Just for you

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Description

Una oportunidad no toca dos veces la misma puerta.  Pero el amor es un cálculo inexacto, una excepción que confirma la regla. Es aquello para lo que utilizaste la palabra "nunca". 
Un amor que sobrevive a todo, no es simplemente amor. Es destino.

Foreword

Demasiado absorta, demasiado ciega, nunca me detuve a pensar en el daño que le hacía. 
Después de que le había prometido más allá de las estrellas, de haberla llenado de palabras, de sueños, de haberle descrito en el aire como sería nuestra perfecta vida juntas, de prometerle que la rutina no sería parte de nuestra relación, que lucharía por ella cada día, por enamorarla más si es que eso era posible.

Hoy comprendo que simplemente no había estado ni cerca de lograrlo, es más, tal vez y nunca lo intenté. De muy poco o nada me sirven hoy los arrepentimientos, no cuando por mi culpa ella ya no está a mi lado, se cansó de ser el todo de la relación cuando se supone que debíamos serlo las dos juntas.

Yo tenía la absurda idea de que lo nuestro sería para siempre, que envejeceríamos juntas, de que yo era su destino y ella el mío, ¿pero como podía aspirar a tener todo eso, si nunca me esforcé lo suficiente para que sucediera? 

–¿Señorita desea algo para tomar? – Una de las azafatas me pregunta amablemente, sacándome así de mi letargo emocional; en eso se ha convertido mi vida desde que Tiffany no está junto a mí.
– No gracias – respondo, negándome a la posibilidad de pedir alguna bebida alcohólica. Después de refugiarme por noches enteras en tantos bares que ya he perdido la cuenta, llegué a la conclusión de que el dolor sigue ahí; no desaparece, no merma, pues su recuerdo es más fuerte que cualquier droga, que cualquier medicina para el dolor.
– De acuerdo – la joven sobrecargo, continua su camino con el carrito de bebidas, no sin antes brindarme una cálida sonrisa.
Decido cerrar los ojos, e intentar que el sueño llegue como alivio para mi cuerpo y mente. Aunque todos mis pensamientos parecen enredaderas en un laberinto sin salida.

–Taeyeon... – su dulce voz, acompañada de sus caricias en mi rostro me hacen abrir los ojos. Estamos recostadas en el césped a unos metros de distancia de la casa de campo de sus padres. Su cabeza descansa en mi hombro mientras yo la envuelvo con mis brazos protectoramentepara qué negarlo me encanta esta posición.

– ¿mmmm...? – me acomodo para poder observarla y sobre todo mirar esos dulces ojos que cada día me encadenan más a ella.

¿Quieres tener hijos? – pregunta de la nada. A pesar de que la pregunta me toma desprevenida en ese momento, yo tenía ya una respuesta para ello.

– Eso depende – respondo mientras recorro con las yemas de mis dedos su antebrazo. Ante mi respuesta poco clara, la expresión en el rostro de Tiffany cambia a una triste y llena de desconcierto. 
Sonrio, como no hacerlo si amo cada expresión de su rostro, incluso hasta cuando está molesta – depende, si tú quieres ser la madre de mis hijos – completo la frase inconclusa de hace unos instantes. Una gran sonrisa se extiende por mi rostro, pero Tiffany no emite palabra alguna, eso hace que me asuste un poco, así que me levanto haciendo que ella se levante conmigo quedando ambas sentadas en el césped – ¿qué sucede? – pregunto tomando su mentón para que me vea directamente a los ojos.

eres una tonta – se suelta de mi agarre, me golpea el hombro y se levanta para caminar a prisa alejándose de mí en dirección a la casa.

¿Y ahora que dije? – pregunto más para mí que para ella pues ya se ha ido; me levanto rápidamente y voy corriendo tras suyo. Cuando está a punto de entrar la alcanzo abrazándola por detrás envolviendo su cintura con mis brazos.

– ¡Suéltame! – refunfuña molesta; la giro sin soltarla para quedar frente a ella.

– no quiero – no le doy oportunidad a decir máspues me apodero de sus labiosella intenta negarse pero le es imposiblepronto cae presa de la ternura de mi beso. 
El aire comienza a faltar y aunque soy reacia a alejarme de ella, sé que sus pulmones también necesitan oxígeno. Me retiro lentamente pero conservo mi frente pegada con la suya – eres tan infantil – sonrío pero veo que su rostro sigue con la misma expresión de molestia de hace unos minutos – con la única persona que quiero tener un futuro, es contigo y eso incluye nuestros hijos, una hermosa casa, dos perros, un gato, y también tortugas – ella sonríe por mis ocurrencias y con tan solo eso, soy feliz.

– eres una tonta por un momento creí que yo no era la persona con la que imaginabas tu futuro – la aprieto contra mi y entierro mi rostro en su cuello, una pequeña ventaja al ser un poco más baja que ella.

y tu una tonta que duda de todo el amor que te profeso – dejo cortos besos en su cuello, convirtiéndome en una víctima de esa fragancia tan de ella que me enloquece.

–¿Porque... tortugas?... –pregunta con su voz entrecortada intentando detenerme; cada vez que comenzamos así, terminamos desnudas en su cama o en la mía.

– eso no importa ahora – sigo besándola insistentemente, no quiero ni pienso detenerme; ella reacciona al calor que desbordan mis besos dejándose llevar.

– de... acuerdo... – me besa con intensidad; comienza a ser partícipe de este juego que sabemos bien a donde nos llevará. Sigo caminando sin dejar de sentirla, de llenarla de besos, cada vez con más ganas con más deseo – te amo – alcanza a pronunciar entre besos.

– y yo a ti como a nadie en esta vida... – sigo besándola.

Tomo mis maletas e inicio mi caminata para salir del aeropuerto, nadie sabe de mi regreso, solo ella. Después de nuestra separación decidí irme de viaje aunque en realidad solo quería desaparecer, la idea de una vida sin ella me llevó a lo más profundo de la depresión, pero simplemente no podía dejarme morir. Instinto de supervivencia tal vez o el simple hecho de que no quería hacerla sentir culpable si algo llegara a sucederme; la conozco demasiado bien para saber que sufriría al cargar con una culpa que no es suya. Y yo solo quiero verla feliz.
Yo aún tenía mil razones para luchar por ella, pero Tiffany ya había luchado hasta el cansancio por mí y ya no quería seguir haciéndolo. 
No podía obligarla.

– ¿Tae, quería saber si mañana podemos salir a cenar fuera? – Ella entra al estudio mientras estoy revisando algunos planos para terminar la propuesta que presentaré mañana en la empresa.

– ¿Mañana? Fanny dejémoslo para el fin de semana, mañana tengo una cena con un contratista – ni siquiera me tomo la molestia de regalarle una mirada, esta presentación es muy importante para mí.

– ¿Puedo ir? – Su pregunta se convierte en suplica.

– Te aburrirás – respondo mientras observo el siguiente plano.

– Pero yo... –el sonido de mi teléfono interrumpe la conversación.

– espera – le hago un gesto con la mano y me enfrasco en un monólogo con mi interlocutor. No me percato de que ella ya se ha ido, termino la llamada y continúo con lo que estaba haciendo.

Imbécil, es la mejor palabra que puedo encontrar para describirme, ¿cómo pude ser capaz de anteponer sobre ella mis banalidades?
La dejé aun lado, en segundo plano, haciéndole sentir que ya no me importaba. Tantas veces le prometí que cenaríamos fuera al menos un fin de semana al mes, y desde que comencé a trabajar como idiota, nunca se lo cumplí. 
Tenía tanto miedo de defraudarla, de defraudarme, de no poder darle el castillo que ella merecía, que olvidé lo más importante: sin princesa el castillo no sirve de nada.

– ¿Quién era ella? – Pregunto gritándole apenas entra a la casa, estoy exaltada pero ella parece no notarlo o simplemente quiere ignorarlo.

– Una amiga – Responde asentando su cartera y su llave en el recibidor de la entrada.

– ¿En serio? – Me cruzo de brazos como no creyendo su respuesta – no creo que las amigas se tomen de la mano y caminen así de cerca como tú con ella — le recrimino cada vez más molesta no solo por la situación sino por la indiferencia con la Tiffany me trata.

– Taeyeon, es una amiga — lo dice con molestia —tengo sueño mejor iré a descansar no tengo ánimos para discutir contigo – ni siquiera se digna en mirarme; pasa por un lado como si yo no estuviera ahí
De un impulso la tomo fuertemente del brazo. Mi corazón late a mil por la irritación.
–¡Suéltame! – Forcejea conmigo y no pienso ceder.

– ¡No hasta que me digas quien carajos es ella! – Tengo un mal presentimiento sobre esto. La acerco hacia mí hasta que siento su respiración calar en mi rostro, su mirada se clava en la mía.

–¡Me tienes cansada! – grita fuerte, mientras me empuja para quitarme de su paso. Intento tomar su brazo de nuevo pero vuelve a empujarme para que no la toque – Me cansé de suplicar por tu atención, porque decidas alguna vez posar tus ojos sobre mí. No merezco esto Taeyeon – sus lágrimas empiezan el recorrido por sus blancas mejillas. 

– ¡No entiendes que todo esto lo hago por ti! – Grito frustrada, no sé qué más decir.

– Yo solo te quería a ti, no quiero ni dinero, ni lujos estúpidos; solo quería que me demuestres que me amas, que esto realmente vale la pena, pero nunca te tomaste la molestia de detenerte a pensar en mí, en lo que yo realmente quería. ¿Dime donde quedaron nuestros sueños?, el mundo perfecto que me hiciste soñar a tu lado. ¿Dónde? – pregunta con la voz quebrada esto es más fuerte que ella, que yo. – Me cansé de la rutina, de tu indiferencia, de todo —grita frustrada.
– Tiffany... –la sigo y la tomo entre mis brazos, ella intenta soltarseilusamente quiero arreglar las cosas con un beso, como antes solucionábamos todo, intento robarle uno pero ella vuelve a alejarme y a cambio me da una dolorosa cachetada.

– No te atrevas. Mis besos ya no son para ti – esas palabras llegan a mi como un balde de agua fría, inconscientemente la suelto.

–¿Entonces para quién? ¡Para la tipa que te vino a dejar a casa! – No me detengo a pensar y digo lo que primero se cruza por mi mente –¡Me engañaste! Me engañaste con la primera persona que se te cruzó en el camino y me quieres echar la culpa por tu infidelidad – mi cabeza trabaja rápidamente y saco mis propias conclusiones.

– Es solo una amiga ya te dije. Aunque a estas alturas creo que cualquiera es mejor que tú.

– ¿Dime ya te revolcaste con ella? – pregunto dolida, herida, con el corazón en la garganta. Estoy furiosa – Eres una...

–Quiero el divorcio – no me deja terminar la frase – ella y yo no somos nada; a pesar de que no recuerdo cuando fue la última vez que tú y yo tuvimos relaciones, o me dijiste te amo, no sería capaz de engañarte – por eso quiero el divorcio – Con esas palabras inicia mi condena dejándome sin armas para refutar sus aseveraciones.

– No te daré el divorcio – respondo en un ataque de desesperación – Tiffany...

–Taeyeon, lo mejor es que me vaya para que pienses bien las cosas, no me pidas que lo intentemos, porque yo llevo intentándolo más de tres años y nada ha cambiado, no creo ya en tus promesas, ninguna la has cumplido y no creo que esto merezca una oportunidad porque sencillamente me cansé —Toma sus cosas dispuesta a irse.

– No...– la detengo – es tu casa, todo esto era para ti – quien debe irse soy yo – Tomo mi abrigo – solo respóndeme algo me detengo para mirarla directamente a los ojos —¿Aun me amas? – pregunto cómo mi último recurso, con la latente esperanza de que aún queda algo por hacer.

– Yo... —Veo la duda reflejada en sus ojos y es suficiente para entender lo que su boca no quiere decir.

La perdí.

Levanto la mano para tomar un taxi. A pesar de que son solo once meses desde que decidí huir de esta ciudad, las cosas no han cambiado mucho, los lugares siguen ahí perdurables en el tiempo, algunos de ellos los frecuentaba con Tiffany. Si, este tiempo aún no ha sido suficiente para olvidarla, pero estoy aquí para cumplir con lo que imagino le hace falta para ser completamente feliz de nuevo.

Después de la terrible discusión de esa noche decidí que lo mejor era no volver a buscarla, no merecía que ella me diera una oportunidad, pero sobretodo no podía obligarla a sentir algo que tal vez y ya no existía en su corazón. Desparecí físicamente de su vida así como algún día sin darme cuenta yo misma había borrado mi presencia de su corazón. Lo mejor para ambas era alejarme de ella, dejándola ser feliz con la persona que realmente sepa valorarla.

Hoy estoy de regreso, no porque quiera o por voluntad propia, solo he venido a firmar el divorcio; podía tranquilamente haberlo firmado desde donde vivo ahora, pero creo que un divorcio es un asunto importante que no puede volverse impersonal, y no quiero ser la cobarde que no se atreve a dar la cara en una situación como esta.

Ya nada en este lugar es mío así que pido al taxista me lleve a uno de los tantos hoteles ubicados en el centro financiero de la ciudad. Una vez ahí, solicito una de las habitaciones en la parte más alta del edificio. Prefiero evitar a las personas, siento que es mejor de ese modo, evitarle al mundo el aura gris que genero a mi alrededor.
Dejo las maletas en la sala de estar, sin tomarme la molestia de desempacar, después de todo mañana mismo estaré viajando de regreso. 
Tenía tantas cosas en mi cabeza que durante el viaje de más de doce horas no fui capaz de cerrar mis ojos por largo tiempo y descansar al menos un poco; aquello ya me estaba pasando factura y el cansancio físico no se hizo esperar, así que simplemente me cambie de ropa y me deje caer en la cama. Mañana sería un largo día.

– ¿Crees que esto durará para siempre? – Me pregunta de la nada mientras pasa delicadamente sus dedos por mi pecho. Estamos recostadas en mi cama, sentir su desnudez junto a la mía es de esas cosas que no cambiaría por nada.
– ¿Por qué preguntas eso? – Siempre logra descolocarme con sus preguntas sobre nosotros, pero a mí me encanta responderle; sé que tiene miedo del gran paso que vamos a dar. Pasado mañana uniremos nuestras vidas para siempre y yo solo quiero que esté segura de que esto de verdad es para siempre.

– Es solo que tengo miedo de no ser la persona correcta para ti, de no cumplir tus expectativas, de no ser lo que necesitas — Sonrío por sus miedos bobos y no me resisto a besarla.

– Eres todo lo que soñé y más; a veces creo que ni siquiera te merezco. Pero estoy aquí arriesgándome por ti. Porque te amo – Ella sonríe ante mi respuesta y vuelve a besarme – Y si, Stephanie esto durará para siempre —Apego su cuerpo al mío aún más si es posible.
Estoy segura de que mi felicidad siempre será junto a ella. No importa dónde, ni como, solo si está ella, el mundo se siente correcto.

Abro mis ojos sin prisa. Idiota, ¿cómo rayos quería que dure para siempre sin esforzarme porque así sea? Me estiro perezosamente en la cama. Solo fue un sueño, un sueño de lo que fuimos y que jamás volveremos a ser. 
Mi realidad hoy es otra, ha llegado el día del que tanto quise escapar pero lamentablemente el tiempo es algo con lo que nadie puede luchar.

Me levanto sin prisa, sin ánimos, como cada día. Desde que ella ya no está, mi vida se ha vuelto un letargo continuo, como si viviera en cámara lenta e incluso muchas veces en pausa.
No me haré ilusión de que hoy tal vez pueda volverla a ver, es posible que ella ya haya firmado los papeles, aunque si fuera así, el no verla sería menos doloroso para mí.

Le doy la dirección al taxista, y decido cerrar mis ojos, prefiero no observar más de esta ciudad, sé que si lo hago, miles de recuerdos se agolparán en mi mente como ayer, y ya no quiero que duela más. Hoy terminaré de romper mi corazón y solo estoy esperando por esa estocada final.

Tomo aire antes de dar el primer paso para entrar al moderno edificio. Mi abogado ya me espera en el tercer piso donde se encuentra la oficina del abogado de Tiffany, y supongo que ella ya está ahí. 
Al exhalar el aire contenido escucho que se duplica como si alguien más hubiese realizado la misma acción que yo; regreso mi mirada y me encuentro con ella. Mi corazón comienza a latir agitado haciéndome casi imposible respirar. Está hermosa como siempre incluso mucho más, parece una princesa con ese vestido blanco que hace notar muy bien su torneado cuerpo. Ella gira su rostro también y se encuentra con mis ojos fijos en ella; en el momento en que nuestras miradas se cruzan no sé muy bien que hacer, ni que decir, parezco un títere sin su dueño para hacer que se mueva.
—Hola – me dice sin afanes, en su rostro no hay vestigio de odio, de ira, es como si nada hubiese sucedido para ella, mientras yo... yo soy un desastre.

—Hola – silencio incómodo, quiero reír o tal vez llorar, siento que casi no puedo respirar por la cantidad de emociones que se acumulan en mi interior. Intento controlar esas inmensas ganas de lanzarme sobre ella y decirle lo que siento, regalarle lo que queda de mi corazón sin darle más explicaciones; pero eso hoy solo es una utopía, que mi mente crea para evitarme más dolor. Seguramente ya tiene a alguien más en su vida y se que no tengo porque reclamarle; ella tenía todo el derecho a rehacer su vida, la que yo algún día destruí —A lo que vinimos – digo en voz baja y sigo caminando. No sería capaz de responder por mi si sigo teniéndola tan cerca, porque simplemente yo no he podido dejar de amarla, mucho menos olvidarla. Siento como inicia su caminata detrás de mí.

A pesar de que solo eran tres pisos, el viaje en ascensor no pudo ser menos tortuoso. Intenté no posar mis ojos en ella pero casi me fue imposible; no cuando ambas intentamos presionar el botón del ascensor al mismo tiempo haciendo inevitable rosar nuestras manos. Si, ese insignificante roce, me estremeció todo el cuerpo.

Tomamos asiento frente a los abogados, con los papeles en frente nuestro, y a pesar de que quería gritar, huir, desaparecer, estaba ahí haciéndole frente al dolor y a esta horrible realidad.

No soy capaz de ser yo quien firme primero así que preferí extendérselos a Tiffany, después de todo, esto era lo que ella quería.
Ella los tomó y también la pluma, dos insignificantes objetos que terminarían con toda nuestra vida juntas. Todo se resumiría a un papel.

— Y estaré ahí para ti siempre, seré lo que necesites y tú serás mi princesa... te amaré en silencio y también te lo gritaré si es necesario porque desde el día en el que me dejaste entrar en tu vida, has pintado de acuarela mis días; eres la luz de las canciones que escribo. Amo todo de ti, tus miedos, tus inseguridades, pero sobre todo esa hermosa sonrisa y tus ojos que me dejan sin respiración todas las veces —Ella no puede controlar sus lágrimas, a pesar de que nuestra boda es civil, no pude evitar decirle mis votossé que no soy muy expresiva y prefiero guardarlo todo para mí, pero por ella sería capaz de hacer cualquier estupidez o cursilería como yo lo llamo. 
Acaricio su mejilla retirando sus lágrimas, ella me brinda una sonrisa por mi acción. Un te amo sale de sus labios y yo solo quiero besarla pero me contengo, quiero que todo sea perfecto.

Yo no preparé ningún voto hace una mueca de tristeza pero intentaré convertir en palabras lo que mi corazón siente cada vez que te vey es que solo tú tienes esa capacidad de hacerlo latir tan fuerte que a veces siento se saldrá de mi pecho, es que soy tan feliz contigo que creo que vivo en un sueñoporque eso eres para mí lo que siempre soñé – sus palabras hacen estragos en mi ser, es que aun no comprendo cómo puedo amarla tanto.

Un acepto sale de nuestros labios, y esa palabra es más importante que una firma y un papel.

— Yo... yo no puedo hacer esto —empuja los papeles a un lado. Y yo... mi corazón parece haberse escapado de mi cuerpo y como gran cobarde se lanzó por la ventana – ella se pone de pie y me observa fijamente yo sigo sin palabras – lo siento Taeyeon yo no puedo hacer esto — ni si quiera puedo reaccionar porque ella ha salido prácticamente huyendo del despacho.

—Taeyeon —uno de los abogados se dirige a mí y a pesar de que está frente a mí, su voz la escucho distante, regreso mi mirada hacia él y me regala una sonrisa – que esperas, ve por ella – al fin reacciono. 
Ella no quiere separarse de mí, por eso se rehusó a firmar. Salgo corriendo como si mi vida dependiera de ello, necesito hablar con ella; cuando llego al pasillo la veo entrando al ascensor con su mirada fija en el piso y las lágrimas empañando su blanco rostro, vuelvo a correr antes de que las puertas se cierren, ella levanta su mirada supongo que sorprendida por mi entrada de película al ascensor.

—Tiffany... —las puertas se cierran detrás de mí, ya no tiene escapatoria. 

—Taeyeon lo siento, sé que soy una egoísta pero no puedo hacerlo, no aún, solo... solo dame tiempo – ella intenta explicarse mientras observa hacia todos lados menos a mí; no entiendo a qué se refiere, ella fue la que puso la demanda de divorcio creí que era lo que quería – sé que yo te pedí el divorcio —suspira — no quiero ser el lazo que te ate a tu pasado, quiero que seas libre, rehagas tu vida y seas feliz – no puedo creer que a pesar del paso del tiempo sigamos pensando lo mismo y buscando la felicidad de la otra, por ese mismo motivo yo estaba aquí —solo dame un poco más de tiempo para hacerme a la idea, no creí que esto sería tan difícil y más aún ahora que volví a verte – el movimiento del ascensor se detiene y las puertas se abren, yo solo extiendo mi mano para aplastar cualquier botón, vuelven a cerrarse. No estoy dispuesta dejarla ir de nuevo.

—Tiffany...

—Si ya sé, crees que estoy loca, después de todo soy yo la que quiso separarse desde un principio, pero estaba cansada de luchar sola, de sentir que dejaste de amarme... me acusaste de haberte engañado, me lastimaste... y yo... – cada palabra dicha por ella era cierta; y me dolía saber que la lastimé, que la desilusioné, veo como se desespera por explicar las cosas, pero tengo el fuerte presentimiento de que su explicación se reduce a una sola acción de parte mía. 
Así que sin reparos, la beso, quiero que sus labios declaren lo que las palabras no pueden hacer. En un principio ella no corresponde mi beso por la manera inesperada en la que decidí callarla, pero luego siento como se exaspera por corresponder las atenciones que mis labios prestan a los suyos. La arrincono contra la pared, las puertas vuelven a abrirse y antes de que alguien intente subirse, sin separarme de ella vuelvo a aplastar cualquier botón, en ningún instante he dejado de besarla, de sentirla, de sentir como sus dedos se enredan en mi cabello, de acariciar su espalda, su cintura. 
Me separo sin ganas, con el ferviente deseo de volver a reiniciar el beso, pero antes de siquiera intentarlo, Tiffany ya está arrinconándome contra una de las paredes de frío metal, ella es la encargada de reiniciar el beso; cuando mis labios tocan los suyos todo se detiene a mi alrededor, solo somos ella y yo, con esas mismas ganas, esa misma intensidad de años atrás, antes de que yo lo arruine todo. 
– No creí que volvería a verte – me susurra entre besos – Taeyeon yo no he podido olvidarte, lo intente e incluso te odie por ello, por haberte metido tan dentro de mí, por haber huido dejándome con todo este amor y me odié a mí porque a pesar del daño que me hiciste nunca pude sacarte de mí pecho —Me separo de ella y las puertas del ascensor se abren una vez más, tomo su mano y la saco de ahí.

Mientras caminábamos por la calle, jamás solté su mano, extrañaba la seguridad que aquel gesto me brindaba, fuimos por un café y decidimos recorrer las calles de la ciudad; ella no ha dicho casi una sola palabra desde que salimos del ascensor. Pero justo ahora, no había la necesidad de palabras suyas; sin que lo diga sé que su silencio es el espacio que me está dejando para que sea yo quien hable. 
Cruzamos la calle.

—Yo tampoco he podido olvidarte, realmente nunca lo intenté – me detengo en la mitad de la vía haciendo que Tiffany se detenga conmigo; los transeúntes que pasan por nuestro lado nos miran de reojo, supongo dudando de nuestra prudencia pues el semáforo en cualquier momento cambiará a verde – Me alejé de ti porque te hice mucho daño, porque te fallé, porque mereces algo mejor, pero lamentablemente yo tampoco he podido dejar de amarte. Tiffany... – elevo su mano y beso su dorso —necesito una oportunidad para hacer realidad tus sueños y los míos a tu lado, por favor – ella se queda perpleja por mi petición – y no me moveré de aquí hasta obtener un si como respuesta – sé que es un bajo recurso pedírselo en la mitad de la vía con los vehículos a punto de pasar por encima nuestro, pero ella es el amor de mi vida y no soy capaz de separarme de su lado de nuevo.

– Incluso si lo hubieses pedido de una forma más tradicional mi respuesta sería siempre sí —Sonrío como idiota por su respuesta; solo quiero sellar con un beso el inicio de esta nueva oportunidad que está brindándome, pero el sonido de las bocinas de varios carros y gente gritando que nos movamos del camino me hace detenerme "al diablo todos" la besó con desespero, con emoción contenida con todos mis sentimientos a flor de piel, la beso en medio del bullicio de los vehículos que no pueden circular por nuestra interrupción en la normalidad de su rutina. 

Bendito el destino que nos permitió volver a encontrarnos una vez más, que quiso darme una segunda oportunidad cruzando nuestros caminos y nuestros corazones de nuevo; gracias a eso, voy a ser mejor persona, y esta vez... esta vez, todo será diferente y se lo demostraré todos los días hasta el final de mi existencia.

 

FIN.

 

Comments

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SeulreneDN #1
Wao!!
Me encanto!! Muchas gracias por subirlo.
Cinderella127 #2
La verdad es que me ha encantado.
Escribes muy bien autor, con buenos diálogos y narrativa.
Gracias por esta pequeña historia.
Itaenylove
#3
hay que hermoso!!!!.....
Taechi_s #4
Ay me encantó :') gracias por compartirlo