Prólogo 

Era algo en el aire, él lo sabía. Tan pronto como salió del edificio él pudo darse cuenta de que había algo en el aire que era diferente de otras ciudades en las que había estado. Cerro los ojos y respiro profundo, aspirando una esencia desconocida.

 —Estoy de vuelta, no?— se dijo a si mismo

 Miró hacia la calle y divisó un taxi que venía hacia él. Ajustó la correa de su bolsa y tomó la manija de su equipaje mientras le hacía señas al taxi. El auto se detuvo para que el conductor bajara y abriera la cajuela, una vez todo dentro del auto, le indicó que le entregara la bolsa que colgaba en su hombro, miró al conductor y dijo:

 —Oh no, esto se queda conmigo— palmeó su bolsa —Nunca se aleja de mi lado— 

El conductor lo miró por un segundo, asintiendo le indicó que ingresara al auto mientras él ocupaba su puesto tras el volante. 

Cuando ambos estuvieron dentro del auto, el conductor se giró hacia el hombre y preguntó. 

—Adonde señor?— 

—Oh cierto— dijo mientras sacaba un pedazo de papel de su bolsa y se lo entregaba al conductor. Una vez que conductor ingresó la dirección en el GPS le regresó el papel.

 —Gracias, señor...— 

—Andy— 

—Gracias Señor Andy. Ahora, si abrocha su cinturón podremos irnos— 

Andy pasó el cinturón sobre su cuerpo y se hundió en el asiento mientras el auto se alejaba del aeropuerto. 

—Por su acento puedo notar que no es de aquí, cierto?— el conductor observó al pasajero a través del retrovisor, Andy le dió una pequeña sonrisa como respuesta.

 —Está aquí por negocios o por placer?— preguntó. 

Andy bajó el vidrio de la ventana y volvió a respirar aire dentro de sus pulmones y respondió. 

—Un poco de ambos— 

—Bueno, déjeme ser el primero en darle la bienvenida a Corea señor Andy. Espero que disfrute su estadía— 

Andy se asomó por la ventana y miró el mundo pasar, se preguntó que tanto había cambiado la ciudad en sus doce años de ausencia. Entonces, abrió su bolsa, tomó su cámara y comenzó a capturar su nueva vida.