Reflejo

Reflejo

oɾәlɟәɹ


Hay una separación. Una división. Un vacío. Una pared.

Separación y soledad… a excepción de aquel en el espejo.

Hay luz y sombras y le ha tocado el lado más tenebroso, pero cree que es mejor así, puesto que sabe que él no tolera la oscuridad ni la soledad. Lo vería simplemente marchitarse día a día y poco a poco para terminar siendo un despojo del ser rebosante de vida que una vez fue. Por eso lo deja vivir en la luz, rodeado siempre de aquellos a los que ama, mientras él lo mira desde el espejo.

Sabe que lo ve como un reflejo. Como una simple proyección de luz. Como un desbordamiento de alma y mente y pensamientos. Y lo mira con lástima, y KyuHyun le devuelve la misma mirada, cargada de esa misma emoción. Lástima.

Aún así, espera todas las tardes por ese momento de felicidad. Su oasis en ese mar de oscuridad, soledad y locura que él mismo escogió. Esa cita de una hora en la que simplemente se sientan uno frente al otro y hablan. Ambos levantando el telón del espectáculo de mentiras en las que pretenden ser sinceros, cuando en realidad los dos se esconden dentro de sí, por miedo. Miedo a la verdad, y lo que esta podría acarrear.

Y sonríen amablemente. Y hay preguntas y hay respuestas, pero no honestidad. Hay cruces de miradas, pero no conexión entre los corazones, por más que estos lo añoren más que a la vida misma.

No hay verdad, porque la verdad es mala. La verdad los liberaría momentáneamente, sólo para terminar intercambiando sus roles y sería KyuHyun quien estuviese ataviado en esa bata blanca. Sería KyuHyun quien tendría su título de psiquiatra enmarcado sobre una pared de su casa. Y serían su mente y sus recuerdos los que estuviesen sellados muy en lo profundo de su ser.

¿Y SungMin?

SungMin vestiría ese traje celeste y sería su título de psiquiatra el que estuviera invalidado. Su mirada no tendría vida y viviría asediado por la culpa de lo que hizo. Moriría lentamente dentro de la oscuridad y frialdad que proporcionan las paredes de su celda acolchada y lloraría hasta quedarse sin lágrimas por lo que podría haber sido.

No. La verdad sólo los encerraría en una oscuridad diferente, nada más. Una más densa y más negra. Una que no podrían superar, ninguno de los dos. Porque SungMin no toleraba la oscuridad ni el silencio ni la culpa, y él no toleraba ver a SungMin sufrir.

Por eso así estaban mejor. Esta falsa verdad los protegía, porque así SungMin no enloquecería de dolor y remordimiento, y a él no le molestaban ni la oscuridad ni el silencio si podía ver a SungMin sonreír por lo menos una vez al día.

Y ya era la hora de su cita, y cuando vio entrar a SungMin a su celda acolchada, cargando su expediente y con una suave sonrisa en el rostro, supo que había hecho lo correcto. Esa sonrisa era lo único que necesitaba para atravesar el día.

No importaba si no lo reconocía, puesto que KyuHyun nunca lo olvidaría. No importaba si ya no lo amaba; KyuHyun tenía amor por y para los dos. Realmente no importaba si debía cargar con la culpa de algo que no hizo, valía la pena por él. No importaba si él sólo lo veía como un reflejo, porque cada vez que se iba y se lo quedaba observando unos minutos a través del vidrio, su reflejo le daba la oportunidad de estar fuera de esas cuatro paredes… junto a SungMin

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