuadrado rojo y lo tiró cuando vi que mi cuadrado azul ya estaba del otro lado.

Noo, que diablos. Pensé mientras veía su mano llegar directamente a mi mejilla.

Ay, sonrió por su victoria.

Enojado agarré mi cuadro y lo arrojé hacia el suyo y ..... Nada. Otra vez no, otra bofetada.

 Jugamos varios minutos y no pude ganar. ¿POR QUÉ? Mi mejilla ahora ardía.

Tiré lo más fuerte que pude y cerré los ojos esperando otro golpe pero no llegó, abrí un ojo para ver qué pasaba cuando lo vi tenía una sonrisa en su rostro mientras en su mano tenía un billete .

Abrí el otro ojo y lo vi a él y luego a los cuadrados.

¿Lo hice yo? LO HICE - grité de emoción. No más golpes, toma el dinero de tu mano 

Otra vez- dije mientras sonreía. Él sonrió y asintió con la cabeza. Jugamos más tiempo y yo iba ganando, la gente que pasaba nos miraba con extrañeza pero a mí no me importaba.

Bueno, veo que te gustan los juegos, quiero invitarte a jugar con nosotros- dijo mientras sacaba una pequeña tarjeta de su chaqueta y me la entregaba- el ganador se lleva un gran premio, piénsalo y llama me. - Dijo con la misma sonrisa que tenía al principio.

Verifique que la tarjeta sea de un color marrón claro, ¿tal vez color arena? Yo no sé. Llevaba un círculo, un cuadrado y un triángulo. "Extraño" en el reverso de la tarjeta era un número de teléfono.

¿Entonces te llamo si quiero jugar contigo? - dije mirando hacia arriba para verlo, pero cuando vi que no había nadie. -oh- suspiré. Conté el dinero que había ganado mientras esperaba el metro. Llegó el metro y subí.

Cuando llegué a la parada donde me estaba bajando, me levanté y salí del metro.

Salí de la estación y caminé hacia mi casa, minutos después de llegar abrí la puerta y me quité los zapatos.

¿Madre? - le pregunté mientras revisaba las habitaciones, ella salió de la cocina y sonrió al verme.

Pero que te paso? Mira esa linda cara tuya, no puede ser así, ven aquí- dijo con tono preocupado mientras agarraba una silla para poder curar mi mejilla.

Está bien mamá, estoy bien no te preocupes- respondí mientras tomaba sus manos- pero ¿adivinen qué? Te traje un regalo. Saqué un bonito collar y se lo enseñé. 

Me miró sorprendida y sonrió mientras me daba un tierno beso en la frente.

Gracias cariño, pero no fue necesario.  - dijo con una sonrisa me levanté para ponérmelo, se ve divino, sonreí y la abracé, saqué el dinero y se lo di a la mano, ella arqueó las cejas sorprendida.

¿De dónde sacaste esto eh? ¿Es por eso que te golpean la cara? ¿Peleaste con alguien? - dijo preocupada mientras agarraba mi rostro.

No mamá, nada de eso, lo gané limpiamente, no te preocupes- sonreí para tranquilizarla. - Vamos a dormir ahora, ¿de acuerdo? - le pregunté mientras tomaba sus manos.

Pero tu cara- la interrumpí antes de que le importara más.

Está bien, vamos a dormir estoy un poco cansada- dije mientras la arrastraba a su habitación, ella accedió un poco dudosa y se dejó llevar.

Me di una ducha, me puse el pijama, me fui a la cama, me dolía un poco la mejilla así que me di la vuelta, recordé la tarjeta me detuve a buscarla . Lo agarré y me subí a la cama, verifiqué el número en la parte de atrás. Cogí mi celular y puse el número antes de marcar, un millón de cosas me vinieron a la mente. Suspiré y marqué.

Tin-tin ... Hola, si quieres jugar por favor di tu nombre completo y tu fecha de nacimiento- respondió una grabadora? Dudé un poco.

Bae Joohyun, 29 de marzo de 1991- Dije detrás de la línea, no había vuelta atrás, había terminado.