=Horas de todo. Horas de nada.=

=Horas de todo. Horas de nada.=

 

 

Cuando la penumbra abraza los sentidos. 

A la hora en la que se escucha un ruido sordo.

Un zumbido de una frecuencia tan alta, que es casi completamente imperceptible.

 

Buscando consuelo y respuestas entre las sábanas de la madrugada. Encontrando sólo silencio.

La ausencia fría que grita, se desgarra en uno y mil suspiros que retumban en las paredes.

 

En las horas cuando todo es cálido, claro, brillante y lleno de estruendo, lo último que escuchamos es nuestra respiración. 


A penas somos conscientes de que existimos.


Somos el ruido,la rutina, el trabajo.


Somos tazas de café calientes, tacones golpeando el piso.

Somos claxon de automóviles, rutas de transportes, pasos o pedaleos apresurados.

Somos montañas de papeles sobre escritorios, dedos tecleando y ojos deshaciendose frente a pantallas.
 

Somos todo y olvidamos quienes somos realmente.
 

En cambio en las horas de la noche fría, oscura y silenciosa, de lo único que somos conscientes es del aire que entra y sale de nuestros pulmones. 


No somos el grillo nocturno.


No somos la luz de la luna entrando por la ventana, ni el fresco de la madrugada.


Desaparecemos entre sombras.

 

Somos nada.

 

Somos todo y somos nada.

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