Buscando a Tiffany p.3
Una Segunda OportunidadDespués del tortuoso viaje tocaba la vuelta a casa, la vuelta a ese solitario apartamento en aquel que había tenido a la chica de sus sueños pero el mismo apartamento en el que nunca la había podido ver.
Con la esperanza de poder sentir un poco de su esencia se metió en el que una vez fue el dormitorio de Tiffany , observó cuidadosamente aquella estancia, fría pero cálida a la vez.
Caminó por la habitación como si quisiera despedirse de ella, como si quisiera recordar pero olvidar al mismo tiempo. Acarició esa cama en la que solo había dormido ella, se asomó por la ventana y bajó la persiana hasta la mitad. Se sentó en el escritorio y abrió el cajón esperando que ella hubiera dejado algo olvidado, su sorpresa fue mayúscula cuando en el cajón encontró una pequeña tarjeta de memoria.
La cocinera estaba terminando de fregar los enseres de cocina que había manchado cuando Taeyeon la sorprendió.
― Dime, Miranda ―que así es como se llamaba, ―¿esto…? ―le dijo dejando sobre la isla de la cocina la pequeña tarjeta, ―¿esto es tuyo?
― Supongo que no señorito, si fuera mío no estaría en su casa.
― Estaba en la habitación de Tiffany, dime…¿cuánto hace que está allí? ―le preguntó desesperado por una respuesta.
― Ah, ya recuerdo… cuando la señorita Tiffany se marchó esa cosita de plástico se quedó en el suelo bajo su cama y cuando entré a limpiar la encontré ―le explicó la mujer ― parecía algo importante porque siempre lo dejaba junto a su ordenador.
De pronto Taeyeon recordó haberla oído teclear a toda velocidad, recordó el día que le preguntó por lo que escribía y ella le respondió que le quedaba mal la barba.
Rápidamente se fue a su habitación, encendió el ordenador y tras meter la tarjeta de memoria descubrió lo que escribía, un diario en forma de cartas hacia Taeyeon.
“Estimado Tae:
Sé que nunca leerás estas letras, no porque no quieras, sino porque quizás nunca puedas volver a ver.
Hoy ha sido un día difícil para mí, he despertado en una casa extraña donde al parecer he dormido bastantes horas.
Hace unos días alguien a quien amaba con todo mi corazón me abandonó, no pensaba que eso pudiera pasar jamás pero pasó, me quedé sola y destrozada.
He terminado en tu casa casi por obligación, tu madre se ha portado bien conmigo alojándome en su casa en lugar de dejarme en un hospital o peor aún, en la calle.
Es una casualidad que en casa de la señora Kim, tu madre, trabaje alguien a quien quería mucho, Vicenta, ella me trataba muy bien cuando era pequeña, casi como si fuese mi propia abuela.
Es un poco raro escribir esto de éste modo, lo sé, pero es un modo de desahogarme y tu bienvenida no ha sido muy cálida, me has hecho sentir mal por haber irrumpido así en tu
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