«Anónimo... anónimo»

Necesitaba saber quién era la persona que le había dejado notas en su casillero por meses. Necesitaba conocer a la persona que le había abierto los ojos... quien le había enseñado a que ser como es no es un error aunque la sociedad lo diga. Necesitaba conocer a su héroe. (Y sí, puede sonar bastante cliché, pero Taeyeon lo consideraba uno)

--Sé que quieres saber quién es el idiota que te deja notas en tu casillero. Porque sí, Taeyeon, sé que piensas que soy un idiota. Pero... sé que no lo soy. Porque lo que vi, lo vi por equivocación. En fin. Te diré. Compartimos tres clases juntos desde hace exactamente cinco años. Tú nunca me haz dirigido la mirada, solo un par de veces para pedirme respuestas de alguna tarea. --

«Piensa, Taeyeon, piensa» Tomó la nota en sus manos, observando cada detalle del arrugado papel.

«Compartimos tres clases juntos desde hace exactamente cinco años»

No se le venía nadie a la mente, tampoco reconocía la caligrafía, pero pensó que tal vez alguien sí. Preguntó a unos cuantos profesores y alumnos si reconocían la letra de la nota; todos les respondieron que no. En el momento que se estaba por dar por vencida, observó a un conserje que se dirigía al salón 13. «Bendito salón» Le enseño la nota, con muy pocas esperanzas en parte debido a la mueca en el rostro del conserje; segundos después, se cambió por una pequeña sonrisa.

—No sé exactamente de quién es esta letra... sin embargo, h