Internado

Description

Padre nuestro 

que estas en el cielo....

Foreword

 

 

 

 

 

 

 


"Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo."

 

 

 

 

 

 

 

 

Veía desde lejos por la ventanilla del automóvil, ese gran edificio que estaba oculto casi por lo verde del césped, arboles y esa reja de metal con enredaderas. El cual seria mi nuevo hogar ese internado masculino que mi padre adulaba tanto, por que fue donde toda su familia se había criado he salido educado.

Por lo poco que sabía era que el internado fue fundado en 1382 teniendo 636 años, además que era prestigioso y al menos que tuvieras familia estando o estudió en el podías entrar, por estas razones costaba mucho el ingreso de gente.

¿Estaba emocionado por pasar las rejas como este momento lo hacía el automóvil de mi padre?, claro que no lo estaba, en primer lugar fui obligado a venir a este lugar tan lúgubre, no tenía vida el edificio además de lo estricto que era por lo que sabía. Me preocupaba los rumores que me comentaron antes de venir acá, pero vamos quien puede pensar que son reales.

"Se escuchan voces lamentándose, alumnos muertos o sacerdotes"

"Los sacerdotes abusan de sus alumnos"

"Hay ritos satánicos por parte de los alumnos"

"La gente es muy rara en ese lugar, su comportamiento, no parecen personas"

Eso y mucho más me contaron, pero vamos, ¿Quien creé que esos rumores son verdad?, tendré que ver con mis propios ojos si sera correcto.

El automóvil se estaciono frente a la entrada del gran edificio, mi padre bajo después de abrir el maletero. Imite su acción de bajar y al mirar al frente note un sacerdote en el entrada con un rosario colgando de su cuello el cual tenia su mano tomando donde se suponía que ese encontraba la cruz dónde fue sacrificado Jesús.

Un escalofrío recorrió por la columna vertebral, no era por como estaba el sacerdote pero que estuviera mirándome tan fijamente, no daba buena espina para nada. Mi mirada se dirigió a mi padre que estaba bajando una maleta grande he un bolso del automóvil. 

Por inercia me acerqué a el tomando el bolso, colgándolo en el hombro  y la maleta tomándola por la manija. Miré un poco preocupado a mi padre y al sentir su mano sobre mi hombro apretándolo un poco de proceso, una pequeña sonrisa falsa se formó en mis labios carnosos.

—JiMin, este es tu nuevo hogar, tienes que respetarlo y amarlo como yo lo hice, acatar todo lo que te digan sin relinchar.— Dijo mi padre de manera seria mientras miraba el lugar y luego terminaba su mirada encima del sacerdote anciano.

—Esta bien, Padre.— susurré agachado la cabeza un poco por inercia y sumisión.

—Más te vale, Hijo.— apretó de manera fuerte mi hombro para luego alejar su mano de mi.

Ya no sentía la presencia de mi padre al lado mio hasta que escuche el motor ser encendido, y escucharlo arrancar. Una pequeña mordida deje en mi labio inferior para luego soltarlo he levantar la mirada.

Comienzo a dar lentos pasos hasta las escaleras que habían y comencé a subir con mis cosas lentamente, realmente no quería estar cerca de ese sacerdote, no me daba ni una pizca de confianza. Al momento de quedar frente a el mire a otro lado que no sea su rostro o su cuerpo mismo.

—Bienvenido hijo mío, te estábamos esperando, te doy la bienvenida a "Winchester", acompañarme te mostraré el lugar y donde dormirá.— Dijo el sacerdote con una voz que daba miedo, para luego girarse he comenzar adentrarse al edificio.

Imite su acción caminado detrás de el a una distancia lejana de él, mientras miraba por donde pasábamos. Estaba lleno de fotos de ex cursos, un cuadro de Jesús bastante grande he varios crucifijos, para aclarar solo era el vestíbulo. Parecía que al poner todo eso estaba medido y puesto de manera tan organizada he aburrida en la pared gris. 

Todo el lugar era gris, ni un color nada y si es que café el piso pero un muy opaco. Giramos en un pasillo y volvió a hablar el sacerdote.

—Todas las clases serán en una misma aula, excepto religión, la historia del señor. Esa se tomara en la capilla el hogar de Dios, por mi.— Dijo el sacerdote mientras caminábamos, hasta que se detuvo en una aula que estaba alejada casi de las demás era como la penúltima puerta.

Él abrió la puerta he hizo un gesto con su mano para me acercará, cosa que lo hice de manera lenta hasta poder observar su interior de esta, pared gris, una pizarra de tiza, un crucifijo ó cruz, un cuadro de Jesucristo he el papa actual, algunos que otros mapas colgados y una estantería al final. El piso de madera color café opaco antiguo, los asientos eran antiguos de madera individuales, el compartimiento del pupitre al parecer había que levantar la tapa del éste. El escritorio del profesor estaba como en una pequeña tarima y al igual que los pupitres se notaba muy antiguo.

Sólo mirarlo me daba una tristeza enorme por el aura de daba. Mi mirada por curiosidad se dirigió a la última puerta que se notaba que estaba cerrada con candado, era bastante extraño, demasiado diría yo, pero prefería no preguntar al sacerdote por miedo.

—Está es tu Aula la número 12, Hijo mío.— Dijo el hombre mayor para luego girarse en su propio eje, comenzando a caminar de vuelta para girar a la izquierda sin nisiquiera esperar a mi persona.

De manera rápida casi corriendo llegue casi a su lado mientras apuntaba a un puerta doble.

—Ese es el comedor, de seis de la mañana a seis con quince se desayuna, a las dos de la tarde a tres con diez se almuerza y la última comida es a las seis de la tarde a seis con treinta, ni un minuto más, si no llegas a la hora de tus comidas quedarás sin ellas he se te otorgara un castigo por no cumplir con el horario.— Dijo mientras seguía caminado mientras apuntaba a un pasillo donde habían dos puertas.

Volví a mirar un poco curioso ya que estaba muy escondidas esas dos puertas.

—El baño, la última puerta le pertenece a los mayores y la primera puerta es donde se guardan las cosas de aseo. — Dijo mirándome de reojo, había sentido su mirada por eses escasos segundos antes que volviera a girar por otro pasillo.

Este lugar parecía laberinto ya de tantos pasillos que veía desde que llegué. En este nuevo pasillo había otro a su lado derecho bastante largo y con ventanas que lo iluminaban. 

—Gimnasio, dentro de el esta las duchas, es obligatorio que cada alumno se duche después de su clase de deporte y se vuelva a poner su uniforme formal.— Informo.

Así que ese era el gimnasio, con razón se veía medio grande la pared, por lo que había visto por las ventanas. No entendía mucho por que tantos pasillos he las cosas estaban tan apartadas de otras, era bastante extraño y confuso. 

Volvió a girar el sacerdote pero este pasillo solo tenia una sola puerta he conectaba a otro al parecer por lo que se notaba. 

—Biblioteca, esto es lo único que comparten los mayores con los más pequeños, cada unos tiene su sección, se les prohíbe a tanto más pequeño he menores estar caminado por el área que no les corresponde, ya que esta prohibido he abra sanción para el alumno.— Inforo nuevamente de manera que su voz sonó intimidarte.

Volvió nuevamente el sacerdote por donde vivimos, hasta volver al pasillo principal volviendo a señalarme dos lugares.

Uno era con pared de casi vidrio y puerta casi igual, lo otra era una puerta más bastante apartada y más a lo lejos pude divisar una escaleras.

—Como te darás cuenta el patio, tiene en total dos recesos sin contar el del almuerzo, esos dos recesos duran diez minutos. La otra puerta es el laboratorio.— Explicó mientras seguía caminado— Ven ten enseñaré donde dormirás, Hijo.—

Al notar que era a la escalera donde se dirigía tome con fuerza la manija de la maleta, antes de comenzar a subir ya que este lugar era tanto ancho como alto, el sacerdote me hizo subir hasta el tercer piso de este lugar donde habían bastantes puertas.

—Los alumnos tiene compañeros de habitación, en total cada habitación hay diez alumnos y un baño incluido. Tu habitación es la última, por el hecho de tú llegara inesperada. Por último para que puedas acomodarte, todos tiene que estar en su habitación a las ocho en punto de la noche he a las nueve en punto se apaga las luces, sin excepción alguna, esta prohibido salir de la habitación luego de las ocho... y a las cinco de la mañana sonara el parlante como alarma.— Acotó mientras abría la habitación para que pudiera entrar —Tu cama es que tiene sólo el colchón, en el baúl están las sabanas he frazadas, disfruta tú estadía acá, Park JiMin.— Dijo antes de cerrar la puerta un poco fuerte.

sólo me limité  a asistir con la cabeza a lo dicho mientras dejaba el bolsos encima de la cama y la maleta a un lado. No tenía ni una idea de dónde poder guardar mis cosas ó algo parecido, comencé a recorrer con mi mirada el lugar lentamente.

El lugar de las habitaciones  era más sobrio que el internado mismo, se notaba más viejo todo más viejo, hasta estaba dudando si había agua temporada en un lugar como éste. Mientras recorrían con la mirada puede notar un baúl  a los pies de todas las camas, me acerqué a el que estaba en donde dormirse den de ahora, abriendolo noté  que tenía el espacio perfecto para guardar el bolso he así lo hice.

Me hinco para sacar las sábanas y dos frasadas donde el sacerdote me había indicado, comenzado a realizar la cama. Iba a ser un largo día,  los alumnos llegarían mañana o más tarde....

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