-No podría estar más feliz- dijo el Sr. Kim con una gran carcajada-Ser la dama de la Corte real. ¡Prácticamente la esposa del emperador!-

-¡Esto es lo mejor que pudo haberle pasado!- dijo el hermano de Taeyeon

 – Ah, mi hermana Miyoung, sin duda hubiera estado muy feliz por ella-

Taeyeon claramente podía escuchar toda la conversación sentada en la misma mesa que ellos, y eso, solo aumentaban su ira con cada comentario.

-¡Padre!¡Hermano!- grito molesta

Pero ninguno de los dos le prestó atención. Ambos hombres estaban inundados de felicidad por la gran noticia.

-Entonces, padre, si tu sobrina o debería decir, mi prima se convierte en la dama de la Corte Imperial ¡Imagínate la posición que podríamos alcanzar!- el hermano de Taeyeon no podía contener la enorme sonrisa en su rostro, la misma que su padre y no solo ellos, sino también las sirvientas.

-Y pensar que trabaje para alguien, que será una importante  dama en la Corte Real- murmuro una sirvienta.

-La Joven Tiffany será una espléndida esposa- murmuro otra sirvienta con un suspiro.

El padre de Taeyeon seguía con su alegre charla entre los murmullos.

-Sabias que el Emperador, el padre del actual Emperador intento pedir la mano de Miyoung, la madre de Tiffany-

-Ese podría ser el motivo porque el cual que nuestro Emperador, esta tan interesado en Tiffany-

Es inútil.

Nadie está de mi lado.

Pensó Taeyeon molesta y a la vez angustiada.

No importaba a donde volteara, todo el mundo parecía feliz al saber que el Emperador quería a Tiffany para su Harem, menos ella.

Molesta se dirigió a la habitación de Tiffany donde la chica yacía sentada como una estatua.

-¡Tiffany huyamos!¡Empaquemos nuestras maletas!- fue lo primero que dijo Taeyeon al ver a Tiffany, sin embargo, está se negó.

Ante esa rotunda negativa, confundida, tomo el rostro de Tiffany entre sus manos.

-¡¿Porque?!¡¿No me digas que te has enamorado del ertido y viejo Emperador?! Si nosotras somos.. .-

-Si yo huyo, tu padre, hermano y sirvientes sufrirán. Solo tengo que soportar lo que el Emperador tiene preparado para mi- contesto sin ánimos y lágrimas en los ojos – Taeyeon, me convertiré en la dama de la Corte Real pero mi amor siempre será solo para ti –

Los ojos de Taeyeon se llenaron de lágrimas, Tiffany estaba dispuesta a sacrificarse por su gente y sobre todo, por ella.

-Taeyeon, lo hare por el amor que siempre te he tenido-

▬∆▬

Y antes de que los supiera, el carruaje del Emperador llego por Tiffany y partió de su casa, llevándosela lejos de Taeyeon.

-Gracias. Muchas gracias- gritaba el Sr. Kim – Es nuestra mayor alegría-

-Tiffany podrá coincidir un espléndido niño- soltó el hermano de Kim, despidiéndose del carruaje.

▬∆▬

Mientras tanto, Taeyeon escondida en su habitación, pateaba todas las cosas que se atravesaran en su camino y volaban por los aires.

-¡Maldita sea!¡Maldita sea!- gritaba enojada.

Sooyoung y Fujiwara, estaban con ella, siendo testigos de la escena.

Tras patear y lanzar todo lo que encontró a su alrededor, ahora estaba agotada. La habitación era un completo desastre y su propia aspecto dejaba mucho que desear. Se cabello revuelto, su ropa arrugada y desajustada, incluso su  respiración era agitada, con los hombros caídos en derrota.

Y de un momento para otro, se echó a llorar; fuertes sollozos y ríos de lágrimas descendían por sus mejillas.

-¡Todo es porque soy mujer!- gritó desesperada -¡No puedo hacer nada!¡La mujer que amo me fue arrebatada!-

La desesperación en la voz de Taeyeon contagio a Sooyoung, e incluso entristeció a Fujiwara.

-¡No pudo decir nada!¡A ella ni siquiera se le permito decidir!¡ELLA NO QUIERE CASARME!- gritó por segunda vez con la voz desgarrada.

Fujiwara intercedió, al ver la agonía de la Joven Kim al ser separada de su amada.

-Taeyeon, yo soy hombre y tampoco puedo hacer nada. Nuestro enemigo es el Emperador. Ni siquiera puedo entrar el palacio!- dijo con pena.

Incluso, con la desgracia cayendo sobre ellos, una luz de esperanza surgió como una idea en Fujiwara.

-¡Espera, tal vez esto funcione!- se acercó a Taeyeon – Gracias a que eres mujer, puedes entrar al palacio como una trabajadora. ¡Aun puedes alcanzar a Tiffany!- dijo con una sonrisa.

Y pronto, la esperanza regreso al corazón de Taeyeon.

-¡Un hombre no puede hacer nada pero una mujer sí!- repitió  emocionada.

Sooyoung  y Fujiwara asintieron confirmando sus palabras. En tan solo un par de segundo, sus fuerzas regresaron triplicadas.

-¡Tiffany!- tiro de la manga de su ropa, dejando descubierto el nombre de Tiffany en su brazo - ¡Te prometo que voy a liberarte!- apretó la mano con fuerza.

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Los tres se arreglaron, Taeyeon y Sooyoung vestidas de sirvientas con pañuelos cubriendo sus cabezas y Fujiwara con su ropa de trabajo; partieron  al Palacio Imperial.