Final

Cuando ella me amaba

Tiffany estaba en su casa terminando de recoger todas sus cosas del salón, se mudaría, al fin tanto trabajo había dado frutos y le habían dado un excelente cargo que no podía rechazar en Estados Unidos, sería la editora en jefe de una importante revista en su país natal, ya no más seguir ordenes de otros, ahora ella tomaría sus propias decisiones y estaba segura que serían las más acertadas.

Seguía metiendo las cosas en las cajas hasta que no quedo algún objeto sin envolver cuidadosamente y meter en la caja para que no se dañara, su salón estaba vacío, era realmente grande, más grande de lo que recordaba cuando lo vio por primera vez, lo rento cuando le dieron su primer aumento, “Mereces algo mejor” le dijo su jefe en ese entonces,  ella lo escucho y comenzó a buscar un nuevo lugar que se ajustara a sus gustos y a su bolsillo, para su suerte uno de sus compañeros le había dicho que en su edificio había un piso disponible y no era caro, por lo que ella al día siguiente concertó una cita y apenas lo vio supo que lo quería.

Se encamino al pasillo que solo tenía tres puertas, una para el baño de invitados, la de su habitación y luego estaba la tercera que era la segunda habitación, por si necesitaba un compañero de piso o si ella volvía, pero no fue ninguno de los casos, lo uso como estudio para sus trabajos, para la colección de libros que le gustaba tener y para los álbumes de fotos que le gustaba hacer.

Respiro profundo antes de comenzar a meter libro por libro en las cajas, algunos los metía en la caja que tenía escrito Donar, para alguna biblioteca pública o tal vez una librería de segunda mano. Agarro uno de los álbumes de fotos que había hecho,  eran imágenes de cuando era una niña, desde su nacimiento hasta sus dieciocho años, cuando cumplió su mayoría de edad y se mudó a Corea con su mejor amiga.

Su mejor amiga, sonrió con tristeza al ver su primera foto juntas, apenas tenían siete años cuando se conocieron en un parque porque un niño la estaba molestando por la forma de sus ojos y ella vino a su rescate dándole una mirada gélida con sus también ojos rasgados. Sus madres se habían acercado al darse cuenta de la situación y cuando se vieron gritaron de alegría, habían sido amigas y ver la química que había entre sus dos hijas las tardes de juego se hicieron más constantes; también se dieron cuenta que estudiaban juntas y no se habían percatado de ese hecho, hasta a sus madres les pareció raro que no se hubiesen encontrado en alguna reunión escolar o cuando tenían que buscarlas.

Cuando alguien me amaba

Me sentía tan feliz

Los momentos que pasamos,

 los recuerdos bien

Inseparables decía el pie de la foto, inseparables era una palabra muy básica para lo unida que eran las dos niñas, parecían que estaban pegadas de la cadera porque no se querían separar de la otra por nada del mundo y eran solo ellas dos, así fue durante muchos años. Siguió pasando las páginas y podía ver cómo iban creciendo poco a poco, como Tiffany la había pasado de estatura a pesar que Jessica era mayor.

Recordaba cada momento compartido con Jessica, cada cumpleaños, cada navidad, exámenes escolares, fiestas, noches de cine, tardes de helados, vacaciones, cuando nació su hermana, obras escolares, almuerzos, pijamadas, y muchos más.

Siempre en su pesar

Yo sus lágrimas seque

Su alegría compartí también

Cuando me amo

Encontró una foto que su madre les tomo cuando tenían catorce años, la abuela de Jessica había muerto, tuvieron que viajar a Corea un par de semanas y la chica lo único que quería era estar con su amiga, así que cuando regresaron se abrazaron como si fuesen años los que tenían sin verse y el reencuentro al ser tan lindo, no podía pasarse por alto para la madre de Tiffany.

Después de eso se habían retirado a la habitación de la menor para hablar mientras las adultas lo hacían en la cocina con café. Jessica se había sentado en la cama de Tiffany con la cabeza gacha, su cabello castaño cubría su rostro, la otra la miro extrañada.

- Jessi, ¿Qué pasa? – Pregunto acerándose a ella, escucho sus sollozos e inmediatamente la abrazo – Tranquila, Jess, estoy contigo – agarro su cara y limpio sus lágrimas – Ella siempre estará aquí – toco su corazón

Por primera vez en días, se volvieron a sonreír de verdad, la alegría de tener a la otra aun en una situación así.

De estación en estación

Entre las dos había unión

Y nada más nosotras,

Como debía ser

Los años fueron pasaron, las dos niñas no tenían muchos amigos, de hecho su círculo de amistades consistía en ellas dos y Krystal, las dos eran muy posesivas con la otra y no les gustaba tener muchas personas cerca que pudieran robar la atención de su amiga.

Las pijamadas eran los momentos en donde Tiffany era más feliz, ya que dormía abrazada a Jessica, pasaban la tarde jugando con Krystal, cenaban y luego cada una se bañaba, veían una película hasta que la madre de las dos chicas venia por la menor, a Tiffany le encantaba ese momento, no es que le molestara Krystal, amaba a la chica como si fuese su hermana, pero era el momento en que estaba con Jessica sola, como debía ser. Se pegaba más a ella y hacia que Jessica recostara la cabeza en su hombro para seguir con la película y después irse a dormir.

Y si sola estaba

 La solía acompañar

Así fue

Cuando me amo

Cuando tenían diecisiete los padres de ambas decidieron que las chicas eran lo suficientemente responsables como para estar solas en casa, asi que cuando se fueron de viaje, Jessica se quedó en su casa sola y lo primero que hizo fue llamar a su mejor amiga para que le hiciera compañía, los Hwang aceptaron ya que era una forma de darle responsabilidades a ambas.

Tiffany amaba esos momentos, sola con su mejor amiga sin tener que compartirla con nadie, donde su atención iba solo para ella, veían películas o series, hablaban sin parar de cualquier cosa, hacían planes a futuro juntas como es desde que se conocieron.

Poco después llego su graduación, la universidad estaba a la vuelta de la esquina y para todos fue una sorpresa cuando las chicas decidieron mudarse a Corea y estudiar sus carreras universitarias alla, decidieron que dormirían en las residencias que les ofrecía la universidad, lamentablemente para ellas no quedaron como compañeras de habitación, pero no fue limitante para su amistad ni el que estudiaran carreras diferentes.

El tiempo paso

Yo soy igual

Más poco a poco me olvido

Sola me quede

Los meses fueron pasando y dos años después las cosas habían cambiado, ya no tenían tanto tiempo para la otra como antes, Tiffany invitaba a Jessica constantemente a hacer algo, lo que sea, juntas, pero la chica no podía porque debía estudiar o tenía que verse con algunos compañeros para cumplir con alguna actividad de sus clases.

Al principio las invitaciones eran constantes, con el tiempo fueron disminuyendo, Jessica ya no intentaba poner excusa simplemente le decía que no, Tiffany podía verla con nuevas personas, tenía nuevos amigos y no la incluía a ella.

- Hey, Jess – se acercó cuando la vio en uno de los pasillos

- Oh! – se sorprendió al verla – Hola, Tiffany –

En ese momento algo en la pelinegra se rompió, su amiga no la llamaba Tiffany siempre era Tiff, Stephie, Steph o Fany, pero nunca Tiffany.

- ¿Cómo estás? –

- Estoy bien –

- ¡Genial! ¿Te gustaría…? – fue cortada.

- Lo siento mucho, Tiffany, pero ya quede con los chicos… - señalo a sus amigos.

- Oh – se mordió el interior de su mejilla – Sera otro día, supongo –

- Si, yo te aviso –

- Sica – escucho como la llamaban.

Volteo a ver a Tiffany – Debo irme – la menor asintió – Adiós, Tiffany – se giró y corrió hacia sus amigos.

Pero espero aun oír

Su voz diciendo

Yo te amo

No fue hasta un cumpleaños de Tiffany en donde la chica perdió las esperanzas de tener a su amiga otra vez. El día inicio con el sonido de llamada del móvil de Tiffany, corrió por él y su decepción fue grande al ver que eran sus padres, no es que no  los quería, ella esperaba la llamada de alguien más como otros años.

El día siguió, sus amigos la felicitaron, de hecho decidieron ir a un bar a celebrar su cumpleaños, unos meses antes de terminar la universidad definitivamente y separarse para hacer sus vidas en diferentes partes del mundo.

Regreso a su casa poco antes de la medianoche, no había revisado su móvil, lo prendió para encontrar mensajes de algunos familiares, amigos, profesora e incluso Krystal, pero nada de Jessica. En ese momento Tiffany decidió aceptar que ya no era importante para Jessica.

Olvidada estaba

Cuando ella me encontró

Me sostuvo como antes

De nuevo me sonrió

Pues me amaba

Si me amaba

- Última caja – dijo mientras le ponía la cinta adhesiva.

Sonrió viendo todas las cajas cerradas, al dia siguiente partiría a Los Ángeles, solo quedaban las cosas necesarias para pasar la noche y su ropa para el día siguiente.

Grr

- Hora de comer – camino a la cocina dispuesta a buscar comida, pero no tenía nada, así que se puso sus zapatos y salió de su casa al restaurante más cercano.

Iba distraída con su móvil, cuando de repente un pequeño cuerpo se estrelló con ella

- ¡Eunwoo!

Miro a la pequeña que se venía nerviosa y vio a una mujer corriendo y en su mano venia otra pequeña

- Jung Eunwoo, ¿Qué te he dicho de irte asi? –

- Lo siento – agacho su cabecita

Tiffany no podía dejar de ver a la niña, le recordaba mucho a alguien

- Lo siento, señorita – dijo la mujer dirigiéndose a Tiffany

Volvió a la realidad y dirigió la mirada a quien le hablaba, pero su sorpresa fue grande al ver a Jessica

- Stephanie –

- Jessica –

La castaña olvido a las niñas por un momento y abrazo a su vieja amiga, como antes, como si diez años no hubiesen pasado. Se separaron y se miraron a los ojos recordando todo.

- Mama – llamaron las niñas sorprendiendo a Tiffany

- Oh –

- Niñas, conozcan a Stephanie, una vieja amiga de mama –

- Hola – saludaron las pequeñas haciendo una reverencia

- Hola – dijo Tiffany viéndolas fijamente, eran igualitas a Jessica

- Ellas son Eunbi y Eunwoo –

En ese momento Tiffany se percató de algo, algo que brillaba en el dedo anular de Jessica, una alianza de oro que demostraba todo de lo que no fue parte y de lo que ya no seria.

- Mama, quiero helado – dijo Eunbi

Jessica asintió y miro a Tiffany – ¿Te gustaría acompañarnos? –

La pelinegra lo pensó por un momento, pero al ver la cara de impaciencia de las dos niñas decidió que era mejor dejar todo como estaba, le había costado superar mucho a su amiga, sanar la herida y no quería volver a abrirla.

- Lo siento, Jessica – se rasco la parte de atrás de la cabeza – Tengo muchas cosas que empacar aun –

- Oh -  se veía decepcionada – Otro día será –

Tiffany asintió – Fue un placer, Eunbi y Eunwoo – les mostró su ojo sonrisa y las niñas le devolvieron la misma sonrisa

- Cuídate –

- Adiós, Jessica – dijo y se alejo

Jessica se quedó ahí viendo a su mejor amiga marcharse igual que como ella le había hecho años atrás, dejando un vacío en su corazón, otra vez.

- Vamos, mama – las niñas comenzaron a halar sus brazos

- Vamos -

Cuando alguien

Me amaba

Me sentía tan feliz

Los momentos que pasamos

Los recuerdo bien

Cuando me amo

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Comments

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Just_Vicky-Jung
#1
Chapter 1: Llorare...
Auch...
Siento que algo en ni se rompió...
Y eso que mis compañeros de trabajo saben que no tengo corazón <\3
Diana_carolina #2
Chapter 1: Necesito una continuación.
No puede acabar así...
*Llorando*
L_ight_ #3
Chapter 1: Eso fue tan triste. Me rompió por completo el corazón. Fue miy bueno :D
Saludos
coko32 #4
Chapter 1: Ay quisiera leer el punto de vista de jessica
Judithp
#5
Chapter 1: T_T #sad , eso fue tan triste xd