Érase una vez ¿qué?

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Érase una vez ¿qué?

 

Érase una vez en un reino lejano… bueno no tan lejano realmente, pero no estaba cerca. No era muy grande o extenso, pero tampoco era pequeño. No muy rico, pero no muy pobre. Todos eran buenas personas, pero no tanto….

 

Entonces, ¿qué tiene de especial este reino? Se preguntarán, o quizás no, como sea. Este reino llamado Kpop es conocido por qué todos sus pobladores cantan y bailan, si, es de esas típicas ciudades de películas de Disnye donde todo se resuelve cantando.

 

– "¿Disnye?" – Preguntó una rubia dueña del lugar donde me encontraba narrando.

 

– "Sí Disnye… para evitar problemas con derechos de autor." – La chica en cuestión me quedó mirando con una ceja alzada. – "¿Me dejarás contar la historia? Mira que apareciste antes de tiempo."

 

– "Continua." – Dijo con esa hermosa y sensual voz que tiene.

 

Como les decía, este reino era gobernado por Park Yang, un hombre ya entrado en años. Ya sabes ese típico rey que está viejo y no recuerda ni su nombre. ¿Por qué nunca puede ser un hombre joven y apuesto?

 

En fin, pero esta historia no será sobre él, será sobre su hija. Park Sandara, una linda muchacha de tan solo treinta años… ¿cómo es posible que un viejo arrugado tenga una hija que se vea tan joven y linda?

 

– "Puedes dejar de hacer tantas estúpidas preguntas y continuar." – Acotó la rubia.

 

– "Ok, ok pero comprende los clichés de los cuentos de hadas son muy extraños." – Ella resopló enojada. – "¡Ya continuo!"

 

La  heredera del reino Kpop tenía su cabello castaño que caía libremente hasta sus rodillas. – "¡Qué cabello más largo!... No me mires así, no opinaré más." – además, de unos inocentes y bellos ojos miel. Ella no era muy alta y básicamente parecía una tabla.

 

– "Esa no es la mejor forma de describirla, ¿sabes?"

 

– "Pero, ¡para qué hacerlo si todos saben muy bien cómo es!" – La rubia llevó su mano hasta su frente para golpearse.

 

– "Porque se supone que cuando se escribe se debe describir a cada personaje… ahs tú verás es tú historia."

Aquella chica se encontraba sentada en el jardín de su castillo, a lo cual debo decir está un poco loca ya que era invierno y el suelo estaba totalmente cubierto de una blanca nieve. Hacía lo que parecía ser un muñeco de nieve.

Su mirada mientras hacía esto era una triste debo decir, ya que ella se sentía muy sola. No tenía muchos amigos, su madre había muerto hace años y su padre siempre estaba tratando de arreglar cada problema del reino, qué si una disputa por una tierra, que si los enanos no sacaban suficiente oro, que si el agua escaseaba o llovía mucho, que si los dragones se comían a las cabras, ah no esa es otra historia.

Sin embargo, todo en la vida de aquella castaña cambiaría este día, todo por qué una rubia, si la que interrumpía cada rato, llegaría a su vida.

– "Oye, ¿es que no me vas a describir?"

– "¡Si no hay de otra!"

Lee Chaerin, era una joven bruja, ella era una chica no muy alta y con buen cuerpo, ojos negros y bizcos que denotaban misterio y sensualidad. Cabello largo y sedoso de color rubio teñido que le llegaba hasta la cintura, siempre lo llevaba suelto y tenía una diadema negra. Además de tener unas piernas que… – "No me mires así, tú me pediste que te describiera!"

En fin, esta bruja vivía en un castillo, que se encontraba en la frontera del reino kpop. Dicho castillo se encontraba al lado de un espeso e inhóspito bosque, llamado el Bosque Negro debido a tener dentro de sí muchos pantanos y áreas que siempre están oscuras aunque fuese mediodía.

Ella se estaba mirando a su espejo, al cual le preguntaba siempre lo mismo. – Oh espejito espejito, ¿quién es la más linda del reino?

Del espejo de repente desapareció el reflejo de la bruja y apareció una joven pelirroja si también era teñida cabe mencionar que casi todos en el reino son teñidos. – Chaerin, ¿cuántas veces en el día tengo que decirte que eres tú?

– Oh bueno Minzy, al ser mi espejo tienes que hacerlo cada vez que yo quiera.

– ¿Tú vanidad y narcisismo no tiene límite o qué?

– Solo me gusta escuchar lo bella que soy. –Dijo con una risita.

 

Minzy suspiró cansada, ya estaba harta de las cosas que preguntaba Chaerin. Por lo que decidió jugarle una broma. – Oh pero cómo te parece Chaerin que ya no eres la más bella. – A la rubia se le desapareció inmediatamente la sonrisa de su rostro.

– ¿Qué? Eso es imposible, dime ¿Quién puede ser más hermosa que yo? ¿Quién?

– Park Sandara, la princesa del reino Kpop. – Dijo con una sonrisa de burla Minzy.

– Eso no puede ser… ¡tengo que hacer algo inmediatamente! – Dijo Chaerin alejándose de su espejo.

– Parece que al fin me dejará dormir. – Y así como lo dijo desapareció del espejo, volviendo este a reflejar lo que estuviese frente a el.

Chaerin se dirigió muy rápidamente donde uno de sus caballeros. – Jiyong. – Llamó.

En ese instante apareció ante ella un hombre… – "¿seguro es un hombre?"

– "Claro que lo soy." – Me dijo él muy enojado.

– "Ok, ok, te creo si tú lo dices."

En fin, a la habitación ingresó un hombre, de cabello negro . Traía puesto lo que parecía un traje de cuero y una bufanda rosada.. Y luego dice que es hombre.

– Dígame señora.

– Jiyong, necesito que busques a Park Sandara, la princesa del reino Kpop y la traigas ante mí.

– Sí señora. – Dijo el muy seguro, pero su semblante sereno cambió cuando pareció notar algo. – Usted dijo ¿Park Sandara?

– Sí.

– P-pero es la princesa, debe tener mucha vigilancia.

– No me interesa, tráela.

– C-claro. – Dijo Jiyong menos seguro esta vez.

Mientras tanto, en un lindo castillo blanco, se encontraba aún una linda chica haciendo un muñeco de nieve. A este solo le faltaban los ojos y nariz para que se considerara listo. Una vez estuvo listo Sandara sonrío satisfecha, ya que se había tardado toda la mañana para terminar su creación… valientes tareas la de una princesa.

En ese instante ella pudo sentir a otra persona en el sitio, observó a un lado y allí de pie estaba un hombre alto de cabellos castaño, ¿qué creyeron que Jiyong llegaría tan rápido?

– "¡Deja de cambiar el tiempo verbal!" – Comentó enfurecida cierta bruja.

– "Pero es que así se lee bonito."

– "Pero confundes a los lectores ¡no saben si esto ya pasó o está pasando!"

– "De acuerdo…"

Una vez había terminado el muñeco de nieve Sandara giró a un lado su vista, donde notó al chico a su lado. Sonrió automáticamente y se lanzó a sus brazos.

– ¡Donghae! – Expresó muy feliz, en lo que él la rodeaba con sus fuertes brazos.

– Sandara, como bas?

– B-bien. – Contestó nerviosa la castaña.

– Me alegro mucho!

– ¿Y qué te trae por aquí? – Ella preguntó algo roja. – D-digo venir desde tú frío reino a este caluroso lugar. – ¡Ah cierto! Olvidé decirlo. Donghae es el príncipe de un reino vecino, que está al norte del reino Kpop, el cual siempre está congelado. Él básicamente es el príncipe azul de Sandara, pero es algo raro, ¿no creen?

– Oh bine a visitarte. – Ella sonrió ante sus palabras.

– Q-que amable de tú parte.

– Claro Sandara, tu saves que pienso en ti, todo el tiempo.

– "Un momento." – Dijo Chaerin.

– "¿Y ahora por qué interrumpes la historia?" – Le pregunté enojada.

– "Estás escribiendo con una terrible ortografía, ni se diga la puntuación."

– "No es mi culpa, el que está hablando es Donghae y al parecer no lo hace muy bien."

– "P-pero mis pobres y lindísimos ojos sufren."

Ignorando a esa narcisista rubia continuaré con la historia. Ante sus palabras Sandara se sonrojó fuertemente.

– ¡Oh Donghae!

Pero su conversación fue interrumpida por la presencia de una persona más en el lugar. Si, ahora si era Jiyong.

– Buenas tardes. – Comentó el pelinegro amablemente.

– Tardes? – Fue lo único que dijo Donghae.

– Lo que sea. Vengo por la señorita Park. La llevaré ante la gran bruja Lee, quien solicita que la lleven a su castillo.

Donghae en ese instante desenvainó su espada. – Sobre mi cadavér!

Jiyong se lo quedó mirando. – ¡Habla bien! Y pues yo no pensaba matarte, pero si eso quieres.

Ambos comenzaron a luchas férreamente, daban estocadas rápidas de ataque y otras tantas de defensa. La lucha se dio por unos minutos hasta que Jiyong notó que Sandara no estaba.

– Un momento, ¿dónde está la princesa?

Donghae miraba a todos lados. – Nose.

Cada uno se fue por su lado a buscar a Sandara. Ella por su parte al ver la aburrida y lenta pelea que llevaban a cabo esos dos decidió entrar al castillo a jugar un rato con su PSP.

– "¿Cómo puede tener un PSP en un cuento ambientado en la época medieval?" – Preguntó nuevamente cierta bruja que ya me está cansando.

– "Porque si… ¡deja de interrumpir!"

Donghae fue a buscar a Sandara en las afueras del castillo, mientras que Jiyong se adentró al castillo, encontrándola en la sala muy entretenida, tanto que no se dio cuenta que el pelinegro estaba detrás de ella hasta cuando él la atrapó con unas cuerdas y se la llevó.

– Jum, ha sido más fácil de lo que pensé. – Decía Jiyong en lo que llevaba a Sandara dentro de una costal. Caminó hasta donde había dejado su caballo y cabalgó hasta el Castillo Negro, es decir la casa de Chaerin.

Una vez ante la sala principal donde se encontraba Chaerin bebiendo de una copa vino, Jiyong sacó a Sandara del saco. Ella se veía muy mareada.

– Tan diligente como siempre Jiyong, muchas gracias. Ahora por favor déjame sola con la princesa.

– Como usted diga señora. – Dijo con una reverencia, para luego salir de la habitación cerrando las grandes puertas negras de la sala… ¿Es que todo aquí es negro o qué?

– ¡Hola Sandara! – Saludo la bruja a la princesa, la cual estaba algo mareada por el viaje aun.

– Quien es us… – Pero Sandara se interrumpió al ver a la magnífica y bella mujer frente a ella.

– "Al menos admites que soy magnífica y bella". – Dijo con una gran sonrisa Chaerin.

– "Cállate, ¡vuelves a interrumpir y el protagonista será Donghae!"

– "De acuerdo."

Sandara seguía sorprendida, e incluso se sentía algo cohibida delante de aquella mujer. – ¿Quién soy? Pues estás ante la presencia de Lee Chaerin. – Dijo de forma prepotente. – La bruja del norte.

– ¿Bruja? Pero eres muy linda para ser una bruja. – Acotó Sandara, que luego de decir aquellas palabras se sonrojó fuertemente y llevó sus manos a su boca. – Esto, digo, muy joven para ser una bruja.

Chaerin soltó una suave risa que cautivó a Sandara. La rubia la miró fijamente y pasó a responderle. – Todas las brujas fueron jóvenes alguna vez. Además, ¿Cuál es el problema con que sea bella y joven?

– N-ninguno. – Dijo nerviosa Sandara, sinceramente no sabía cómo hablarle, aquella mujer le había robado el aliento. Sandara pensaba que nunca había visto a una mujer más hermosa en la vida, ni su madre, de quien había escuchado de todos que era la mujer más bella de Kpop, superaría el físico de Chaerin.

– "Deja de decir lo que pienso". – Comentó muy enojada Sandara. – "A-además, ella no me ha gustado ni nada".

– "Claro, lo que digas tablita, pero ¿puede ser que ustedes me dejaran contar esta historia?".

– Lo que quiero saber, es ¿Por qué me ha hecho traer hasta aquí? – Preguntó a la defensiva Sandara.

– Básicamente, porque según mi espejo, que siempre ha dicho que soy la mujer más bella de todos los reinos, anda loco y esta mañana dijo que eres tú. Y lo lamento, pero nadie puede ser más bella que yo, este problema hay que solucionarlo.

– Entonces según tú, ¿yo soy blanca nieves?

– No, ¿cómo crees? O sea ¿yo casada con tu padre? Iiiugg soy demasiado bella.

– Y engreída. – Dijo en voz baja Sandara.

– ¿Qué dijiste?

– Nada. – Dijo en tono práctico Sandara.

– Cómo sea, debido a tu gran falta hacía mí, te encerraré en una de las torres de mi bello castillo custodiada por uno de mis dragones.

– Básicamente, ¿Cuál es el objeto de encerrarme en una torre con un dragón?

– No sé… es lo que siempre se hace.

Sandara rodó los ojos. – ¿Y piensas que así seré menos bella?

– Pues al menos no serás feliz… allí te pondrás vieja y fea.

– Tú pareces menor que yo, pero por lo amargada estoy segura que te pondrás vieja y fea primero.

Sandara, creo que no debiste decir eso. – ¿QUÉ DIJISTE? – Chaerin, quien hasta ahora se había mantenido con su rostro con una expresión arrogante, pasó inmediatamente a un "estoy muy enojada y estoy pensando en matarte lenta y dolorosamente".

– Vale cálmate, pero admítelo no serás bella y joven por siempre.

– ¡Claro que lo seré!. Y puedes decir lo que quieras, irás a las mazmorras. Jiyong. – Gritó, a lo que no pasado más de dos segundos entró aquel "chico". – Lleva a nuestra prisionera a la torre del ala norte.

– P-pero en ella está Tiffany, la chica a la que tiene encerrada desde niña como pago de sus padres y a quien no le deja cortar su cabello.

– Ah sí cierto. – Dijo en tono pensativo. – Entonces a la torre occidental.

– En esa está Jessi

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Comments

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Crazy_Girl_21
#1
Chapter 1: LO MEJORRR QUE LEÍ 7u7
Me super encantó .. :) me reí mucho XDDD
nany21
#2
Chapter 1: Pero que buen fic! Xnakkf por dios! Me reí mucho, estuvo increíble, fnakfkks lo ame! Gracias por esto <tres
ghjhchu #3
Chapter 1: Increible!! Increible!! Genial :D
Issagu #4
Chapter 1: Jajajajajajajajajaja ok, fumado pero genial jajajajajaja oye necesitando Hard >:c okno gracias por la historia xD
che21lo15 #5
Chapter 1: Hahaha so funny buy then I love the ending my chaera...tnx
wendy-kyoko #6
Chapter 1: Jajaja Ame este Fic/Antología xD jaja y él pobre "príncipe azul" Donghae que no podía hablar decente! Eso es lo mejor jaja.
De seguro reelere este Fic una y otra vez, y cuando este vieja, pero claro sin arrugas como Sandara se lo leeré a mis hijos xD.
Jaja y todas las parejas son tan askalajdjqalskjfja4 genial! Nunca me imajine que Jiyong iba a terminar con Seungri!
Y por supuesto hay que respetar los derechos de autor xD /(=✪ x ✪=)\jajaja mori con eso!!:)
Y si me quedo a decir que todo me encanto detalle por detalle, no acabo xD:) Nunca dejes de hacer fics.