Todo comenzó de forma normal. Chanyeol y Baekhyun eran felices, tenían un gran futuro por delante. Apenas unos meses antes habían tomado la decisión de vivir juntos y ahora se encontraban acostumbrándose a una nueva rutina, una que los dos disfrutaban completamente.

Baekhyun había comenzado su pasantía en una prestigiosa revista de moda, siendo uno de los editores más jóvenes en la historia de la misma. Su futuro parecía estar escrito como uno de los jóvenes más brillantes de su generación.

Chanyeol ya era una figura reconocida. Su carrera comenzó con un blog de fotografía, en el que compartía detalles visuales sobre sus viajes por el mundo, teniendo como enfoque los cementerios de cada ciudad o pueblo que visitara. Unos años después, fue reclutado como fotógrafo oficial de una revista que se encargaba de promover el turismo a los pueblos pequeños y remotos de cada continente.

Sus caminos se cruzaron cuando Baekhyun apenas era un nuevo estudiante de la universidad, mientras que Chanyeol había pasado por la ciudad como parte de su nuevo trabajo. Coincidieron en diferentes ocasiones hasta que Baekhyun se armó de valor para hablar con el chico alto que era la novedad entre chicos y chicas. Y ahí las chispas se encendieron.

Salieron un par de años, y cuando Baekhyun terminó la universidad concluyeron que era momento de vivir juntos y comenzar una nueva aventura.

Unos meses después de que Baekhyun comenzará su pasantía, iniciaron los eventos sociales, y con ellos, el cambio de actitud de Chanyeol. Al principio, el mayor era un chico alegre y siempre con comentarios que despertarán el lado divertido de la gente, creando con ello una buena atmósfera para convivir. Al pasar los meses, Chanyeol se volvía cada vez más huraño y apático con el mundo; su mayor problema, la bebida.

Baekhyun no entendía porque Chanyeol se volvía cada vez más deprimido. Cada mañana despertaba en una cama fría, mientras el más alto se encontraba en el sótano, descansando en su sillón preferido, cerca de su escritorio, pero un vaso de Wisky siempre en el suelo, su fiel acompañante. Según Chanyeol, solo era algo temporal, mientras le asignaban una nueva ciudad para trabajar.

Cuando comenzaron a vivir juntos, Chanyeol se ausentaba intermitentemente un total de seis meses al año. Era difícil para Baekhyun el tener a su amado tan lejos por tanto tiempo, pero intentaban aprovechar el tiempo lo más que podían cuando Chanyeol regresaba a casa.

Después de la bebida, llegaron los problemas de inseguridad personal. El mayor comenzó a sentir que no era suficiente para Baekhyun, que era demasiado viejo, siempre estaba lejos. Comenzó a sentir que su pequeño se alejaba de él, que lo cambiaba por alguien más. Seguramente alguien del trabajo. Últimamente Baekhyun salía mucho con un compañero de la oficina, un tal Do Kyungsoo. Claro, el chico de los labios peculiares era simplemente hermoso, seguro Baekhyun lo cambiaría por él. Estos pensamientos rondaban la cabeza de Chanyeol los últimos meses.

Por otro lado, Baekhyun solo sufría de ver como su amado se alejaba de él y comenzaba a atormentarse con pensamientos tontos. ¿Engañarlo? ¿Con Kyungsoo? ¡Ja!, ese chico estaba que se moría por Jongin, el hijo del CEO de la revista. Baekhyun solo era su pequeño confidente, y su palomilla mensajera.

Cuando Kyungsoo invitó a la pareja a su fiesta de compromiso, Chanyeol cambió su actitud. Aparentemente dejó su frialdad a un lado, y regresó a ser el chico del que Baekhyun se enamoró. Sin embargo, había algo que inquietaba a Baekhyun, ¿qué tal si Chanyeol volvía a sus problemas una vez que la calma pasara? Este pensamiento lo llevó a tomar medidas. Una noche tranquila, mientras Chanyeol y él disfrutaban de un momento íntimo, justo cuando el mayor iba a correrse por segunda vez, tomó el anillo que tenía guardado en su mesilla de noche y le pidió que formará parte de su vida para siempre.

Las cosas iban a cambiar para bien, se repitió miles de veces al ver la sincera sonrisa de su novio, ahora prometido. Claro que las cosas cambiarían, Chanyeol tenía un plan también, uno que los uniría para siempre.

Nadie sabe cómo pasó. Jamás llegaron al altar, o a Las Vegas en su caso. Una mañana, mientras Kyungsoo y Jongin iban a hacer una visita sorpresa a los recién comprometidos, encontraron a un tranquilo Chanyeol sentado en el jardín con su prometido. La escena parecía bastante natural, una tarde alegre, compartiendo sus historias del día y haciendo planes para su boda. Sin embargo, algo parecía fuera de lugar. Y claro, como no distinguir el olor a podredumbre que emanan los cuerpos cuando el alma ya no se encuentra en ellos. Esa era la maravillosa idea de Chanyeol para pasar la eternidad juntos: la muerte.