Antes de comenzar quiero agradecer por los  subscriptores, el primer capítulo si bien es algo vago y quizás corto, pero más adelante se darán detalles y todo tendrá sentido. Espero que disfruten.  

PD: Disculpen si hay faltas ortográficas, hice lo que pude (?). Que tengan un buen día.

▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔

— Veinte de Septiembre del dos mil doce —

Puedo asegurar que no es divertido que te arrastren a una junta familiar, es algo que siempre me ha desagradado y que aquel día no iba a ser la excepción. Mientras me quejaba, buscaba en mi armario algo para ponerme y no sabía qué. ¿Un vestido, pantalones, shorts, falda? Era complicado porque solía vestirme según mi humor , o era así como pensaba, sin embargo, como debía aparentar me decidí a usar simplemente unos jeans oscuros ajustados con una blusa blanca. 

Si voy al trasfondo del por qué no me gustan estas reuniones, es porque la palabra "familiar" para mis padres son todas las malditas ramas genealógicas y vería a mil personas que posiblemente ni me interesa conocer, por otra parte vería a mi hermana menor que estaría unos días de vacaciones por acá; quizá lo único bueno.

Luego de dos largas horas todo estaba listo, incluso varios sujetos habían llegado y a todos les saludaba con una falsa sonrisa, aunque siempre los trataba con el debido respeto. Ya me encontraba cansada de tantos saludos, pero hubo uno que alegró el momento.

 — ¡TAEYEON! — Mi oído derecho me decía que la voz provenía de ese lado, por lo que miré buscando hasta que di con la persona. 

— ¿Soo, eres tú? — Mi boca cayó levemente cuando la observé bien, no estaba en mis planes verla tan distinta, se había transformado totalmente en una mujer adulta.

Choi SooYoung es mi prima por parte de mi madre, jugábamos seguido cuando niñas y  ahora estaba más que hermosa. Cabello largo, alta, su piel bien cuidada, no me iba a sorprender si tenía algún novio o pretendiente. Después de nuestro reencuentro, si era posible no nos separamos, a excepción de ir al baño. Hablamos de muchos temas, recordando viejos tiempos y fue así como el día comenzaba a pasar volando.

Nos encontrábamos riendo a carcajadas por una situación cómica de hace años, cuando alguien toca mi hombro. Entre risas me di vuelta para encontrarme con mi hermana menor, HyoYeon. Me emocioné por verla y la abracé, pero fue cuando me estaba separando que me percaté que no estaba sola. Mis orbes se centraron en la figura fémina que la acompañaba, era simplemente hermosa, una mujer de aproximadamente de diecinueve años, más alta que yo, pero podría apostar que era por los tacos que ocupaba  en ese instante. Ocuapaba un vestido color azul degradado que traía se ajustaba perfectamente a su cuerpo delgado, su cabello agraciado que caía por delante de sus hombros, de color castaño oscuro...Perfección. Mis ojos no se apartaron de ella en ningún momento, y parece que ella se dio cuenta de aquello porque me sonrió.  Quizás ese fue el mayor error que esta chica pudo haber cometido, porque fue ahí donde comenzó todo.

Mi visión estaba un poco lenta, aún no reaccionaba en totalidad. SooYoung y HyoYeon por su parte ni se dieron cuenta, pero como si el destino hubiera conspirado en mí contra o a mi favor, ellas se dedicaron a conversar de sus propios asuntos.  “Que educada es mi hermana” pensé para mis adentros, deja a su amiga sola y ni la presenta. Ella seguía con una sonrisa y estiró su brazo a una distancia prudente, abriendo su mano para que yo la estrechara, y así lo hice.

 —Un gusto, debes ser TaeYeon, la hermana mayor de Solcito. — Hice una expresión de no comprender por el apodo que ella le había puesto, sin embargo dejé que ella continuara. — Mi nombre es Stephanie… y por la expresión que acabas de darme debo suponer que te sorprende como le digo a tu hermanita ¿cierto? — Asentí de inmediato, esperando que respondiera. Si lo pensaba bien, tampoco era de gran interés aquello, pero era una buena excusa para comenzar a hablarle, tenía curiosidad sobre quién era, obviamente de la familia no, o al menos no cercana y lo último que se me cruzó por la mente era lo que más temía y lo que me extrañó por un segundo, era que HyoYeon tuviera una condición ual distinta y que esta hermosa mujer era de su propiedad. — Bueno, desde que llegué a Corea del Sur, he estado muy sola e inclusive deprimida, tu hermana me ha alegrado los días, le puso un sol a mi estadía aquí y es por ello que le he puesto Solcito, es genial y la quiero mucho… — Antes de continuar desvió su mirada hacía donde se encontraba de quien hablaba, y escuché claramente un suspiro antes de continuar. —… Es una gran amiga.

Supongo que eso bastó para hacerme sonreír, mis sospechas se fueron y comenzó la verdadera entretención. Pasé lo que quedaba de reunión conversando con Stephanie, supe mucho y a la vez nada de ella, me cautivaba todo de su persona, me encantaba lo que veía hasta ahora. Si doy una vuelta al pasado esto sería lo más extraño y estaría en un estado de rechazo porque encontraba atractiva a una mujer, pero esa etapa ya la había pasado en la adolescencia y comprendí que todos somos simples almas que sienten, no deberíamos ver caras, deberíamos ver corazones, por ello no me etiqueto, soy sólo un ser vivo que piensa y siente, que busca comprensión además de otras personas que piensen y sientan de manera semejante.

Aprendí lo básico de ella; su nombre; apellido; edad; motivo de estar aquí; su lema de vida y la aburrición de la monotonía. Supongo que eso sería lo bastante suficiente para darme el pie y arriesgarme a la aventura. Por lo tanto, en el momento de finalizar este gran día le di las gracias por haber venido, dándole a la vez mi número móvil. Ella intentó darme el suyo, pero justo mi madre me llamó y no alcancé a aceptarlo, sin embargo era mejor así. Sí le interesaba ella llamaría o simplemente me enviaría un mensaje.

—Veintiuno de Septiembre del dos mil doce  —

Me recosté en mi cama, mirando al techo, era tarde y aún no lograba conciliar el sueño, cuando recibo un mensaje.

『Número desconocido』

Espero interrumpir tu sueño. -Stephanie H. ♡

Comencé a reírme por su mensaje, “que manera de iniciar una conversación” era lo que pensé en ese momento. Iba a ser una larga y entretenida noche.