¿Me lees?

¿Me lees?

Sé que me lees; porque aunque te hayas ido sientes curiosidad por saber cómo me has dejado, por cómo me va.

Seguramente me leas; porque ya lo hacías antes de conocerme.

Creo que me lees; pues no quiero escuchar, ni hacer caso de las razones que hay para que no lo hagas.

Tal vez me leas, si se te hace tan difícil como a mí sacarte de mi cabeza y tratar de cerrar los ojos sin verte.

Puede que me leas. Porque a pesar de haber decidido cambiar tu  presente y tu futuro, el pasado no fue tan malo.

Hay una posibilidad de que me leas, quizá me leas, espero que me leas…”

Kim Taeyeon

Mi jefa terminó de leer y dejó el periódico encima de la mesa de su despacho. Se recostó en su silla y se quedó mirándome, igual que siempre lo hacía, era una mezcla de desprecio con arrogancia y aire de superioridad.

Yo simplemente estaba ahí de pie, devolviéndole la mirada pero con el rostro impasible, ya me había preparado para lo que vendría a continuación… aunque no pensé que llegaría tan rápido.

A ver Kim… ¿me podrías explicar qué es tu último artículo? Por fin habló, y antes de que me diese tiempo a contestar nada, continúo. Tú escribes artículos de opinión. No los revisamos porque confiábamos en ti, y un buen periódico nunca debe manipular o controlar lo que escriben sus redactores. Pero, tu artículo de la semana es la columna de opinión ¡de opinión!

 A pesar de haberse alterado un poco al final, ella nunca lo mostraba, siempre fría e impasible. No sabía qué, o más bien no quería y no me apetecía responderla. Solo me quede esperando a que me despidiese y poder irme a recoger mis cosas.

¿Qué tiene esto de opinión?

Opinión… ¿sobre si me leerá o no?

Ya daba igual, siempre la respondía y si ese era mi último día allí no me iría sin hacerlo. Era bastante popular entre los lectores, así que siempre había tenido el privilegio de soltarla algún que otro comentario sarcástico, con la seguridad de que no sería despedida.

¿Sobre si te leerá quién? ¿Tu putita? Soltó una carcajada de autosuficiencia ante su propia broma.

Me hirvió la sangre por un momento al pensar en qué le había llamado. Apreté los dientes y los puños. Ella no es… Respiré profundo y me calmé, estaba más que harta, ni siquiera sé por qué me molestaban las palabras de la mujer sentada delante de mí.

Vaya Kim, pues va a ser verdad que estás despechada. No me contestas, ni siquiera una mala mirada…

¿No me ha llamado para esto verdad? No tenía ganas de discutir con tal ser, solo esperaba que terminase rápido.

No, está claro que no. Veamos Kim, acabas de publicar un artículo amoroso, sobre tu vida personal y para tus propios intereses en uno de los periódicos más vendidos del país…

¿Propios intereses? ¿Qué se cree esta señora, que es una carta de amor? No estoy esperando a que nadie caiga rendido a mis brazos.

¿Cómo debería proceder?—Continuó.

En fin, era el momento. Ahora que lo pensaba mejor, ¿qué haré si me falta el periodismo? No me arrepiento de mi artículo, necesitaba dejarla al menos un último mensaje… Ya siento que me falta el aire sin ella, cuando me despidan ¿se esfumará todo el aire a mi alrededor? No creo que nadie quiera en su redacción a la mujer que escribió lo que la dio la gana en el espacio de su columna semanal…

De verdad me sorprende que a la gente le guste esta mierda… Susurró para sí, pero fui capaz de oírla. El periódico del domingo se vendió como churros. Incluso ha llegado gente preguntando por él hoy, que ya es lunes.

Tan solo pude acertar a parpadear un par de veces, incrédula ¿entonces que iba a pasar, me despedían?

Ya, yo tampoco me lo creo. Dijo como leyendo la sorpresa en mi rostro. A la gente le va el drama…

¿Entonces…?

No, no estás despedida. Sería una idiota si lo hiciese ahora que vendes más que antes. Y creerme que ganas no me faltan… no veo el por qué al público le gustan tus artículos, y menos esta ñoñería. Me dijo mientras volvía a agarrar el periódico. Ya puedes irte, y llévate esto. -Me extendió con desprecio el diario.

 

Salí de ahí totalmente confundida, entonces… no me voy. Sé que debería estar contenta, sentir aunque fuese un pequeño destello de felicidad en mi interior, tal vez sentí algo parecido, pero fue tan sumamente débil que no sirvió ni para que esbozase una pequeña sonrisa.

Avancé hacia mi lugar de trabajo embotada en mis pensamientos. Parece ser que la felicidad o cualquier sentimiento relacionado con ella había desaparecido en mí, como si los poros de mi piel fueran una especie de filtro que dejaban escapar todos esos sentimientos, para rellenarme de melancolía, rabia, tristeza, frustración y todo lo que fuese oscuro y doloroso. ¿Era así? ¿o más bien todo aquello ocurría cuando pensaba en ella? No lo tengo muy claro porque día tras noche parece que es lo único que ocupa mi cabeza. Lo primero que he podido pensar cuando he recibido la noticia ha sido  que podré escribirle de nuevo, tengo otra oportunidad de dejarle claro todo.

……………………………………………………………………….

No estoy segura de si mi jefa desea que continúe con mis “relatos del corazón roto” como ella misma los llamó, o si prefiere que haga un artículo de los que he hecho siempre hasta ahora. Pero en este momento a la tenue luz de mi pequeña lamparita y la que me proporciona la pantalla del portátil, me importa poco. Lo único que puedo hacer es vaciarme, es lo que siento, mis dedos se deslizan solos por el teclado, esta vez no van guiados por la razón, compañera que solía estar conmigo cuando me quejaba de aspectos que veía nefastos en nuestra sociedad, o cuando daba mi punto de vista sobre el tema de actualidad… está vez mi corazón era el que escribía, él y todo mi cuerpo, todo mi ser colaboraba excepto mi cerebro.

Mis palabras son en este momento el 99% de estos sentimientos atascados dentro de mí, ahora estoy llena hasta el borde, y parece que están hechos de un espeso y pesado líquido. Cada tecla que pulsaba era una liberación, una muy pequeñita, como vaciar una piscina con un cuenta gotas, poquito a poquito. Pero tal vez, de esta manera llegue a vaciarme totalmente de estas sustancias oscuras o al menos lo suficiente como para dejar sitio a uno de esos sentimientos que son brillantes y ligeros, de los que tienen el poder de manifestarse con sonrisas en el rostro.

……………………………………………………………………….

“Últimamente sueño, a veces despierta, a veces realmente dormida, que nos encontramos. Encuentros fortuitos o planeados: En la cafetería donde saben perfectamente con cuánto azúcar te gusta el café; chocando conmigo cuando una de las dos lleva prisa; cuando te grito desde el otro lado de la acera... Pero el encuentro más perfecto que ha podido imaginar mi cabeza fue cuando abrí la puerta de mi casa después de oír el timbre... qué no hubiera dado porque esa maldita sonrisa que pusiste hubiera sido real, y si no había manera de que lo fuese deseaba vivir para siempre en mi fantasía, donde siempre te abriría la puerta porque te olvidas las llaves y las pierdes, donde después de un cansado día de trabajo, nos volvemos a encontrar al final del día y tu simple presencia me reconforta.

Al menos he dejado de levantarme por la mañana para tener que meditar si todo lo que ha ocurrido es real o solo un mal sueño. Ahora solo imploro por encontrarme algún tipo de cámara oculta y que salgas gritando de algún lugar en el que estabas escondida “¡Todo ha sido una broma!”

¿Pero qué bromas me van a gastar? Si por lo visto la verdadera payasa aquí soy yo, la que no quiere avanzar y pasar página. Y se fugaría con el maldito circo si tú fueses uno de sus artistas…”

Me perdí en esa última frase. No la había escrito por nada. He atesorado todas y cada una de las conversaciones que mantuvimos, y recuerdo claramente cómo me contaba que su sueño de pequeña era ser trapecista, pero de esas que daban mil vueltas en el aire y ,por supuesto, sin red, que si no, no tenía emoción. No estaba de broma cuando le contesté que si se hubiese convertido en trapecista me hubiera dedicado a hacer pesas para cogerla al vuelo si ocurría cualquier percance. “entonces no te fías de mis habilidades, tonta” “prefiero no fiarme y tenerte sana y salva para siempre.” Y si se hubiese dedicado a pescar en altamar, pues hubiese aprendido la mejor natación por si caía por la borda. Y si hubiese sido piloto de avión, pues a volar por si el maldito avión fallaba.

Alcé la cabeza y todos alrededor de la mesa estaban en silencio. Al parecer la mujer que estaba leyendo mi artículo de algunas semanas atrás había terminado de leer. Espero que no acabase hace mucho tiempo porque no he escuchado nada después de la parte del circo…

Estábamos en una amplia sala de reuniones con un enorme ventanal al fondo, y sentados en la gran mesa que se encontraba en el medio de la estancia, había unas seis personas.

Taeyeon, no quiero incomodarte ni parecer impertinente pero… Fantástico, si había un pero significaba que lo que venía a continuación me incomodaría y que el chico sería impertinente… ¿esto no es ficticio verdad? Estos artículos parecen muy personales, e incluso si estuviesen hechos para vender, esconden tantos detalles que…

Sí, está bastante claro que es mi vida personal… ¿a dónde quiere llegar?

Bueno, hemos estado pensando. Esta vez habló un hombre distinto. Que si te decidieras por escribir el libro… podrías contar esa historia, tu historia con ella.

Hice una mueca de disgusto. ¿Abrirme y contar mis pensamientos y lo que pienso? Vale, es mi vida, mi problema. ¿Pero contar por qué y cómo esa hermosa mujer me conquistó? ¿Cómo recibí el primer y dulce beso de sus labios? ¿Las perfectas manías que tenía y a las que me había acostumbrado mucho más rápido de lo que pensé que lo haría, porque cada movimiento que su ser producía era suficiente para olvidarme del mundo que me rodeaba? Eso era diferente, lo nuestro era algo que todo el mundo sabía, pero que nadie conocía. Nadie sabía su identidad por mucho que intentaran sonsacármela en entrevistas y eventos, incluso lo intentaron ofreciéndome grandes sumas de dinero… ilusos, ¿todavía no se dan cuenta de que solo hay una cosa que quiero?

No haría falta dar identidades, ni siquiera lugares. Dijo, como leyéndome la mente. Tan solo nos gustaría que nos mostrases la historia.

No, de eso nada, lo siento mucho. Y por favor no insistáis, no estoy dispuesta a hacerlo. Me levanté de mi asiento y comencé a ponerme el abrigo.

Por favor señorita Kim, solo piénselo. Ya sabe que la suma de dinero es importante…

¿Otra vez? Da igual… hoy en día para la gente no tiene sentido que no quieras dinero, no les entra en su avariciosa cabeza.

Hice una reverencia antes de salir de la sala y agradecí por su oferta. Cuando ya me hallaba fuera de esta, una de las mujeres que había estado también allí reunida me detuvo.

Lo siento mucho señorita Kim, yo comprendo perfectamente que no quiera escribir sobre eso. Pero nos sigue interesando mucho publicar bajo nuestra firma cualquiera de sus escritos. Si decide hacer algo más que sus artículos por favor llámenos, le atenderemos con mucho gusto. Me hizo una reverencia al tiempo que me extendía la tarjeta de la empresa.

Me despedí agradeciendo de nuevo y desaparecí de aquel lugar.

……………………………………………………………………….

Las 4:00 am y de nuevo una sola cosa en mi mente.

“He pensado en salir a buscarte, en encontrar algún contacto que me diga dónde te encuentras, seguir algunas pistas que pueda recoger… o triangular tu posición; qué sé yo. ¿Pero sabes qué me siguen recordando mis amigos? Esa estúpida frase: “si amas a alguien déjalo ir, si vuelve es tuyo, si no, nunca lo fue”. Menuda tontería… lo mejor es que lo he estado cumpliendo al pie de la letra. Odio esa frase con cada parte de mi ser ¿por qué? Porque me da rabia, me da rabia que probablemente diga la verdad. Y tú no has vuelto, y no vas a volver; sino que continúas alejándote.

¿Acaso fuiste mía alguna vez? Me gusta pensar que sí, que durante un tiempo lo fuiste, y créeme que me gustaría pensarlo con certeza, pero a veces me lo cuestiono… ¿Y yo? ¿Dónde quedé? Tal vez me encuentre en alguna sección de objetos perdidos, o en el lugar de las devoluciones. El mismo sitio al que se va cuando los pantalones que te ha comprado tu madre no te valen y tienes que descambiarlos. Yo era completamente tuya… y tú… ¿fuiste a devolverme como una prenda de vestir que no se te acomodaba bien? ¿Me perdiste en un lugar lleno de gente y no lograste encontrarme? ¿Intentaste al menos buscarme? ¿Me soltaste en medio de la calle como cuando llevas demasiadas cosas en las manos y ni siquiera miraste atrás? De verdad que me gustaría saber donde me perdiste… o dejaste.”

……………………………………………………………………….

“Hoy creí haberte visto por la calle. Te juro que esa chica se parecía a ti. Pero cuando he corrido detrás de ella, como si fuese un espejismo que se iba a esfumar antes de darme tiempo a nada, se ha girado y he podido comprobar que no eras tú, que era solo una chica más, una que nunca me ha quitado el aliento con tan solo contemplarla, una que nunca me ha movido el corazón como si fuese a salírseme del pecho, no eras tú.

Tal vez fue mi subconsciente que se está muriendo por verte, y que mis propias ganas han creado una ilusión, aunque la otra posibilidad me aterra, porque tal vez es que tus rasgos cada vez se hacen más borrosos en mi mente, cada vez me es más difícil distinguir tus nítidas manos y cada dedo que poseen, cada pequeña marca que encontraba en tu piel…”

Iba paseando por el parque y de vez en cuando encontraba a gente leyendo el periódico de hoy, donde iba escrito mi artículo.

Un grupo de chicas me reconoció y me pidieron autógrafos. La verdad ya estaba acostumbrada, la prensa se había dedicado a convertirme en una especie de celebridad.

¿Quién iba a pensar que alguien podía volverse famoso siendo un maldito depresivo? A lo mejor simplemente lo que le gusta a la gente son las historias de amor, que siempre venden. Pero esta… yo la consideraría más bien de desamor.

Miré la hora en el móvil y decidí terminar con mi paseo. Esta tarde sería la invitada de un exitoso programa de radio.

……………………………………………………………………….

“Flashes, cámaras… todo esto debería abrumarme. He escuchado de tantas bocas que podría dejar el periodismo, que ya no tendría que madrugar para ir a la redacción, que podría escribir lo que se me antojara en un libro, trabajar en casa… incluso no trabajar y vivir de los platós de televisión.

No entienden que yo ya no soy periodista… que lo que hago todas las mañanas es mi rutina diaria, lo único que me da fuerzas para levantarme es escribirte un mensaje. Es un mensaje solo para ti, aunque pueda leerlo todo el mundo solo hay un real destinatario.

La semana pasada volví a recibir un premio a la mejor periodista, y a la popularidad también. Y otra vez, como con cada cosa que recibo, lo siento vacío. Son objetos sin valor para mí ¿Por qué me dan igual? Y la respuesta vuelve a ser la misma persona. Preferiría que no me conocieran ni en mi casa si tú así lo hicieses. Estaría bien ser invisible siempre y cuando tú sí me vieses.

Y hoy me vuelvo a preguntar, como llevo haciendo años, como me pregunté la primera vez que te escribí… ¿Me lees?... ¿Me lees? Porque yo te escribo, yo escribo solo para que un par de ojos se fijen en estas palabras.”

Kim Taeyeon.

 


 

Espero que hayáis disfrutado el fic. Solo quería aclarar que no dejé claro quién era esa chica porque podéis haceros vuestras teorías, podéis pensar en quien vosotros prefiráis.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
L_ight_ #1
Chapter 1: Me gusta más el taengsic pero todo el tiempo pensé que esas palabras eran para Tiffany.
Parelo #2
Chapter 1: Sólo vine a decir: Jessica. ❤
Gracias por escribir :)
ailyn2111 #3
Chapter 1: Yo sólo pensé en Tiffany :v me encantó gracias