Capitulo 8

Café en París

3

 


Las llaves temblaban en mis manos, contemplaba la puerta temerosa, no tenía valor para entrar, mi cabeza no entendía la gravedad del asunto. Acerté en la cerradura y abrí lentamente, despacio y precavida, esperando que algún chirrido inesperado delatase mi llegada. Eché un vistazo y lo entendí todo. Ella dormía en el sofá aun con los tacones puestos, las velas consumidas se alzaban sobre los platos fríos cocinados con amor, todo estaba dispuesto con cariño y esmero, sin embargo, en el aire se percibía la tristeza de una ilusión rota. 

Me acerqué a ella lentamente, vi sus ojos hinchados y el rímel fugado de sus ojos corriendo por sus mejillas, la pena invadió mi cuerpo, decidí que era el momento de marcharme, de abandonar su vida para siempre, de dejar la vida de aquel ángel caído que no debió cruzar miradas con un simple mortal…  

Acaricié su nívea piel viendo como lo único que le daba sentido a mi vida se escapaba poco a poco sin poder remediarlo. Agotada, dejé que continuara en el mundo de los sueños, allí donde nada podía hacerle daño, y me encaminé al refugio de mis sábanas. Cerré la puerta a mis espaldas y me derrumbé, lloré en silencio y amargamente, como no había hecho en años, sintiéndome impotente, inútil, un error…

Unos pequeños golpes me despertaron, alguien golpeaba la puerta, alguien no, Tar. La realidad, por desgracia, volvía a hacerme consciente de mi situación, de todo lo que me rodeaba, y lo peor de todo es que no podía escapar de aquello, no encontraba la forma… Si no hacía lo que Irene quería ambas saldríamos perjudicadas de aquello, de aquel juego estúpido que esa arpía había montado a nuestro alrededor… Tae volvió a llamar a la puerta. Me encaminé hacia ella, desaliñada, con la boca sabiéndome a alcohol y… a o. Cerré los ojos y contuve la ira antes de abrir. Exhalé me decidí.

Tae me miraba con ojos expectantes, se había cambiado de ropa, aseado, ya no era la misma chica dulce que dormía en el sofá, su semblante era serio, severo, reprobatorio.

– Hola – me aventuré a decir - ¿Pasa algo?

 Tae me miraba primero asombrada, supongo que por mi actitud de pasotismo,  y después triste, como si un rayo le hubiese atravesado el alma.

–¿Dónde…? – inspiró profundamente - ¿dónde estuviste anoche? Me tenías preocupada.

– Pues… después de llevar a Irene – contuve la ira al pronunciar su nombre – fui a trabajar… luego me pidió que pasara a recogerla y de paso me invitó a un par de copas. Siento haberte preocupado – y aquello lo dije desde lo más profundo de mi corazón. Realmente lo sentía.

– Pero un par de copas no duran hasta las seis y pico de la mañana… ¿no? – preguntó ingenua.

Suspiré, queriéndome morir en aquel preciso instante antes que sincerarme con ella, antes de decirle que me había acostado con su mejor amiga. Me miraba intrigada, tenía que responder.

– Pues… la verdad es que… - y ahí tomé la decisión, la decisión de la que me arrepentiría el resto de mi vida – la verdad es que la cosa se animó bastante y me invitó a pasar la noche con ella… bueno en realidad, nos dejamos llevar un poco – sonreí amargamente.

TaeYeon dibujó una interrogación en su cara, parecía no llegar a comprender bien la situación, hasta que su semblante cambió y entonces supe que se había acabado, que la chica de la cual me había enamorado en aquella pequeña sala de exposición y que había iluminado mi vida se iba a marchar…

– Ah… vale – dijo amargamente.
Se dio media vuelta y se encaminó al salón.

– Tae – supliqué – escúchame Taeee – no sabía qué le iba a decir exactamente - ¡TaeYeon!

Tae se giró bruscamente, plantándome cara.

–¿TaeYeon qué eh? ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Qué me dedique a esperarte mientras te follas a mi mejor amiga? – gritó.

– No Tae no es eso…

–¡Entonces dime qué es! Porque tú misma lo has dicho ¿sabes?
Rompió a llorar.

– No, Tae, no llores por favor… - me acerqué para consolarla.

–¡No me toques! – se zafó de mi abrazo - ¿Sabes una cosa Tiffany? Estaba enamorada de ti. No sé cómo lo conseguiste, ni por qué, pero me gustabas de verdad. He pasado las noches en vela mirándote dormir a mi lado, deseando que el tiempo se detuviera en ese instante, en el instante que eras mía, abrazándote, sintiendo que todo era perfecto… Las noches que he pasado despierta pensando que hace unos meses estaba comprometida con un hombre y ahora me estaba enamorando de una mujer, los problemas que conllevaría aceptarlo… y lo peor es que me daba igual. Tú y tus jueguecitos me han engañado, mientras fingías ser una persona te acostabas con otras ¿no? Y yo pretendía declararme… ¡Que estúpida fui al pensar que sería feliz contigo Tiffany!

Las lágrimas de rabia contenida fluían libremente, sin control, por sus mejillas. Su mirada de dolor e ira se me clavaba profundamente en el corazón. Mi vida se estaba hundiendo.

–¡TaeTae yo te quiero! – fue lo único que pude articular.

– Tiffany, por favor, deja de burlarte de mí.

Su expresión era la más triste que he visto en la vida, estaba destrozada. Y todo por mi culpa, por dejarme llevar por el alcohol y por una chica a la que no conocía de nada… que acabó utilizándome…

– Mandaré a un chófer a por mis cosas – dijo amargamente.

– No, Tae, no te marches… - abrió la puerta - ¿Dónde vas a estar mejor que aquí, conmigo?

– Con la única persona que jamás me ha hecho daño… con mi padre.

Y cerró la puerta tras ella.

Y allí me quedé yo, plantada frente a la puerta, deseando salir corriendo tras ella pero no podía, después de lo que le había hecho, después del chantaje al que me tenían sometida… no podía simplemente salir corriendo tras la persona que amaba, esto no era una película y yo misma había destruido nuestra historia de amor… ¡Me había acostado con su mejor amiga el día que iba a declararme sus sentimientos! ¿Podía ser más dramático? Mi teléfono móvil comenzó a sonar. Era Paul. ¡Mierda!

– Paul, je suis desolé… lo siento.....

– Tiffany, ¿dónde estás? ¿qué pasa con tu trabajo?

– Ya, Paul lo sé… es que…

– No quiero excusas, ven para acá ¡YA! – y me cuelga.

Definitivamente hoy no es mi día. Lo que menos se me apetece es ir a ese maldito estudio de poca monta a dirigir y montar como un tío con la única cabeza pensante en su miembro viril arremete una y otra vez contra una masa de silicona y ojos.

 Esto no me podía estar pasando a mi… en menos de 12 horas se estaba derrumbando el mundo que tenía a mi alrededor… A la mierda. A la mierda todo, el trabajo, TaeYeon, Irene. Ya estoy harta.

No pienso ir al trabajo porque un empresario de poca monta me lo diga, me paga una miseria para las cosas que tengo que ver y que aguantar y después de todo se hace llamar amigo, claro, amigo. Estaba tomando una decisión estúpida, pero me daba igual, ese trabajo me estaba dando demasiados problemas y ya está bien de tener que ocultar al resto del mundo en qué trabajo realmente. Se acabó, cumpliría mi sueño, sería fotógrafa recorrería el mundo entero buscando bellos paisajes que fotografiar… ¡Sí! 

Di la vuelta rápidamente, la moto devoraba el asfalto de regreso a casa. Mi antigua vida se acabó, todo quedaría atrás, era hora de poner en marcha mi vida, de tomar las riendas por una vez. Bajé de la moto y algo me detuvo, la puerta de casa estaba entreabierta.

 Me acerqué temerosa pensando que un ladrón había entrado a quitarme lo poco que tenía, pero la puerta no estaba forzada, entonces… la única persona que tenía llaves de la casa aparte de mí era…

–¡Tú! – exclamé asombrada - ¿qué demonios haces tú aquí?

Su figura esbelta se erguía implacablemente en medio de la habitación dedicándome una de sus mejores sonrisas.

– Pensé que te alegrarías de verme cariño.

– Fuera de mi casa. – ordené manteniendo la calma a duras penas.

– Cielo, relájate un poco – dijo sonriente -. Están recogiendo las cosas de Tae. Alguien de confianza para la familia tenía que asegurarse de que no se olvidara nada.

– Que se lleven lo que sea pero rápido. Tengo cosas que hacer.

–¿Cómo qué eh? ¿Grabar tus asquerosas peliculitas? – dijo Irene sin ocultar su risa sardónica.
Y entonces caí en la cuenta, tenía el control en mis manos.

– No, Irene, lo he dejado. Sinceramente, no me hacía falta ese trabajo – su gesto se tornó pálido ante mi afirmación.

Me acerqué poco a poco ella, con una sonrisa en los labios.

– Así que ya nada podrás hacerme Irene, pienso recuperarla ¿me oyes?

– No te vas a librar tan fácilmente de un pasado así, además, ella no creerá una sola palabra que salga de tus labios.

–¿Y crees que a ti sí? Tú también te has acostado conmigo… Ya veremos quién gana esta batalla…

 


 

¿Podra Tiff recuperar el amor y confian de su TaeTae? 

Mañana el final nos vemos ;)

 

Taelovestephi27

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Comments

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StarbuckInBubblewrap
#1
Chapter 9: Buena historia, me gusto.
LectoraLemon #2
Chapter 9: que linda historia ^^
saramarmota #3
Chapter 9: que bonita :3
loveless_colors
#4
Me encantó la historia, gracias :3
Saeko11
#5
Chapter 9: Realmente genial!!! Tae narco nunca me lo imagine :) muy buen final
key-k09
#6
Chapter 9: ¡Hermoso! Nunca espere que saliera con eso de narcotraficantes pero quedo genial♡.
KamJ95
#7
Chapter 9: Fue hermoso!!! :') quien iba a esperarse que Tae iba a salirnos con que tiene poder en el narcotráfico. Bien por Tiff :3 me encanto el final.! :D
LlamaAmerica #8
Chapter 9: Ahhhhh que bonito!! *-*
Sí este año si se han dado color *-*
ailyn2111 #9
Chapter 9: Jajaja me encantó gracias :3
key-k09
#10
Chapter 8: ¡Debe recuperarla!