Desire

Description

"Porque ni siquiera Kyungsoo puede resistirse a los sensuales movimientos de Jongin".... Este es el resumen que use la primera vez que publique esta historia bajo el seudónimo "DragonStyle", y me da pereza cambiarlo xD (asi que si lo ven en otro lado, si, si es mi historia) Es un oneshot lemon que escribí hace un tiempo (ya casi dos años) y que quiero volver a compartir. Realmente no es muy bueno pero espero que les guste. 

Foreword

-“Bien, desde el comienzo… 1, 2”-

 

¿Otra vez? Tiene que ser una broma…

 

-“Vamos Jongin, con más fuerza”-

 

¿Más fuerza? Este coreógrafo quiere matarme…

 

-“Bien, así… De nuevo”-

 

Ah Dios… ¿Cómo fue que terminé de esta manera? Estoy sentado al fondo de la sala de prácticas con las piernas extremadamente juntas, para que los otros miembros no noten… amm ¿cómo lo diría? ¿Mi “reacción”? Ver a Jongin bailar se ha convertido en una auténtica tortura…

Su piel morena que brilla a causa del sudor,

Sus cabellos húmedos que se pegan a su frente,

Y el suave pero voraz movimiento de sus sensuales caderas ¿cómo no enloquecer ante semejante imagen? Mi cabeza da vueltas… tanto, que siento que no puedo más. Así que sin importarme la penetrante mirada que me dirige Junmyeon hyung, decido que es momento de salir. Necesito refrescarme.

Al entrar al baño me sostengo de la fila de lavabos y miro mi rostro en el espejo.

“Rojo”… desde la nariz hasta la punta de las orejas, estoy considerablemente sonrojado y con el corazón a mil por hora.

-“Ahh”-  Suspiré pesadamente… De verdad luzco terrible.

-“Kyungie… ¿estás bien?”-

Pero ¿qué?... ¿Cuándo llegó?  Estaba tan perplejo ante mi patético reflejo que no me di cuenta de que ya no estaba solo.

-“S… Sí, estoy bien, Kai”-

Sonreí mirando al espejo, encontrándome con el reflejo del causante de mi estado actual.

-“¿Seguro? ¿Por qué saliste así?”- Preguntó… su semblante lucía preocupado.

-“Y… Yo, pues…”-

Oh, no… Vi a través del espejo como se acercaba lentamente hacia mí. Cerré los ojos y pude sentir como rodeaba mi cintura con sus brazos.

-“Estas tenso… ¿Pasa algo?”- su voz era suave y tenue. 

-“N… No, no es nada”-

Mi voz temblaba, en realidad, todo mi cuerpo lo hacía. Tenerlo allí abrazándome hacía que mi cuerpo vibrara. Sentí como sus manos se deslizaban por mi abdomen, y como repetidamente las volvía a colocar en mis caderas. Sus dedos traviesos jugueteaban al tocarme. De pronto, sus manos comenzaron a descender hasta llegar a mi pantalón.

-“¡Oh! Pero… ¿Qué tenemos aquí?”-

 Abrí los ojos de golpe al sentir como sus manos masajeaban “esa” parte de mi cuerpo. Miré su reflejo en el espejo, y  noté como su boca se curvaba formando una sonrisa ladina.

-“¿Por esto saliste de la sala?”-  ¡Rayos!  Sus manos apretaban con fuerza mi hombría sobre la tela del pantalón, haciendo que el zipper rozara contra mi piel…  Escogí un pésimo día para no usar ropa interior.

 -“D.O… ¿No piensas responder?”-  Ash, no puede ser.

-“C… Creo que es bastante obvio ¿no?”- Respondí agachando la mirada. Moría de la vergüenza.

-“Si, lo es”-

Por Dios, mi rostro estaba aún más rojo que antes (si es que eso era posible). Sus manos acariciaban la parte más sensible de mi cuerpo, la cual estaba completamente despierta.

-“Nee, Kyung… ¿Te ayudo a bajarla?”- Una nueva sonrisa burlona se formaba en su rostro ¡Que bastardo! Se estaba burlando de mí, y en mi propia cara. Metió una de sus manos dentro de mi pantalón y comenzó a sobar lentamente. ¡Oh por…!

-“¡J… Jongin-ah!”-

Eché la cabeza hacia atrás encontrándome con su hombro. Cerré los ojos nuevamente y sentí como pasaba su lengua por mi oído y la deslizaba hasta mi cuello.

-“K… Kai, detente”-

Pero lejos de hacerme caso, este solo siguió sobando y besando. De un momento a otro subió su mano libre y la coló debajo de mi camisa. Acarició mi abdomen y subió hasta mi pecho. Tomó una de mis tetillas y empezó a pellizcarla.

-“¡Kai!... ¡Detente!”-

-“Ssh… Cállate”-  Ordenó. Sus labios seguían pegados a mi cuello –“Déjame mimarte”- decía mientras sus labios se paseaban desde mi clavícula hasta mis hombros.

-“A… a esto ¿a esto le dices mimar?”- Mi voz sonaba ronca y entrecortada.

-“Claro”-  Respondió casi en un susurro.

 De pronto se detuvo, saco sus manos de mi ropa, me tomó por la cintura y me giró para que quedara frente a él.

-“¿Qué sucede?”- Pregunté confundido.

Llevó una de sus manos a mi rosto y acarició mi mejilla con el pulgar, luego me tomó del mentón y elevó mi rostro. Por primera vez nuestras miradas se cruzaron, y noté como en sus labios se dibujaba una sonrisa, pero esta vez no era una sonrisa burlona ni de autosuficiencia, no, era una de esas sonrisas que me hacían suspirar cada vez que aparecían en su hermoso rostro.

-“Quiero hacerte mío”-

-“¿Qué?”-

-“Ya escuchaste Kyungsoo… M Í O”-

 Tiene que ser una broma…

-“Me estas jodiendo… ¿Cierto?”-

-“¿Te parece que estoy para jodas?”-

 Me jaló hasta pegar nuestros cuerpos, de modo que pudiera sentir su erección chocar contra la mía.

-“Kai, estamos en la agencia”- Seré honesto, no es que no quisiera… en realidad ¡MORIA DE GANAS! , pero ¿hacerlo aquí?

-“Y cuál es el problema”-

¿Es en serio?… este niño.

-“¿Qué haremos si alguien viene?”-

-“Nadie vendrá, Kyung”-

Pero que d…

-“¿Cómo puedes estar tan seguro?”-

-“Dios D.O… ¡Nadie vendrá! Y si lo hacen, pues… la puerta tiene seguro”- Se mordió el labio inferior y mostró una sonrisa socarrona… Creo que estoy en serios problemas.

Me rodeó de nuevo con los brazos y se apoderó de mis labios con desesperación. No me resistí, así que al sentir su lengua rozar mis labios, abrí levemente la boca para dejarlo entrar. Lo dejé explorar cada centímetro de mi cavidad bucal mientras mi lengua chocaba frenética contra la suya. El beso se volvía cada vez más asfixiante. Jongin separó un poco nuestros labios, lo suficiente como para poder tomar una bocanada de aire, y una vez con oxígeno en los pulmones retomamos el beso, el cual en ningún momento dejó de ser salvaje y apasionado. Cuando el contacto fue perdiendo velocidad, Jongin mordió y chupó mi labio inferior, y luego depositó pequeños besos alrededor de mi boca.

-“¡YA!”- le dije entre risas ¿Cómo podía pasar de ser un hombre salvaje para convertirse en un niño adorable en tan solo segundos? Sentí una sonrisa formarse en su rostro mientras dejaba un camino de besos de mi mejilla hasta mi oreja. Una vez allí, tomó mi lóbulo y tiró de él con brusquedad. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo al instante, era doloroso y excitante a la vez.

-“K…Kai, y…yo no”-  Mi corazón se aceleró tanto que casi me costaba respirar.

-“Ssh… ya sé, tranquilo”- Me dio un corto beso en los labios para luego tomarme por las axilas y alzarme hasta dejarme sentado sobre el lavabo.

 Abrí los ojos por la sorpresa ¿Desde cuándo era tan fuerte?

-“Pff… ¡Hyung! ¿Qué cara es esa?”- Comenzó a reír a carcajadas al ver mi expresión sorprendida. No era la primera vez que me veía sorprendido, así como tampoco era la primera vez que reía al ver alguna expresión mía.

-“¿Desde cuándo eres tan fuerte?”-

-“Desde que comencé a mirarte desde arriba… Hyung”-  Sonrió de lado. Un segundo… él se está… ¿BURLANDO DE MI ESTATURA?... iba a replicar cuando lo vi colocar ambas manos junto a mi rostro, una de cada lado apoyándose en el espejo, luego junto su frente con la mía y comenzó a moverse despacio haciendo a nuestras narices rozar tiernamente.

-“Basta de charlas… ¿sí?”-  preguntó en voz baja haciendo un puchero que lo hacía lucir como un auténtico cachorro, asentí ¿cómo negarse ante ese rostro? Me dio un casto beso en los labios y se alejó para tomar mi pierna derecha, quitarme el zapato y el calcetín y arrojarlos a un lado. Soltó mi pierna y la dejó en su antigua posición. Tomó la otra e hizo lo mismo, luego se acercó un poco a mí y colocó ambas manos en mi cintura.

-“Álzate un poco”-  lo miré y obedecí, apoyé mis manos sobre la fila de lavabos y levante las caderas un poco. El deslizó sus manos hacia el botón de mis pantalones, los desabrocho y bajo el cierre, luego los tomo por la pretina y comenzó a bajarlos.

-“¡WOW!... ¿Olvidaste tu ropa interior otra vez?”- El reía y yo solo lo miré con sorpresa… de nuevo.

Desvié la mirada a un lado y sentí como mis mejillas se calentaban.

-“C… Cre… Creí, Creí que no querías más charlas”- Dios, de verdad que escogí un pésimo día para olvidar los calzones. Lo vi estirar una de sus manos, y lo siguiente que supe fue que sus labios devoraban los míos. Después de un par de segundo nos separamos, quedando entre nosotros un fino hilo de saliva, el cual limpió con la lengua.

-“Hoy estas muy besucón”- le dije sonriendo.

-“Jeje… ¿te molesta?”- preguntó sonriendo también, y me apresuré a negar con la cabeza rápidamente.

-“Claro que no”-

 Tomó mi rostro en sus manos y me dio un beso en la frente.  

-“Bien”-

Llevó sus manos de nueva hacia mis pantalones, y de un solo tirón se deshizo de ellos y los arrojó a un lado. Luego me sujetó ambas piernas por los muslos y las elevó hasta dejarme sentado por completo sobre la fila de lavabos. Abrió mis piernas lo más que pudo y miró mi entre pierna. Se quedó observando un rato y se relamió los labios. Un segundo más tarde comenzó a mirar a todas partes como buscando algo. Su mirada se detuvo en el dispensador de jabón que estaba en la pared junto a mí.

-“Esto servirá”- Exclamo felizmente. Luego acercó sus manos al dispensador y untó el líquido de color azul en una de ellas. Con la otra mano me sujetó la cadera, y al saber lo que pasaría me senté mejor y abrí más las piernas, me sujeté con una mano del brazo que él tenía sosteniendo mi cadera y coloqué la otra sobre su hombro derecho.

Con sus dedos jabonosos comenzó a trazar círculos alrededor de mi entrada, toqueteaba y masajeaba.  De pronto coló uno de sus dedos en mi interior y sentí mi cuerpo estremecerse ante su tacto. Hacía círculos dentro de mí y yo me retorcía de placer. Al rato introdujo un segundo y luego un tercer dedo. Los movía y torcía dentro de mí, pero cuando más cerca estaba del éxtasis… los saco.

Al ver mi cara de protesta sonrió, tomó mi miembro y comenzó a masajearlo lentamente. Su mano subía y bajaba sobre mi hombría. Me incliné hacia atrás chocando contra el espejo. Su mano comenzó a moverse cada vez más rápido. Yo jadeaba y suspiraba, y justo cuando estaba a punto de acabar… se detuvo.

-“¡Jongin!”- Le grité desesperado. Luego se acercó y me susurro algo al oído.

-“No serás el único que se divierta… ¿cierto?”-  su tono era ronco, áspero y excitante.

Como pude me enderece y me senté al borde del lavabo, coloqué las manos a sus costados y sujeté su camiseta, levanté el rostro y lo miré a los ojos. Acto seguido, levantó los brazos para que pudiera sacarle la musculosa por encima de la cabeza, despeinándolo un poco en el proceso.

 Ya con la prenda en las manos pude admirar su bien formado abdomen y la perfecta “V” que se formaba al inicio de su zona baja. Simplemente perfecto.  

Enrollé la musculosa y la arrojé a un lado. El desamarro la cinta de su mono de prácticas, los deslizó por sus piernas, sacó uno de sus pies y con el otro pateó los pantalones a una esquina. Al parecer no fui el único que olvido su ropa interior en la mañana.

-“¿Te gusta lo que ves?”- preguntó sonriendo cínicamente. Me mordí el labio inferior y asentí.

Estiró sus manos para que las tomara y lo hice, me ayudó a bajar del lavabo, sujetó mi camisa y estiré los brazos para que pudiera sacarla, despeinándome también.

Me observo un par de segundos que parecieron minutos, luego tiró de mi brazo y me condujo hasta uno de los cubículos del baño. Abrió la puerta y me dejo pasar primero cerrando la puerta tras de sí.

-“Por las dudas”-  me dijo mientras me guiñaba un ojo y reí.  Me hizo a un lado con cuidado y levantó la tapa del inodoro, se sentó y palmo sus piernas para que me sentará sobre él. Me acerqué y me senté en sus piernas. Me arrimo más hacia él y nuestras intimidades chocaron haciéndonos gemir. Acarició mis piernas y me tomó de la cintura con una mano, subió la otra por mi espalda dibujando líneas con sus dedos y choco sus labios con los míos. Abrí la boca para profundizar el beso que pronto se volvió ansioso y apasionado. Rodeé su cuello con mis brazos y tire de su cabello suavemente. Mordió mi labio inferior y tiró de él varias veces. Bajo sus labios por mi mentón hasta mi cuello dejando pequeñas marcas y un rastro de saliva consigo.

Bajo por mi pecho, lo besó, lamio y dejo pequeños mordiscos haciéndome gemir y gritar varias veces. Volvió a mis labios y los besó de nuevo, al separarnos me miró a los ojos y me sujetó con más fuerza.

-“Te quiero ahora, Kyungie”- parpadeé varias veces antes de reaccionar, me abracé con más fuerza a su cuello, y hundí mi rostro en el espacio entre este y su hombro.

-“Esta bien”- accedí en voz baja.

-“¡AHH!”- Entró en mí con una fuerza bastante brusca, a decir verdad, y sentí como si mi cuerpo se hubiese partido a la mitad. Mis ojos comenzaron a escocer, he inevitablemente comencé a llorar. Un gruñido seco salió de sus labios al entrar por completo en mi interior. Yo temblaba y sollozaba sin poder contenerme.

 El levantó mi rostro que estaba inundado en lágrimas y me besó, llevó mi cabeza hasta su pecho y enredó sus dedos en mis cabellos, acariciándome. Sobo mi espalda con la otra mano y espero a que me calmara.

-“¿Estás bien, cielo?”-  Preguntó de pronto. Su voz sonaba débil y angustiada. Yo solo asentí levemente con la cabeza y me aferre más a su cuello.

 Esperé un par de minutos a que el dolor pasara, y cuando estuve listo empecé a mover las caderas.

-“¿Listo?”-  Preguntó en un tono más tranquilo.

-“Sip”-  Respondí. Me enderezó sobre él y me miró a los ojos.

-“¿Seguro?”- volvió a preguntar.

-“Si”- respondí esta vez con una sonrisa que pareció convencerlo.

 Me tomó de las caderas y me besó. Dios, en verdad está muy besucón.

-“Dime si duele… ¿Bien?”-

Me sujetó con fuerza y sentí como me abrazaba al tiempo que movía sus caderas. Una fuerte embestida me atravesó y me sentí enloquecer. Sus caderas se movían frenéticas mientras conducía a las mías para que siguieran su ritmo desenfrenado. Las embestidas eran bruscas, fuertes, y violentas ¿Jamás tendría un polvo dulce con este hombre?, el niño bueno había desaparecido y en su lugar se encontraba un lobo hambriento que parecía disfrutar devorando su comida favorita: “Yo”.

Busqué su boca con desesperación, y nuestras lenguas se enredaron en una danza que parecía no tendría fin. Nos separamos jadeando y con la respiración entrecortada. Llevó su boca a mi cuello y comenzó a repartir besos, mordiscos y chupetones por cada espacio de piel que se encontrara bajo sus carnosos labios. Moví mis caderas más aprisa y lo escuché gemir excitado. Llevó una de sus manos a mi entre pierna y sujetó mi miembro con fuerza. Gemí sonoramente cuando su mano comenzó a subir y a bajar a un ritmo endemoniadamente rápido.

¿Cuánto tiempo había pasado? 10, 20, 30 minutos… había perdido la noción del tiempo. Me había entregado por completo a Jongin, a sus besos, sus caricias, a este deseo que me carcomía la piel, a este amor descarriado que nos unía desde hace un año… Estaba perdido en el placer y el éxtasis que me producía estar a su lado… y así, entre gritos y gemidos, terminamos al mismo tiempo con un o sonoro y estridente. El acabo dentro de mí y yo sobre ambos.

Kai se desplomo dejando caer su espalda sobre el tanque del retrete, y yo colapse sobre su pecho. Respirábamos agitadamente y nuestros corazones parecían querer correr una maratón de lo rápido que iban.

-“Te amo Kyung”- Le escuché decirme al oído.

-“Yo también te amo, Kim Jongin”- le dije besando su mejilla.

Me acunó entre sus brazos y estuvimos así, abrazados, durante un largo rato.

-“Deberíamos volver”- Menciono con voz cansada  -“No quiero que nos regañen por escaparnos de la clase”-  reí mientras nos poníamos de pie. Nos limpiamos un poco y nos pusimos de nuevo la ropa que estaba regada por todo el baño. Salimos y Jongin me extendió su mano y la tomé entrelazando nuestros dedos.

Al llegar a la sala encontramos una escena… bastante peculiar. Nuestro coreógrafo gritaba una sarta de obscenidades mientras tomaba sus cosas. Chen  y Chanyeol se derrumbaban en el suelo cuales plomos, empapados de sudor.

Kai me guio hasta el fondo del salón, justo a la esquina en la que me encontraba anteriormente. Se sentó al lado de Suho hyung, extendió los brazos y me indico que me sentara con él. Sin pensarlo mucho me acomodé entre sus piernas, el me abrazó por la espalda, giré mi cara hacía a un lado y nos besamos.

-“Pero que… ¿Qué creen que hacen?”- Suho hyung nos miraba incrédulo.

-“Nos besamos… ¿Qué parece?”-  Lay, que estaba recostado en el hombro de Junmyeon estalló con una sonora carcajada. Junmyeon, en cambio, abrió mucho los ojos ante la respuesta de Jongin. 

-“¡ESTAMOS EN LA AGENCIA!”- replico escandalizado.

-“Calma Su… fue solo un beso, además… Lee hyung ya se fue”-

 Era cierto, nuestro coreógrafo se había ido.

-“¡Yixing!”- Gritó  -“Esa no es una excusa”-

-“Lo sé hyung… pero qué más da”-  Lay lo miró con una despreocupada sonrisa y este pareció calmarse.

-“Bien… pero Kai, deben controlarse un poco, ¡no sean tan obvios! Es peligroso”-

 Suho hyung tenía razón… ser muy obvio podría traernos problemas.

-“Jongin… Jun tiene razón… Esto no se puede repetir, no aquí”-  Le dije mirándolo a los ojos. El suspiró sabiendo que no me refería únicamente al beso.

-“Ash, bien…”- Exclamo mirando a Suho  -“Pero si nos vas a sermonear a nosotros, deberías reclamarle también a ellos”- hizo un gesto con la mano para señalar a los demás miembros. Fue entonces cuando me fije en el hecho de que cada quien parecía estar sumergido en su propia burbuja.

Xiumin se había acercado a Chen con una botella de agua, y ahora ambos platicaban plácidamente  ignorando todo a su alrededor.

Chanyeol, que aún se encontraba a sus anchas en suelo, ahora usaba las piernas de Baekhyung como almohada. Ambos se sonreían como tontos enamorados y platicaban, mientras Baek retiraba los cabellos húmedos de la frente del más alto, y secaba la misma con un pañuelo.

En la esquina contraria de la habitación se encontraba Kris, el cual acariciaba lentamente el cabello de un adormilado Tao, quien soñoliento se encontraba recostado sobre el pecho del rubio mientras lo abrazaba por las caderas. 

Y casi junto a ello se encontraban Luhan y Sehun, quienes, bueno… decir que toqueteaban sería muy poco.

 Suho suspiró derrotado, recostó su espalda a la pared y nos miró.

-“Ya no diré nada”- nos dijo sonriendo antes de apoyar su cabeza sobre la de lay, quien también nos sonreía.

 Jongin volvió a rodearme con sus brazos, y apoyó su barbilla en mi hombro.

-“Te amo”- Me dijo en un tono casi inaudible. Me giré un poco y sonreí.

-“Y yo a ti”- Le dije antes de robarle otro beso. 

Comments

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Piaafernanda #1
Holi :) primer comentario, me gusto mucho tu OS y la manera en que escribes, se nota que le pones dedicacion a un fic y saludos