Capítulo 5

“¿Interrumpo algo?”, Ryosuke recarga su hombro en la pared con brazos cruzados, tiene una ceja arriba con esa sonrisa burlona.

Mi corazón responde cuando lo miro.

Ryosuke…

“Si”, responde Yuya con una sonrisa también, deja mi brazo suavemente y se endereza girándose hacia su amigo, “Okairi”, le dice en un tono significativo.

Ryosuke ríe suavemente.

“Sólo me fui por unos días y ya se han vuelto tan cercanos”, se despega de la pared y mete sus manos a los bolsillos de sus pantalones, “Aiko… Yuya”, dice nuestros nombres y siento un escalofrío, es la primera vez que me llama por mi nombre.

Me gusta…

La forma en cómo lo pronuncia.

Oh…

Me sonrojo.

“Incluso se hablan sin honoríficos, que romántico, por favor continúen con su escena, quiero saber que estaba por pasar”, puedo notar la forma agría en que lo dice, Yuya es ahora quien ríe.

“Tal vez después, cuando la vuelvas a dejar a mi cuidado”, Yuya lo provoca.

Ryosuke lo fulmina con la mirada.

¿En serio ellos dos son amigos?

“Creo que esto es un ‘hasta luego’, Aiko”, Yuya se dirige hacia a mí y besa mi frente tomándome por sorpresa y sé que mi cara está totalmente roja.

Ryosuke chasquea, Yuya pasa a un lado de él y le da una palmada en el hombro a Ryosuke.

“Relájate hermano”, Ryosuke lo ignora, mira hacia mi dirección, su mirada acusadora.

Oh no.

Está… ¿molesto?

¡Yuya no me dejes sola!

Me quedo pasmada ahí, incomoda ante su intensa mirada

¿Qué debo hacer?

“Ve a dormir, mañana saldremos temprano”, dice fríamente y se dirige hacia la cocina, abre el refrigerador y saca una lata abriéndola y toma un trago.

Mi respiración se detiene.

“¿i-ir? ¿A dónde?”, me atrevo a preguntar.

“¡No preguntes sólo has lo que te ordeno!”, grita irritado, salto en mi lugar sintiéndome indefensa y perdida.

Ryosuke se atreve a mirarme y ve algo en mí que hace que sus facciones se suavicen.

“Mira, sólo… no cuestiones mis órdenes y coopera conmigo ¿ok?”, dice más tranquilo.

Asiento y me dirijo hacia la obscura habitación preparándome para dormir, cerrando la puerta detrás de mí.

Me desvisto rápidamente, me pongo mi pijama y me meto a la cama no teniendo ni una pizca de sueño.

Minutos después escucho a Ryosuke entrar y dirigirse directamente al baño, escucho la regadera.

Suspiro.

Apenas llegaste y mi corazón no ha dejado de latir desenfrenadamente.

Me levanto de golpe frustrada y ansiosa.

¿Qué pasará mañana?

Abrazo mis piernas y recargo mi barbilla sobre mis rodillas, meciéndome lentamente y poder tranquilizarme un poco.

Varios minutos después Ryosuke sale del baño, no me molesto en mirarlo, pero mi corazón se exalta, sabiendo que sólo trae una toalla y torso desnudo, lo escucho sacar ropa y cambiarse.

“Ya deberías estar dormida”, rompe el silencio y está enfrente de mí dándome la espalda, veo que prende un cigarrillo.

No digo nada.

Miro su espalda… ¿alguna vez tendremos una conversación sin gritar?

Quisiera intentarlo, el estar aquí me recuerda en todo momento que tarde o temprano mi vida podría terminar. Al menos quisiera tener una conversación civilizad con Ryosuke y poder olvidarlo todo por un momento.

¿Puedo intentarlo?

“Ryosuke…”, tapo mi boca al darme cuenta que digo su nombre en voz alta, él voltea a mirarme con ojos abiertos.

“¿Cómo me llamaste?”

Lo miro confundida.

“Ryosu-“, en un movimiento rápido estoy debajo de su cuerpo.

“Jamás vuelvas a llamarme por mi nombre, ¿entendido?”.

Asiento.

Él sonríe fríamente alejándose de mí, y sale de la habitación.

¿Qué acaba de pasar?

Estoy respirando pesadamente.

Creo que me equivoqué.

…

[Ryosuke]

Regreso a la habitación, cansado.

Se ha dormido.

Me siento en la cama, cerca de ella, quito un mechón de cabello de su rostro y lo pongo cuidadosamente detrás de su oreja.

“Ryosuke”

Me sorprendió mucho que me llamara por mi nombre solamente, una gran ola de emociones me golpearon.

Jamás he permitido que me llamen por mi nombre, excepto mi madre y… ella.

Suspiro.

Apenas llego a casa y he perdido la cordura ya varias veces con ella, asustándola.

Me meto a la cama, y con cuidado acerco el frágil y cálido cuerpo de Aiko al mío, abrazándolo.

Siempre hago esto sin que ella se dé cuenta, ¿por qué? No lo sé, su dulce aroma, su suave piel, su calidez...

Simplemente no.lo.sé.

Trazo las líneas de su rostro con sumo cuidado de no despertarla y con mis dedos limpio el rastro de lágrimas en sus mejillas.

Se hace la fuerte enfrente de mí, pero eso no funciona conmigo, sé que sólo es una máscara pero aun así debo admitir que tiene agallas, incluso se ha atrevido a desafiarme varias veces.

Tomo un mechón de su cabello y aspiro su delicado y dulce aroma.

Tienen tanto parecido.

Tal vez es por eso que me molesta y a la vez… me atrae.

“Mei…”