Me enseñaste qué en la vida no todo es perfecto. Qué el amor es una ilusión y que no todo dura para siempre.

Contigo aprendí a amar, a querer algo más que solo el físico, porque sí, yo me guiaba por las apariencias, nunca aprendí a ver el interior de las personas. Aunque no es mi culpa, así me criaron, así viví la mayor parte de mi vida, hasta que te conocí.

Cambiaste mi forma de ver el mundo, mi forma de pensar, mi forma de sentir. Mis padres siempre me dijeron que tenia que conseguir a una bella mujer con la cual me casaría y tendría un hijo al cual le pasaría mi legado.

Pero llegaste tu y cambiaste mi forma de ver las cosas, me di cuenta de que mi vida estaba siendo controlada por mis padres y que yo solo era el titere de sus sueños frustrados siendo algo que ellos no pudieron ser.

Le diste color a mi vida e hiciste qué mi corazón empezará a latir por un propósito, no solo para repartir la sangre por mi sistema.

Cada latido de mi corazón es un suspiro de amor por ti. Vivo por ti. Porque hiciste de mi monotonía algo espontáneo.

Pero la belleza no dura para siempre y el amor tampoco. "Todo lo que inicia acaba" y lo aprendí de la peor manera.

Contigo viví momentos muy bellos, me hisiste sentir cosas que nunca había sentido, sacaste lo mejor de mi. Y yo pensé que era importante para ti, que era especial. Al menos eso me hisiste creer.

Esperaba la traición y la falsedad de muchas personas, pero no de ti. Nunca lo esperé de ti, Taehyung, y me duele el hecho de que te hayas ganado un lugar en mi corazón pero yo no en el tuyo.

El amor es algo que no se puede comprender, algo en lo que todos nunca dejamos de ser principiantes. Donde cometemos error tras error. No podemos controlarlo nunca, ya que a el no le importa la raza, la edad o el o. El sólo aparece y cuando lo hace te sientes alegre. Y más cuando encuentras a la persona correcta, esa con la que puedes hablar de cualquier cosa sin aburrirte, o con la que simplemente estando juntos son los más felices del mundo.
Aunque, no siempre todo es bonito. También llegan los malos momentos y con ellos en verdad llegas a saber si la persona con la que estas es verdaderamente "el amor de tu vida".

Pensaba que tu eras la persona indicada, aquel con el que pasaría el resto de mi vida, el correcto, al cual siempre anelé.

Quería estar contigo, yo lo quería, era una decisión mía y de nadie más.

Mi primera decisión. Mi primera ilusión. Mi primer amor. Mi primer error. Mi primer traición.

Te disculpaste y dijiste que no era tu intención, que todo fue un error y que yo estaba mal interpretando todo. Trate de creerte, creeme que lo intenté. Pero todo era tan obvio, no había evidencia de que no fuera verdad. Si ya no me amabas pudiste decírmelo en vez de mantener una relación vacía.

Pensé que moriría contigo. Pero moriré por ti. No le veo el sentido a vivir esta vida, no si tu no estas aquí conmigo. Sin ti todo vuelve a ser como antes, tan monótono y sin color. Tan acostumbrado estaba a ti, a tus besos, tus caricias, tus bromas, tu sonrisa, tu todo. Sin ti no hay manera de que sobreviva. Sin ti no soy más que un cuerpo viviendo sin un corazón fuerte y bombeante, lleno de vida y pasión.

¿Ahora lo entiendes Taehyung? Tu eras mi razón de vida y sin ti no hay porque vivir.

No te sientas culpable, no es tu culpa, es mía por creer todo aquello qué decías, todas esas palabras carecientes de verdad. Es mi culpa por enamorarme. Por sentir que podía conquistar el mundo a tu lado. Por creer que el amor que teníamos duraría para siempre.

Te amo. Me odio. Pero te amo.

Me es suficiente verte feliz para poder descansar en paz, incluso si no soy yo aquel causante de tu risa.

Espero que nos volvamos a encontrar en otra vida y que esta vez, tengamos nuestro felices para siempre.

Atentamente;
Tu bello kookie.

 

Al terminar de leer la carta que anteriormente se encontraba en manos del cuerpo sin vida del azabache, el castaño no pudo contener más sus lagrimas soltando sonoros y múltiples sollozos debido a la gran opresión qué sentía en su pecho.

Su pequeño se había quitado la vida, todo por su culpa, todo porque no encontró las palabras adecuadas para explicarle qué todo aquello qué vió esa noche había sido falso, que el nunca dejó ni dejará de amarlo.

Ellos tendrían sus felices para siempre, pero el destino les hizo una mala jugada.

Una muy terrible.

¿Ahora como es que Taehyung podría vivir con la carga de haber matado a su pequeño?

¿Como podría vivir sabiendo lo que le hizo sufrir, sabiendo que le arrebató lo más preciado?

¿Como podría hacerlo si su bebé duerme un sueño eterno con dolor en su corazón?

Jungkook no se merecía eso, no merecía la mierda de persona que era Taehyung. 
No merecía haber sufrido, no merecía ese dolor qué lo llevo al arrebato de su vida.

Pero ya no hay vuelta atrás. Lo hecho, hecho está y no es algo que se pueda cambiar.

El pasado se queda atrás y el futuro es un nuevo comienzo. Pero sin Jungkook no vale la pena volver a iniciar, no vale la pena sonreír, no vale la pena seguir. No con el gran dolor que la partida de aquel tierno chico ha dejado en su corazón. No con el vacío qué siente al no oír su risa, su voz, ah esa melodiosa voz qué calma sus males. Sin él ya no es nada. Sin el su vida es monótona y sin sentido.

¿Asi es como se sentía Jungkook antes de su llegada? ¿Así era su vida?

Ahora entiende porque Jungkook veía a Taehyung como su salvador. Su pintor, aquel que le dio luz y color a su vida.

La culpa lo carcome hasta lo más profundo de su ser.

Toma el cuchillo qué yace en la otra mano de aquel pálido cadáver y, aunque lo duda un poco, se acuesta a lado del cuerpo de su amado, tomándolo en brazos antes de posar el frio filo sobre su pecho, justo en donde se encuentra su corazón y lo entierra hasta lo más profundo. Un mar de sangre baña ambos cuerpos y las sábanas de la cama, pero eso no importa, no cuando volverá a estar con aquel chico que siempre amo y siempre amará.

Uno, dos, tres.

Cerró sus ojos entrando en los sueños del más joven, ahora ambos sumidos en un sueño eterno del qué jamás querrán despertar.

La historia de un trágico encuentro, donde dos chicos estaban destinados a enamorarse, más no a vivir juntos.

Su destino era encontrarse en una vida más allá de un corazón palpitante, de un cuerpo necesitado de oxígeno para vivir.

Sus almas estaban destinadas, sus vidas no.

Y murieron felices para siempre.