- Me averguenzas, Eric Mun.

Esa fue la frase que el reconocido gerente, Lee Min Woo, había dicho a su jefe mientras tomaba un café y comía unas galletas con chispas de chocolate, sentado en uno  de los sofas de la sala de reuniones de la empresa.

- ¿Algo mas que se te antoje decirme, pequeñin? - El más alto lo miró fijamente con una sonrisa sarcastica, sabía que Minwoo podía soportar cualquier apodo, menos ese.

- Puedes llamarme como quieras, pero eso no quitará que me sienta avergonzado de ti. !Es inaudito! - se sobreexaltó - !No es posible que jamás hayas pisado el D-Night!

- Lo que no es posible es que estemos discutiendo sobre un tema como este ¿Porque no usas esta pasión para los negocios?  -preguntó dispuesto a ganar la discusión, como siempre.

- Hazlo por mi !vamos! - Minwoo dejó su merienda a un lado y se acercó con su típica  sonrisa de ojos hacia su amigo que estaba sentado a tan solo dos butacas de él.- Solo esta vez, si te aburres , prometo que nunca más insistiré.

- ¿Porqué tanto interés? Acaso.. ¿Encontraste nueva conquista? Respóndeme sin rodeos.

- Hasta que porfin preguntas lo interesante!  - Minwoo sonrió ampliamente y se sentó en un sofá adyacente al de Eric. - Insisto porque me importa, y para serte sincero, me gusta alguien.

- ¿No eras gay? Es decir, todos las parejas que has tenido han sido hombres, ¿Tu mamá te esta obligando a casarte de nuevo? - interrumpió con nuevas preguntas.

- ¿Puedes escuchar todo lo que tengo que decir y luego bombardear con preguntas obvias? - Minwoo rodeó los ojos y respiró pesadamente. - Sigo siendo gay, me sigue exitando los penes.

- ¿Entonces?

- Me gusta el jefe...

- Ahh... ¿Tengo que felicitarte? - Lo miró de reojo-Te aviso que no pienso volver a soportar tus lloriqueos cuando terminen de jugar contigo , ni mucho menos interceder por ti ,si los miembros de la junta votan a favor de tu despido.

- Siempre me restriegas en la cara que tu to sentido es extraordinariamente desarrollado, no soy tonto, no quiero sufrir otra vez, así que estoy dejando en tus manos mi vida amorosa

Eric rió sonoramente, en definitiva , su amigo estaba desesperado.

- Tu sentido del humor sigue siendo el mismo. - se paró de su asiento - En unos minutos es la hora de salida y no pienso generar plusvalía para ti  ¿Ves lo considerado que soy?

- Eric , no estoy bromeando, acompáñame, en verdad me gusta , me calien...

- YAAA! no digas más, esta bien... esta bien... iremos saliendo del trabajo.-interrumpió casi rogando.

Eric terminó de arreglar los papeles y se dirigió al ascensor dejando a un Minwoo desconcertado. El más pequeño tenía que ir al centro comercial de inmediato.

 

 

 

~~ ◘ ~~

 

 

 

Eran las 10 de la noche y Minwoo manejaba entusiasmado, oyendo lo mejor de su repertorio. Eric dormia en los asientos de atrás, para según él, soportar toda la noche despierto. Pero en realidad, no quería hablar como Minwoo y fingia dormir.

 

Entre tanto movimiento, una vaga esperanza había regresado a impacientarlo . Quizá , en esa noche, podría encontrar a alguien que le llene el vacio, al menos, por unas horas.

- Llegamos! - El gerente tocó el claxon una y otra vez para despertar a su amigo que seguia recostado.

- YA! ya! ya te oí! - Eric se levantó perezosamente arreglando su tradicional smokin negro.

 

Al bajar del auto, Minwoo realizó una llamada y con señas , indicó al mayor que no se moviera, asi que este, atinó a dar una cautelosa mirada a su alrededor, la cantidad de gente que entraba al conocido cabaret "D-Night" lo sorprendió. Sin dar paso alguno, pudo reconocer a algunos cuantos colegas que entraban con porte elegante. Y pensar que la mayoría de esas personas estaban "felizmente casados".

- Por aquí - El más pequeño arrastró a su amigo por una entrada que se ubicaba en la parte de atrás. - Sería poco atractivo entrar por donde entran los mortales - sonrió su amigo aún más emocionado. En aquella entrada, habían dos guardespaldas de casi dos metros de altura. Los dejaron pasar sin problemas y la oscuridad los recibió. Minwoo seguia caminado mientras que el mayor no decia nada. De pronto, el pasillo se iluminó por pequeños focos que despedian una tenue luz roja, algunos cuadros de hermosas mujeres decoraban las paredes.

Enigmático, era la palabra que describía a la perfección el lugar. En el fondo habia una puerta dorada y supuso que era del hombre aclamado.

- Hoy se presenta la estrella del lugar. Si quieres ver el show, sigue este camino y abre la puerta, una señorita te preguntará por mi nombre, solo dices que si y te llevarán a un box que ya reservé, me quedaré un rato aqui, ya sabes... - Minwoo sonrio avergonzado y empujó con fuerza a su amigo en medio del pasillo. -Nos vemos luego- gritó.

Su pequeño amigo habia abierto la puerta y la cerró trás él.

- ¿Porque no me sorprendo? - se preguntó a si mismo y siguió su camino.

 

 

 

 

~~◘~~

 

 

 

 

 

- Eres muy ruidoso. - dijo el hombre que yacía sentado en un gran sofá.

- Hola , es grato verte de nuevo - respondió sarcastico.

El hombre sonrió complacido y se acercó hacia el más pequeño para abrazarlo. El aroma del hombre era tan embriagador que lo llevaba a otro trance.

- ¿Has traído a tu amante? Ten cuidado, aqui la gente suele perder la cabeza por tanta belleza - el jefe bromeó despeinando el cabello del visitante.

- Tú y tus bromas - dijo con cara de pocos amigos- No,  es Eric Mun, el amigo que te comenté hace unos días.

- ¿Tu jefe? - El hombre se separó algunos metro de él.

Minwoo asintió. El hombre de unos centrimetros más que él, movió la cabeza verticalmente y cruzó los brazos.- Mis chicas se entusiasman mucho cuando alguien importante viene a visitarnos, bailar ante la misma gente suele ser muy aburrido a veces-

- Aquí, nadie hace shows privados- La mirada fria del hombre aterrorizó al demandante. - Lo siento.

 

Esas tres palabras borraron la poca sonrisa que el jefe del cabaret tenía en el rostro.

 

 

Una sonora bofetada vino a continuación.

 

Minwoo quedó en estado de shock. Por acto reflejo, llevó su mano hacia su mejilla. La cara le ardia demasiado. Y no podría ser diferente, un golpe en la cara de una persona con músculos definidos es inevitablemente doloroso.

- Te retiras de mi oficina ahora o te saco a patadas de aquí. - El ambiente se tensó aun más cuando el dedo índice del hombre toco la punta de la nariz del más pequeño.- Nadie! Escuchame bien! nadie va a venir a insultar a mis chicas! ¿Entendido?

El silencio volvió a reinar el lugar.

La mirada de furia que tenía el jefe en cuestión se convirtió en una de decepsión y Minwoo lo sabia muy bien. Detrás de esa imágen de hombre serio y despreocupado, habitaba un hombre sensible.

- Wannie, en verdad, lo siento, no me gusta  pelear contigo y ese no fue el motivo de mi visita.

- Tenía que haberlo adivinado- el dolor y el recuerdo florecieron como hace algun tiempo -  Pensé que eras alguien diferente. Estás conmigo solo para que te haga  "favorcitos"¿No es así? Eres como todos! - Dongwan tomó un pesado respiro y continuó- Nunca más vuelvas a pisar un pie en mi oficina ¿Escuchaste?

Minwoo tragó su orgullo y cerró la puerta trás él. Tan solo ese pequeño pedazo de madera era testigo del llanto silencioso de ambos hombres. La esperanza de haber encontrado el amor fue tan fugaz como aquella discusión.

 

 

 

~~◘~~

 

 

 

 

- Emm.. Lee Min Woo. digo , él reservó un box para nuestra noche. - La jovencita que lo recibió fue por muy lejos, lo que esperaba. Ella lucía un bello  vestido negro hasta el tobillo y un sutil escote en el pecho. Se habia imaginado encontrarse con chicas en ropa interior y demas, así como se veía en la televisión.

 

La joven lo dirigió por otro pasillo que tenía multiples puertas y otro pasillo aún más oscuro, hasta que finalmente llegaron a su destino. Ella le sonrió y dió una pequeña reverencia antes de retirarse.

El local estaba maravillosamente decorado y la vista era hermosa. En el centro del techo, colgaba una lampara araña de vidrio, las paredes tenían espejos en forma de mosaico en lugares clasificados, las mesas del primer nivel estaban ordenados en forma de V y debajo de la lampara colgante, una alfombra roja y tres jarrones con 24 rosas rojas. Si, las había contado. Había pasado tanto tiempo que hasta se tomó el lujo de contarlas. Algo llamó su atención, las jaulas en cada esquina eran la innovación del momento. La primera vez que había visitado el "centro de recreación" no estaban. Porqué si, no era la primera vez que acudía al D-night a pasar una noche divertida. Lamentó haber engañado a su mejor amigo, pero no quería que lo viera como alguien adicto a este tipo de cosas.

 

Faltaban unos pocos minutos para las 12 am y  analizó muy bien el lugar,ubicó las salidas de emergencia y los extintores. Siempre es bueno preveer.

 

Su box se ubicaba en el segundo nivel,  justo al frente del escenario, que estaba cubierto por una pesada cortina roja. La impaciencia lo consumía y su amigo no llegaba. Un mesero se acercó y le informó que tenía barra libre para él. Cortesía de la casa, claro. Todo el mundo (o al menos el personal) sabía que era su cumpleaños. Eric asintió y solo pidió un vaso con agua, no queria beber esa noche.  De pronto las lamparas que alumbraban ciertas partes se apagaron y pensó que el servicio de electricidad se cortó. Unos reflectores iluminaron el centro del escenario y una relajante y sensual canción se oyó en todo el local. El show estaba a punto de comenzar.

Se respiraba sensualidad  en cada rincón. Un grupo de hermosas mujeres, vestidas de un fino body negro y pantis con encaje, salían ordenamente por las dos entradas que había en cada extremo del escenario. Sus pelucas, brillantes y cortas le daban un toque extra a su estilo. De un momento a otro, las bailarinas se fusionaron con la música y todo fue fantástico. Pero no tanto como el show estelar de la noche. Él sabía perfectamente en que momento del show , "ella"  aparecería en el acto. La música se apagó y un encantador vibrato anunciaba la llegada de la "más" esperada y aclamada del D-Night : Hye Sung.

Su vestido tan brillante como la hermosura de su rostro iluminaba más que los reflectores que la alababan. Su cuerpo era delgado y alta de estatura. Era más que perfecta: bella y talentosa. Lucía una peluca de color canela que le llegaba hasta la rodilla que contrastaba con su piel nivea.
Tanta fascinacion había hecho que olvidara completamente a su amigo.

En su ultima interpretación. Eric se levantó de su box y se dirigió discretamente hacia el pasillo en donde estaba la joven que,en primera instancia, lo había dirigido hacia su reserva. Quería preguntarle como podía llegar a los camerinos de las artistas. Se sorprendió al no encontrarla . La puerta estaba ligeramente abierta, así que la empujó pensando que se encontraría con la joven. Pero la realidad fue otra. Se llenó de miedo al ver que los dos hombres de seguridad que recibieron a Minwoo y a él, se encontraban echados en el suelo con un charco de sangre al lado de sus cabezas. Su respiración se hacía cada vez más lenta y caminó sin hacer ruido.

 

Desde lejos pudo apreciar que la puerta de la oficina del dueño del local estaba abierto.

 

Tenía dos opciones, seguir caminando y llegar hasta la oficina o regresar y advertir a los trabajadores. Decidió ir por la primera opción.

 

Rogaba que su amigo no estuviese muerto en aquel lugar.

 

Cuando iba a dar un paso más, el sonido de balas se escuchó por el pequeño espacio que había dejado al abrir la puerta. Corrió hasta la oficina y vió a dos cuerpos tirados en el piso. Pudo reconocer a uno y el mundo se paralizó para él.

Desde ese momento, el drama comenzó.

 

 

 

~~◘~~