Recovery

Description

 Después de mucho sufrimiento, Amber empieza su vida de nuevo en Estados Unidos, con un sólo propósito: recuperarse.

 

Foreword

 Miré a la doctora, al reloj, y luego a la doctora otra vez. La hora era eterna, pero debía hacer el esfuerzo.
      Al terminar la sesión salí a caminar por el nuevo vecindario, sin ir muy lejos ya que no tenía ni idea de donde estaba parada, pero luego de dar unas vueltas encontré un parque. Estaba lleno de gente, como era de esperarse, pero encontré un rincón tras un árbol en donde sentarme a pasar el tiempo.
  2016. ¿Año nuevo, vida nueva? Eso lo decían los imbéciles. Solo esperaba no de darle problemas a mi papá, ya que el era el único en el mundo que se preocupaba por mí y no necesitaba que le hiciera daño.



      

    Pasaré a hablar de mi. Mi nombre es Amber, tengo 19 años y nací en Corea del Sur. Por problemas personales vivo con mi papá en Estados Unidos desde hace aproximadamente un mes y medio. Mis padres se separaron cuando yo tenía 11 años, fue difícil pero tolerable. Viví con mi mamá estos últimos 8  años hasta que hace dos meses decidió que no podía soportarme más, gran madre, ¿verdad?. 

  ¿Por qué no me soportaba? Prácticamente porque a los 13 empecé a vestirme como un chico. No me sentía cómoda con vestidos, ni faldas ni nada de las cosas que ella me compraba por ser su única hija mujer, entonces robaba la ropa vieja de mi padre que había quedado guardada en el ático. Me sentía mucho mejor así y ella no lo entendía.
  Mi vestimenta desencadenó que mi madre pensara que yo estaba loca, que iba por mal camino, que era una señorita y las señoritas no hacen eso,  que dudara de mi ualidad, cosa que nunca le aclaré puesto que iba a pensar lo que ella quisiera y muchísimas cosas más. ¿Y qué desencadenaron esos pensamientos? Maltrato, psicológico y físico, aunque este último duró poco.  No sólo venía de parte de ella, sino de la gente del instituto que se encargaba de hacerme la vida imposible y de excluirme. Por mucho que trates de ignorar, el aislamiento nunca es bueno.
  Todo ese maltrato terminó haciendome pasar ataques de pánico y posteriormente depresión. Ante todo esto, mi madre no sintió una pizca de culpa, sino que se pasaba el tiempo echándome en cara  todo lo que había gastado en terapia y pastillas. 
  Cansada de la situación,  llamó a mi padre y le explicó la situación, dijo que yo espantaba a su nuevo novio y que le consumía todo el salario. Supongo que dejó de quererme cuando cumplí los 13.
  Mi padre aceptó sin problemas y me mudé aquí, donde hace un mes estoy con terapia y tratando de recuperarme, con tal de no darle problemas, haré todo lo posible por mejorar.



Me levanté del suelo y comencé a caminar en la dirección en la que había llegado. Sentí una mano en el hombro y me di vuelta asustada.


 - Oh disculpa- dijo una chica con una voz un poco extraña- ¿tienes un dolar?- preguntó entre risas, mientras miraba a unos chicos que estaban a unos metros- Es que estamos muriendo de sed y necesitamos solo un dólar para poder comprar agua-

Me sentía un poco abrumada, podría ser una especie de broma y del susto guardé silencio unos segundos hasta que saqué el dólar del bolso que traía y se lo entregué.

- Muchísimas gracias- dijo inclinándose como en Corea solíamos hacer
- Todavía no se te quita eso ¿eh, Krystal?- gritó uno de los chicos que la esperaban
- ¡Ib dagchyeo!- les respondió enojada- Enserio gracias- me dijo sonriendo- ¿Eres nueva por aquí?- 
<>. Se sentía bien escuchar el coreano otra vez.

Asentí.

- Porque todos nos juntamos aquí siempre y ya sabes, siempre está la misma gente y nunca te había visto- continuó- me sorprender ver a alguien asiático aparte de mí- dijo riendo
Respiré hondo. No estaba acostumbrada a hablar con la gente así que eso me ponía un poco nerviosa, sobretodo al ser una persona totalmente desconocida.
- Si, me mudé hace poco y salí a dar una vuelta- contesté mientras soltaba el aire
La chica me sonrió una vez más y agregó 
- Bueno, si quieres puedes venir aquí con nosotros, casi siempre estamos- dijo antes de darse vuelta y caminar en dirección a sus amigos- oh!- dio una media vuelta y soltó- soy Krystal, y gracias de nuevo.

 

De nada. Pensé viéndola alejarse. Me giré para continuar mi camino, pero esta vez con una sonrisa en el rostro.

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