Han pasado 5 meses desde que a Tiffany le confirmaron que será madre. La ilusión de tener a su bebé pronto en brazos, cada día crece más; con cada consulta con la doctora Choi, sus expectativas aumentan por saber si era niño o niña, ya que su pudor es tal que no se ha dejado ver en ninguna de las ecografías, aunque según Tiffany la ecografía sólo le va a corroborar lo que ella siente: que en su vientre crece una hermosa niña. Cada vez que pasa por algún local de cosas de bebé compra algo que sea rosa, puesto que no gastaría su dinero y tiempo en comprar nada azul o de algún otro color.

El vientre de Tiffany ha crecido bastante a lo largo de estos meses. Han habido momentos en los que a Tiffany la invaden inseguridades; nada ha sido fácil, pero todo esfuerzo ha sido en pro de una mejor calidad de vida para ese hermoso ser que crece dentro de su vientre. De algo está segura: no dejará que nada malo le suceda. Ella dará lo mejor de sí porque esa criatura nazca sana y feliz.

Poco a poco Tiffany ha tratado de acostumbrarse a los cambios alimenticios, trata de controlar mayormente sus cambios emocionales, puesto que hay días que tanto en la universidad como en la oficina son realmente estresantes y no puede permitir que estas cosas afecten a su bebé. La situación para ella no está nada fácil puesto que no tiene quien la pueda ayudar, aparte de los pocos ratos que su amiga Bora lo hace. A Bora  también le están exigiendo más en su record académico para que no pierda su beca.

Hoy particularmente Tiffany ha manejado mucha ansiedad; sus antojos no le están dando tregua, al igual que sus hormonas. Anhela tomarse un café, aunque más que antojo por café, lo que quiere y necesita es salir a despejar un poco su mente, tener un respiro. Hoy se siente triste, con el autoestima baja y mayormente sola. No le gusta llorar porque siente que su pequeña llora junto con ella, pero hoy sus lágrimas corren sin permiso por sus mejillas y cuello; siempre intenta hacerse la fuerte pero los últimos días habían sido muy pesados para ella. Decidió hacer un paréntesis entre sus labores en la compañía y sucumbir a la necesidad de estar en otro ambiente.

Al salir de la oficina, siente como las corrientes frías golpean su ser; aunque ya es el inicio de la primavera, con sus brazos protege su vientre para cuidar a su personita especial (como suele llamar a su bebé). Camina algunas cuadras hasta que entra a una cafetería de esquina donde ya se ha convertido en cliente fiel. Al entrar, automáticamente sus pulmones se llenan del aroma a café. El ambiente dentro de la cafetería es tranquilo y cálido; permite a cualquier grupo de amigos interactuar sin distracciones ni interrupciones. Es íntimo para aquellos que solo desean mesa para dos. Visualiza su puesto favorito: la esquina junto al ventanal y va rápidamente a tomar asiento, ya que es de los puestos más codiciados del lugar. Al llegar, decide ver por la ventana mientras espera a que la camarera se acerque.

• Camarera: Buenas Tardes Señorita Hwang

• Tiffany: Buenas tardes Tzuyu

• Tzuyu: ¿Que desea tomar hoy?

• Tiffany: Tráeme por favor un café de caramelo con un sobre de crema y unas galletas de chips de chocolate.

Tzuyu tomó el pedido y se retiró.

Tiffany vuelve a perderse entre sus pensamientos mientras mira a través de aquel ventanal a la gente pasar. Intenta dejar de llorar sin éxito; pelea mentalmente consigo misma para no sentirse así. Se dice a sí misma que debe ser fuerte, estar feliz por su bebé, que las cosas mejoraran y pronto se reirá de todas las malas y amargas situaciones por las que ha pasado.

Minutos después su pedido llegó y el olor a café la sacó de sus pensamientos. Mientras la camarera ponía la bandeja delante de Tiffany, Tiffany notó que junto con el pedido vino una pequeña nota, la cual Tiffany tomó con sorpresa y la leyó:

“Sonríe ☺  eres hermosa”.

Una linda sonrisa se formó en sus labios. Desde hace días deseaba que alguien le dijera esas palabras bonitas ya que hace mucho nadie le decía algo así. Con sus antojos había estado perdiendo su autoestima a medida que iba ganando peso, pero al leer esa nota su autoconfianza se renovó, y decidió buscar entre los presentes quien pudo haberla enviado y darle las gracias por aquel gesto:

• Hombre: Veo que estaba en lo cierto: sabía que debías ser aún más hermosa cuando sonríes.

Tiffany se sobresaltó cuando una voz grave pero a la vez dulce, la sacó de su búsqueda

• Hombre: Discúlpeme si la he asustado, pero desde que entró no he podido despegar mis ojos de usted.

Tiffany se dió vuelta para encontrarse con un chico de tez trigueña, a quien comenzó a analizar: estatura medianamente alta, se notaba que le gustaba hacer ejercicio. Siguió subiendo su mirada hasta que sus ojos se cruzaron.

• Hombre: Lo siento mucho - dice sonrojado -

• Tiffany: No se preocupe, muchas gracias por su nota.

Ambos no dejaban de detallarse, Tiffany no dejaba de ver aquellos ojos café intenso, aquel hombre notó los caminos húmedos que tenía Tiffany en sus mejillas.

• Hombre: No tiene nada que agradecerme, al contrario, soy yo quien debe agradecer; yo solo vine a tomarme un café, y no esperaba  encontrarme con una mujer que tiene una sonrisa tan hermosa.

Tiffany se sonrojó.

• Hombre: Mucho gusto, me llamo Kwon Yul - estira su mano -.

• Tiffany: Mucho gusto Señor Kwon - Tiffany estira su mano, mira como Yul la toma y la acerca a sus labios para darle un beso en sus nudillos - Yo soy Hwang Tiffany - dijo algo nerviosa, automáticamente se ha sonrojado, definitivamente sus hormonas no estaban orden-

• Yul: No me digas señor que me hace sentir viejo, apuesto a que tenemos casi la misma edad, podemos tutearnos ¿verdad?

Tiffany asintió.

• Yul: Llámame Yul. Disculpa la intromisión, pero ¿Es posible hacerte compañía?

• Tiffany: Claro, ¿Por qué no?

Yul toma asiento delante de ella y le regala una sonrisa sincera.

• Yul: Discúlpame de nuevo y más por entrometerme de donde no debo, pero ¿Puedo saber por qué  lloras? No soporto ver una mujer tan hermosa como tu con sus ojos llenos de lágrimas.

Tiffany se apresuró a limpiar su cara pero Yul fue más rápido que ella y con su pañuelo secó sus mejillas húmedas.

• Tiffany: Discúlpame por verme en estas condiciones - tomo el pañuelo de las manos de Yul y terminó por sí misma de limpiar sus mejillas - El embarazo definitivamente me tiene muy sensible.

Yul desde que ella entró la había detallado y se dio cuenta que ya debía tener unos 6 meses de embarazo.

• Yul: Si quizas sea eso, pero si pasa algo o puedo ayudarte de alguna manera, házmelo saber - Yul saca de su chaqueta un porta tarjetas, tomó una y por detrás le escribió el número de su celular personal y se la entregó - No importa la hora, llamame.

• Tiffany: La verdad es que nadie me puede ayudar - Dijo Tiffany en tono derrotado.

• Yul: Entiendo – dijo Yul mientras asentía y en su voz se notaba su impotencia por no poder ayudar a esa bella dama - de igual manera nunca está de más contar con alguien.

• Tiffany: Eso es muy cierto, ¿Puedo pedirle un favor? 

• Yul: Claro, lo que necesites – dijo un poco más animado-

Tiffany dudaba de la petición que le haría a aquel hombre puesto que no se conocían lo suficiente, como para hacerle tal petición. 

• Tiffany: ¿Me puedes abrazar por favor?

Yul no lo dudó y se sentó a su lado para poderla abrazar sin problemas.

Yul la acogió en sus brazos  y las lágrimas que Tiffany había estado reteniendo, por fin lograron salir sin temor alguno, al igual que todos esos sentimientos reprimidos. Él la abrazaba fuerte sin lastimarla, como si con eso intentaba evitar que ese ser se desmoronara. Acaricia suavemente de arriba a abajo la espalda  de Tiffany; ella por su parte se aferraba a él  y en ese momento se dió cuenta que ese extraño le trasmite la seguridad,  tranquilidad, y la paz que ella necesitaba en este momento.

• Yul: Tranquila, no estás sola, aquí estoy - le decía dulcemente ayudándola a  tranquilizarse-

Yul no dejaba de pensar en las causas del llanto de aquella chica, pero con las pocas palabras que han cruzado  tiene un leve presentimiento de lo que puede estar sucediendo. Tiffany luego de un tiempo había comenzado a calmarse; Yul no la había soltado en ningún momento, y seguía acariciando su espalda, Tiffany había acunado su cabeza en el cuello de Yul, a pesar de su constipación nasal, Tiffany podía sentir el aroma a bambú y amaderado de la colonia del nuevo conocido y eso la relajaba.

• Tiffany: Gracias - dijo en un susurro el cual Yul alcanzó a escuchar -

• Yul: ¿De que? si yo no he hecho nada - dijo mientras baja la mirada para encontrarse con la mirada de Tiffany. Posó su mano en la mejilla libre de Tiffany y con el pulgar quitó el camino húmedo que la recorría, estiró el brazo sobre la mesa y tomó su pañuelo, de nuevo se lo entregó a Tiffany - ¿Mejor?

• Tiffany: -Tiffany asintió- Creeme, haz hecho mucho por mí hoy - dijo mientras salía de los brazos de Yul, luego de desahogarse, sus problemas y responsabilidades no se habían ido, pero sentía todas sus energías renovadas- si hay algo en lo que yo también pudiera ayudarte no dudes en decirmelo.

• Yul: No es nada señorita, aunque si hay algo en lo que me puedes ayudar - dijo en tono pícaro -  y es en que no dejes de sonreir.

• Tiffany: Aunque me digas que no para mí, si has sido de mucha ayuda, señorito - al escuchar la última palabra ambos rieron - y cuenta con que intentaré aceptar tu petición.

• Yul: No te preocupes que esa sonrisa tuya salda cualquier deuda.

Tiffany volvió a sonreír. El teléfono de Yul sonó, miró el mensaje de la secretaria de su padre; había perdido la noción del tiempo y no llegó a la reunión con su padre y los dueños de las nuevas empresas donde realizarían inversiones. Tiffany notó el cambio de Yul.

• Tiffany: He hecho que te retrasaras, ¿verdad? Disculpame, no ha sido mi  intenció…

Yul posó un dedo en sus labios.

• Yul: Tranquila, no pasa nada - dijo para calmarla aunque ya sabía lo que le esperaba en cuanto llegara a la oficina de su padre -  pero si ya es hora de que me retire. ¿Qué te parece si nos vemos mañana aquí?

• Tiffany: -Tiffany asintió- Me parece bien.

Yul se acercó y dejó un beso en la mejilla de Tiffany. Ésta se sonrojó.

• Yul: No lo olvides, llamame cualquier cosa, ten un excelente resto de dia - se paró de la mesa y caminó hacia la salida.

• Tiffany: Igualmente - respondió mientras lo veía irse-