Alex no había pronunciado ni una sola palabra desde que salieron del centro social. Nichkhun no podía dejar de sentirse culpable y de maldecir todo lo que le había pasado al pequeño por su culpa.

-Perdóname Alex- Fue lo único que se lo ocurrió cuando estuvieron afuera.

El niño siguió caminando y asintió levemente. Prueba suficiente de que Nichkhun era una mierda total: debería haber dicho algo más para ayudarlo, no buscar su perdón.

Cuando llegaron al apartamento, Alex fue a sentarse a la sala. La cual estaba separada de la cocina por un simple comedor lleno de basura. Camille les había dejado un apartamento espacioso pero recatado; lo suficiente como para dar un ambiente familiar. En ese momento el desorden y la ropa regada dañaban toda esa imagen, pensó en limpiar al menos un poco al menos para distraerse un poco; mientras lo hacía, Alex le ayudó todavía sin mirarlo a los ojos o mostrar señales de que hablaba. Nichkhun decidió dejarlo ser y aunque el niño parecía estar un poco más tranquilo, todavía no sonreía.

-¿Por qué no vas a tomar una siesta y luego pido algo para cenar?

Alex asintió y salió en silencio hacia su cuarto que no había sido tocado desde su partida; desde un principio ese lugar le había parecido como entrar a una dimensión desconocida y le daba miedo. Nichkhun tomó un suspiro y se sentó en el taburete que daba contra el mini bar de la cocina; todo lo sucedido parecía estar entrando a su mente con demasiada lentitud y un gran miedo que tuvo que retener con todo su ser y culpa para no salir huyendo: Toda su vida iba a cambiar, tenía que tomar las consecuencias de su error y ver reducidas sus horas libres para ocuparse de los exámenes, psicológicos y  médicos que Alex tendría que llevar hasta obtener un buen reporte médico sobre su salud mental y física. Nichkhun como su tutor legal, sería el responsable de hacer que todo esto se cumpliera si no quería perder la potestad del niño y que terminará siendo un caso del estado.

Disfrutar tan rápido de su pronta libertad le había costado demasiado caro, pero había algo seguro en esto y es que el no sería el único que tendría que pagar las consecuencias: Él no había sido la única basura que había dejado a Alex en ese lugar.

-¿Qué quieres?- La voz de Wooyoung contestó después del cuarto intento -Pensé que no volveríamos a contactarnos – Su tono altanero no había cambiado en nada y eso solo hacía que el orgullo de Nichkhun se viera más afectado.

-Tenemos que hablar, estoy en el apartamento, trae dos pizzas.

Sin despedirse colgó el teléfono, sabía que Wooyoung no dejaría que alguien le hablara como si fuera más que él, así que confió en su instinto y esperó a que el coreano apareciera.

No tardó en llegar. Era obvio que lo último en su lista era ocultar la ira, como si tuviera la edad de Alex no dejó de timbrar hasta que Nichkhun lo atendió.  Apenas abrió recicbió un dictado de un sin fin de malas palabras; las cuales algunas desconocía hasta ese momento. El tailandes lo insultó en su idioma al ver que no llevaba comida haciendo que el otro se callará desconcertado.

-Gracias por callarte,  Alex está durmiendo ¿Por qué no trajiste las pizzas? Hubiera sido bastante generoso de tu parte.

Wooyoung cerró de un portazo y lo aprisionó contra la pared -¿Puedes decirme que significa esa puta llamada de servicios avisándome sobre una entrevista y una supuesta carta que llegará a la casa de mi hermana  quien afortunadamente está en Corea?

No tenía tiempo para lidiar por las buenas con ese imbécil, Nichkhun conocía a los de su tipo y a ellos las cosas suaves jamás le entraban bien: en todo sentido.

-Acabo de llegar con Alex de servicios porque una puta familia lo estaba golpeando.

Wooyoung se quedó en silencio -¿Qué?

-Al parecer las buenas familias van para los que en verdad no tienen familia.

-¿Puedes dejar de decir familia?- El coreano lo soltó y caminó hacia el bar de la cocina. El silencio le dio a entender a Nichkhun que sus palabras habían sido bien escuchadas –No suelo aceptar mis errores, pero Wooyoung esta vez la jodimos en serio.

Un niño vestido solo con ropa interior caminó frente a ellos sin prestarle mucha atención y fue hacia el cuarto de lavado. En su recorrido, Nichkhun notó leves marcas rojas y purpuras adornando sus brazos y su torso.

Sintió algo caer a su lado y vio a Wooyoung en el suelo con su mirada fija en el lugar donde Alex había desaparecido. Cuando Alex reapareció, llevaba entre sus manos una toalla azul, todavía estaba ignorando al par de jóvenes que lo miraban en silencio.

-¿Qué hacías?- Preguntó Nichkhun todavía en shock.

El niño se detuvo y sus ojos azules fueron hasta su rostro–No habían toallas en mi baño y quiero tomar una duchar.

Por inercia los dos jóvenes asintieron;  el Alex que conocieron peleando por su cereal parecía haberse esfumado.

-Somos una escoria Nichkhun- La voz de Wooyoung era apagada, pero el profundo dolor que sus palabras cargaban eran suficientes para dejar caer del todo la realidad que ahora les aguardaba.

Alex ya estaba vestido con un pijama rojo con estampado de muñecos que no reconocía, sus ojos azules, ahora apagados, estaban concentrados en un cuento que el niño había traído de su cuarto. Pese a que en verdad se sentía su ira hacía los dos jóvenes que seguían como estatuas en la cocina, no parecía tener muchas ganas de estar solo.

-Mañana voy por esa carta. En la entrevista confirmaré mi mudanza y la próxima semana podemos comenzar con los trámites de adopción. No puedo creer que dejaste que esto pasara.

Nichkhun rio levemente -¿yo? Si a ti te dejó de importar apenas lo dejaste en el colegio. No hables mierda Wooyoung.

Sin embargo el joven pareció ignorar sus comentarios y prosiguió con sus planes –Tal vez con él, mis padres dejen de buscarme pareja.

Era increíble la facilidad con la cual Wooyoung hacía de todo una ganancia para él; además de mostrar un verdadero sadismo. Nichkhun ya estaba bastante fastidiado con su presencia como para aguantar su arrogancia. Una patada hizo que el chico se callara – Solo colabora con lo básico, con o sin hijos ajenos aun te obligaran a procrear. Solo quédate mientras tenemos la adopción y luego puedes desaparecer de aquí.

Wooyoung realizó un sonido parecido a un bufido -¿Tu? Cada vez que salgo escucho a varios fanfarronear por lograr un lugar en tu cama, digo en tu lista de amistades especiales. Además de expresar cómo este apartamento esta tan bien ubicado.

-A nadie le importa con quien me acueste, ni a ti ni al condado.

-No creo que el juez le dé el niño a un infiel que todavía no tiene los papeles en regla.

El joven trató de replicar pero ese era un buen punto que obviamente se le había pasado. Los papeles para su visa no estaban completos, incluso con la carta firmada por Camille diciendo que Nichkhun ya tenía una casa. En su última visita la persona encargada no aceptó su carpeta debido a la falta de recursos  y no obtendría nada más allá de sus miserables ahorros, hasta que,  dentro de unos cuantos meses libre de estudio, podría trabajar. Era obvio que lo mismo pasaría con el proceso de Alex.

Camille había planeado muy bien todo, la base de toda esa locura era Wooyoung y su miedo a casarse; Nichkhun solo terminó siendo una persona que pasaba por su camino y que estaba lo suficientemente necesitado para aceptar un trato tan estúpido.

Los dos se quedaron en silencio, al parecer ambos estaban pensando en lo mismo desde diferentes perspectivas.

-Veremos qué pasa- Concluyó Wooyoung –Por ahora creo que tenemos que aceptar nuestro error y no permitir que él vuelva a sufrir las consecuencias.

Jamás pensó escuchar palabras más razonables de su parte, Nichkhun solo pudo asentir mientras abría su boca incapaz de hacer algún comentario: tal vez se había quedado dormido y estaba soñando.

-Tengo hambre- La voz de Alex se alzó desde el sofá donde sus hermosos ojos azules los miraba esperando alguna reacción.

Nichkhun sonrió -Ya pedimos pizza Alex, no tardaran en venir.

El niño asintió y retomó su lectura. Alucinando o no, hasta que pensaran una forma de escapar de ese lío, los dos tendrían que aguantarse para demostrar que todavía tenían algo de integridad y enmendar a Alex por todo lo que había tenido que pasar debido a no leer bien ese maldito contrato.

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