consequens (stills; #no_regrets)

Sin arrepentimientos

Yongguk no tiene claro cuál se supone que sea el movimiento que sigue en esa partida, sin embargo Himchan se comienza a estirar y de pronto está despierto y mirándole a los ojos.

—Buenos días —Intenta el más musculoso de los dos.

 Himchan arruga la cara y bosteza, le vuelve a mirar y se ríe.

 Ninguno dice nada más hasta que Himchan se vuelve a tapar para tener otra sesión de estiramiento matutino lleno de sonidos y Yongguk está apunto de decirle que parece un gato cuando Himchan le interrumpe;
—¿Estamos en mi hotel o en el tuyo?

—Ni idea.

 Y Himchan ríe de nuevo.

 Ambos se levantan al rato, juntan su ropa y mientras Himchan se encierra en el baño para darse una ducha, Yongguk se viste así nada más. Resulta que no están en la habitación de ninguno de los dos, sino en una de los amigos de Himchan, no saben exactamente por qué pero asumen que no pudieron abrir la puerta con sus llaves y pidieron ayuda, lo que terminó en un pequeño intercambio de cuartos y…

—¿Te puedo hacer una pregunta? —Inquiere Himchan saliendo del baño con una toalla en la cabello húmedo, Yongguk no responde, pero lo mira como si con eso dijese “claro” —¿Tuvimos o?

 A Yongguk se le cae la quijada. Eso es un hecho.

—¿Qué?

—Es que no recuerdo lo que hicimos después del sillón, pero despertamos sin ropa —Es obvio que, por más directo que Himchan parezca, hablar de esto le complica un poco —Creo que las sábanas estaban… ya sabes, pero no me duele nada y… —Himchan se traga el “no creo que no me hicieras sentir nada con eso que vi antes de levantarme”.

—Ni idea.

 La frase de Yongguk queda como flotando en el aire antes de que el que rompa en risa sea él.

—¿Te sabes la dirección de tu hotel? Te puedo ir a dejar, ver a Jonguppie, no lo sé.

—Oh, Jongup.

 Su celular sigue en el pantalón trasero de los pantalones al menos. Yongguk llama a Jongup cuando se da cuenta que el desconsiderado ni siquiera le ha dado una llamada y ¿quién sabe dónde y cómo y con quién o con cuántos estará ahora ese niño?

—¿Hyung?

—¿Qué tal Uppie?

 Un sentimiento de culpa e irresponsabilidad le baña cuando Jongup le informa que en realidad ayer después de despegarse de ellos solo bailo con un grupo de otros chicos y después se volvió al hotel cuando ya no los encontró.

¿Te fuiste con Himchan-hyung? —Y no hay malicia en la pregunta, pero a Yongguk le recorre un escalofríos mientras dice que sí.

—Pero ya vamos, espéranos.

 En el camino hasta el hotel, que no está más allá de ocho cuadras, Himchan le confiesa que realmente tiene mala suerte, porque hoy es su último día en Las Vegas, le dice que está allí en unas merecidas vacaciones de su último año en la universidad. Yongguk le comenta, a su vez, que él terminó una Licenciatura en Música y Composición y está buscando trabajo ahora, aunque no tiene muchas expectativas.

—Mi tío es representante de grupos musicales, ¿sabes? Podría comentarle o algo.

—¿En serio?

—Claro, déjame tu número y yo hago mi papel de sobrino aplicado, ¿qué tal?

 Yongguk asiente mientras siguen con pequeñas conversaciones casuales, ya sin siquiera recordar los pares de anillos que ambos llevan en el dedo anular.

 El problema es que Himchan no lo sabe y lo descubre mientras toca la puerta a la habitación de Jongup, se queda como de piedra y contiene la respiración. Yongguk no se da cuenta y lo hace a un lado mientras mete las llaves en la cerradura y comienza a abrir, Jongup está camino a ellos y es él quien pregunta que le pasa a Himchan.

—¿Tengo un anillo?

 La pregunta es como un balde de agua fría para Yongguk que se queda quieto también ante los ojos inquisidores de Jongup que en realidad no entiende nada y solo quiere seguir durmiendo porque que su intención de participar en una orgía no se cumpliera en su primera noche en las Vegas no significa que no haya tenido una sesión de caricias más allá de lo socialmente correcto en el baño de un bar y en realidad está exhausto y con resaca.

—¿Qué?

 —Oh, por Dios…

—No creo que Dios quiera saber de esto —Dice Yongguk, más para decir algo que para otra cosa.

 Solo entonces Himchan mira la mano extendida de Yongguk y sus ojos se abren cuando ve el brillo de un anillo igual al suyo en esos dedos también.

 Jongup se friega los ojos y decide que este no es su problema, hasta el mediodía al menos. De alguna forma los mayores terminan sentados en la alfombra, uno frente al otro y Himchan sigue mirando una mano y después otra.

—¿Tengo que asumir que somos marido y esposo?

 Yongguk no puede reprimir una risa al mismo tiempo que se atrapa la cabeza con las manos abiertas en un gesto de desesperación, asintiendo pero sin poder responder a los ojos del otro. No se atreve a levantar la cabeza, porque tal vez nunca estuvo entre sus planes ni siquiera darse un beso con otro hombre, pero tampoco es como si se sintiera tan mal, así que allí está, en terreno desconocido y con un tipo al que ya está comenzando a encontrar realmente guapo y atento y tierno y… ni siquiera lo conoce.

—Vaya… creo que no estaba en mis planes casarme.

—En los míos tampoco, créeme, esposo.

 Y se ríen de nuevo. Himchan se tiene que tomar el estómago porque ya le empieza a doler y ahora entiende cuando dicen que cada dos carcajadas se hace un abdominal. Cuando habla de nuevo, el chico solo le dice el nombre de la empresa en el que su tío trabaja y le menciona a alguno de sus artistas famosos y Yongguk pone atención y después pregunta qué está estudiando él. Himchan responde que psicología y después confiesa que en realidad él había querido tomar una Licenciatura en música también, solo que con un enfoque más tradicional, sin embargo su madre no iba a permitir que su buen rendimiento en el instituto se fuera por el retrete. Yongguk casi se ofende pero Himchan se encoje de hombros y entonces el sentimiento es reemplazado por empatía, porque no se imagina estudiando algo solo para complacer a sus padres.

—Puedes intentar estudiar Licenciatura en Música Tradicional e Historia del Instrumento después, digo, hay más posibilidades, pero así se llamaba en mi universidad.

 Himchan sonríe, pero esta vez no es muy convencido, la vida no es tan fácil, parece querer decir, pero en vez de eso le propone jugar a Verdad o Reto. Yongguk frunce el ceño.

—Estamos casados, ¿no deberíamos conocernos un poco más?

 Yongguk se ríe y asiente. Se levanta a buscar unas botellas de tequila, el limón y la sal de la cocina. Quiere preguntarle a Himchan a qué hora es su vuelo de regreso, pero se contiene, la secreta esperanza de que ese vuelo se olvide del más delgado está presente justo detrás de su pecho latiendo con fuerza.

—Vale —Empieza Himchan poniendo sal en el espacio entre su dedo pulgar e índice y tomando con ellos uno de los trocitos de limón —Puede retar, pero cada vez que preguntes tienes que tomar un shot.

 Yongguk asiente, guardándose las ganas de apuntar que la palabra shot sonó    sensual.

—Empieza tú.

 Hay silencio por un instante, mientras Yongguk piensa en que será correcto preguntar o retar, él todavía no tiene sal ni limón en las manos así que se decide por retar.

—Te reto a bailar una canción de chicas.

 Himchan frunce el ceño y lo mira extrañado y algo molesto al mismo tiempo que deja el limón sobre la alfombra y bota la sal en el pequeño pote que tienen en medio de ambos.

—Este es un reto estúpido y te vas a arrepentir cuando lo haga. Espero lo sepas.

 La canción es de uno de los grupos que están en la compañía del tío de Himchan, Yongguk la reconoce porque es uno de esos éxitos que te marean en la tercera semana del lanzamiento y bueno, también porque es malditamente sensual y es extraño pero mientras Himchan baila el coro (de forma no tan precisa como las bailarinas originales) Yongguk cree que esto es incluso más sensual.

 Himchan se vuelve a sentar con las mejillas rojas y mordiéndose el labio.

—No estuvo tan mal.

—Idiota —Responde el menor volviendo a poner la sal y el limón donde corresponde —¿Eres virgen?

 Yongguk lo mira quizás tan extrañado como Himchan lo hizo en su momento, ¿qué clase de pregunta es esa?

—Claro que no.

 Así que Himchan toma de su vasito y hace un sonido que hace obvio que el tequila está fuerte.

—Tú turno.

—Mí turno —Comenta Yongguk disponiendo todo para su trago —Ya que empezaste con la parte ual… ¿fantasía ual?

—¿En la cocina? —Dice Himchan observando a Yongguk tomar de un sorbo el contenido del vaso —Sí, creo que esa es mi favorita, no sé por qué, solo… me gustaría.

 Himchan no se pone nada en la mano, pero toma un poco de sal. A Yongguk se le detiene la respiración mientras el otro se acerca a él y le comienza a poner sal en las clavículas. Quizás es porque todavía están sobrios, pero Himchan no se atreve a ponerle el limón en la boca, es el mismo Yongguk el que se lo quita de la mano. Himchan no dice cuál es su reto, porque es obvio y en realidad parece más un reto para sí que para Yongguk, pero nadie se queja.

 Jongup abre la puerta de su habitación en el momento en que Himchan suelta el vasito de tequila para fluir entre una lamida al cuello de Yongguk y una mordida al limón de su boca.

—Vaya, vaya…

 Dos pares de ojos se quedan en Jongup que ya no está en piyama, los dueños de aquellos ojos sienten el calor subirles hasta la frente cuando el menor del lugar sonríe como si tuviese el secreto que arruinará sus vidas porque… en cierto modo lo tiene.

—Jongup…

—Nada de Jongup, ustedes sigan lo que están haciendo, yo iré al tour que contratamos, pero no se preocupen, ayer conocí a una chica que irá y me sé la dirección y no llegaré tan temprano y no gastaré todo el dinero y si hyung quiere puedo dejar la llave con pestillo —Todo lo dijo el chico mientras atravesaba el recibidor y tomaba sus llaves de la mesita de centro —Suerte —Termina dirigido a Yongguk justo antes de cerrar la puerta.

—Mi turno —Susurra Yongguk en el oído de un Himchan que todavía está de rodillas con la espalda extendida hacia él, con una mano en su cuello y con los ojos en la puerta por la que Jongup salió hace un par de segundos.

 En el momento que Himchan vuelve la vista hasta Yongguk no tiene más opciones (no es como si hubiese tomado otra al tenerla) que devolver el beso que el otro le está dando. Es extraño, es un beso que no le das a un tipo al que probablemente ya has besado, es profundo pero lento, es íntimo y caliente y no se interrumpe ni siquiera cuando Yongguk se comienza a levantar, tomando con él a Himchan que no tarda en conectar sus tobillos tras la espalda del otro. Es un beso que Himchan recuerda de otras partes, no de un hotel, lo recuerda en su primera vez con un tipo que, aunque ya no esté, valió la pena, lo recuerda con el único novio serio que tuvo después de su primer amor, lo recuerda como el tipo de besos que le encanta recibir y de pronto recuerda también que está casado al que ahora lo está dejando caer en la cama.

—Te reto a que me beses —Dice Yongguk sobre el cuerpo de Himchan, el pecho subiendo y bajando en una respiración agitada que le llega en la boca al más delgado —Tu turno —Termina susurrando, pero no hay tiempo para respuestas porque se están besando de nuevo.

 Esta vez Himchan no pregunta nada al despertar, porque sí, tuvieron o. No se atreve a darle otro significado por ahora, aunque se tienta cuando la respiración de Yongguk suena sobre la concha de su oído tan lenta que parece canción de cuna. No, no es idiota, tuvieron o. Pero tampoco es tan pesimista y no cree que suene tan descabellado que hagan el amor algún día. No hoy, claro, no mañana, no mientras sigan en Las Vegas tal vez, porque el más pequeño acaba de perder su vuelo, pero no le molesta tanto y ya responderá a los mensajes desesperados de Joonmyun y Hanbyul en la mañana, por ahora quiere esperar a que Yongguk se despierte de nuevo. Quiere jugar a verdad o reto, pero tiene más preguntas que retos en la cabeza esta vez; ¿le gustará el futbol? A él no, pero a varios hombres les encanta. ¿Sabrá cocinar, manejar?, ¿cantará en la ducha? ¿Tendrá manías? ¿Le gustaría el rosado? ¿Se quiso llamar de otra forma?

—¿En qué estás pensado? —Suena de pronto una voz ronca demasiado cerca del oído de Himchan.

—¿Te gusta el futbol?

 Yongguk se retuerce un poco, pero no rompe el abrazo en el que ambos se durmieron después de terminar el o, arruga el rostro y hace un sonido como de que no tanto.

—A mí tampoco —Responde Himchan sonriendo cuando Yongguk le besa la coronilla.

—¿Vamos a jugar a las preguntas de nuevo?

—Podríamos hacer eso, conozco un café cerca de mi hotel, deberíamos intentar hablar sin alcohol de por medio.

 Yongguk aprieta el agarre mientras bosteza y asiente.

—Claro, aunque no me gusta mucho el café —Himchan lo mira de golpe, como alarmado, pero Yongguk arruga la nariz y añade—, pero yo puedo tomar un batido y contestar a todas tu preguntas durante todo lo que te demores en beber un café.

 Y Himchan baja la mirada hasta el anillo que está en su mano; sin arrepentimientos dice allí. 

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Comments

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CerezoHimeChan
#1
Chapter 1: Blueous, acabo de leer en tu mensaje de tu cuenta de aquí que vas a cerrar tu cuenta de Amor 8( me pone triste porque allá te conocí pero me alegra que tengas una por acá... Oh por dios... amé el one shot, jaja, fue gracioso parecía que no iba a pasar nada entre ellos y mira... ¡Marido y Marido! Hahaha, me gustó bastante, lo amé por dios, adoro como escribes sí <3!! Estaré leyéndote n.n, besos
Vixx_Taekwoon
#2
Chapter 1: Lo amé, es divertido encontrar a otro autor en español que guste del Banhgim. ¡Suerte!