Capítulo I

La princesa y el dragón

Hace mucho tiempo en un reino muy lejano, existía un rey y una reina, que gobernaba con mucha pasión, amabilidad y bondad, aquel reino. Ambos deseaban el bienestar de su gente, pero también el poder darle a aquel pueblo un heredero que continuara cuidando de ellos. Aquellos gobernantes anhelaban el tener un hijo lamentablemente eso no sucedía, así que fueron con el hechicero más poderos, aunque también peligroso. Ese brujo era conocido por convivir con seres de grandes poderes, además de peligrosos.

 

-Amado, el ir con aquel ser de mala reputación y de gran poder destructor es algo que no debemos hacer.-

-Entiendo tu preocupación mi reina, pero no hemos podido darle a nuestro pueblo su futuro gobernante, sé que la reputación de este ser es la peor pero también sé que él es indicado para ayudarnos.-

 

Aquel ser de poderes, se encontraba en una de las zonas más alejadas de aquel pacifico reino, en las montañas, donde habitan diversas criaturas mágicas, como las hadas, duendes, ogros, ninfas, al igual que algunos brujos y brujas, demonios y ángeles, pero sobretodo dragones.

 

Los reyes llegaron ante aquel hechicero, acompañados de su guardia y algunos empleados que llevaban carretas repletas de tesoros y diversos platillos, así como otras cosas muy preciosas, incluso algunas damas que aceptaron ser parte de un intercambio por el bien de su reino. Todo esto para que aquel ser les concediera su más grande deseo.

 

-¿A qué debo la visita de tan destacada pareja?-

-Hechicero Kim, hemos a pedirle su ayuda. Mi esposa y yo deseamos poder darle un sucesor a nuestro pueblo, un hijo que cuide del bienestar de nuestra gente.- El rey con el porte fuerte que le caracteriza pidió de manera amable a aquel hombre de apariencia tranquilo pero que su presencia mostraba una gran fuerza. ­–A cambio de eso le hemos traído algunos tesoros y manjares que quizás sean de su agrado, al igual que algunas bellas damas que le podrán hacer compañía.- El hechicero veía a cada uno de los hombres con las carretas abastadas de todo aquello que el rey menciono, así como a las mujeres en los caballos, un total de tres mujeres de gran belleza y una juventud impresionante.

-Su deseo es tener un hijo, entiendo se los daré y acepto todas y cada una de sus ofrendas, pero esto no será tan simple, ni sencillo, su heredero será amable, comprensible, bondadoso, todo aquello que su reino necesita en su próximo rey y con ello tener una vida tranquila y feliz. Pero todos los años en su cumpleaños me enviaran una nueva dama de compañía, al igual que una copa llena de sangre de su futuro hijo, y en su cumpleaños número 18 el príncipe vivirá conmigo por tres años, durante ese tiempo tendrán prohibido acercarse a estas tierras.-

-Entendido se…-

-Aún no termino, en caso de no mandar ni respetar cada una de las cláusulas que les he dado y les daré, el príncipe sufrirá de una maldición, la cual no podrán deshacer.-

 

A pesar de que la reina tenía un presentimiento negativo con respecto a aquel ser, el rey acepto cada una de las palabras del hechicero. En cuanto el trato fue cerrado, el brujo regreso a su cueva donde pasaba cada uno de sus días, para después salir con una copa de un líquido casi negro, aquello se lo entregó a la reina dando le la orden de beberlo por completo. Ante ello la mujer lo hizo, pero el sabor de aquel liquido revelo su procedencia, era sangre, quizás de algún animal que aquel ser tenía en su vivienda, incluso puede que de algún humano que tuvo el des fortunio de encontrarse con él. Al terminar de beber, el brujo les ordeno irse y que su heredero nacería pronto, al igual que recordarles que deben de cumplir con su trato.

 

El tiempo pasaba y al cabo de un año el reino comenzó la celebración del nacimiento del futuro gobernante, un pequeño bebe de tez blanca idéntica a la de su madre, de ojos cafés como su padre, los cabellos castaño oscuro pero lo más sorprendente de todo es que era una niña, una hermosa y pequeña niña, que en la pierna derecha poseía una marca bastante peculiar, un lunar en forma de flama y una más en forma de omega en el pecho, justamente encima del corazón.

 

Los reyes y su pueblo se encontraban completamente felices del nacimiento de esta pequeña niña, de la futura reina de aquel reino lleno de paz, todos festejaban, incluso aquel brujo, pero con un diferente motivo.

 

-Rey Hwang, su hija será su mayor regalo pero el premio que obtendré por ella es aún mejor de lo que usted se imagina.- Decía mientras veía tranquilamente a una de las mujeres que se quedaron con él, aquella mujer cargaba un pequeño bulto. –Pronto mi sucesor crecerá fuerte y poderoso, para después su reino y todo aquello que me fue arrebatado sea una vez más mío.-

 

Los meses pasaban y un día aquella pequeña, inicio sus primeros pasos, así como la aparición de una enfermedad bastante peligrosa y contagiosa, los reinos cercanos eran devastados por aquellos síntomas y para cada uno de los infectados su único destino era la muerte, niños, ancianos y personas de cuerpo débil eran los primeros en padecer esta enfermedad. El rey Hwang comenzó a preocuparse por aquella gran amenaza, ya que algunos de sus súbditos comenzaban a tener la plaga.

 

-Majestad, las personas infectadas van en aumento.- Dijo uno de los soldados de aquel reino.

-¿A cuántas personas ha ascendido?-

-Los reportes del médico real y su grupo, nos indican que, a 150 personas, actualmente hay un total de 279 personas infectadas, incluso creen que en unos tres días esta cifra se pueda triplicar.-

-¡¿QUÉ?!- El rey se encontraba en completo estado de shock, su pueblo moría y no podía hacer nada.

 

Un día la reina se encontraba ayudando a los soldados y médicos con las personas enfermas, cuando entre ellos encontró a una mujer de gran parecido a ella, casi como una hermana mayor, aquella mujer se encontraba agonizando, pero su valor y persistencia por la vida fue lo que la sorprendía. Al cuestionar por aquella mujer, descubrió que era madre de dos niños, una niña de ocho años y un pequeño de cinco, lamentablemente no tenían ningún otro familiar y el destino de esa mujer era la muerte.

 

-Mujer, me sorprende mucho tu valentía y amor a tus hijos, como madre entiendo tu perseverancia a seguir aquí, pero…-

-Lo sé mi señora, sé que la muerte me espera pero mis hijos se quedaran solos, no tengo esposo, él murió en batalla y no tengo a nadie que cuide de mis pequeños.- La reina veía en aquella mujer tanto fuerza, tanto amor que tomo una decisión.

-Tus hijos serán bien cuidados, seré yo quien cuide y ame a ambos, ellos serán mis hijos, se convertirán en la nueva princesa y el nuevo príncipe de este reino, por cual no debes temer de que tus hijos queden desamparados.- Las palabras de la reina conmovieron a aquella mujer, quien tranquila y feliz acepto que sus hijos puedan vivir con ella y el rey, así como la princesa. Poco después de decir la mujer murió.

 

Los minutos seguían su curso para volverse horas y estas, días, un total de cuatro días y el rey tomo la decisión de que su pueblo debía salvarse, incluso si tenía que sacrificar más por ellos, inclusive su propia vida.

 

-Hechicero Kim, he venido a usted por su ayuda una vez más.- El rey Hwang se encontraba en la entrada de aquella cueva donde el brujo de mala reputación vivía, sabía que su decisión era peligrosa pero su gente sufría y eso era aún más peligroso y torturante.

-Impresionante el rey Hwang ha regresado, dígame ¿Dónde se encuentra su amada esposa? Ah ¿y su pequeña hija?-

-El paradero de mi familia no es relevante.- responde el rey tratando de que el hechicero no indague sobre su familia, debido al pasado trato. –Me encuentro aquí para hacer un nuevo trato con usted.-

-Le escucho.-

-En los reinos existe una gran enfermedad que comienza a azotar con cada uno, la gente muere y no existe cura alguna, es por eso que he venido a pedir que mi gente y la de los demás reinos sea salvada, no deseo ver a mi pueblo seguir sufriendo por esta peste, es por ello que le he…-

-No necesito ningún tesoro, lo haré, cuando tu gente se recupere de esta tragedia te haré saber cuál es mi paga por esto, por el momento te diré, todo aquel infectado morirá, pero el resto de tu gente será inmune a esa plaga, así que regresa a casa y no te preocupes más por tu gente.-

 

Y así lo hizo el rey, regreso a su palacio y pasados unos días la gente con la infección moría, pero ya nadie se contagiaba. Lamentablemente entre los infectados se encontraba la reina Hwang.

 

­-Amor, no te agobies más.-

-¿Cómo es que sucedió esto?-

-Los médicos han dicho que es la plaga, que la he contraído de los pacientes que visite. Richard, quiero que cuides de los niños, recuerda que los tres ahora son nuestro hijos, Michelle y Leonard, necesitan de ti, ya han perdido una madre y ahora a mí, su segunda madre y Stephanie, ella aun es una pequeña, cuídala.- Así fue como aquel reino perdió a un tercio de su población, entre las perdidas, la reina fue una de las que dolió a cada uno de los habitantes.

 

-Van dos cosas que hago por aquel rey, aún me falta mucho por hacer, ese reino y los que habitan ahí deben de recordar quien soy y cuál es mi legado.- Decía mientras veía a una de sus concubinas ayudando a caminar a un pequeño.

 

Los meses pasaron y el reino celebro el nombramiento de los nuevos hijos del rey, la princesa Michelle Hwang y el príncipe Leonard Hwang. Cosa que el pueblo lo vio como un nuevo inicio y una nueva oportunidad de que el pueblo se convirtiera en uno de los mejores reinados. Los meses se volvieron años y el cumpleaños número 14 de la princesa Stephanie había llegado, los estragos de aquella plaga en el mundo y principalmente en el reino ya eran inexistentes.

 

-­Fanny, ven aquí, papá quiere que te prepares.-

-Pero Michelle, no quiero ir, sabes que odio ir a esos lugares.-

-Eso lo sé, pero eres una princesa y debes de…-

-Visitar a los reyes de otros reinos y crear alianzas. Lo sé, pero sus hijos son unos engreídos y no entiendo cómo es que se van a convertir en gobernantes con esas actitudes, además ¿por qué tengo que ir yo? Leo y tú son los mayores.-

-Tiffany, recuerda que él y yo somos adoptados, tú eres la siguiente en el linaje de papá para ser quien gobierne.- Tiffany se sentía mal cada vez que recordaba que sus hermanos no lo eran de sangre.

-­Lo siento mucho, no quise que recordaras lo que paso con…-

-Tranquila pequeña, eso es parte del pasado, ahora nos tenemos los cuatro.-

-Cierto, somos una familia.-

-Ahora debes de ir, recuerda que Leo y yo iremos contigo, y papá nos alcanzara después.-

-Michie, ¿Por qué papá va a otro lugar el día de mi cumpleaños?-

-No lo sé, ya le he preguntado antes pero no me ha dado respuesta.-

 

Mientras que las princesas y el príncipe se alistaban para su viaje, el rey seguía buscando a la doncella ideal para ser llevada ante el brujo, para que nadie del pueblo se enterara del trato hecho con ese ser, le ordeno a varios de sus soldados más fuertes, agiles y confiables el secuestro de la chica más apta para ser llevada. Cada año estos soldados regresaban de un viaje muy extenso entre los reinos existentes en busca que aquella mujer que sea del agrado del brujo.

 

-Muéstrenme a la mujer que han elegido.- Ordeno el rey, quien vestía de ropas idénticas a las de sus súbditos, ninguna señal de que es un monarca. La chica vestía de manera humilde pero su rostro y cuerpo eran perfectos, bellos, los ideales aspectos para aquel brujo. ­–Eres muy hermosa, dime ¿cuál es tu nombre?-

-Por favor déjenme ir.-

-Responde ¿cuál es tu nombre?-

-Soy Park Jiyeon, del reino de su majestad, el rey Anthony Jung.-

-Ese reino esta ha dos semanas en caballo, me ha impresionado mucho.- Le dijo a sus soldados, en tono de orgullo. ­–Perfecto hay que prepararla, se hace tarde para llevarla.-

 

Los soldados arreglaron a la chica, la cual se resistía. Pasados unas horas el rey y sus soldados se dirigieron a la montaña negra, donde vivía aquel brujo. Al llegar el brujo observo a la chica y sin decir nada ordeno a las primeras mujeres que obtuvo de ese trato que la llevaras dentro de la cueva.

 

-Bien hecho Hwang, cada año me impresionas más con las doncellas que me das, dime ¿cómo se encuentra tu hija? ¿Está creciendo bien y sana? Responde.-

-Así es, se encuentra bien.-

-Perfecto, nos veremos el próximo año, rey Hwang.-

 

Como cada año el rey regreso al palacio, para encerrarse en la única habitación que era prohibida en todo el palacio, ya que en ese lugar se encontraban pinturas de las chicas que secuestro y entrego a ese ser, incluso de aquellas que llevo por primera vez, además de varias cosas que ha recibido por el brujo, libros llenos sobre información de ese sujeto y algo más importante, una pintura de un dragón con el mismo símbolo que su hija tiene como lunar.

 

-¿Qué significa ese símbolo? ¿Por qué mi hija lo tiene? ¿Qué relación tiene con esa pintura, que lleva más de mil años hecha? Amada mía ¿qué fue lo que hecho?-

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Comments

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taesica33
0 points #1
Chapter 4: Regrese
Solyta #2
Chapter 4: Continuaaaaa
Cass_Addiction19 #3
<3
taesica33
#4
Chapter 2: No entendí si fue taeyeon o Ji cuál de ellos fue derribado por una bala
LlamaAmerica #5
Chapter 3: Sigue!! <3
LlamaAmerica #6
Chapter 2: Que genial esta la historia!
LlamaAmerica #7
Chapter 1: Waaaaah leerlo otra vez y darle cuenta que es casi profético por lo que está pasando! :0
Itaenylove
#8
Chapter 2: Actualiza plssssssss
Realmente me gusta mucho esta fic
taesica33
#9
Alguien que lo actualice
Kermariuth
#10
Chapter 1: Esperón que sigas actualizando♥ me encanta esta historia♥