El cielo puede llegar a ser tan cruel te arrebata de manera vil el verdadero tesoro del ser humano. Puede ser tan feroz de apartarte de lo que realmente es valioso de uno, ¿Qué entiende el cielo?, si el mismo paraíso se había vuelto el infierno en su agonía, en sus brazos; con su ultimo respiro. Con el recuerdo de esas lagrimas rogando por vivir, por amar ¿había hecho suficiente? ¿Qué capacidad tenia realmente? Si no cumplió la única promesa valiosa de su vida.

Era una locura, una locura contenida entre su cuerpo y su mente… con deseos de matar, de llorar, de gritar y destruir todo a su alrededor, no sabía qué hacer. El dialogo entre ella y el cielo, tenía horas haciendo preguntas, primero a un ser omnipotente; luego a vida misma y al cielo como el lugar donde seguramente ella estaría. Finalmente se osó a preguntarle ¿Por qué me dejaste? Y fue incontenible, el dolor revivía en su pecho dejándola sin fuera para siquiera sostenerse. ¿Cómo explicar? ¿Cómo razonar? ¿Cómo sanar? ¿a quién debía rogar su regreso?

Cerro los ojos, con la vaga esperanza de que ella apareciera a su lado y tenía miedo de abrirlos, de enfrentarse a una realidad sin ella, sin esa sonrisa que últimamente hacia estragos en sus pensamientos, si sentir sus manos entrelazadas; sin nada de ella… se había desvanecido su esperanza saberse viva. Había lamentado acercarse a su ventana y notar que la vida sigue después de ella, aun en la noche… el resto sigue incluso Kim So Jung, incluso el grupo debe seguir de una u otra forma; juntas o separadas más se le hace injusto que la locura les arrebatara de ella.

Su mente volvía a caer en un limbo donde todas las ideas y pensamientos pasan, pero no parecen importantes donde tu cuerpo parece mirar, pero sin un punto enfocado pero los sentimientos se conservaban, donde pareciera que la perdida es la única emoción que se encarga de hacer reaccionar el cuerpo, pues el llanto vuelve una y otra vez. Donde la desesperación, rabia, odio e incluso amor se mezclan dejándote en la nada; con las mismas preguntas sin respuestas las mismas lágrimas, aunque con distinto sabor siguen siendo iguales.

Ya nada se puede hacer, el tiempo no concede deseos y aun cuando el odio se fija en una persona; hacerle daño no le hará volver. Vuelve su mirada hacia la noche e imagina que le ve, imagina que hay palabras, palabras que en vano tratan de sanar su dolor; y otras que guardo como el tesoro más preciado.

Tanto tiempo, tantos juegos que le hubiese gustado que fuesen realidad y todo por una absurda tontería, una pelea que era la estupidez más grande; ahora deseaba pedirle perdón, ahora quería abrazarla… ahora que la necesita tanto ¿Por qué? ¿Por qué fue tan estúpida en lastimarla?  Su dios no la escuchaba… ¿Qué sería de ella el día de mañana?

No quiero estar sin ti --- fue su dialogo a la nada, ¿qué clase de soledad es esta? Donde arrancan su luz y te vuelven miserable ¿Qué odiaban de ella? Mientras recuerda su manera sutil de decir adiós

Se fue, se fue… ella se fue --- esa sonrisa…no, no, no; ella no lo quería creer mañana la vería… mañana despertaría. Pero la puerta se abre. No quiere mirar, esconde su rostro entre las rodillas rogando que el sufrimiento se detuviera. En tanto el peso sobre ella aumenta, el calor de más de un par de brazos la rodea.

El silencio solo era su manera de empezar aceptarlo, esa risa era ahora su recuerdo más preciado para ellas; sus gestos infantiles, sus modos; los detalles que antes parecían manías ahora se vuelven el recuerdo más importante no podrían volver el tiempo atrás y abrazarla una última vez… tal vez no era necesario.

Silencio y llanto tenían que asimilarlo. Aceptar que la muerte es una realidad.