Taeyeon no era mucho de beber, si lo hacía, se quedaba en casa de Sunny o Hyoyeon para poder pasar la resaca, nadie las perseguía porque ninguna de las dos seguía mucho al ojo público, pero no faltaba algún loco o persona arruina vidas que tomase una foto y te pusiera el mundo de cabeza. Levantarse en una cama que no era la habitual no sucedía mucho.

Esta cama era diferente, no en el material. En el ambiente que la rodeaba, uno acogedor y que le traía miles de recuerdos, no sabía exactamente de qué, pero sentía como si perteneciese a ese lugar.

El lado correcto en la cama equivocada.

No se atrevia a abrir los ojos pensando que todo el encanto desaparecería al momento de ver su realidad. Sentía dos brazos rodear su cintura y el calor corporal de otra persona junto a ella. Su respiración era pausada en armonía con la suya y sentía sus dedos hacer letras en su espalda, no distinguía ninguna palabra pero disfrutaba de las caricias. Fue en ese momento cuando empezó a preguntarse desde cuándo los roles habian cambiado, desde cuándo Tiffany era la que la protegía y no de la otra forma. Ambas habian cambiado, Tiffany era más fuerte que antes y Taeyeon... Taeyeon trataba de sonreír aunque la tormenta siga, como muy bien le enseñó su mejor amiga en sus peores momentos.

-"¿Ya despertaste?" Preguntó la pelinegra con esa voz rasposa que hacía temblar las columnas de toda persona que la oiga, oírla en la mañana era uno de sus placeres culposos. Taeyeon separó su rostro del hombro de su acompañante para ver como los labios de Tiffany se transformaban en una sonrisa, sus ojos desapareciendo y formando medias lunas, su sonrisa siempre sería lo primero que recordaría, era lo primero que veía cada mañana.

-"Eres hermosa." Se escapó de sus labios, pero no se arrepintió en decirselo, tenía que ser honesta.

Tiffany rió sonrojándose. -"¿Sigues borracha?"

-"Podría seguir borracha o sobria, pero tu seguirías siendo hermosa de todas maneras."

La habitación se quedó en silencio dejando las palabras hacer eco en las paredes. Ninguna de las dos se movió, disfrutando de la cercanía que tanto añoraban.

-"Estas... tan pálida." Las manos de Tiffany cambiaron de posición hasta acariciar ambas mejillas de la cantante. -"Más delgada de costumbre... Tus ojos... no son los mismos." Todo era verdad, no era su intención de todas formas, su cuerpo ya no daba para más pero aún así seguía adelante. Después de tanto daño causado através del tiempo, era inmune al dolor. Los cuidados de la menor seguían, las yemas de sus dedos delineaban la mandíbula tan perfecta que tenía la mayor. -"Tu móvil no para de sonar... ¿Desde cuándo eres tú la popular?" Preguntó bromeando, dentro de ella sentía cierto temor en saber quiénes podrían estar llamando tan temprano e insistente a la cantante, no podía contestar, era una falta de respeto hacerlo sin su consentimiento, en realidad tenía miedo de saber con que se podría encontrar.

Muy a su pesar, Taeyeon se separó cogiendo el aparato que se encontraba en la mesita de noche, agradeció silenciosamente haberlo puesto en vibrador la noche anterior. En los últimos días mucha gente quería contactarla. ¿A qué se debía el cambio?

Un par de mensajes de su manager con su agenda próxima, tres llamadas perdidas de Taecyeon, tres de Hyoyeon, cinco de SooYoung y... ¿Quince llamadas de Sunny?

Tiffany contenía sus ganas de espiar que leía su amiga, al ver como su expresión cambió dramaticamente. Taeyeon se retiró de la cama, buscando sus cosas alrededor del lugar, marcó el número de Hyoyeon apresurada temiendo las peores cosas. ¿Qué podría haber pasado? Habría tiempo después para hablar con Taecyeon.

La dueña del departamento la seguía con una sonrisa triste jugando en sus labios, la situación le hacía recordar esos momentos en los dormitorios donde una de las dos salía de la habitación apresurada pidiendo disculpas y prometiendo que nunca volvería a pasar de nuevo.

-"¿Hyo? ¡Por fin contestas!... ¿Yo? ¿Dónde estoy? Mucho que contar ahora... ¿Me recoges? No, voy sola. ¿Que pasó con Sunny?"

Tiffany le pasó sus tacones que al parecer estaba buscando.

-"¡¿Nació?! ¿Enserio? ¡Ahora mismo voy para hallá!  ... ¿De qué hablas? ¡No hay tiempo para eso, hablamos después!"

Colgando la llamada sin dejar que Hyoyeon termine de contarle los eventos que se había perdido, Taeyeon abrazó desprevenidamente a Tiffany.

-"¡Somos tías! ¡De nuevo! ¡Sandeul ya nació!"

La diseñadora se quedó observando a la alegre Taeyeon que saltaba de un lado al otro mostrando un lado suyo que no se veía mucho, al menos no ahora.

-"¿Vamos juntas?" Se ofreció Tiffany con una sonrisa. Estaba entusiasmada por la llegada de un nuevo bebe a la familia, pero estaba más entusiasmada al ver como Taeyeon se comportaba. Sus ojos volvieron a tener ese brillo y chispa encantador que le hacía perderse en su mirada. Si fuese por ella, la llevaría al fina del mundo por una mirada así a causa suya nuevamente.

-"¡Claro! ¿Puedes... prestarme algo de ropa?" Como si nunca hubiesen discutido o nunca se hubiesen alejado, escogieron sus prendas respectivas, ambas en silencio ignorando lo que hace algunos momentos fue un lapso de tiempo mágico. El ringtone volvió a sonar poniéndolas nerviosas a ambas, la pelinegra se agarró el pecho por el susto repentino.

-"¿Taecyeon? No puedo hablar ahora... Estoy saliendo... No, no iré al bar. ¡Son como las dos de la tarde! ¿Quién va al bar a esta hora?" Taeyeon terminó de abrochar su casa