Safe Place. (Relato corto)

 

                           Safe place.

 

 

 

 

 

              El lugar seguro. “¿Qué es eso?” Se estarán preguntando algunos. Bueno, el lugar seguro puede ser tanto un lugar como una persona o algo material. No podría explicar explícitamente lo que es eso para todos, pero personalmente es un lugar. Bueno, lo era hasta que esa persona apareció de la nada.

Como he querido hacerlo desde hace mucho tiempo, vengo a contarles esta conmovedora y extraña historia.

Salía de mi casa muy temprano, como todas las mañanas. Eran alrededor de las seis de la mañana. De donde estaba se podía ver claramente como el sol salía de entre los árboles, era simplemente magnifico. Se estarán preguntando; ¿Por qué esta persona loca se levanta todos los días a esta hora? Y yo les contesto; Si no quieren que parlotee tanto sobre esto, les resumo, pero como este es mi cuento, voy a hacer relleno.

En mi casa tengo solo una mascota, y ella solo se la pasa durmiendo, asique como buena persona, lo dejo dormir. Pero, además de eso, la escuela me queda a solo dos horas.

Dejando de hablar de mi día a día, voy a hablar de mi presente, asique dejemos de meter relleno.

 

 

 

 

 

 

La cafetería a donde voy todos los días estaba a solo una cuadra. Desgraciadamente no va mucha gente a esa tienda, pero deberían admirarla más.

Al llegar, están los mismos de siempre pero.. oh, hay una persona nueva. Esa persona está sentada en mi lugar de siempre. Saludo a Graciela, la buena señora que trabaja ahí y me dirijo a la mesa esa. Decido a sentarme a un lado de la persona. Voltea a verme, yo también volteo. Sus ojos grises me miran con curiosidad. Sus labios se mueven delicadamente y pregunta un “¿Qué haces?” pero, sin querer, me quedo navegando en esos ojos, y no sé que responder.

Murmuro un tedioso “Me siento.” Me mira nuevamente, arqueando una ceja y vuelve a lo que estaba leyendo. Graciela se acerca y me toca el hombro, sacándome de mis pensamientos. Le pido un café puro y unas tortadas, que no tarda en anotar y irse a pedírselo al chef. Abro el libro y me concentro en este. Por el borde de mis ojos logro captar como los labios de la persona agarran un sorbo de café y lo tragan. Esta desvía sus ojos a los míos, que al parecer no fueron tan discretos al mirarlo. “¿Qué lees?” pregunto. Decido empezar yo la conversación.

Este da vuelta el libro, y me enseña a Shakespeare. Yo doy vuelta el mío y le enseño su portada, “Medianoche de Claudia Grey.”

Se da la vuelta y me dedica una sonrisa. ¿Cómo es que las emociones pueden cambiar tan rápido? “Me encanta esa saga.” Dijo. “A mi igual.” Respondí. De un momento a otro empezamos a hablar sobre la saga, nos entendíamos perfectamente, y teníamos casi los mismos sentimientos hacia el libro.

Cuando llego mi desayuno, le dije un rápido “Gracias” A Graciela, y retomamos la conversación. Entre palabra y palabra, el sol ya iluminaba parte de la mesa, cosa que decía que era hora de irme. Pare la conversación con, sin querer, el corazón en las manos y se la di. “¿Mañana te veo otra vez aquí?” “¡Claro!” respondió. Y si, así quedamos en que volveríamos a vernos.

 

 

 

 

Los días pasaban, y esa persona seguía ahí. Hablábamos de cosas triviales, y mientras pasaban los días, le iba contando más de mi vida. Su problema era que no parecía poder contar mucho de su vida. No sabría decir si no quería o no podía. De cualquier forma, esa persona de un momento a otro, se volvió parte de mi rutina, y yo parte de la de la de esa persona. No lo dijo, pero deduje que así era.

Pronto descubrí que era eso de “Lugar seguro.” Esa persona, en poco tiempo se convirtió en todo. Era un hombro en el cual apoyarme, un psicólogo, y demás.

Pero, un día, así de la nada, ya no volvió a aparecer. Intente contactarle, pero nada. No había dejado ni una huella. Espere hasta cuanto pude, pero nada. Sentí que el corazón se me rompía, y no entendía el porqué. Sentía el corazón, o parte que no le di a esa persona, muerta. Pero, ¿Estoy exagerando? Capaz si, capaz no, no lo sé.

En poco, (muy poco) esa persona era mi diario. Ahora tengo el miedo de saber que le paso o donde esta, porque aparte de eso, no me dio ni una pista de donde encontrarle si algo pasaba. ¿Qué está pasando?

 

 

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