—… Y Bueno, esa era mi estrategia para que TaeYeon pudiera empezar a soltar algo. En principio le juro que me pareció demasiado inocente, pero con el tiempo, empecé a darme cuenta que me gustaba que me mirara, no de forma morbosa, pero si me gustaba tener su atención —

Él la mira atento, con el dedo índice puesto debajo de sus fosas nasales, como haciendo un puchero con sus ojos puestos en ella, tal vez tratando de recrear la escena que la profesional le comenta, esperando ser eso exactamente. Estar a favor de aquello no significa que no le preocupen ciertas cosas que su esposa ha planteado, pero contrario a ella, él no puede simplemente lanzar piedras sin conocer las circunstancias y lo que de verdad pasó.

— ¿Cuándo se dio cuenta que sentía algo por mi hija? —

Sunny mira su taza de café que está protegida por ambas manos, esperando que la oscuridad de la bebida le abra la mente. Levanta la vista con los ojos pequeños hacía Jiwoong. Niega levemente y luego mira hacía un lado arrugando su entrecejo.

— Exactamente, como me lo pide no lo sé—

Concluye levantando un poco los hombros, y él solo asiente torciendo un poco los labios, no por nada en específico, solo son ciertas mañas, que la psicóloga no conoce y la obligan a intentar algo más.

— Sólo sabía que cada vez que ella tenía cita, estaba tan emocionada, y esperaba tanto que llegara su turno, que siempre quería tomar mi tiempo para controlar un poco a mi misma y no demostrar nada hacía ella. —

Jiwoong la mira atento, queriendo asimilar las cosas que ella le dice. No puede simplemente dejarlo pasar como todo, su hija es su tesoro, por lo que tanto ha luchado y querido, y que alguien esté hablando así, simplemente lo llena de celos, y esa era la parte que no quería escuchar.

— Algo así como ella se ponía cada vez que le tocaba sesión —

Asimila y suelta el comentario, tratando de sonar tranquilo, como si no le estuviera molestando nada con la plena intención de que la chica en frente de él, pueda seguir con aquello y al final dar su conclusión.

— Hace aproximadamente dos meses, ella me dijo todo lo que sentía. Yo quería caer a favor de mi ética profesional… —

Pasa su mano por la frente varias veces y con ambas en el tabique nasal, , tratando de buscar las palabras correctas para no hacer peor la situación.

— Y bueno, ella simplemente no me dejó ir sin una respuesta. Le juro que quería simplemente decirle que estaba confundida, que las cosas no iban a seguir de esa forma, tenía un choque de emociones, porque temía que si decía que no ella podía no querer volver, o no querer hablarme más. —

Lo mira con toda la honestidad que puede transmitir y diciéndole con algo de desespero en su voz.

— Así como mi profesionalismo hablaba, también mi parte humana reaccionaba ante lo que siento. —

Agacha la cabeza y muerde su labio cerrando los ojos por un momento. Por encima de todo sabe que ha hecho mal las cosas, pero lo que siente no puede cambiarlo.

— Si usted desea, yo me alejaré de TaeYeon, solo lo quiero lo mejor para ella. Y sé que lo mejor no es que su familia se vuelva disfuncional por mi causa, o que su madre la mire con recelo o rabia, eso no hará que ella evolucione, así que, si usted eso lo cree conveniente…—

Se queda en silencio esperando la respuesta del que sabe, es un padre preocupado sobre todo lo que tenga que ver con la persona que ama, al igual que ella seguramente tiene la cabeza en tres dimensiones en este instante pensando en que es mejor para todo.

De la nada asiente varias veces y mira tu taza de café ya vacía.

— Creo que es lo mejor doctora Lee —

Ella cierra los ojos un segundo que pareció ser más que eso y luego asiente abriendo lentamente, dando una sonrisa que está entre la satisfacción, el miedo, la desilusión y en todo caso  el dolor, que ya venía sintiéndolo desde el momento en que vio tantas llamadas perdidas por parte de TaeYeon.

— Por ahora —

Concluye el señor poniéndose de pie, haciendo que la mirada de Sunny quede clavada en él, pensando en que ese “por ahora” realmente no signifique un para siempre en negativa a lo que su corazón quiere, pero que por ahora dejará ganar a su ética, permitiéndose dejar de ser humano, dejando en pausa lo que sin proponérselo siente.

No le preguntará nada, solo nota la espalda de él, acercarse a pagar y cae en cuenta que ella era quien había invitado.

— Señor Kim —

Llega casi corriendo sacando buscando de forma rápida en su cartera.

— Yo lo invité, yo pago, no se preocupe —

Él la mira recibiendo el recibo de la compra y le guiña un ojo con una sonrisa cómplice.

—Entonces me debe volver a invitar Sunny —  

El aire señorial que los rodeaba constantemente para tratarse siempre de usted a usted, parecía disiparse después de eso y el toque sutil en el hombro que solamente era un gesto de familiaridad y confianza, uno más, al cual no quería faltar nuevamente.

— Con mucho gusto —

Dice sutilmente con una sonrisa, como quien espera un punto más que le haga dejar de pensar y que le aclare de una vez por todas lo que corre por su cabeza respecto a lo que dijo anteriormente.

Se van a casa cuando parece que todo, o gran parte de ello ha sido aclarado. Sunny en realidad esperaba más preguntas por parte de él, pero la dejó hablar tranquilamente, no puede negar que ha omitido episodios que cree son mejor no tocar por miedo a su intimidad y a la de TaeYeon, que al final de cuenta solo le conciernen a ambas y que seguro si el señor Jiwoong quería saber, hubiera preguntando y ella se hubiera planteado encontrar una respuesta sutil, pero no lo hizo, quiere decir que respeta los límites y ella también está dispuesta a respetarlos.

— Bueno Sunny, muchas gracias por confiar en mi —

Ella arruga el seño levemente y niega cerrando los ojos y lo mira

— Gracias a usted por escucharme pese a todo —

Él sonríe levemente cuando puede ver a TaeYeon en una ventana de arriba asomada y a su esposa en la gran ventana de la planta baja.

— Sé que usted realmente ha trabajado con mi hija, no sabe cuántas veces miré al cielo para pedirle a Dios por verla justo como es ahora… —

Voltea y ve a Sunny perdida en un punto que sabe perfectamente a donde apunta. Su hija también causa sensaciones en ella, está más que claro.

El amor es justo de esta forma. Un sinsentido de absolutamente todo, no sabes dónde estás, ni como hasta que solo tienes a esa persona al lado, al frente o que meramente la puedas ver para saber si realmente estas bien, estás mal o simplemente estas vivo.

Él sabe perfectamente de eso; sabe que todo lo que tiene que ver con ese sentimiento es totalmente involuntario. Un día solo te das cuenta que estás en lo más profundo de un hueco del que no sabes cómo salir y mucho menos como llegaste allí.

Entonces suspira teniendo cierto dolor por la chica a su lado, porque es casi contemporánea de TaeYeon, con los pies mejor puestos en la tierra obviamente por el desarrollo más normal que ha tenido a lo largo de su vida, así que el sentimiento de sentirse un tanto atado ante la situación lo quiere hacer apresurar a tomar decisiones o abrir la boca de más, pero no puede jalar hacia un solo lado cuando, pese a que el sentimiento es de dos y su hija ya siendo mayor de edad podría asumir esta situación, no es lo mismo por la condición que ha impedido que su única heredera evolucione igual al resto.

Sabe que estar más tiempo con Sunny será como su cartilla de enseñanza confiable y permanente, que no la dejará caer y que obviamente cada día aprenderá más. Pero ellos, como claramente lo ha dicho la doctora, son el eje principal de la evolución de la chica, y ambas partes debías estar en sincronía para no dejar caer la marcha arriba de Tae. Ahora las cosas parecen dividirse y es allí donde teme por la caída de chica que aún los observa.

— ¿Cree usted, que pueda hablar con ella por última vez? —

Ella aún no lo mira, se queda prendida en los ojos de la chica que en otras ocasiones estuviera en la puerta desde hace rato, pero parece presentir todo, porque su gesto es exactamente igual al de la Psicóloga.

Él la mira queriendo decir que sí inmediatamente, pero cuando vuelve para mirar a su hija, también puede alcanzar a localizar a su esposa que abre la puerta y saca una pierna, que parece que estuviera más larga que la otra cruzando los brazos, con una cara de seriedad e imponencia absoluta.

— Yo quisiera que así fuera Sunny, pero no sé si mi esposa… —

— Entiendo —

Interrumpe sin permitir que continúe con la excusa que sabe llegaría, pero que aún con ello sentía que era su obligación intentarlo o más tarde estaría arrepentida por ello.

— Trataré de hacer las cosas lo mejor que pueda —

Abre la puerta y asoma una pierna para darse a la despedida silenciosa, la cual no quiere alargar más cuando ve que TaeYeon desaparece de la ventana y sabe que pronto estará allí abajo al lado de su madre, quien obviamente pedirá explicaciones y dirá algo que pondrán las cosas justo como cuando se marchó y lo último que busca es que las vicisitudes vayan de mal en peor; pues lo que quiere es que con el tiempo que ha pasado las aguas se hayan calmado un poco.

— Señor Kim —

Aprieta el manubrio de su auto dejando la punta de sus dedos bastante rojas, mientras el medio de sus dedos se tornan casi blancas.

— Cuando dijo “por un tiempo” ¿a qué se refería? —

Él pone cara de desentendido, tratando de pensar un poco a que se refiere y niega levemente.

— Sobre ver a TaeYeon —

Comenta con algo de vergüenza, la misma que no le permite mirarlo a los ojos.

— Ella te necesita Sunny, Y estoy seguro que tú ahora tienes también necesidad de verla. No quiero ser cruel contigo y mucho menos con mi hija. Solo quiero que mi esposa entienda un poco. —

TaeYeon aparece en la puerta y él sonríe a medio lado solo por atinar el comportamiento de su hija, cosa que antes no pasaba, porque jamás sabía que esperar de Tae.

 — Si señor —

—Buenas noches Sunny —

Sonríe sin mostrar sus dientes, bajando por completo del carro y tirando despacio la puerta.

— Buenas noches, señor Kim —

Susurra.

Como desea Sunny en su interior que hubiera sido un golpe más fuerte y que viniera de parte de la rubia de cabello largo, que ni siquiera es capaz de mirar a su papá que camina hacia ellas. Está prendida esperando que ella se baje, pero no va a ocurrir.

El carro empieza a mover hacía atrás y TaeYeon siente un gran vacío interno, como si se desplomara, como si las rodillas le pidieran doblarse, como un caliente la recorriera, se quedara en su estómago y le apretujara el alma.

— Papá —

Dice TaeYeon dado tres pasos rápidos hacia el carro, que da la vuelta allí mismo en dirección contraria a la que había llegado. Queriendo tal vez con el llamado a su padre una ayuda o una explicación por la que tampoco quiere hacer cola.

— ¡Sunny! —

Aunque la mayor pretendía avanzar de forma rápida, ver a la muchacha por el retrovisor queriéndola alcanzar, se le hace tan difícil que solo frena.

Las luces rojas, que alrededor del mundo significan que deben detenerse a TaeYeon, le simplifica la vida diciéndole que debe correr, porque esa es su señal para poderla alcanzar.

— ¡TaeYeon! —

Llama Min-Ha con la voz ronca queriendo no sonar demasiado alto para no llamar la atención de los vecinos, que posiblemente se asomarían después de los gritos de su hija y ella. Entonces un arranque de Tae por decir cualquier cosa los dejaría expuestos y lo último que quiere es llamar es ser la comidilla, así que internamente pide con los dientes apretados que ese coche que lleva el nombre de su ahora pesadilla, se marche lo más pronto posible.

La chica no presta atención y avanza a paso rápido, como quien quiere correr pero se detiene en pleno impulso y sigue lo más veloz que puede sin llegar a agitarse.

Min-Ha, mira a su esposo que solo agacha la cabeza, pero cuando ella intenta correr detrás de su hija, él la detiene.

— Nada va a pasar —

— ¿Qué dirán los vecinos? —

— Que importa lo que digan los demás. ¡Solo debe importarte ella! —

Lo dice mirando como TaeYeon llega y manotea fuerte la ventana del piloto, que automáticamente empieza a bajar el vidrio, y encuentra a la conductora con la cabeza un tanto abajo, permitiéndole ver los ojos rojos.

— Prométeme que te vas a portar bien —

Es todo lo que Sunny atina a decir cuando levanta la mirada y encuentra aquellos ojos iracundos con ganas de una explicación del porque la marcha sin decir nada.

Pero todo lo que Tae encuentra es un pedido, no es lo que esperaba en ese momento y por el dolor que parece mostrar la profesional en sus ojos las cosas están peor de como las imaginaba.

— ¿Qué quieres decir? ¿Esta es tú manera de decir adiós? ¿Me estas dejando? —

No podía dejar de ser directa en esta ocasión, parece no tener tampoco mucho tiempo para  entrar con rodeos puesto que seguro su mamá en cualquier momento se la llevaría y Sunny parece igual tener prisa, y esta última opción es la que más le duele.

— Dijiste que todo lo íbamos a solucionar, dijiste que si alguna vez te necesitaba te lo dijera y allí ibas a estar, pero al primer problema ¿simplemente te vas? —

Toma el mechón de cabello del lado izquierdo y va a colgar en su oreja, se voltea mirando a sus padres que aun la observan, pone las manos en sus caderas, vuelve a mirar a Sunny y luego mete el mechón de cabello del lado derecho, dejando caer ambos brazos a lo largo de su cuerpo justo después.

— Sé lo que dije, pero tú bienestar está por encima de lo que yo quiero. —

— ¿Y lo que yo quiero que? ¿No es importante porque no soy normal? —

— TaeYeon… —

Sunny procede a abrir la puerta del carro, sale y no puede evitar abrazar a la muchacha que tiene bien ganado su corazón. Siente como las manos de la menor se aferran suaves, pero firmes a su cintura y al levantar la vista, encuentra la mirada colérica de la mamá de su chica.

— Claro que importa, esto es… —

Toma el rostro de TaeYeon entre sus manos y puede ver la clara tristeza que expone cada centímetro de su fisionomía.

— Temporal… Taengoo, no digas que no eres normal, claro que lo eres —

Cuando nota que las palabras han dado justo donde quería, cuando encuentra a Tae asintiendo muy despacio sabe que es momento de marchar.

— Llámame cuando me necesites. ¡Sí voy a estar! —

Dice dando la vuelta para volver dentro del auto, pero cuando toma la puerta, siente como ese abrazo febril que debió recibir en un principio llega desde atrás.

— Promete volver por mí —

Sunny cierra sus ojos, queriendo tragarse las lágrimas junto con las ganas de besar a la chica sin importar más nada, llevársela para solo ser y sentir.

— Lo haré —

Se voltea, cuando se le permite y le susurra…

— Te quiero —

Se mete a su auto y cierra la puerta, la ventana aún abierta le permite escuchar cuando en un murmullo despejado la chica le corresponde de manera en la que no se puede describir exactamente, pero que si se puede decir con nada.

— Te amo —

Es todo lo que necesita para derrumbarse delante de ella, como si fuera ese humano que siempre ha querido ser, que sufre, siente, llora y es igual al resto. Es allí donde se da cuenta que ella, es solo ella cuando está con TaeYeon, quien la mira y empieza a sentir como las lágrimas también escapan haciendo un recorrido por su rostro, pero sin mostrar mucho con sus expresiones faciales.

Sunny prende el carro y la mira por última vez.

— También te amo Tae —

Se va sabiendo que un instante más allí y seguramente cumple su afán de llevársela sin más, así que sigue con lo que ella llama “lo mejor”.

Quiere evitar mirar el retrovisor, pero se le imposibilita y logra reconocer el cuerpo desmadejado de su amor que poco a poco va desapareciendo, hasta que debe cruzar a la  derecha y se pierde aquella imagen que guardará por un rato largo en su cabeza y que la hace detener el coche para llorar un momento a solas, queriendo que todo el peso que tiene en el pecho se convierta en líquido y drene por sus ojos.

Un saludo cordial, espero lo disfruten. 

Lamento el tiempo pero subiré los capítulos que faltan.

Abrazos para todos.