Te extraño… mi amor.

나는 당신에게 내 사랑을 그리워

(naneun dangsin-ege nae salang eul geuliwo)

 

Si hubo un momento en que realmente me vi en el suelo, es justo ahora no entiendo mi proceder ni antes ni después... pero me hizo perder lo que no valoraba y lo que siempre me importo. Tú, pero el ego, el orgullo y el enfado son una mala combinación en mí; porque al parecer no estoy hecha para ser feliz a tu lado y menos para hacerte feliz, hacerte sonreír... hacerte sentir viva. No tuve la fuerza para aceptar que contigo soy mejor; que sin importar todo a mi alrededor tú eras lo único perfecto en mí y que mi cobardía gano al amor que sentía, que siento por ti. ¿Por qué no te escuche? Yo no quería perderte; solo quería tener más para ti y ambicione tanto que mis acciones ahora me tiene sin derecho a verte o a escucharte, con este tiempo que parece infinito como si fuera una agonía si saber si morir es mejor, que a dar pasos sin sentidos porque simplemente no hay rumbo sin tener tu mano entrelazada a la mía.

 

Pensando tanto en todas las posibilidades sin sentido que ya no serán más y es cuando tus manos ya no están alrededor de mí. Parece mentira; extraño tus rabietas por no hacerte caso, esos manoteos que siempre me hacía reír; porque odiabas, odias mi risa que llamas ‘’escandalosa’’. Me deseaba un mejor futuro contigo; mas nunca sin ti. Siempre había intenciones de levantarme cada día, porque tú estabas en el más sin embargo hoy tardo más mirando el techo al grado de llegar a la tarde y se sigue viendo gris; y cierro cada que me es posible los ojos con la estúpida “esperanza” de mirar tu mano cubriendo mi rostro solo para evitar que el sol lograra despertarme pero, ya no siento los rayos del sol lastimarme; no logran si quiera calentarme... se siente frio sobre mi piel aun cuando me toca estando fuera de esas cuatro paredes que apenas abandono porque fuera o dentro de ese lugar el espacio es frio aun en días de verano. ¿Qué tan caro pueden costar mis errores?

 

No se perdonar, no se perdonarme; te aleje de mi cuando solo quería estar para ti. Que ironía de mi vida termine lastimándote, a ti que enfrentaste a todo el mundo; todo tu mundo por mí, llorando de rabia pues te dieron la espalda cuando te aferraste a mi brazo. Me demostraste sin quererlo; que yo estaba ante todo incluso antes que tú misma. Y permanecí ciega, o no quise ver... y menos darle la importancia que merecías. ¿por qué olvide tan pronto cuanto te amo?

 

De nada sirve recriminarme ahora las decisiones que he tomado. ‘’Él hubiera no existe’’, no ayuda de nada a sentirme mejor y menos a ti. Y trato de no extrañarte... trato de que, imaginarte a mi lado aún es posible; que aun tienes amor por mí, que hay alivio en tus labios al decir “te quiero”. Pero me desespero por esta incertidumbre lejos de ti. Todo esto, todo en lo que me convertí, todo absolutamente todo en mi vida está mal... tal vez tú también, quizás no estabas destinada a mí. Gracias a mi obstinación y al resto de mis defectos hoy me encuentro así, un despojo humano que solo respira puesto que ni hambre siento. Y no quiero olvidarte; no quiero pensar que tu cometiste un error conmigo... no quiero creer que mi vida no valió la pena, porque tu estas en ella.

 

Te extraño mi amor... te extraño tanto que respirar parece un mero procedimiento de mi cuerpo sin vida, porque no es vida estar sin ti; no sé qué hacer de mi vida sin tomar tu mano. No hay nada que pueda reprocharme más que lastimarte de aquella manera.

 

Y hoy curiosamente sonreí al cielo, sé que nunca te hallare en él, no alcanzo estar ahí... a mí me toca algo más amargo que el infierno. Me toca deambular entre mundos sin derecho a nada por mi soberbia cobardía y herir a alguien que vino solo a dar alegría a mi vida. Espero puedas perdonar mis acciones... perdonar que no supe respetar el amor que tu sientes por mí, que me perdones el no escucharte; el no amarte lo suficiente para ceder ante mi propio egoísmo. Es lo único que te pido, no me importa el castigo de ahora en adelante, si tú me perdonas... porque ya no quiero extrañarte más. No quiero sentir este vacío por no poder alcanzarte y amarte; por miedo a herirte otra vez.

 

Perdóname amor... te extraño.

 

Te amo, no lo dudes... te amo

 

 

 

.........

 

Cerro la carta, aun su familia dudaba si era correcto darle aquella carta, tal vez había sido lo mejor; pudo liberar con su llanto su perdida. El accidente había sido realmente un suicidio, la noche que ella estrello su auto en la carretera fue la misma en que había despertado de su coma como si fuese un intercambio; Jiyoon había perdido la vida en su auto mientras ella volvía en sí, nunca la culpo de sus angustias, de sus temores, pero talvez sin quererlo le recriminaba la actitud descuidada de su chica para con la vida, lo único que lamentaba en ese momento mientras cerraba el papel mal doblado en su libro favorito “Yo que soy nada, lo soy todo” de Choi Seung-Ho. Era no perdonarse por callar sus diálogos, sus argumentos a detenerla en sus locuras, pero era parte del encanto de Jiyoon… sus locuras; siempre las compartía con ella.

 

 

 -- sohyunnie – le llamo su ex compañera de cuarto en la universidad. Giro el rostro tratando de limpiar con torpeza las lágrimas de sus mejillas. Trato de sonreír, pero sabía que no lo había logrado. Tal vez el destino era caprichoso con la vida de esa chica de risa escandalosa, le conoció en un sepelio, cuando Jiyoon había perdido a su mejor amiga Heo cerca de 4 años atrás y ahora parecía nuevamente a encontrarse.

 

 

Jihyun llego hasta ella tomando su mano.

 

Vamos, nos esperan en el auto --- comprendió que ya era tiempo de decir adiós a su querida Jiyoon. Afirmo obediente, pero dio media vuelta he hizo reverencia en la placa que yacía en el césped bien cortado.

 

Yo sé que estarás esperándome ---musito – también te amo. --- beso las yemas de sus dedos para posteriormente tocar con ellas el grabado de la placa. Debía despedirse por ahora, su amiga le tomo por el brazo guiándola con sus padres y hermanos que arrepentidos miraban la tristeza de la menor de la familia, fue un error separarles; mas nada se podía hacer para cambiar el pasado.