La Persona Imperfecta

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Description

Tal vez no sea perfecta, pero es la persona correcta para ti. 
No eliges de quien te enamoras, y cuando el verdadero amor llega a tu vida, te sientes completo no te falta nada. 
No importan las circunstancias, ni el tiempo, ni la cantidad de personas que pasen por tu vida, eres de quien te acuerdas cuando sientes que algo te falta.

Foreword

Tenía una vida feliz y tranquila. La persona con quien actualmente disfrutaba de una relación, la amaba, la cuidaba y la protegía, todo lo que siempre soñó. A ojos de cualquiera era la persona correcta, dulce y apasionada, perfecta para ella. A simple vista, juntas formaban la pareja ideal.

¿Pero realmente era feliz? ¿Realmente se sentía completa? Aparentar no es lo mismo que sentir honestamente con el corazón...

Quería ser feliz, pero estaba atada a un pasado que no lograba sacar de su vida...

Hoy precisamente a pesar de sus fracasos constantes para olvidar, una vez más, se había vuelto a acordar de ella, de su pasado. Siempre llegando al punto de odiarse a sí misma por recordar con desesperación a aquella persona que aunque mil veces ha querido sacar de sus pensamientos y sentimientos, se había apoderado de su corazón...
... Solamente quería ser y sentir lo que era antes de que aquella rubia llegue a su vida, quería corresponder plena y completamente a los sentimientos de la persona que ahora tenía en su presente, pero simplemente no podía...

El teléfono sonaba insistentemente en su departamento como si la persona del otro lado tuviera la urgencia de que su llamada fuera contestada; se percató de aquel sonido a lo lejos pues se encontraba en su balcón regando agua en las pequeñas plantas que tenía en el pequeño espacio. Aprovechaba aquella tarea para deleitarse con la vista que le ofrecía la estructura edificada de la ciudad.

Caminó hacia el interior del lugar, el teléfono se encontraba en una pequeña mesa circular de vidrio junto a la pared, cerca de los sofás del estar; puso su mano sobre aquel aparato, pero este dejó de sonar antes de que pudiera levantarlo, se dio la vuelta para regresar a su labor, pero este comenzó a sonar de nuevo, se giró una vez más sonriendo por lo tonta que se veía girando en su propio eje y esta vez contestó.

Se quedó en silencio, sin moverse un ápice de su lugar como si el tiempo se hubiese detenido en ese instante.

—si soy yo... —Titubeante respondió a su interlocutor y volvió a quedarse en silencio; estaba impávida, sólo aquella persona podía hacer que muera lentamente con escuchar el sonido de su voz

—¿qué quieres? —intentó ser lo más fría posible, a pesar de que su cuerpo temblaba notoriamente —no puedo... déjame en paz... ya te dije que estoy rehaciendo mi vida, tengo una relación... por favor no vuelvas a llamarme —y antes de que pudieran alegar algo más del otro lado de la línea, bruscamente cerró el teléfono y arrancó el cable para no volver a recibir ninguna llamada más.

Escuchar de nuevo aquella voz era más de lo que podía soportar, apegó su espalda a la pared resbalando de a poco hasta llegar al suelo, abrazó sus rodillas hacia su pecho fuertemente y enterró su rostro entre ellas, quedándose en esa posición dejando que el tiempo transcurriera, intentando no pensar, no sentir...

La puerta se abrió lentamente y una sonriente morena entraba sosteniendo un ramo de rosas en su mano, que se le resbaló al piso, al ver a su novia en esa posición.
—Tiffany mi amor, ¿estás bien? —corrió hacia ella, se puso de rodillas y la abrazó protectoramente —¿qué sucedió? ¿Desde cuándo estás así? — asustada intentaba hacer contacto visual con la pelinegra, quien levantó su cabeza para encontrarse con los preocupados ojos de su novia y sin poder controlarse se abalanzó sobre ella colocando sus brazos alrededor de su cuello y comenzó a llorar, lloró con toda el alma, como si el dolor que sentía pudiera irse en cada lágrima.

—¿es Taeyeon verdad? —la menor la apretaba contra sí, haciéndole saber a su novia que estaba ahí para consolarla, para protegerla. La mayor solamente asintió pues las palabras estaban demás en ese momento. Yuri, su novia actual, conocía muy bien su pasado pues este de un modo u otro, siempre había estado presente en su relación. La morena solamente se acomodó mejor sentándose junto a la pelinegra abrazándola con fuerza, acariciando su sedoso cabello, y besando su cabeza cada cierto intervalo de tiempo. Las horas transcurrieron así, hasta que la menor sintió que los espasmos irregulares de la pelinegra habían cesado, se había quedado dormida, la ayudó a levantarse, para llevarla hacia su cuarto y recostarla en la cama.

Flash back

disculpe señorita. este asiento está ocupado la joven pelirroja se encontraba sentada en uno de los asientos del área de espera para tomar su vuelo hacia Corea

pues yo no veo ningún rótulo que asegure aquello una rubia prepotente tomó asiento en aquel espacio libre.

le digo que está ocupado esta vez la pelirroja elevó su tono de voz, mientras le dedicaba una gélida mirada a la rubia abusiva.

ya le digo yo a usted que no veo que este asiento sea de su propiedad la joven se cruzó de brazos y prácticamente se recostó en el asiento; la pelirroja se quedó observándola molesta pero no podía distinguir si aquella joven ya se había quedado dormida al instante, pues tenía puestas unas gafas de sol negras que cubrían sus ojos.

ten, este es para ti su mejor amiga llegó en ese instante con dos vasos de latte y le extendió uno ¿Tiffany sucede algo? se extrañó al ver a su amiga con el ceño fruncido y su labio inferior sobresalido, la conocía muy bien para saber que estaba molesta.

pasa que esta persona regreso a ver a la bajita a su lado, quien realmente parecía que se había quedado dormida abusivamente tomó el puesto que yo te estaba guardando

ya le dije que este puesto no es de su propiedad volvió a hablar la joven, pero no se movió de su posición tan despreocupada.

podemos ir a otro lugar Fanny la joven que aún conservaba los vasos de café en sus manos intentó intervenir pues notó las intenciones de su pelirroja amiga de seguir discutiendo con aquella rubia.

pero este puesto era nuestro y...

Fanny no pasemos discutiendo con una extraña los últimos minutos que estaremos juntas a pesar de que, entre las dos amigas, la rubia era quien tenía un terrible mal carácter, ese día intentó portarse tranquila, pues la pelirroja su mejor amiga, se trasladaba a vivir Corea por tiempo indefinido.

de acuerdo Jess– aceptó la menor levantándose de su asiento y tomando sus maletas – ojalá pierda su vuelo – bufó molesta a la rubia y siguió caminando con su amiga detrás de ella.

El tiempo es relativo. A veces parece detenerse e ir más despacio, y en otras ocasiones cuanto más deseas que los momentos especiales se extiendan en el tiempo o se congelen indefinidamente para disfrutarlos más, los segundos se vuelven caprichosos acortándose inesperadamente.

te voy a extrañar la pelirroja de hermosa sonrisa abrazaba por vigésima vez a su amiga que tampoco rechazaba esas muestras de afecto.

yo también Fanny, espero verte pronto, llámame en cuanto llegues por favor se separó de ella regalándole una sonrisa y un beso que solo significaban la despedida. Para mala suerte de ambas, ese sincero momento de amistad fue interrumpido por un empujón que hizo tambalear a las jóvenes, voltearon a ver para encontrar a la causante de aquel impase, encontrándose con aquella molesta rubia que ingresaba al área de abordaje

ya vete que lloraré – Jessica intentó ignorar aquel incidente.

te quiero Sica, te llamaré caminó con mucha nostalgia hacia la zona de revisión, posterior a la zona de abordaje donde revisaron su pasaporte, entregó su boleto y subió al avión buscando su asiento lo que me faltaba – se quejó al darse cuenta que aquella rubia molesta iba en su mismo vuelo y por si el destino no estaba seguro de haberle arruinado su día, su asiento estaba junto al de ella.

perfecto se quejó la rubia también, al notar la presencia de la pelirroja.

no crea que para mí es agradable sentarme a su lado Tiffany tomó asiento y se giró levemente para no observarla.

Catorce horas de vuelo juntas, ni se conocían y ya se odiaban por suerte la rubia se había quedado dormida gran parte del vuelo porque de otro modo las hubiesen lanzado del avión por armar escándalo; lo que la pelirroja no se esperaba era que aquella molesta joven inconscientemente se recostaría sobre su hombro, pensó en empujarla, pero al observar aquel rostro tan delicado e innegablemente hermoso, prefirió dejar a la joven en aquella posición "¿cómo puede alguien tan linda ser tan idiota?" pensó en voz alta.

lo mismo opino yo la rubia se acomodó mejor, y la pelirroja se quedó en silenció temiendo que la joven no hubiese estado dormida, pero al parecer le había respondido entre sueños pues su respiración era igual de pausada que antes, eso causó que la menor sonriera.

Al llegar a Corea, después de unas no muy cordiales palabras con aquella rubia, ya que la muy perezosa quería seguir durmiendo en el hombro de la pelirroja y esta la empujó bruscamente, al fin se separaron, aunque eso no duró mucho pues en la salida se pelearon por tomar el mismo taxi, ganando la bajita aquella batalla, y como si eso no fuera suficiente se hospedaron en el mismo hotel.

deja de seguirme le reclamó la rubia en el ascensor, ¿o es que también compartiremos la misma habitación?

ni en tus sueños respondió la menor y salió del ascensor, tercer piso habitación 308, la bajita salió de igual manera pues su habitación era la 309.

puedes visitarme en las noches se burló la rubia de la menor obteniendo un "imbécil" como respuesta, sonrió ante ello y entró a su habitación.

De ese modo se conocieron, y la regla de que el negativo y positivo se atraen no hizo una excepción con ellas.

La segunda noche en el hotel, la tarjeta de Tiffany no funcionaba al intentar abrir la puerta de su habitación. La rubia llegaba en ese momento a su habitación también, encontrándose a la frustrada pelirroja luchando por abrir su puerta.

¿es que acaso todo lo que tocas dañas? se burló de nuevo.

no me molestes – respondió la pelirroja mientras sacudía la puerta para abrirla. La rubia suspiró y se acercó hasta ella, le quitó la tarjeta de las manos se abre así pasó la tarjeta por el detector y la puerta se abrió.

gracias atinó a decir la menor al ver como la rubia se alejaba.

el favor no es gratis en media hora paso por ti para salir a cenar entró a su habitación y cerró la puerta. La mayor no podía negar que desde el día que conoció a aquella pelirroja en el aeropuerto no dejaba de pensar en ella, aquella joven sin saberlo le había flechado el corazón...

A partir de esa salida a cenar su relación mejoró, con el tiempo se convirtieron en conocidas, dando paso a una larga amistad y por último iniciaron una relación como algo más: una pareja; llegando al punto de amarse con locura, pasión y ternura. No necesitaban más, se tenían una a la otra y eso era suficiente para ambas...

Fin del flash back

— buenos días — se había quedado profundamente dormida hasta el siguiente día, es lo único que recuerda pues aún no sabe cómo llegó a su cama.

—buenos días —la morena se encontraba en la cocina de espaldas a ella, preparando el desayuno y fugazmente se volteó para regalarle una sonrisa a la mayor. Tiffany se acercó para abrazarla y regalarle un beso, la pelinegra giró su cabeza sutilmente de modo que el beso que iba directamente a sus labios terminó en su mejilla, hecho que no pasó desapercibido para la pelinegra, pero intentó no complicar más las cosas después de todo Yuri había sido demasiado considerada con ella aceptando que de un modo u otro que Taeyeon esté presente siempre en su relación.

Colocaron el desayuno en la mesa y tomaron asiento una frente a la otra, generando un silencio que cada vez se volvía más incómodo.

—Yuri yo...

—no digas nada por favor —sonrió la menor y colocó su tibia mano sobre la de la pelinegra que reposaba sobre la mesa —tienes que hablar con Taeyeon —apretó su mano con suavidad; la mayor iba a responder, pero Yuri continuó hablando —Tiffany no quiero seguir luchando una guerra que al parecer la tenía perdida desde un principio, yo te amo y sé que tú también, pero no puedo continuar de este modo — soltó un suspiro —  la única persona que puede resolver sus miedos e inseguridades eres tú. Yo te estaré esperando por si decides regresar, pero si no lo haces no quiero que con el pasar del tiempo cuando ya sea tarde regreses a buscarme — la pelirroja bajó su mirada y prefirió observar su mano que era firmemente sostenida por la de la morena.

Siempre había sido así, Yuri se había convertido en su apoyo incondicional, pero ella... ¿que era ella para Yuri?

 — no pienses que estoy condicionándote —la menor retomó sus palabras —solamente quiero que seas feliz y yo también quiero serlo — continuó explicando sus razones, y lentamente retiró su mano de la de Tiffany.

No le dio tiempo para que intente siquiera responder y es que tampoco sabía que decirle porque su cabeza era un mar de pensamientos y confusión. Yuri se levantó de la mesa sin terminar de desayunar, se acercó a la pelinegra y beso su frente una vez más; aunque para Tiffany ese simple beso no se sentía más que a una despedida. Vio como la menor, tomó sus cosas, una maleta que tenía ya en la entrada del apartamento y salió de él sin decir más.

Flash back

¿te he dicho cuanto te amo? —se encontraban recostadas en el suelo alfombrado de su habitación, desnudas, cubiertas por una fina sabana que las calentaba. Abrazadas, disfrutando de la sensación que el contacto de sus cuerpos les brindaba.

No que yo recuerde la pelirroja intentó burlarse de su rubia novia. Una sonrisa cómplice se coló en su rostro mientras acomodaba su cabeza en el pecho de la mayor.

Te amo le dijo notoriamente molesta ¿cómo es posible que ignores todas las veces que te lo he dicho? suspiró fuertemente y apretó a la menor contra sí.

Tae no seas dramática, siempre me lo dices y sabes que me encanta levantó su mirada para observar el terso rostro de la rubia, haciendo contacto al segundo con aquellos profundos ojos marrones. Sintió como un escalofrío recorría todo su cuerpo. Todo eso y más ocasionaba Kim Taeyeon en ella.

Te repetiré de nuevo por si se te olvida la mayor acarició con su mano libre la mejilla de la menor te amo hizo una pequeña pausa para lo que quería decir realmente perdóname por favor no volveré a fallarte, pero...


shhhh Tae no digas nada, lo sé, perdóname tú también a mí no quise gritarte así, yo lo lamento.

lo sé... de todos modos lo merecía, no quiero perderte Miyoung, tu sabes que por amarte soy capaz de morir una y mil veces... Mi amor cásate conmigo... pidió de la nada.

Aquella demostración de amor, era debido a una reconciliación después de haber discutido. Después de que Tiffany ofendió a la bajita con decenas de palabras sin sentido producto de la ira, después de haber llorado inconsolablemente y de haberle pedido a Taeyeon que terminaran su relación, y que la mayor le pidiera perdón una vez más.

Esta era una reconciliación más que se sumaba a su larga lista, pues no era su primera pelea, pero siempre era igual y siempre por el mismo motivo, la falta de atención de Taeyeon hacia Tiffany.

 

La rubia muchas veces se desaparecía de la faz de la tierra, sin contar con los viajes imprevistos que tenía que hacer fuera del país, reduciendo a nada el tiempo para compartir con la pelirroja por ello habían acordado pasar por lo menos los fines de semanas juntas, amándose como la pareja que eran.

Esos dos días eran intocables, pero Taeyeon la mayoría de veces lo arruinaba despareciéndose esos días también y dejándola plantada; esto obviamente enfurecía a la pelirroja y terminaban siempre de la misma forma, discutiendo terriblemente, peleando como si fuera una guerra, y después de aquello reconciliándose de la misma intensa manera: diciéndose palabras de amor para disculparse la una a la otra, demostraciones que terminaban casi todas las veces en la cama.

Su relación era intensa, un círculo vicioso al que estaban acostumbradas y del cual no estaban dispuestas a salir, pues Taeyeon necesitaba a Tiffany como su droga personal y la pelirroja simplemente no podía funcionar correctamente sin Taeyeon.

Sabes que no aceptaré casarme contigo hasta que te quedes a mi lado todos los días, hasta que seamos una pareja estable, no quiero que parezcas mi novia de ocasión, mientras eso no suceda ya te he dicho que no nos casaremos la misma respuesta ante el mismo pedido, siempre era igual. Pero se sentían tranquilas al finalizar ese casi ritual ya que su manera no hablada de saber que todo seguía igual entre ellas.

lo sé suspiró la mayor prometo que muy pronto me quedaré a tu lado para siempre – acercó su rostro al de la pelirroja y con su brazo apretó el cuerpo de la menor hacia ella aún más de ser posible, provocando un fogoso beso, lleno de necesidad, pasión y sobre todo amor.

El sonido de unos fuertes golpes en la puerta de entrada al departamento las hizo separarse bruscamente. Taeyeon se levantó del piso y se vistió rápidamente, abrió el primer cajón de su armario y sacó una pequeña pistola de él, la pelirroja al observar aquello se quedó petrificada, la castaña se acercó y volvió a besarla en los labios vístete y coloca seguro en la puerta – le pidió al separarse de ella, salió del dormitorio y cerró la puerta tras de sí. La pelirroja se levantó rápidamente y tal como Taeyeon se lo pidió se vistió, corrió hacia la puerta para poner seguro y apegó su oído a ella para escuchar del otro lado; creía que un ladrón se había metido en el departamento, pero se paralizó al escuchar algunas voces, forcejeos, golpes, gritos, quejidos y cosas romperse. Sin pensarlo dos veces abrió la puerta y corrió a la sala, se quedó inmóvil ante la escena ante sus ojos, era como en las películas casi diez policías se encontraban en el lugar, rebuscando y empujando todo a su paso, tres de ellos sostenían fuertemente a Taeyeon que intentaba poner resistencia banalmente.

¡Tú! uno de los policías señaló en dirección a la pelirroja no te muevas – le apuntó con una pistola.

La pelirroja, no se movió un ápice de su posición, todo transcurría en cámara lenta para ella, no entendía nada, pero era demasiado para ella, los gritos de Taeyeon la sacaron de su trance – ¡¡no la toquen!! ¡¡Ella es inocente!! Yo soy a quien buscan – gritaba una y otra vez hasta que sus gritos fueron silenciados por un golpe en el estómago que le propinó uno de los policías que la sostenía.

Tiffany volvió a quedarse en blanco, las palabras de Taeyeon y ver cómo era golpeada nublaron sus pensamientos, abrumándola aún más. Todo pasó tan rápido para ella que para cuando volvió a reaccionar una vez más, estaba siendo llevada en una camioneta a la policía; empujaron a Taeyeon a su lado quien durante todo el camino no dejaba de pedirle perdón, pero la pelirroja la ignoró por completo.

 

Lo comprendió todo después, Taeyeon le había ocultado quien era realmente, y a pesar de que Tiffany sabía que traficar cocaína era repugnante, ilegal y a la vista de los demás un crimen, lo único que le perturbaba y le dolía es haber sido engañada por la mayor. A los tres días salió libre, después de todo Taeyeon había cuidado de no involucrarla en sus asuntos ilícitos; en cambio la castaña afrontaba varios cargos en su contra, la habían sentenciado a veinte años de prisión, aunque sus abogados habían logrado reducir los años a la mitad.

La pelirroja salió de aquel lugar, perdida sin rumbo, sin ilusiones, devastada emocionalmente, y aunque estuviera libre físicamente, su corazón se había quedado encerrado dentro de esa cárcel junto con la castaña.

No quiso saber más de Taeyeon a pesar de las insistentes llamadas de la bajita, desde ese día para ella todo había terminado, desde ese día había enterrado a Taeyeon y su historia con ella en lo más profundo de su ser.

Una noche en un club nocturno donde trabajaba como cantante, conoció a una hermosa morena con la que al instante tuvo una fuerte atracción física, una conexión que la tomó como la señal que necesitaba para darse una nueva oportunidad... intentar dejar su pasado atrás

Fin del flash back

Una semana transcurrió lentamente para ella; no había tenido noticias de Yuri en ese tiempo. Los primeros días después de la conversación que tuvo con ella, se negó rotundamente a volver a hablar con Taeyeon. Aunque tampoco estaba convencida si llamar a Yuri era lo correcto, su cabeza trabajaba a mil con más confusiones que soluciones, y al parecer no estaba cerca de aclararlas.

 

Decidió recuperar su trabajo como cantante en un club nocturno; la paga no era buena, pero al menos la mantenía distraída por unas horas el dinero no le hacía falta, ventajas de ser la hija de un empresario exitoso.

Las mañanas intentaba mantenerse lo más activa posible, llamaba a su mejor amiga conversaba con ella la mayor cantidad de tiempo, siempre evitando mencionar a Yuri o Taeyeon en sus conversaciones. A pesar de que Jessica le pedía que regresara a Estados Unidos no quería hacerlo; sentía que para ello debía cerrar primero este capítulo de su vida que hasta el día de hoy no la dejaba ser feliz.

Nunca fue una maniática del aseo pero ahora arreglaba su departamento en el día más veces de las que lo hubiese hecho en un mes, también salía de compras esperando que de ese modo los minutos y las horas aceleren su intervalos y no le den tiempo a pensar.
Hoy se encontraba arreglando una vez más su departamento, ya formaba parte de su rutina; sin entender porque y a pesar de que lo arreglaba casi a diario siempre encontraba algo que botar, limpiar o cambiar de lugar, se estiró perezosamente después de terminar de organizar su mini librería personal. Minutos después el sonido de un mensaje de texto llegó a su móvil que se encontraba sobre el escritorio del pequeño estudio, se acercó para tomarlo y desplegó el mensaje, el remitente era un número desconocido.

"Necesito verte... dame solo cinco minutos"

El mensaje era más que suficiente para saber de quien se trataba, furiosa lanzó el celular al piso; tenía que terminar con esto ahora si quería vivir en paz el resto de su vida. Tomó su cartera y sus llaves, salió del departamento y cerró la puerta de un golpe; llegó al parqueadero y condujo hasta el lugar donde encontraría a la castaña. Si era necesario a gritos le pediría que la deje en paz, estaba decidida a dar el final que hace mucho tiempo debió darle a su pasado.

Un marco de acero blindado, cubierto de vidrio las separaba, tomó el teléfono.
—¿qué quieres? — habló furiosa la pelinegra observando seriamente a la mayor.

—Miyoung te quiero a ti — la mayor acercó su mano al vidrio para de algún modo acortar la distancia con la pelinegra, pero esta retrocedió su cuerpo hacia atrás para volver a marcar aquella distancia.

—No me llames así, y tú no me quieres ni yo a ti. ¡Taeyeon déjame en paz! —golpeó con su mano la mesa. Estaba fúrica.

—Tiffany por favor perdóname, yo te amo, la única verdad de mi vida has sido tú — pidió con desesperación — todas las noches y los días pienso en ti, no hay otra mujer en mi vida que no seas tú — su rostro reflejaba la aflicción y culpa que sentía.

—Me mentiste Taeyeon, me enamoraste y me engañaste, fuiste una egoísta...

—No quise ponerte en peligro, no quería que te alejaras de mí al enterarte de la verdad — estaba siendo honesta, su manera de cuidarla no fue la correcta, pero lo hizo por ella, siempre pensando en ella.

—pues si no te diste cuenta me alejaste de ti después de todo, si no tienes nada más que decirme — se dispuso a colgar el teléfono.

— soy yo quien está presente en tus sueños por las noches y en tus pensamientos por las mañanas — gritó la castaña desesperada — olvídate de todo lo que fui, por favor déjame regresar a tu vida ya deja de buscar en otros lo que no vas a encontrar nunca...

—cállate no quiero escucharte — gritó la joven aún más molesta interrumpiéndola, la miró furiosa para encararla de nuevo — siempre fue así, tus palabras bonitas para enamorarme como idiota y yo... yo siempre caía rendida a tus pies — se limpió una lagrima rebelde que sin querer había caído por su rostro —déjame en paz Taeyeon, ya te dije que tengo una relación y quiero ser feliz con ella.

—¿la amas? — con su voz seca realizó aquella pregunta de la cual no estaba segura de querer escuchar una respuesta, pero se las estaba jugando todas por Tiffany. Se acercó al vidrio una vez más y la observó directamente a los ojos, quería una respuesta honesta.

—No tengo porque responder eso – la pelinegra desvió la mirada, no iba a exponer sus sentimientos.

—Tiffany yo soy el calor que necesitas para tus frías noches, y tu... tú eres mi todo, deja de engañarte — continuó hablando la mayor — sé que yo soy la mala de esta historia, pero soy la persona de quien te enamoraste, y aunque te fallé más de una vez tú me sigues perteneciendo a mí, como yo te pertenezco a ti — la miraba fijamente al rostro, aunque la pelirroja intentaba evadir su mirada — Tiffany, ningún príncipe azul, nadie, podrá sacarme de tu corazón.

—Basta Taeyeon deja de decir tantas estupideces — la menor se acercó furiosa al vidrio que las separaba y la golpeó con la mano. No quería escuchar más, no quería detenerse a pensar que todas esas palabras que la rubia le decía eran ciertas o no, más rebeldes lágrimas brotaron de sus ojos.

—Tiffany cásate conmigo —pidió dulcemente como un intento desesperado; la pelinegra volvió a retroceder.

—Déjame en paz, tengo una relación... ¡entiende! —gritó con todas sus fuerzas; aunque más que nada lo hacía para convencerse ella misma con esas palabras. Esta vez no se detuvo, no quería escuchar más. Salió de aquel tétrico lugar repitiéndose una y otra vez que tenía una relación que amaba a Yuri. Aunque en realidad no tenía nada.

Llegó a su departamento sin recordar exactamente el camino, tomó un frasco pequeño ya conocido por ella, dejando caer de él tres pastillas en su mano, se llevó a la boca de un solo tirón y las acompañó con un sorbo de agua, se lanzó a la cama y poco a poco aquellos somníferos la llevaron al mundo de los sueños del cual muchas veces no quería volver; pero esta vez al parecer hasta sus sueños se convirtieron en sus enemigos, y su inconsciente no hacía otra cosa que recordarle a Taeyeon a través de ellos.

A pesar de su noche no tan tranquila, al día siguiente se levantó más relajada, aunque todos los recuerdos que había querido dejar con su pasado esta vez se hacían mucho más presentes. Salió de su cuarto y se sentó en el sillón con la misma respuesta de ayer: no sabía qué hacer.

Estaba pensando muy seriamente en deshacerse de cualquier aparato de comunicación pues una llamada y un simple mensaje habían volteado su mundo de cabeza en menos de veinticuatro horas. Y ahora otra vez el maldito teléfono sonaba. No estaba dispuesta a contestar, pero este siguió timbrando una vez tras otra sin detenerse, rendida se levantó dispuesta a tomar el aparato y lanzarlo por la ventana, pero este dejó de sonar sin que pudiera contestar, enseguida la contestadora dejó reproducir un mensaje de voz.

Tiffany, hola como estas, pensé que tendría la suerte de encontrarte en casa, sé que no debería llamarte, pero no he sabido de ti e imagino que eso es una buena señal para ti, supongo que decidiste darle otra oportunidad a Taeyeon. Ufff se escuchó un silencio de un par de segundos del otro lado de la línea —no puedo mentirte y decirte que me alegro por ello porque sé que estoy perdiendo a una gran mujer, pero te deseo lo mejor y dile a ella que si se atreve a hacerte daño una vez más la golpearé hasta dejarla irreconocible.

Quiero que sepas que no me arrepiento de nada, ni de haberte amado solo lamento no haber podido arrancar completamente de tu corazón a Taeyeon — soltó un sonoro suspiro de tristeza espero que seas feliz. Estoy saliendo de viaje a Estados Unidos, a mi regreso espero volver a verte. Cuídate mucho por favor — un silencio de nuevo, un suspiro más — Adiós

No esperaba ese mensaje de Yuri, aquellas palabras eran suaves y tranquilas, aunque en algunos momentos manifestaban algo de tristeza y decepción, pero esa era Yuri, la buena de la historia, la novia perfecta para cualquiera, pero lamentablemente no para ella.

Tomó un baño y se arregló. A pesar de que le dolió, aquella llamada era lo que necesitaba para terminar de entenderse a ella misma, la última pieza para comprender lo que forzaba a su mente y corazón no hicieran. Para su destino o suerte, ella se había enamorado de Taeyeon, con sus imperfecciones, con sus errores, se enamoró de la “mala” de esta historia, de la única que conseguía hacerle sentir esas mil y un sensaciones en un segundo.

Siempre fue ella; ni el tiempo, ni otra persona lograron cambiar esa realidad.

No iba a mentir, si se había enamorado de Yuri, claro que la amaba; pero jamás pudo llegar a amarla del modo en que amaba a Taeyeon, y peor aún; jamás pudo dejar de amar a Taeyeon a pesar de que sabía que con Yuri tenía todo lo que necesitaba.

Su situación, era de lo más cliché, de lo más utópica, pero en el corazón no se manda esa era otra verdad innegable y aunque Yuri se había ganado un espacio en su corazón y en su vida, no había sido suficiente para hacerla sentir completa, porque lamentablemente no hubo un día que no pensara en la mujer que se había adueñado de todo su ser.

 

En un impulso de valentía, salió una vez más de su departamento, esta vez no iría en su auto así que decidió bajar las escaleras del edificio.

A pesar de que ya había tomado una decisión, se sentía nerviosa y caminar era la mejor opción para relajarse un poco. Llegó a la planta baja y abrió la puerta de vidrio que la separaba de la calle, bajó los tres escalones para pisar la acera. Una fuerte brisa traviesamente desordenó su cabello, se lo acomodó como pudo.

No era muy observadora de su alrededor, pero de inmediato sintió que era observada, levantó la mirada para insultar al depravado que probablemente estaría mirándola, pero ni una sola palabra salió de su boca al percatarse que quien la observaba era la rubia; estaba de pie frente a ella apegada a uno de los coches aparcados en la vía.

—Tenía la esperanza de que salieras algún día — sonrió a pesar de que su rostro denotaba cansancio; desde el día anterior había estado en ese lugar esperando a que en algún momento la pelinegra saliera del edificio —Tiffany yo... — no pudo continuar, pues la menor había corrido a sus brazos y para posar sus labios sobre los de ella en un urgido beso que ella correspondió en seguida con las mismas ansias, con la misma desesperación.

Después de unos segundos de un apasionado beso, a pesar de que no querían separarse, las explicaciones eran necesarias.

—¿qué haces aquí? —la menor acariciaba la mejilla de la rubia —¿no me digas que te escapaste?, te pueden ver —tomó la mano de la mayor para llevarla al interior del edificio, pero esta no se movió.

—salí libre ayer — explicó la mayor al observar la preocupación en el rostro de la pelinegra — pero prefiero estar encerrada por la eternidad si tú no vuelves a mi lado — tiró de su mano atrayéndola de nuevo a ella — Miyoung te necesito en mi vida, quiero despertar contigo a mi lado todos los días, enamorarme cada vez más de tu sonrisa, de tus ojos, de ti – otro beso por parte de la pelinegra interrumpió sus palabras, esta vez fue más corto, más lento, más tierno.

—Y yo te necesito en la mía —respondió la menor entre besos —Taeyeon cásate conmigo.

Sabía que ahora Taeyeon estaría para ella todos los días de su vida, no le importaba si el mundo la tachaba de loca, si la juzgaba por elegir a la "mala" de la historia, pues nada lograría que dejara de sentir todo el amor que sentía por aquella mujer.

A pesar de todo el tiempo que había transcurrido, de que otra persona haya llegado a su vida, de la distancia, su amor estaba intacto y, por el contrario, había crecido con el tiempo. No tenía que buscar más, ni engañarse más, pues estaba segura que Taeyeon era la única persona en el mundo que podía darle todo el calor y el amor que ella necesitaba, era su amor eterno, su amor para toda la vida.

 

FIN

 

 

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