La suave brisa mecía la corta cabellera castaña, cabello despeinado, ojos cerrados y respiración pausada, era de todo lo que Minseok podia transmitir en esos momentos dejándose acariciar por el verde césped que picaba bajo él.

—¿Puedes saber que estoy pensando?— Cuestionó aún con los ojos cerrados, sólo sintiendo la presencia ajena a toda su paz.

—No, y no quiero saber. Tienes una mente extraña.— La voz de Baekhyun fue suave con aquel toque de honestidad que le distinguía. Y como si MinSeok lo hubiese invitando a recostarse a su lado, lo hizo

—Vamos inténtalo— Insistió, sin dear de mantener los ojos cerrados.

Baekhyun dudó unos segundos, cerrando los ojos trato de adentrarse a la extraña mente de su acompañante, rascando hasta los rincones profundos más de sus pensamientos.

Sonrió al encontrar una buena respuesta.

—MinSeok-hyung me ama—. Una pícara sonrisa se dibujo en sus comisuras. Sacando de los labios del mayor una carcajada.— ¿Acerté?

Tras una corta pausa, en donde Minseok abrió los ojos y se giró hacia su costado para ver con mayor detalle el rostro de Baekhyun, sonrió:

—Me conoces bien.

—Eres tan predecible hyung. ¿Por qué dime...— hizo una pausa, acercándose peligrosamente hacia MinSeok sin apartar un solo segundo sus ojos avellana de los del castaño—, quien no podría amarme?

La estrepitosa risa de MinSeok solo hace sonrojar al más joven. Y el roce de los labios opuestos con los suyos logró hacer que su corazón bombeara hasta que sintiera que explotaría en cuestión de segundos.