Abriendo los ojos
Caminos Cruzados23
Cuarenta y ocho días, 10 horas y treinta y seis minutos era el tiempo que había pasado desde que Tae se había ido a Londres. Cinco horas con diecinueve minutos desde que había hablado con ella por última vez, aun sin ser consciente del cambio de horario que había con Londres y Ohio.
¿Qué si contaba los minutos desde su partida? Si. Era lo menos que podía hacer en su ausencia.
Lo único que me importaba era escuchar su voz un momento, aunque fuera solo para preguntar cómo me había ido con la doctora, preguntando como estaba nuestro bebé y con la misma cortando diciendo que ya era bastante tarde y que debía ir a dormir.
Así había sido nuestra comunicación en todo este tiempo en el que ella estaba en su viaje de negocios. No hablábamos más que lo justo y necesario. Y a decir verdad, todo se centraba en cómo estaba el desarrollo de nuestro bebé.
Si, pasara lo que pasara a su regreso, este sería NUESTRO BEBÉ.
Hoy había sido un día bastante agotador. Después de la cita con la ginecóloga y su pequeño interrogatorio de porque era la segunda vez que iba sin Tae a la cita, salí para avisarle el estado en cómo nos encontrábamos. Una pequeña llamada de no más de cinco minutos y un adiós bastante cortante.
¿Me acostumbraba a su trato así? ¡Por supuesto que no! Me dolía, pero no podía evitarlo. De cierto modo, yo había provocado todo esto y estaba pagando las consecuencias de mis actos. Pero… realmente no pueden culparme. ¿O sí?
La primera vez que un chico me hablo, prometió llevarme al cielo o bajarme la luna y las estrellas, prometió un futuro falso a mi lado y bueno, ya saben en qué termino. Luego conocí a una chica que prácticamente cambio mi vida, me apoyo incondicionalmente y realmente no sabía si me estaba enamorando de ella o simplemente estaba profundamente agradecida y estaba confundiendo todo.
Hasta que lo conocí a él… y bueno. Ahora solo espero a que Tae regrese.
Llegue a la casa y todo estaba en completo silencio. Leo ha de estar con Hayeon como cada tarde, simplemente viene en las noches a hacerme compañía para cenar y luego ambos nos vamos a dormir para comenzar un día nuevo.
El también había cambiado un poco conmigo, estaba un tanto molesto por las veces que salía con Yul. Él… él simplemente es un buen chico. Me hace reír y se preocupa por como estoy, pero simplemente no es Tae.
¿Intentamos algo? Ni se lo imaginan… pero simplemente no pude.
Les cuento, en la primera cita fuimos a un restaurante muy fino y caro, donde simplemente me sentía extraña y demasiado cohibida. Existen dos tipos de lujos, aquellos donde simplemente es lo mejor de lo mejor, o aquel lujo que realmente exagera que abruma e incómoda.
Bueno, allí, en ese… estábamos nosotros. No hace falta que les mencione que fue un desastre total.
Para la segunda cita le pedí algo más simple, más sencillo a lo que él acepto sin dudarlo. Error. Me invito a cenar a su casa aquella noche, bueno para no hacerlo t
Comments