No fueron más que un par de segundos los que Taeyeon esperó para dejar caer al suelo aquella carta y salir corriendo de la habitación hacia las escaleras.

Miles de preguntas bombardeaban la mente de la rubia; desde saber sí aquella Kwon Yuri era la misma con la cual ella había pasado más de la mitad de su vida; hasta el motivo por el cual aquella Yuri le agradecía tanto a Tiffany y por ende, saber qué había podido hacer la eyesmile para hacerla sentir mejor. 

“No puede ser la misma” Se repetía la rubia corriendo cuesta abajo sin importarle las personas con las que tropezaba en el camino. Convenciéndose de que era más sencillo ahorrarse sus preguntas si es que aquella Kwon Yuri no era más que una muy irónica homónima de su amiga.

Al llegar a la recepción del hotel, Taeyeon calmó su respiración para pensar sensatamente por un segundo lo que debía hacer. ¿Sería bueno averiguar si su amiga de preparatoria se encontraba en el mismo hotel, ó sería más prudente empacar sus cosas y aprovechar el pesado sueño de Tiffany para tomar un avión y alejarse de una buena vez? 
Taeyeon tembló al pensar en la idea de escapar de Tiffany, ya que sabía que eso sería una despedida eterna y por más que lo quisiera negar, no quería despedirse aún o al menos hasta que la misma pelirroja se lo pidiera. Además que imaginar un futuro en el que Yuri –o cualquier otra persona- estuviera a la lado de Tiffany, por más absurdo que pareciera, le daba una sensación de nauseas. 

“Al demonio con regresar a Seul” Pensó la abogada acercándose decididamente a la pelinegra recepcionista. Al menos quería saber si su ex compañera se encontraba en el mismo recinto.

-Buenos días, ¿hay algo en lo que pueda ayudarla? –Preguntó con una sonrisa ensayada la mujer frente a Taeyeon. 

– ¿Me podría comunicar con la habitación de la señora Kwon yuri? –Requirió la rubia mirando fijamente a la recepcionista quien asintió rápidamente. 

–Lo sentimos, pero no tenemos a ninguna señora Kwon registrada –Informó la pelinegra revisando la pantalla de su computador. 

Taeyeon frunció su entrecejo con fuerza, oscilando entre la sorpresa y la confusión. La carta que acompañaba a ese desayuno estaba por firmada por Kwon Yuri, eso era un hecho. La rubia estaba segura que aún no estaba completamente loca.

Fue en ese momento, que la rubia recordó un detalle importante, que de ser cierto confirmaría que aquella persona que “ansiaba mucho ver a Tiffany” era su antigua amiga.

-¿Podría buscar con el nombre de Choi Yuri? –Pidió la expectante Taeyeon. 

–Aquí está, habitación 560 –Aseveró la recepcionista con una pequeña sonrisa –Pero ahora no se encuentra, acaba de salir –Dijo la pelinegra a lo que la rubia le restó importancia y abandonó la recepción sin ni siquiera agradecer.

Era un hecho, Kwon yuri se encontraba cerca de Taeyeon.

La rubia no sabía que hacer con la nueva información, ¿debía ir a buscar a Yuri por toda la isla? ¿Debía esperarla en la puerta de su habitación y pedirle explicaciones sobre su encuentro con Tiffany? – aun sabiendo que eso estaría muy fuera de lugar de su parte -¿Debía ignorar el posible reencuentro y volver a su habitación a esconderse?.

Taeyeon salió del hotel desorientada, sin importarle mucho que se encontrara en jeans aún cuando el sol estaba en su máximo esplendor. Caminó hacia las mesas en frente de las piscinas en las cuales las personas acostumbraban a desayunar; eran aún las 10:30 de la mañana, tal vez Yuri estuviera desayunando también. 

Las conjeturas de la rubia la llevaron a su objetivo después de darle un detenido vistazo al lugar. Aquella morena que solía ser la capitana de las porristas, se encontraba en una de las mesas blancas, adornadas por unas muy coloridas sombrillas, al parecer desayunando tranquilamente.

Verla provocó que el estómago de Taeyeon se revolviera. Habían pasado varios años desde la última en la cual ella y la morena habían hablado y en verdad, la situación en la que se encontraban no era la más adecuada para un amistoso encuentro ya que a fin de cuentas, Yuri, aparentemente, había acompañado a Tiffany en su noche de dolor; por lo tanto ella debía de saber que la rubia era la causante del sufrimiento de la bailarina.

Después de una nueva batalla mental, entre acercarse a la morena o ir de regreso a su habitación, Taeyeon decidió dejar todo en manos del destino.

La rubia pasaría frente a Yuri, sin ser muy exagerada, ni tampoco ocultándose; caminaría de manera normal y si su morena y antigua amiga la reconocía, Taeyeon tendría que hablar con ella; pero de ser lo contrario, la abogada volvería al hotel y evitaría cualquier contacto.

“Un paso, dos pasos, tres pasos” Contaba mentalmente Taeyeon mientras caminaba través del grupo de mesas. Temblorosa pero sutil; rogando internamente que la morena no la notase. Pero la suerte –para variar -no estuvo de su lado.

-¿Taeyeon? –La rubia sintió mano sobre su hombro izquierdo, haciéndola detenerse secamente. Yuri la había reconocido y ahora era turno de confrontarla. 

La rubia giró para quedar frente a la morena. A pesar de saber de antemano que ella estaba ahí, la rubia se sorprendió de ver a Yuri.

-¿Yu-Yuri? –Tartamudeó Taeyeon al ver fijamente los ojos marrones de su antigua compañera, los cuales parecían agrandarse ante la sorpresa y la emoción que la embargaba. 

La morena no sabía que hacer ni decir al tener a la rubia frente a ella. Habían sido muchos años sin tener alguna novedad de ella, sin saber sí había terminado una carrera, sin saber si estaba casada o soltera, sin ni siquiera saber si seguía o no viva; pero en ese instante las miles de preguntas y reproches en aquella morena cabeza desaparecieron, dejando solamente el infinito deseo de abrazarla y saber si aquella mujer de ojos onice era realmente su Taeyeon, o un simple espectro de su mente. 

En efecto, aquella rubia era real o al menos aquel característico perfume natural que Yuri recordaba a la perfección, le indicaba eso.

***

Tiffany giró en el cómodo colchón un par de veces, tratando de encontrar una posición en la cual pudiera capturar nuevamente su sueño; pero era inútil, los sentidos de la bailarina ya se encontraban despiertos y no había nada que hacer ante eso.

Un par de confundidos ojos marrones se fijaron en la cama vacía de al lado, causando que la pelirroja recordara lentamente los sucesos de la noche anterior. En ese instante, su corazón dolió.

La pelirroja desvió su mirada hacia el techo, no quería seguir pensando en Taeyeon, no después de haberle confesado sus sentimientos y que esta los hubiera destruido; no era justo pensar en ella después de haber conocido a aquella morena del bar que había logrado que sintiera por un breve momento que aún era capaz de sonreír sin tener la necesidad de tener a cierta rubia a su lado. 

Los ojos de Tiffany se desviaron nuevamente, enfocándose en la carretilla con comida que yacía a un lado de la puerta. 

“¿Taeyeon trajo esto?” Se preguntó la pelirroja entrecerrando sus ojos, sintiendo una pequeña llama de ilusión dentro de su pecho. 

Con lentitud se paró de la cama, andando con cuidado hacia la carretilla, no sin antes percatarse de la pequeña carta tirada en el piso, al lado de aquel apetitoso desayuno continental. 

Tiffany sonrió al leer la nota; aunque su sonrisa llevaba una ligera decepción impregnada, al saber destruida aquella pequeña ilusión de que la causante de la sorpresa fuera Taeyeon.

***

-No puedo creer que seas tú –Repetía por enésima vez Yuri mirando a la mujer sentada frente a ella en la mesa que había ocupado un rato antes -¡Eres tú! –Exclamaba llevándose una mano a la boca ante la incredulidad. 

–Ya te dije que sí, soy yo –Confirmaba la rubia quien no podía evitar la gran sonrisa dibujada en su rostro. Ella también había echado de menos a Yuri. 

–Es imposible, ¿Qué ha sido de ti durante todo este tiempo? , ¡Dios Taeyeon! Te fuiste y nadie supo nada sobre ti –La voz de la mujer de los ojos marrones llevaba un dejo de reproche. Taeyeon se encogió de hombros. 

–Han pasado muchas cosas, pero me encuentro bien o al menos mejor que antes –Dijo soltando una pequeña risa triste. 

–Ha sido mucho tiempo sin saber de ti, Tayeon –Susurró la morena mirando fijamente a la rubia, aún sin creer del todo que tenía a su amiga frente a ella; en carne y hueso -¿Qué haces acá? ¿Estás viviendo en el hotel? ¿Trabajas acá? –Preguntó repentinamente la morena enderezándose en su asiento. 

–Estoy de vacaciones con unos amigos –Respondió la rubia, aún sabiendo que eso no era una total verdad –No te imaginas en donde vivo ahora –Suspiró la abogada hundiéndose en su asiento. 

–Conociéndote, seguramente te encuentras en otro planeta –Se burló la morena. 

–En Seul –Respondió Taeyeon directamente, causando que las risas de Yuri fueran sustituidas por una expresión serie e insegura. 

– ¿Enserio? Taeyeon, después de lo que pasó –Decía la morena ex porrista, buscando las palabras adecuadas para continuar –Nadie pensó que volverías a Seul  algún día –Prosiguió consternada la amiga de Taeyeon. 

–Pues volví –Afirmó secamente la rubia –Llevo varios años ahí –Agregó jugando con el filo de una servilleta. 

-¿Sí sabes que Jessica vive ahí también, cierto? –Puntualizó la morena enarcando una ceja, apuntando a la mujer con la punta de su tenedor.

Oír el nombre de aquella castaña en los labios de Yuri, provocó que un hilo de frío recorriera columna de Taeyeon. Era como revivir aquellos años de escuela, aquellos años en los cuales todo parecía tener un futuro brillante. Aquellos años felices que jamás volverían. Por un momento, Taeyeon sintió que en cualquier segundo, Jessica aparecería atrapada en uno de sus suéteres de renos y sus faldas con medias largas, causando que la morena rodara sus ojos y soltara algún apodo cotidiano, provocando que la rubia riera divertida. 

-¿Y eso por qué me tendría que importar? –Contestó incómoda la rubia, borrando todos los fastidiosos recuerdos de su mente. 

–No lo sé, simplemente pensé que no querrías estar a menos de una galaxia de distancia de ella –Respondió la morena, tratando de relajar la expresión de su amiga. 

–Ella no es tan importante –Agregó fríamente la abogada rodando sus ojos. 

–Verdaderamente, nunca entendí que sucedió y como demonios terminó casada con Sooyoung –Comentó la morena dándole un sorbo a su jugo de uva, arrepintiéndose al instante al ver a Taeyeon frunciendo los labios –Lo siento, no quería molestarte –Se corrigió. 

Si escuchar a Yuri hablando de Jessica, le traía a la mente las mejores épocas de su vida a Taeyeon; escuchar a la morena mencionar a Sooyoung, traía a colación solo los momentos más oscuros de su corta vida.

–Las cosas no funcionaron y por eso terminé con ella –Aseveró la mujer de ojos oscuros desviando su mirada. 

-¿Te digo la verdad? –Yuri se encontró con un par de ojos oscuros -Nunca creí ese cuento de que tú terminaste con Jessica –La morena soltó una pequeña carcajada –Tú estabas loca por la enana, realmente loca por ella –Taeyeon tragó saliva duramente ante el comentario de Yuri. 

–Terminamos hace mucho y fin del asunto –Sentenció la rubia –Dime, ¿Minho ha venido contigo? –Preguntó intentando cambiar de tema; causando que la expresión burlona y curiosa de la morena desapareciera totalmente -¿Pasó algo? –Preguntó Taeyeon confundida y un tanto preocupada. 

–Estamos divorciados –Confesó la ex capitana de porristas sin mirar a la rubia, quien abrió sus ojos como si se trataran de un par de platos. 

-¡QUÉ! –Gritó asombrada Taeyeon, llamando la atención de más de una persona, recibiendo una mirada asesina de la morena –Lo siento, pero… tú y él, ¡No es posible! –Exclamó la rubia pasando una mano por su cabello. Yuri asintió lentamente -¡¿Pero qué sucedió?! 

- Minho me engaño –Soltó la morena haciendo la mandíbula la rubia prácticamente cayera al suelo –Me engañó con su balón de football –Completó Yuri con una pequeña risa conformista. Taeyeon no entendía la cuestión. 

Del gran grupo de parejas que se crearon durante la secundaria, las únicas a las cuales las personas le vieron un futuro fueron a Taeyeon y Jessica además de Yuri y Minho; la primera pareja para infortunio de muchos, rompió, quedando Yuri y Minho como los únicos “sobrevivientes” del amor de secundaria ; quienes decidieron mudarse al terminar la escuela a Daejeon . Yuri estudió psicología mientras Minho era reclutado por un pequeño equipo de la ciudad; todo parecía brillar para ellos en ese entonces. 4 años pasaron con una velocidad imperceptible y Yuri se graduó al mismo tiempo que el chico recibió una gran oferta de un equipo en Busan. La opción de separarse no era ni siquiera contemplada por la pareja, así que decidieron casarse y empezar su familia en Busan. Yuri nunca había pensado en casarse al apenas acabar su carrera; pero dadas las circunstancias tuvo que hacer un cambio de planes. 

Busan fue un lugar acogedor durante unos meses para los recién casados; pero pronto empezó la temporada de football americano y por ende los viajes de Minho junto a su equipo. Yuri confiaba plenamente en su esposo; pero el chico no quería dejar a su esposa durante tantos meses sola en la ciudad, así que le pidió que viajara junto a él. Los que supuestamente serían 6 meses viaje alrededor del país, se transformaron en 1 año dado a los cambios de equipo, y a aquel año, se le sumaron 6 meses más en los cuales Yuri se los pasó viviendo de hotel en hotel, sin poder conseguir una amiga ya que sabía que en un par de semanas se iría a un nuevo destino. 

Llegó el momento en el que la morena le puso un ultimátum a su esposo: Volver a Busan y empezar la familia que una vez le prometió ó quedarse soltero jugando football . Con todo el dolor de su corazón, Minho dejó a su equipo temporalmente. Yuri creyó que obligar al chico a tomarse un descanso del football haría que su matrimonio funcionase; pero nada sucedió de esa manera.

Aunque el verdadero punto de quiebre ocurrió una tarde de abril, en el que el representante de Minho llamó para avisarle al rubio que los famosos “Vaqueros de Dallas” lo querían en sus filas. En ese instante, el matrimonio Choi – Kwon acabó.

-¿Escogió el football antes que a su esposa? –Preguntó la anonadada rubia. 

–Técnicamente escogió un contrato con muchos ceros antes que a su esposa –Aclaró Yuri, haciendo que Taeyeon soltara una risa divertida. 

-¿Cuánto tiempo llevan separados? –Preguntó la rubia recuperando su seriedad. 

-Un poco más de un año –Contestó la psicóloga sin mucha importancia, su amiga frunció el ceño. 

-¿Y por qué te sigues haciendo llamar Choi Yuri ? –Preguntó suspicazmente Taeyeon, ahora fue la morena quien arrugó su entrecejo –Es algo patético después de un año –Se burló la rubia. 

-¿Tú como sabes que aún me llaman por mi nombre de casada? –Cuestionó la morena. La rubia tragó saliva. 

–Bueno… digamos que, pregunté por ti en recepción –Confesó Taeyeon ladeando su cabeza. La confusión de su antigua amiga creció enormemente. 

-¿Qué? ¿Cómo supiste que estaba en el hotel? –Preguntó la morena de ojos marrones, sin entender el asunto. 

Taeyeon pensó brevemente en los mil y un inventos que podría dar en respuesta. Fácilmente podría decir