III

Renacer [En español]

Todos ustedes están cansados de esperar por este capítulo, ¿no es verdad?
En verdad lamento la demora unu mi falta de organización llevó a una gran cantidad de proyectos represados,
Pero este proyecto jamás podría abandonarlo, es mi proyecto especial y mi reto.
Les agradezco infinitamente si me han esperado, en verdad lo hago ♥
Les adelanto que en los proximos días (promesa de panda) suviré un capítulo especial ambientado en el pasado de estos chicos :3
No diré nada más, solo espero que les guste y haya valido la pena~

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Todo estaba oscuro cuando abrió los ojos. Imágenes de una calle llena de hermosas casas blancas con elegantes jardines llenaban su memoria, eran bastante nítidas, mas ahora parecían solo un sueño. La voz de su madre repetía su nombre una y otra vez, pidiéndole que fuera hacia ella. Solo cuando intentó encontrar el origen de su voz, descubrió que se encontraba en una habitación, que la única luz venía de la ventana y que su madre se encontraba al otro lado de la puerta.

Sus ojos dolían por el brillo de la inconstante luz, forzándolo a cerrar los ojos cada vez que aparecía y a intentar reconocer el lugar en la oscuridad. Intentó levantar su cuerpo del suave y mullido lugar en el que se encontraba recostado, pero su cuerpo pesaba demasiado como para levantar siquiera el torso; intentó mover sus extremidades y así tal vez tocar el suelo, pero su cuerpo no respondía ante sus órdenes. Era como encontrarse atrapado en su propio cuerpo.

Cuando al fin pudo separar la cabeza de la almohada, el llamado se hizo tan agudo que sus oídos comenzaron a sangrar, con un dolor tan intenso que su cabeza parecía a punto de estallar. No podía cubrir sus oídos, cientos de manos aprisionaban su cuerpo con la suficiente fuerza para dejar marca; le era imposible distinguir las manos en la oscuridad, pero podía sentir algunas recorrer su cuerpo y desgarrar su envejecida ropa, haciendo que el dolor que le producía la voz y las manos fuera cada vez más insoportable. Pudo sentir las gotas de sangre que brotaban de sus oídos convertirse en un fuerte torrente que ahora manaba también de sus ojos, su nariz y su boca, ya no podía respirar sin ahogarse en su propia sangre y que cada movimiento se sintiera como desgarrar sus músculos, como si un rayo lo atravesara, quemando su sistema nervioso.

Despertó tosiendo, cubierto en sudor y con el cabello pegado a su frente y nuca; despegó de un salto su cuerpo de las mantas, húmedas de sudor, y retrocedió impulsándose a patadas hasta que su espalda chocó contra la fría pared. Escaneó la habitación con la mirada mientras intentaba normalizar su respiración. Todo frente a él era igual a su sueño, pero más grande y claro; a lo lejos podía escuchar el momentáneo maullido de un gato o el motor de un auto al pasar, era seguro: ahora estaba despierto.

Bajó de la cama para acercarse a la ventana, a uno pasos del lugar en el que se encontraba; regresó los pies con lo que debió ser un grito salió como un suspiro de su adolorida garganta: la superficie que había tocado no era sólida como debía, sino suave y mullida. Se dio vuelta y puso las manos en el borde para mirar al suelo junto a la cama, descubrió un bulto que dormía envuelto en una gruesa manta blanca parecida a las que lo había abrigado esa noche. Pudo distinguir una mata de pelo negro que se le hizo demasiado familiar y, sin pensarlo dos veces, se escabulló bajo la manta y rodó la cintura ajea con sus brazos, deseando no tener ninguna pesadilla esta vez.

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La cegadora luz del sol naciente se estrelló de lleno con el rostro de Seungri que sobresalía de su edredón favorito; su noche no había sido la mejor de todas y ahora que ya veía el cielo claro por la línea entre las cortinas, más cómodo se le hacía el suelo en el que había tenido que dormir esa noche. Fue al intentar huir de la luz que descubrió un delgado brazo rodeando su cintura e impidiéndole girar.

Estuvo a punto de saltar gritando despavorido por el extraño que lo abrazaba, si no fuera porque las pequeñas marcas que el brazo ostentaba se le hicieron familiares; entonces recordó todo lo que había hecho el día anterior y decidió girar un poco su cuerpo para observar el rostro del chico que dormía a su lado. Le pareció extraña y a la vez muy tierna la forma en que Jiyong dormía, tan pacífico a pesar de todo lo que había vivido y lo incierto que era su futuro ahora.

Apoyó su peso en uno de sus brazos para tener una mejor visión del mayor y llevó la otra mano a su frente, removiendo con los dedos los mechones cafés que caían hasta sus ojos. Jiyong parecía disfrutar de sus sueños pues ni la fija mirada de Seungri ni sus tímidas caricias lograban perturbar su expresión y él comenzó a pensar que en ese mundo de sueños era feliz

–Si solo pudiera hacerte feliz en mi mundo, Kwon Jiyong.

La puerta se abrió de pronto con un fuerte estruendo, sorprendiendo a Seungri y despertando a Jiyong quien corrió asustado al rincón opuesto de la habitación, tan lejos del pelinegro como el espacio se le permitió. El menor se levantó con el ceño fruncido y caminó hasta la puerta para arrastrar del brazo al responsable de interrumpir su tranquila mañana, cerró la puerta al salir para no perturbar más al castaño.

–¡Hyung! No entres de ese modo a mi habitación –exclamó en susurros al mayor que lo miraba entre enojado y confundido.

–Pero Seungri-ya, ¿viste cómo dejaste el baño? Y ¿quién es ese chico? No me digas que es tu novio porque entonces tenem…

–Shh… ¡Claro que no es mi novio! ¿Parezco una adolecente? Solo… lo encontré –Al terminar de hablar retiró las manos de la boca ajena, esperando que estuviera más calmado.

–¿Lo encontraste? ¿Significa que no lo conoces?

–Suenas como mi madre cuando usas ese tono –Se quejó Segunri con un puchero, pero Daesung levantó una ceja ignorando por completo el tierno gesto del menor– Bueno, sí, no lo conozco. ¡Pero abusaban de él! No podía solo dejarlo en ese lugar, yo… pensé que merecía algo mejor.

El moreno abrió la boca para replicar, pero se detuvo al darse cuenta que no tenía ningún argumento válido, Seungri actuó como pensó que era mejor en una situación así (con ínfulas de héroe, claro, pero aun así hizo lo mejor) y el otro chico parecía tan asustado que no podía tratarse de alguien malvado. Sonrió y llevó su diestra a la cabeza del menor para desordenar su cabello negro aún más de lo que ya estaba.

–Bueno, bueno. Pero debes hacerte cargo de él, cuidarlo y todo eso. Y a la próxima vez avísame cuando traigas a un completo desconocido a mi casa… –Seungri giró un poco la cabeza cuando el otro cortó su discurso y por poco se estrella con el rostro de Jiyong que ahora apoyaba las manos en sus hombros y el mentón en una de ellas. Todavía parecía inseguro frente a Daesung y Seungri no lo culpaba, esos músculos y el hecho de ser más alto que ambos podían intimidar, pero estaba seguro que su cálida sonrisa lo convencería de confiar en él– Buenos días, es un placer conocerte, yo soy Kang Daesung ¿y tú?

–Jiyong… Kwon Jiyong

–Es un placer Jiyong, er…

–¡Yah! Se más respetuoso hyung, es mayor que tú –interrumpió Seungri al ya algo indignado moreno, era la tercera vez que se quedaba con las palabras en la boca y no lo iba a permitir.

–¿Lo dice el que mete personas a la casa de sus mayores sin consultarlo?

–¡Lo hice con justa causa! Además, tú estabas en tu sueño de belleza ¿cómo iba yo a molestarte?

–¡No lo digas como si fuera algún tipo de princesa!

Daesung estiró su mano para apretar las mejillas de Seungri como castigo, pero antes de poder siquiera tocarlo, Jiyong lo alejó de su alcance al abrazarlo por la cintura. Los miró sorprendido un instante, el castaño se veía tan frágil y asustado hace un momento que su apariencia amenazante y posesiva de ahora parecían producto de su imaginación; debía admitir que su mirada le causaba escalofríos, aunque no lo haría frente a ellos.

–Parece que le agradas Seungri-ya –Al oír aquello, Jiyong lo soltó de inmediato y cruzó los brazos al darle la espalda, dejándolo por completo confundido. Daesung solo sonrió de nuevo y se encaminó a la cocina– ¿Tienen hambre? Prepararé mi famoso omelet de champiñones.

–Que sean porciones grandes, por favor –comentó sonriente el pelinegro, olvidando su confusión al escuchar a su estómago rugir. Giró luego hacia Jiyong y añadió–: ¿Has comido alguna vez un omelet?

Él negó con la cabeza, mirando de reojo a la cocina.

–Pues estos te encantarán, Dae hyung hace los mejores –Dicho eso tomó su mano y lo guio a la cocina, donde Daesung ya cortaba toda clase de champiñones y los añadía a una sartén caliente.

Los aromas golpearon su rostro tan pronto llegó a las bancas junto al mesón principal; nada más que sabores y sonidos invadieron su mente, champiñones salteados en mantequilla, tocino siendo freído, huevos batidos derramándose en la sartén que incorporaba todo, hierbas que se incorporaban a la mezcla y le daban un aroma exquisito que lo hacía sentir en casa. Pronto su boca se hizo agua y su estómago comenzó a gemir ansioso.

–De verdad tienes hambre ¿no? –La voz burlona de Seungri lo sacó del trance en que los aromas lo habían metido y su mano impidió que una gota de saliva escapara de su boca abierta al limpiarla con una servilleta.

–No –murmuró simplemente al sentarse a su lado con los brazos cruzados sobre el mesón y la frente apoyada sobre ellos, ya era suficiente humillación como para que el otro viera el su rostro rojo de vergüenza.

–Ten –Escuchó a  Seungri decir después de un rato sintiendo su penetrante mirada en la nuca, no tenía ni la menor idea de qué le ofrecía y no iba a levantar el rostro para averiguarlo–, son fresas, así al menos pasarás un poco el hambre hyung.

Fue entonces cuando descubrió el recipiente de vidrio que Seungri sostenía contra su brazo para que lo sintiera y parece que supo cuando lo hizo pues comenzó a golpearle el brazo con el tazón, describiendo cada detalle de las fresas de tal modo que Jiyong pudo hacerse una clara imagen de lo apetitosas que eran.

Sin levantar la cabeza, sacó una de sus manos para tomar al menos una fresa y saciar su hambre, pero no pudo encontrar el recipiente en la mesa. A regañadientes despegó la frente de sus brazos con los labios estirados en un puchero, para encontrarse con la enorme sonrisa que el pelinegro le dedicaba, junto al recipiente que sostenía contra su pecho.

–Sí tienes hambre.

Jiyong abrió la boca para protestar, pero fue callado por una fresa presionada a la fuerza dentro de su boca. Giró en la silla de golpe, alejando de su rostro la mano que le había dado la fresa, y se dedicó a comerla sin decir una palabra. Mordía la fresa despacio, quitando de a poco la carne externa que era más blanda hasta que solo quedó el corazón más fibroso entre sus dedos, en ese momento tuvo la sensación de que, si lo terminaba solo así, no podría probar otra fresa en mucho tiempo; pero el deseo fue más fuerte que el miedo y no pudo más que comerlo de un mordisco.

Al dejar las hojas de la fresa sobre la mesa, escuchó cómo el recipiente era deslizado sobre la fría superficie; la curiosidad lo invadió de repente y desvió los ojos de la pared opuesta para dirigirlos hacia atrás, en busca del objeto de vidrio. Y lo encontró solo a unos centímetros de su cuerpo, acercándose a él despacio y con una cierta timidez.

Se rindió con un suspiro, regresando a su antigua posición frente al mesón para tomar una nueva fresa que desapareció de su mano en pocos mordiscos y fue reemplazada por otra casi al instante. Pero, aunque evitara en todo momento dirigir su vista al pelinegro a su lado, podía intuir que lo miraba con esa amplia e inocente sonrisa tan característica suya, esa que nunca fallaba en hacerlo sonreír también.

–El desayuno está servido –Escuchó que Daesung exclamaba muy animado, más cerca de lo que debería estar.

–¡Ah! ¡Huele delicioso!

Entonces decidió despegar la mirada del tazón de fresas y dirigirla al plato humeante que el moreno sostenía frente a él; agradeció con un “gracias” apenas audible al tiempo que movía las fresas a un lado para abrirle espacio al nuevo manjar.

Solo cuando lo tuvo a su lado se percató de un par de insignificantes detales: estaba muy caliente y muy blando como para comerlo con las manos, ¿qué haría entonces? Se quedó mirando el omelet sin que nada practico viniera a su mente, levantar el plato sería lo mismo que comerlo con las manos, usar una fresa sería poco útil y tampoco era como si quisiera ser el hazmerreír de los otros dos; ya era suficiente con la presión que buscar en su mente maneras para comer aquello le implicaba, para sumarle la extraña sensación en el estómago que la incisiva mirada de Seungri que se encontraba de nuevo clavada en él y esa era en definitiva una mala costumbre que el menor estaba adquiriendo.

–Así hyung, mira –Dejó de mirar el plato para concentrarce en lo que el pelinegro quería mostrarle, reprochándose internamente que el hambre le ganara a su orgullo dos veces en un mismo día. Seungri tomó un utensilio plateado con un extremo plano y largo, y el otro cóncavo y redondo. Había visto muchas cosas de esas en la habitación a la que desembocaban sus escaleras, pero tenía recuerdos más antiguos de un objeto así; eran imágenes que parecían de otra persona, de otra época en la que pudo experimentar lo que era la alegría inocente. En esos recuerdos veía a una mujer de cabello corto y negro que lo alimentaba con un objeto similar haciendo gestos graciosos mientras llevaba la… ¿Cómo se llamaba? Tenía un nombre… Ambas tenían un nombre que debía recordar… Un nombre…

–Cuchara…

–¡Exacto! –Miró a Seungri perplejo. Pudo recordar el objeto pero, ¿y la mujer?

–No sé de dónde lo recuerdo… –La alegría en el rostro del pelinegro se borró al ver lo preocupado y confundido que se encontraba Jiyong. Tomó sus manos entre las propias, en un impulso por reconfortarlo, ignorando el hecho de que el rostro ajeno mostraba una expresión incrédula.

–Significa que tienes un pasado, algo diferente a ese lugar en ruinas. Te ayudaré a recordar, encontraremos a tus padres y no dejaré que nada malo te pase de nuevo.

–Bueno par de tortolos, comiencen a comer o se enfriará mi arduo trabajo.

Seungri soltó las manos ajenas con un intenso tono rojo coloreando sus mejillas y comenzó a discutir con Daesung, entre muestras de aegyo y sarcasmo. Jiyong por su parte solo miraba sus manos con expresión perdida, repitiendo en su mente las palabras del menor, como si en otro idioma y tuviera que hacer un gran esfuerzo por traducirlas.

–¿Jiyonggie hyung? –Esa era la experiencia más extraña de esos últimos dos días, antes nadie interrumpía sus pensamientos y menos lo llamaba con palabras tan cariñosas impregnadas con la más intensa preocupación que perderse en sus pensamientos podía causarle al otro.

Comenzó a reír alegre y se abalanzó sobre Seungri para abrazarlo al tiempo que desordenaba su cabello. Él no entendía la súbita reacción del castaño, pero la alegría que brotaba de su risa, entre muda y algo ronca, era contagiosa por lo que sonrió alegre también, siendo invadido por la sensación de que Jiyong comenzaba a abrirle las puertas de su ser y él sería el encargado de resguardarlo del peligro.

–Bueno, bueno, suficiente. A comer –Daesund los separó aunque con una amplia sonrisa y se sentó a comer también.

Este parecía el inicio de un buen día aunque, tal vez, solo era el ojo de la tormenta.

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Comments

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roxsaint #1
Chapter 1: ¿Por qué no has actualizado? <|||3
Marshii99
#2
thank you for um ... I assumed you said that it suppose to be an inspiration from my story? I'm sorry, I don't understand spanish so I used google translate instead :D . my point is, thank you for saying that, dear! But I appreciate it more if you could have talk to me beforehand. once again, thank you!
tiabarty #3
Please continue the story. the story seems interesting.
Misaitonya #4
Chapter 2: Waaa finalmente! Despues de mucho buscao lo encontre y despues que mi celular me jugara malas pasadas por fin lo lei QwQ
Waaa esta genial la idea, espero poder leer mas pronto y y y faltan algunos conectores pero esta genial
gotta123 #5
Chapter 2: hola!! me encanto tu fic !!! sigue porfas!!!!!
Katielle #6
Chapter 2: ¡Me encanta, me encanta, me encanta!*--*
Me dejaste con demasiada curiosidad, quiero saber mas D: como el porque Ji deja que lo violen y quienes son sus hyung, además creo que Seung se esta metiendo en problemas(?)

Bueno, espero actualices pronto, no desanimes por los pocos comentarios y continualo, yo siempre andaré aquí :D
Katielle #7
Chapter 1: Hola~ Me encantó el primer capítulo, creo que es una historia muy interesante, por favor continúa, necesito saber que pasará después, amo esta pareja *-* Incluso creé una página para fanfics de ellos 7u7

Si lo continúas nos seguiremos leyendo ^^
Misaitonya #8
Chapter 1: Como es posible que lo violen dia y noche y siga alli dhhdysywgwgrvrbcodkdhfhdhdh next plz!!!!!