Capitulo 1:  "El chico de la estacion"

 

La vida de Lee Sungyeol nunca fue demasiado emocionante. A sus dieciocho años se graduó de la preparatoria, comenzó la carrera de leyes en una universidad no muy resaltada. No era una persona a la cual considerar popular, sus amigos no eran muchos pero si verdaderos

En cualidades físicas destaca por su altura, con un rostro al cual se podría considerar guapo. Dinero no le sobraba, pero podía darse sus gustos siempre que sus padres se lo permitieran, como el pequeño apartamento que alquila gracias a ellos.

Toma el metro todos los días para poder llegar a su escuela, la misma hora siempre, y la misma linea, en un día cualquiera como hoy.

Sungyeol caminaba lentamente junto al tumulto de personas que corrían apresuradas por el tren. Aunque apurara su paso no llegaría antes de que se fuera así que prefirió simplemente dejarlo pasar, como una de las pocas personas sensatas que no arriesgan su vida con tal de ser puntuales.

- Como quisiera poder comprarme un auto – Murmuro depresivamente para si mismo cuando tomo asiento en uno de los bancos, se coloco los auriculares y espero y espero...

Sungjong seguro lo mataría por llegar tarde, ese muchacho escuálido, podía dar buenos golpes al proponercelo. En estas instancias lo único que le preocupaba era no alborotar su cabello que anteriormente peino con tanta voluntad, eso y ganar el nivel de Candy Crash que lo desesperaba.

- ¡Maldición! - Exclamo bajito cuando otra vez el “game over” apareció en su pantalla, las personas a su alrededor solo lo miraron pero el las ignoro.

Quito sus auriculares y guardo el celular en vista de que no hacían nada por su aburrimiento, la melodía de una guitarra inundo sus oídos casi al instante, con la vista localizo al chico que siempre veía en la misma esquina.

A veces solo se preguntaba si estaría viviendo ahí, otras se preguntaba su edad y otras simplemente lo ignoraba.

Si estuviera mas cerca, le dejaría unas monedas como las demás personas pero sus pies estaban demasiado perezosos como para dar un paso mas de la cuenta – Por fin – Dijo al ver las luces del tren, estos fueron los cinco minutos mas largos que vivió.

El viaje fue rápido y antes de que se diera cuenta, ya estaba sentado en uno de los bancos junto a Hoya, uno de sus mejores amigos, después de haberse disculpado varias veces con el maestro debido a la hora de su llegada.

- Así que..¿Otra vez te quedaste dormido? - Pregunto el muchacho castaño, si el se comparaba con el en belleza, seguramente empataría.

- Shh No lo divulgues – Hoya rio, divertido por el infantilismo del mas alto – Olvide poner el despertador – Dijo haciendo un puchero con sus labios.

- Deberías buscar nuevas excusas, ya se vuelve aburrido escuchar siempre lo mismo – Sungyeol asintió sin prestarle atención, mirando a la chica sentada unos bancos mas adelante - ¿Aun no lo superas? -

- Hm si yo la hubiera dejado seria diferente – Taeyeon, su ex-novia que después de seis largos meses, lo destino a la Friendzone – Ella es tan linda y perfecta ¿Que habrá visto en mi? - Antes de salir eran amigos cercanos pero de un momento a otro, la pelinegra se le declaro y el la correspondió rendido a sus pies.

- Probablemente tu barbilla, si hubieras sido mas bajo dudo mucho que saliera contigo - El menor abrió la boca ofendido por lo que dijo.

- ¿Que dices? Si yo irradio belleza natural -

- Tu preguntaste y yo conteste -

Las horas pasaron y la clase termino, realmente no entendía nada de la materia pero Hoya seguro se lo explicaría luego. Fueron hacia la cafetería donde se encontraron con sus otros dos amigos.

- ¡Hey chicos por aquí! - Exclamo un muchacho con una sonrisa de oreja a oreja, aun no comprendía como sonreía tan ampliamente sin que le dolieran las mejillas.

- Dongwoo-hyung no hace falta que grite tanto – Dijo el otro chico a su lado, con una apariencia un poco femenina – Algunos valoramos nuestro sentido auditivo -

- Oh Lo siento Sungjongie – Se disculpo rascándose la cabeza con nerviosismo.

Sungyeol y Hoya tomaron asiento a su lado después de haber comprado un par de Lattes.

- ¿Nunca han sentido como si su vida es muy aburrida? – Comenta el mirando hacia el techo como si las luces fueron mucho mas interesante que ellos – Como si nada interesante sucediera -

- Sungyeol-hyung esta actuando raro hoy – Le susurro el menor a Hoya que asiente - ¿Hay que golpearlo? -

- No creo que hagan faltas medidas tan drásticas – Susurra Dongwoo, intentando salvar a su querido amigo.

- Algo interesante – Murmuro para si aun perdido en su propio mundo.

Su próxima clase estaba a punto de comenzar a si que se volvieron a dispersar cada uno por su lado, Dongwoo era de un año mas avanzado y Sungjong recién comenzaba siendo de primero, ambos estudiando derecho justo como el.

Cuando por fin termino su tortura, que representaban las clases para el, una tormenta se dio lugar. Maldecía a los muchachos por haberlo dejado solo cuando estaba haciendo un trabajo en la biblioteca, si solo hubiera sido mas inteligente e anticiparse a la maldita lluvia.

- Encima olvide el paraguas – Estaba sentado en las escaleras bajo el pequeño solero que tenia la escuela, podría intentar correr pero se terminaría mojando igual, esperar tampoco era una opción – La suerte no esta de mi lado hoy – Murmuro suspirando largamente.

- Sungyeol – Una mano cálida se apoyo sobre su hombro – Olvidaste traer un paraguas ¿verdad? - Miro a la mujer sonriente que tomo asiento a su lado – Siempre tan despistado -

- T-Taeyeon – Balbuceo debido a la sorpresa

- ¿Porque estas tan sorprendido? Seguimos siendo amigos oppa – Golpeo juguetonamente su hombro, el pelinegro solo había la boca una y otra vez como un pescado – Seguimos siendo amigos ¿No? - Volvió a decir pero esta vez con preocupación.

- Um si claro – Dijo nerviosamente, la mujer volvió a sonreír y le tendió el paraguas que tenia en la mano, era de un amarillo muy brillante – ¿Me lo estas dando? -

- Sip -

- Pero tu te mojaras -

- Mis padres vienen a buscarme, iré en auto así que no lo necesito – Otra vez esa sonrisa que lo hacia sentir como en una montaña rusa – Deberías irte ahora antes de que la lluvia empeore -

Sungyeol salio de su estupefacto y asintió – Muchas gracias Taeyeon – Quiso acercarse y darle un beso como antes pero recordó que eso ya no estaba permitido así que solo movió la mano en forma de saludo, bastante incomodo – Nos vemos luego -

Ella lo imito y también saludo con su mano aun sonriendole.

- Quizás no tuve que haberte dejado – Murmuro una vez que el muchacho desapareciera de su vista.

Aun con el paraguas, caminaba lo mas rápido que podía hacia la estación de metro, con la fuerte tormenta la parte baja de sus pantalones ya se estaba mojando y ni hablar de sus pobres zapatillas.

Cuando por fin llego a su parada salio disparado, sin notar la falta de gente y los policías que parecían recorrer el lugar con atención.

Volvió a abrir el paraguas para aunque sea salvar su cabello de ser mojado, pero un estornudo hizo que desviara su vista y parara en seco.

¿¡El chico de la guitarra?! ¡¿Porque estaba afuera en plena tormenta?! Seguro pescaría un resfriado de los buenos.

La lluvia continuaba cayendo con fuerza y el aun estaba parado a la salida del metro como un idiota. Prácticamente sus pies avanzaron solos y antes de que se diera cuenta, tapaba con el paraguas amarillo al chico tembloroso sentado sobre el escalón de una casa.

El mismo rostro que vio tantas veces, al cual jamas le tuvo una pisca de compasión. Pero al parecer el día de hoy su cerebro decidió ponerse en automático. Sungyeol apretó el mango del paraguas con nerviosismo aun sosteniéndolo sobre ambos y el muchacho al parecer vagabundo solo lo miraba extrañado.

Bueno, el también estaría bastante sorprendido si un desconocido se le acercaba y lo cubría con un paraguas.

Las gotas chorreaban por su cabello y la ropa desgastada estaba completamente mojada. Pero la funda de la guitarra a la cual tantas veces vio manejar con fluidez seguía intacta como si ni una sola gota le haya caído.

- Esta lloviendo - Dijo estúpidamente, quiso reprenderse por aumentar la incomodidad del ambiente - ¿Porque saliste de la estación? -

- No te importa - Contesto secamente el vagabundo, haciéndolo chistar y molestarse con el, encima que intentaba ser gentil.

- Si te pregunto es porque me importa -

- Tu no me conoces - Volvió a decir mordazmente, Sungyeol quiso patearlo ¿Cuantos años tendría este mocoso para tratarlo tan irrespetuosamente?

- Te veo siempre en el metro - Otra estupidez salio de su boca - Es decir, te conozco aunque solo sea de vista - El muchacho lo miro con esos ojos grandes que ni siquiera parecían asiáticos, aunque ahora que lo pensaba, los suyos también eran bastante grandes.

- Tch sigue sin ser de tu incumbencia lo que me pase - Para que decidió molestarse, ahora estaba de mal humor y se termino empapado mas de lo necesario,iba a marcharse y dejarlo solo pero como pensó antes, su cerebro estaba en automático.

- Puedes venir a mi casa -

A veces solo desearía que su boca este cosida, lo hubiera salvado de muchas situaciones vergonzosas en su vida.

- N-no estoy tan desesperado por el dinero – Respondió el músico desviando la mirada, unos segundos pasaron antes de que Sungyeol entendiera a que se refería.

- ¡No soy un ertido! - Exclamo con enojo, revolviendo su cabello con frustración – Sabes que, olvidalo, no se ni siquiera que intente hacer -

Si en este momento un auto lo atropellara y le diera amnesia o lo dejara en coma, estaría bastante feliz pero al parecer hoy no había ningún ebrio manejando.

- Solo llegare a casa, me daré un buena ducha y fingiré que todo esto fue un sueño – Se dijo a si mismo intentado apaciguar su vergüenza – Me encantaría ser un avestruz para meter mi cabeza en un hoyo -

- ¡O-oye! ¡Es-Espera! - Su brazo fue agarrado y tuvo que parar en seco, casi cayendo de cara contra el asfalto.

- ¡Yah! ¡Estuve a punto de dañar mi bello rostro! - Exclama volteando para encontrar al muchacho que recién rechazo su buena obra - ¿Hm? -

- A-Acepto tu oferta -

Y así es como termino con un completo extraño parado en su puerta esperando que le alcance una toalla. Juraba que podía escuchar a su madre gritarle “¡Lee Sungyeol, que haces invitando a un posible ladrón a tu casa!”.

- Ten – Le tiro el dichoso objeto y el muchacho lo agarro rápidamente – Entonces..¿Cual es tu nombre? - Pregunto, intentado aparentar estar calmado y fresco cuando por dentro estaba muriendo de tres infartos seguidos.

El silencio fue la única respuesta que obtuvo.

- ¿No eres un ladrón verdad? - Interrogo – Aunque no te veas demasiado amenazante, podrías estar guardando un cuchillo ahora y esperar el momento perfecto para apuñalarme por la espalda – El chico solo lo miro, como esperando que leyera su mente – Por lo visto tampoco eres de muchas palabras -

Y fue cuando aprovecho para observarlo mejor, su cabello era negro y estaba un poco largo pero no demasiado, con un flequillo que casi tapaba sus ojos igual de negros. Su rostro..Oh por dios...

- Eres condenadamente guapo – Dijo en voz alta.

Deberían dejarlo mudo, su boca no era segura para la sociedad.

Pero el rio ¡el tempano de hielo acaba de reír! - Gracias supongo – Dijo y Sungyeol se volvió a avergonzar.

- ¿Me dirás tu nombre? -

- Dime porque me trajiste a tu casa – Ordeno retándolo con la mirada, como contestar algo que ni el mismo sabia.

- No lo se, supongo que era mi buena acción del día, el aporte a la comunidad -

- ¿Ninguna otra razón? - Parecía muy paranoico, mirando hacia todos los lugares del apartamento, seguro pensaba que era un actor o en busca de grabar una película nueva.

- Nope -

Hubieron varios minutos de completo silencio que comenzaban a incomodar al estudiante universitario. Hasta que el sonido de la toalla, impactando contra el pelo de su visitante inundo sus oídos.

- Myungsoo – El dijo, tan bajo que creyó haber escuchado mal – Kim Myungsoo – Y solo continuo secándose el pelo.

La guitarra aun colgando de su hombro, la lluvia chocando contra las ventanas y el sentado sobre el sofá mirando fijamente al mendigo, si señores, una situación muy normal.

- Lee Sungyeol -