Blanca, tan blanca como el día en que nos conocimos, y aunque en ese momento no estaba completamente segura de lo que sentía con tan solo verte, mi corazón ya sabía que te amaba, y que siempre te amaría.

Ahora me doy cuenta que no tener el valor para hablarte en ese momento fue un error, tal vez si lo hubiera hecho nuestro destino sería diferente, pero sabio es quien dijo “él hubiera no existe”.

Aun cuando pude conocerte y permanecer a tu lado por un tiempo, el destino sabía que ese no era nuestro momento y nos separó.

Sabes cada vez que cae así la nieve vengo al mismo lugar en el que nos conocimos, o al menos en el que yo te conocí. Sí, cuando entraste en el salón de clases no era la primera vez que te veía. Meses atrás estabas sentada en el parque frotando tus manos para entrar en calor, esperando. Al principio no sabía quién era esa chica a quien esperaste por horas, pero acepto que tuve celos de ella desde que la vi abrazándote de esa manera, lo sé no tenía motivos, pero aún no conocía a tu familia y no tenía idea de que fuera tu hermana pequeña, en fin, ese día fue la primera vez que te vi, la primera vez que mi corazón de verdad comenzó a latir.

Pero ahora el lugar no tiene esa calidez como cuando estabas aquí, es frio y está vacío.

Recuerdo aun cuando me preguntaste si era verdad que las personas podían bajar del cielo como ángeles y cuidar a las personas que aman. En ese momento no sabía a lo que te referías, pero te conteste con sinceridad y te dije que no, la verdad no creía que eso fuera posible. Supongo que ahora he cambiado de opinión, aunque eso no importa ya.

Camino por los alrededores del parque y he descubierto que ha cambiado mucho con el paso de los años, ya no está esa vieja banca en la que la gente mayor solía alimentar a las palomas, ni siquiera los rosales que daban ese toque romántico al lugar, simplemente se fueron. Como se fue mi corazón.

Las personas piensan que el dolor se puede curar de diversas formas, yo creo que solo se puede curar si el causante de dicho dolor es el que lo soluciona. Pero aunque no suene razonable yo no quisiera curar el dolor que siento ahora, tal vez porque es la forma en la que puedo recordarte.

Los días felices quedaron escondidos en alguna parte de mis recuerdos, y están ahí encerrados sin poder salir, se sienten solos porque ningún nuevo compañero los ha visitado en mucho tiempo.  Aunque quisiera cambiarlo, sé que no estoy preparada para abrir ese candado que los aprisiona.

Los años pasan pero yo aún estoy sola, las personas a mi alrededor han encontrado a alguien que las acompañe en su recorrido, pero yo ni siquiera he podido abrir los ojos para poder ver a alguien más, creo que tengo miedo de poder encontrar a alguien que me haga sentir lo que tú me hiciste sentir ese día que la nieve cubría tu gorro rosado y que hacía que tus mejillas estuvieran teñidas de un color rojizo que te hacia ver tan frágil. Y lo eras, sólo que en ese momento no lo sabía.

Lloré tanto para que te quedarás a mi lado y en el momento en que te fuiste lloré aún más, porque sabía que no podía retenerte a mi lado, ya habías sacrificado tantas cosas por mí, y yo aún te pedí que no te fueras, que siempre me protegieras y me dijeras que me amabas, errores, es lo único que he cometido en esta vida, pero aún tengo fe de que cumplas tu promesa de volver a reunirnos,  y espero que cuando eso pase, la nieve vuelva a ser nuestra acompañante, supongo que eso es lo que he estado haciendo inconscientemente en todos estos años, esperar, esperar el tiempo para que esa promesa sea cumplida.

El invierno se acaba y yo aún busco un rastro de ti en cualquier parte, no siento que sea una pérdida de tiempo porque, aunque los demás no puedan verlo, yo siempre te encuentro cuando es tan blanca como ahora, incluso en estos momentos puedo verte, tu sonrisa no ha cambiado nada, espero que sonrías por mí, egoísta, eso es lo que me dirías si te dijera esas frases en persona, pero no puedo evitarlo.

Debes de ser fuerte cuando yo no este, debes de encontrar a alguien que pueda hacerte sentir esa calidez en invierno como lo hago yo, ¿sabes por qué?

No.-

Porque debes de aprovechar el tiempo en que yo no esté, porque cuando vuelva no me despegaré de ti.-

¿Nos volveremos a reunir?-

Por supuesto que si.-

¿Puedes prometerlo?-

Lo prometo.-

¿Me dejarás amarte en tu otra vida?-

Sí, en mi otra vida y en todas las que siguen.-

¿Me dejarás salvarte en tu otra vida?-

Creo que sabes mi respuesta.-

“Si ese no es nuestro destino, no”.

Correcto.-

Te amo.-

Yo también te amo.

Me dedicaste tu ultima  sonrisa y después cerraste tus ojos, no sabía cómo se sentía no tener algo que quisiese, una niña consentida como yo nunca lo había experimentado hasta ese momento en que… te fuiste de esta vida y pasaste a otra, dejándome sola en aquella habitación blanca que parecía que robaba todo el oxígeno que yo necesitaba para poder seguir consiente y no caer al suelo. No quería soltar tu mano, no quería ni siquiera pestañear para no perderte de vista ni un segundo, pero sobre todo no quería vivir en esta vida, porque ya no estabas tú.

Hace unos meses fue cuando me hiciste comprender aquella pregunta.

¿Te puedo preguntar algo?-

Mmm… no estoy segura.-

¡Anda!-

Valeee, ¿Qué quieres preguntarme?-

¿Crees que sea cierto que cuando mueren las personas, pueden convertirse en ángeles y bajar a la tierra para cuidar a las personas que aman?-

No.-

¿No? pero…-

Simplemente creo que una vez que mueres, debes de ir a un lugar donde la vida sea mejor y puedas descansar , me refiero, si bajaras y protegieras a las personas que amas, no estarías descansando y aun cuando ya no vives, estarías angustiada todo el tiempo por lo que pudiera pasarles. No creo que dios quiera eso para las personas que ha decidido, merecen ir al paraíso.-

Mmm…-

Eso es lo que pienso, no debes de tomártelo muy enserio, mi opinión, solo es eso, una opinión.-

Está bien.-

Por cierto, ¿a qué se debe tu pregunta?-

¿Eh?, nada, simple curiosidad.-

Ok, durmamos un poco más, hoy será un día cansado.-

Mmm… prefiero que tú duermas y yo te vea dormir.-

…está bien.-

Ese fue uno de tantos errores que cometí, porque si no hubiera cerrado los ojos, podría haberte contemplado mucho tiempo más de lo que hice, pero el pasado no se puede cambiar y hoy pago las consecuencias de mis actos, esperando, solo esperando el momento en que nos volvamos a reunir.