Antes dormía hasta las cinco de la mañana porque los chicos no dejaban de organizar salida tras salida, todos éramos un complejo interesante en el que, uno ayudaba a seis y viceversa. Nunca olvidaré como mi vida cambiaría por completo, en como nuestro equipo imparable, se disolvería, hasta el punto de ser solo unos conocidos.

Con mucha pereza revisé la hora en mi pobre y gastado celular para luego, gruñir. Sólo había dormido veinte minutos.

—¡Taehyung! ¡Vino Jungkook!

Escuché a mi madre gritar antes de que un chico de cabello azabache se tire encima mío, con pereza lo empujo de la cama dejándolo caer en el piso frío.

—¿Qué no tienes nada mejor que hacer como comerle la pija a tu novio? — pregunté irritado, odiaba que se me tirarán encima. Él mostró una sonrisa burlona antes de sacarme la lengua contagiandome así su buen humor.

—Eunwoo se fue de viaje con Moobin, fueron a internacionales.

Asentí levantando mi trasero de la hermosa cama. Jungkook se levantó mostrándome su precioso celular último modelo que su muy adinerado novio le compró. Es una imágen, en la que se puede ver a un Jimin muy borracho besando la estatua del fundador de la escuela. Chisté mi lengua antes de sonreír y negar con la cabeza.

—Así que Jimin sigue con la fiesta, ¿eh?. — comenté tomando mi toalla y ropa interior limpia de mi buró.

—¡Por supuesto! Ha trabajado tanto para conseguirse esa tarjeta de crédito. — notó mis intenciones y se paró saliendo de mi habitación a mi lado. — Iré ayudar a tu madre. No tardes, tenemos exámen de logística.

Le hice un gesto de aceptación con mi mano,entré al baño a hacer lo que debía.

Y sin darme cuenta, aquel día fue, el principio de todo.