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Arrepentimiento

La familia Jung y la familia Kim, habían sido amigas desde hace muchos años y para nadie fue una sorpresa cuando el noveno hijo de los Kim fue prometido al hijo mayor de los Jung. Excepto para Jung Yunho, quien había estado esperando casarse con su novia de dos años, Ara.  

El muchacho se había sentido traicionado y muy molesto de que sus padres hubieran decidido su destino sin siquiera consultar con él primero, pero no había nada que hacer. Yunho amaba a sus padres y su madre tenía un corazón frágil, por lo cual debía evitar tener disgustos. Así que Yunho estaba básicamente atrapado en una situación en la que no quería estar y de la cual no podía escapar.

El conocía a Jaejoong desde que eran niños. Ambos habían asistido a la misma escuela primaria y secundaria, pero Yunho jamás lo había visto como alguien más que un conocido. El moreno había conocido a Ara en la universidad y habían comenzado a salir casi tan pronto como se habían conocido. Una vez que se había graduado, él y Ara habían continuado con la relación y hasta habían estado pensando en una vida juntos, antes de que la bomba del casamiento arreglado cayera sobre sus cabezas.

Tal vez Yunho se habría sentido mejor si hubiera sabido que Jaejoong estaba tan molesto como él e incluso tal vez podrían encontrar una forma de romper el compromiso sin disgustar tanto a su madre, pero no era así. Jaejoong había recibido las noticias como algo bueno, algo que incluso lo hacía feliz. Al parecer, él había sido el idiota que les había dicho a sus padres que quería casarse con Yunho. Él había sido el que con una sola frase había arruinado todos los planes y el futuro de Yunho junto a Ara. Kim Jaejoong era el que se había metido en su vida a la fuerza para destruirla.

El maldito de Kim Jaejoong.

Cuando Ara se enteró de lo que iba a suceder gritó, pateó y lloró y se fue dejando a Yunho en pedazos. Por semanas el joven no pudo comer, no pudo dormir, no pudo hacer nada más que existir. El casamiento había sido planeado para dentro de unos seis meses y el moreno se sentía como si se estuviera ahogando. Cada día que pasaba, cada minuto, parecía la cuerda imaginaria sobre su cuello se cerrara más y más, matándolo lentamente por dentro, pero sin librarlo realmente de lo que estaba por venir.

Exactamente un mes y una semana antes del casamiento, Ara apareció en su puerta para hablar, Yunho le dijo todo lo que odiaba lo que iba a suceder y que era a ella a quien quería y que no importaba lo que sucediera eso no iba a cambiar. Yunho prometió que si ella lo esperaba, en cuanto su madre estuviera mejor él se divorciaría de Jaejoong y la tomaría a ella como su esposa. Entonces, para gran alivio y felicidad del moreno, ella dijo que sí. Ella dijo que lo esperaría y que estaría siempre para él mientras el matrimonio durara. A Yunho no le agradaba la idea de darle el papel de la otra a su adorada Ara, pero por el momento era lo único que podían hacer.

Cuando el día de la boda llegó, Yunho amaneció en los brazos de Ara, sintiendo un gran pesar en el pecho. Ese día él se iba a convertir en el esposo de alguien a quien no quería y la mujer que de verdad amaba se convertiría en su amante. Sintiéndose como si se dirigiera a un funeral en vez de a su casamiento, el joven se vistió con el tuxedo que su madre había elegido para él y se encaminó en su propio coche al salón, sin despertar a la hermosa mujer que dormía profundamente en la cama de ambos. Yunho había comprado un departamento para ambos, además de la casa en la que tenía que vivir con el maldito Kim.

En cuanto llegó, Yunho se encaminó hacía la habitación privada en la que Jaejoong se estaba arreglando y le pidió a todo el personal que los dejara solos. En cuanto todos abandonaron la habitación, Yunho miró por primera vez a Jaejoong. No lo había visto en años, ya que habían asistido a diferentes universidades y en cuanto se había enterado del casamiento había encontrado miles de excusas para no encontrarse con él, la mayoría de ellas relacionadas con trabajo.

Jaejoong se veía exactamente igual a como era cuando eran jóvenes, excepto que había perdido la redondez de la juventud en su rostro, y sus rasgos de habían vuelto más afilados, maduros. Cualquier otro que hubiera visto a Jaejoong en su Hanbok tradicional, con su piel pálida y sus grandes ojos oscuros, lo habría visto hermoso, pero Yunho no era uno de esos otros. Yunho lo vio por lo que en realidad era. Una serpiente venenosa destinada a arruinar su vida y cuando él le sonrió, sintió ganas de golpearlo. Ahí estaba él parado sonriéndole como si ese fuera el día más feliz, mientras Yunho se sentía el hombre más miserable de la tierra.

Entonces en un tono bajo y letal, Yunho le dijo todo. Le dijo lo mucho que lo detestaba, lo mucho que le había jodido la vida y el hecho de que jamás lo querría ni se comportaría como un verdadero esposo con él. Él maldito había tenido la desfachatez de verse sorprendido y de decir que no tenía idea que Yunho había tenido a alguien más en su vida, que le habían dicho que Yunho estaba soltero y que había tenido durante muchos años los mismos sentimientos que Jaejoong tenía hacia él. Mentiras. Todo él era una mentira y una basura que se atrevía a echarle la culpa a sus padres. Yunho lo amenazó y le dijo que no tratara de hacer nada raro durante la ceremonia que pudiera molestar a su madre o él se encargaría de joderle la vida como Jaejoong se la había jodido a él y a Ara.

La ceremonia pasó como un borrón de manchas ante los ojos del joven Jung y solo prestó atención cuando vino la parte en la que tenía que firmar el acta que lo ataría al jodido mentiroso de Jaejoong. Puso el anillo en la mano del muchacho lo más calmadamente que pudo y cuando todos comenzaron a pedir que se besaran, Yunho sintió que iba a vomitar. Besar a esa criatura vil era lo último que quería hacer, pero estando su madre en primera fila, sonriendo como si fuera el día más feliz para ella, Yunho no tuvo más remedio que hacer tripas corazón. Tratando de componer su expresión lo mejor que pudo, el muchacho se inclinó sobre su reciente esposo y lo besó rápidamente en la frente.

La fiesta y todo lo demás volvieron a convertirse en un borrón delante de sus ojos, su rostro doliendo por el esfuerzo que tenía que hacer para mantener la modesta sonrisa en su rostro, y ni una vez se giró para ver a Jaejoong y comprobar que estaba haciendo su papel debidamente, porque no iba a poder sostener la farsa si miraba a esa criatura horrenda a la cara.

Por supuesto que no hubo luna de miel, Yunho usando la excusa del trabajo una vez más, le comentó a sus familiares que aunque se sentía terriblemente apenado por ello, no podía justo en ese momento tan crítico para su compañía irse por un mes por el mundo de vacaciones. Jaejoong no dijo absolutamente nada al respecto y solo apoyó a Yunho frente a la madre de este, diciéndole que no le molestaba y que él también estaba muy ocupado con su restaurante nuevo. El hipócrita creía que asintiendo a todo lo que Yunho dijera y siendo sumiso, Yunho lo perdonaría por joderle la vida. Pues no estaba ni cerca.

Los primeros meses de casados, Yunho le explicó un par de reglas a Jaejoong que iban a mantener. Si bien iban a compartir una casa, porque ellos eran conocidos y no había forma de que sus amigos no se enteraran si vivían en casas separadas, no iban a compartir habitación ni su tiempo juntos. Jaejoong viviría su vida y se mantendría al margen de la de Yunho. Ara era su verdadero amor y como tal, podía ir y venir de la casa como a ella le placiera y si él no quería verlo, bien podía irse a otro lado mientras ella estuviera allí. Cuando su madre preguntara o fueran a verlos, ellos se comportarían como una pareja feliz y también en frente de la familia de Jaejoong. Nadie debía de saber, en caso de que llegara a oídos de la frágil mujer que le había dado la vida.

Un año y algunos meses transcurrieron en su vida con Jaejoong y nada cambiaba. Ara pasaba tiempo con él en la casa y Jaejoong se mantenía al margen, yéndose de la casa en cuanto los veía juntos. El joven muchacho incluso había llegado a la casa cuando Yunho y Ara hacían el amor en la habitación principal. Jamás dijo nada.

Cuando llevaban un año y seis meses de casados, Yunho cruzó por la habitación que le había dado a Jaejoong y la vio completamente vacía. Lleno de furia se encaminó hacía la sala para buscar las llaves de su coche, cuando vio las luces prendidas en la pequeña casa del patio. Jaejoong se había mudado de la casa principal a una pequeña casa que había sido construida para un jardinero y cuidador. Mientras mantuviera las apariencias en frente de la familia, Yunho no veía ningún problema con el nuevo arreglo.

Después de eso, Ara comenzó a pasar tanto tiempo en la casa, que parecía que vivía en ella. Jaejoong por el contrario pasaba menos y menos tiempo en la casa. Se iba antes que Yunho a trabajar y volvía mucho después. Yunho no le había visto el pelo en meses, solo veía la luz de la pequeña casa del fondo prendida y la sombra de él por la ventana. El arreglo le parecía perfecto.

Su madre parecía estarse recuperando de su problema de corazón de a poco y Yunho ya no podía soportar más la situación en la que vivía. Jaejoong no había dicho palabra de la forma en la que vivían, pero seguramente no faltaba mucho para que se cansara y comenzara a actuar de victima frente a todos. Yunho tenía que terminar las cosas con él y decirle a su madre que era un arreglo amistoso y que ambos estaban felices y en buenos términos, y luego de un tiempo les comentaría que estaba viendo a alguien más y después les diría que se iba a casar.

Decidido a acabar con la farsa de una vez y por todas, Yunho había ido a visitar a sus padres solo, cerca de navidad y con dos años de casado cumplidos. Se sentó a hablar con sus padres calmadamente y de cosas triviales a las que Yunho no estaba prestando atención, cuando su madre mencionó a Ara. Con el ceño fruncido Yunho escuchó como su madre le contaba que Ara estaba prometida al hijo mayor de los Choi, Siwon. Aparentemente los Choi habían comenzado a tener problemas financieros unos meses antes de que Yunho se comprometiera y por esa razón la familia de Ara había cancelado el compromiso y las malas lenguas decían que ella había estado viviendo del dinero de un hombre casado durante el tiempo que había estado libre, pero los Choi se habían puesto de nuevo en pie y la familia de Ara no había perdido tiempo en volver a hacer tratos con los Choi para casar a sus hijos.

La señora Jung tomó la mano de su hijo entre sus manos y le explicó que esa era la razón por la que nunca había aprobado a Ara como su novia, porque ella sabía que la mujer solo buscaba a un marido adinerado que pudiera mantenerla a ella y los parásitos de sus padres, que habían sido ricos cuando eran jóvenes, pero por malos negocios y decisiones habían terminado en la lona. Le explicó como Ara había sido oída hablando con sus amigas de como tenía a dos hombres a sus pies, el heredero de los Jung y el de los Choi y que pensaba quedarse con el que le diera un anillo de compromiso primero.

Yunho se sentía ahogarse cuando su madre le explicó que en ese momento había llegado la proposición de los Kim y ella les había mentido, diciéndoles que Yunho estaba soltero y que se sentía atraído por Jaejoong, después de todo, Yunho si había dicho cuando era un adolecente que nunca había visto a un muchacho tan bonito como Jaejoong en su vida. Y qué bueno que lo hizo, porque ahora Yunho estaba casado con un muchacho adorable que había estado enamorado de él desde siempre y esa mala mujer estaba lejos de él y de la familia.

Sus padres se preocuparon cuando vieron los colores escapar del rostro del normalmente bronceado muchacho y le preguntaron si quería ver un doctor. Yunho se excusó diciendo que tenía dolor de cabeza y se fue de la casa de sus padres. En cuanto se subió al coche, condujo casi sin darse cuenta hasta el departamento que había comprado para Ara y se encontró con que ella lo había vendido, Yunho lo había puesto a nombre de ella después de todo. Intentó llamarla, pero ella no atendía el teléfono y lo único que le quedó fue ir a la casa de sus padres, en donde si la encontró, sentada en el jardín de atrás, abrazada a Choi Siwon con sus padres y los de él tomando un café. Yunho retuvo a la mucama que estaba a punto de anunciar su llegada y le pidió que no les dijera que había ido, antes de irse para volver a su casa.

Yunho se dejó caer en su sofá sintiéndose terriblemente mal. La mujer de la cual había estado enamorado por años, lo había visto siempre como nada más que una cuenta de banco y Jaej…oong…

Jaejoong.

Su esposo por dos años, Jaejoong. Jaejoong no le había mentido cuando dijo que no tenía idea que él estaba en una relación. Jaejoong había aceptado el matrimonio porque creía que Yunho estaba enamorado de él. Jaejoong se había callado todo ese tiempo el comportamiento de Yunho, para no lastimar a la madre de este. Jaejoong había cocinado comida saludable que su madre pudiera comer, cuando esta se reusaba a comer las cosas sin sabor que trataban de darle, él había encontrado la forma de hacer la comida apetecible y saludable para ella.

Yunho había arruinado la vida de Jaejoong y se había paseado con la que era su amante en la casa que tendría que ser de él. Tanto así que el joven había optado por vivir en esa casa pequeña y humilde del jardín, muy diferente a la forma de vida a la que él había estado acostumbrado desde pequeño.

Entonces Yunho recordó las cosas que su odio le había obligado a olvidar. Recordó la amistad tan grande que había tenido con Jaejoong cuando eran jóvenes, recordó la naturaleza tierna y protectora del muchacho. Recordó como Jaejoong jamás rompía sus promesas. Recordó el gran amor que Jaejoong sentía por la madre de Yunho. Recordó el enamoramiento que había sentido por el muchacho en su último año de escuela secundaria y que había tenido hasta que conoció a… Ara.

Con los ojos hinchados, Yunho vio por el rabillo del ojo que la luz de la casita del fondo se prendía. Sintiéndose terriblemente, el moreno se levantó y caminó hacia la casa casi arrastrando los pies y golpeó dos veces en la puerta, antes de darse cuenta de que lo hacía. Unos segundos después, Jaejoong abrió la puerta y Yunho se sintió aún más miserable.

Jaejoong se veía… demacrado. El muchacho siempre había sido delgado, pero no a ese extremo, su piel ya no tenía el brillo de salud que solía tener y sus ojeras parecían tatuadas a su piel. Yunho no sabía que decirle al muchacho, incapaz de hacer nada más que boquear como un pez fuera del agua.

Sin expresión alguna en el rostro, Jaejoong le extendió a Yunho un papel lleno de letras que el moreno no pudo comprender, hasta que una palabra le llamó la atención. Divorcio. Jaejoong dijo que le ahorró el viaje, ya que iba a ir a verlo de todas formas. Le explicó cómo había ido a hablar con los padres de Yunho unas horas después de que él se había ido y les había comentado muy tranquilamente como Yunho y él preferían ser amigos y asegurarles que siempre estaría ahí para ellos y para Yunho mismo si lo necesitaban. Jaejoong le dijo que aunque había dicho eso, esperaba que Yunho no se lo tomara a pecho, porque no quería volverlo a ver en su vida.

Solo entonces, Yunho notó la maleta que el muchacho había estaba llenando con todas sus pertenencias cuando Yunho llamó a la puerta. Antes de que el moreno pudiera decir palabra, Jaejoong cerró la puerta en su cara. Y Yunho tuvo que tragarse el “lo siento” que estaba quemándole la lengua.

Un mes después, Yunho se enteró que Jaejoong había abierto un restaurante nuevo en Jeju y que pensaba vivir allí. Su madre, que si bien estaba triste por el resultado de su matrimonio, seguía adorando a Jaejoong y había quedado completamente convencida de que ellos estaban en buenos términos. No tenía ni idea de lo que Yunho le había hecho al muchacho. Tampoco los padres de Jaejoong, quienes lo abrazaban y besaban cuando lo veían, como si él fuera un gran amigo de la familia. Yunho se sentía como basura, cada vez que lo invitaban a cenar con ellos. Pero supuso que soportar la culpa cada vez que lo trataban bien, era el precio mínimo que podía pagar, por los dos años de humillación que le había hecho vivir a Jaejoong.  

Un año después, Yunho se enteró por su madre, que Jaejoong estaba comprometido con el hijo menor de los Shim, Changmin y que se casarían en unos pocos meses.

Aunque recibió la invitación a la boda, Yunho decidió poner la excusa de su trabajo una vez más. No había necesidad de arruinar también la segunda boda de Jaejoong.

    

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Comments

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vyrmag
#1
Chapter 1: Aunque adoro yunjae como pareja,supongo que esta vez Yunho tuvo lo que se mereció por lo mal que trató a Jaejoong.