Tan Real Como Un Sueño

ANGEL MALVADO

 

Las sábanas alborotadas, envolviendo pobremente los cuerpos que yacían boca abajo, aún durmiendo el cansancio y las energías gastadas durante gran parte de la madrugada, el eco de las manecillas del reloj que reposaba sobre la alfombra, luego de haber sucumbido por el constante movimiento de la cama; el silencio y quietud que al fin se oían en la pequeña habitación, dando la bienvenida a la nueva mañana que parecía colaborar con el nuevo ambiente que se sentía entre los dos hombres que se rehusaban a abrir los ojos.

El primero en rendirse a las luces mañaneras fue Eric, entre abriendo los ojos con pereza y desgano, quedando luego fija su mirada, en el hermoso rostro del muchacho que dormía a su lado, como si el mundo a su alrededor hubiera desaparecido.

El rostro de HyeSung era calmo con un aura completamente diferente a los anteriores días. No era la primera vez que Eric observaba el rostro durmiente del ángel rubio, pero si era la primera vez que notaba ese tinte de dulzura y paz en su expresión. Como un verdadero ángel puro e inocente.

Una mano de Eric se alzó de entre las sábanas, acariciando gentilmente el sedoso cabello del ángel rubio que no se inmutaba con ningún movimiento de su compañero. Eric sonrió observando más fijamente el rostro dormido del ángel rubio, delineando sus labios que hacían un adorable puchero, con sus dedos.

Los labios que le habían pertenecido, los labios que habían explorado su cuerpo la noche anterior y lo habían hecho sentir sensaciones que él mismo desconocía que podía llegar a alcanzar. Sólo el recuerdo de la noche anterior, hacía que un tinte color carmesí, tiñera ligeramente las mejillas del estudiante becado, y una sonrisa más amplia se dibujara en su rostro.

Parecía un sueño ahora, pero había sido real. Tan real como el muchacho que continuaba durmiendo como un inocente bebé a su lado. Tan real como las marcas en sus hombros y cuello, que ahora tocaba con cuidado, recordando cómo fueron hechos. Tan real como su corazón se descontrolaba, sabiendo ahora que sus sentimientos eran más que correspondidos.

-deja de mirarme… - susurró en voz baja y rasposa el bello muchacho en la cama. 

-buenos días… - respondió con una sonrisa, aunque su compañero aún mantenía los ojos cerrados.

-quiero dormir un poco más, estoy cansado – volvió hablar el ángel rubio, tomando la mano que había regresado a su rostro, sosteniéndola de manera gentil entre la suya, mientras se acurrucaba más cerca al lado de su compañero en la cama.

-como mandes mi Principito… - respondió Eric con voz dulce, dando un tierno beso sobre el cabello del ángel rubio.

-tonto!... no me llames así… - golpeó juguetonamente el ángel rubio, el pecho desnudo de su compañero, soltando luego una risita traviesa.

Eric volvió a sonreír, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura del ángel rubio, sintiendo nuevamente el suave contacto de sus pieles desnudas.

Pudo haber sido sólo un sueño, pero Eric ahora tenía la seguridad que era real. HyeSung era suyo.

 

 

Un par de horas después y siendo forzado a abrir los ojos por el dolor en la parte baja de su espalda, el ángel rubio se encontró solo en la cama, envuelto entre las sábanas como si fuera un bebé.

HyeSung giró levemente la cabeza en dirección a la puerta de la habitación, buscando algún rastro de Eric o indicio que no se encontraba solo en aquella casa.

-ya despertaste… - como siendo llamado por los dulces ojos que miraban en su dirección, Eric apareció en la puerta, trayendo en una mano un vaso de agua, y en la otra una píldora de color blanco.

-esto calmará el dolor… - se acercó Eric a la cama, alcanzando el vaso de agua y la píldora a manos del ángel rubio.

-estás seguro que esto servirá?... – dejó caer HyeSung la cabeza sobre la almohada, enterrando el rostro con pereza.

-toma la medicina y comamos algo – pasó Eric una mano por la espalda del ángel rubio, acariciando con cuidado la zona baja, evitando causar un dolor innecesario a la zona afectada.

HyeSung tomó en silencio la medicina, girando luego sobre su lado, para observar más fijamente el rostro del hombre que continuaba acariciando su espalda.

-mejor? – sonrió Eric dulcemente, acomodando los mechones de cabello que cubrían alborotadamente el rostro del ángel rubio.

-nunca pensé que tener o sería tan cansado – pronunció HyeSung con voz cansada

-depende de con quien lo hagas… no te quejabas mucho en la noche? – respondió Eric con expresión pícara

-idiota… vas a presumir ahora? – sonrió HyeSung también, retirando la mano de Eric de su rostro.

-ok, por qué no te levantas, te das una ducha y me alcanzas en la cocina… prepararé algo de comer – se inclinó Eric sobre el oído del ángel rubio, susurrando gentilmente con voz dulce y hechizante, mientras su mano daba un relajante masaje sobre la parte baja de su espalda.

-donde está mi ropa? – respondió HyeSung, sentándose en la cama.

-de veras estás preguntando?... te prestaré algo para que vistas, mientras recolecto tu ropa de todos los rincones de la casa – sonrió Eric juguetonamente,  colocándose de pie.

HyeSung sonrió en respuesta, levantándose de la cama, jalando las sábanas que envolvían su cuerpo desnudo.

-ten cuidado cuando salgas, hay pedazos de vidrio en el pasillo… mamá me matará por romper su cuadro favorito… - advirtió Eric, antes de abandonar la habitación.

El ángel rubio tomó una ducha rápida, luego se vistió con una camiseta y pantalones deportivos, propiedad de Eric, que le quedaban un poco anchos, y finalmente salió de la habitación camino a la cocina, escaneando minuciosamente el camino en el pasillo, el cual lucía desordenado, como si un huracán hubiera pasado por ahí.

-wow! Cómo es que pasó todo eso? – ingresó a la cocina HyeSung, mostrando su evidente asombro por la condición del resto de la casa.

-ahora preguntas?... tendrás que pagar por los destrozos… - respondió juguetonamente, observando a los ojos del ángel rubio

-muy bien, di el monto… - reto HyeSung con voz pícara.

-hhhhmmmm… que tal… tú! – tomó Eric la cintura del ángel rubio, aprisionándolo entre sus brazos.

Los dos muchachos se sonrieron, compartiendo luego un dulce beso.

 

 

El sonido de las pisadas de la muchacha que ingresaba humildemente al salón, era el único sonido que se dejaba oír en la mañana. La joven dejó los platillos sobre la mesa, acomodando gracilmente los cubiertos en cada uno de los lugares de los muchachos presentes en el salón.

El silencio se sentía cargado y extraño, el menor de los muchachos sentado a un lado de la mesa, tomó el vaso de jugo de naranja frente a él, tratando de ocupar sus labios en cualquier actividad que lo libre de tener que contestar alguna pregunta incómoda o comprometedora.

-HyeSung no vino contigo… acaso está enfermo? – habló el muchacho sentado a la cabecera de la mesa con voz solemne y grave.

Andy volvió a tomar un sorbo de su jugo de naranja, forzando sus pensamientos y formular una respuesta que no lastimara a su hyung.

-Andy durmió anoche en mi casa… - intervino Junjin, sentado del otro extremo de la mesa.

El rostro de Dongwan cayó. Sabía que si Andy no había dormido en su casa, era por que HyeSung tampoco lo había hecho.

-así que no regresó anoche… - concluyó Dongwan en un susurro

-hyung… - decidió hablar Andy, perdiendo la voz repentinamente en el camino.

-está bien Dydy, HyeSung… ya es un adulto después de todo… puede hacer con su vida lo que le dé la gana… - agregó Dongwan, abandonando la mesa.

Los dos menores compartieron miradas compasivas en dirección del sub-líder de la triada, que a pesar de darles la espalda, hacía evidenciar el dolor que lo rodeaba.

Dongwan caminó fuera de la mansión, buscando la soledad y un escondite donde descargar su frustración, sin tener que mostrarse débil o lamentable ante los demás.

Para el sub-líder de la triada, era demasiado doloroso aceptar que el ángel rubio amaba a alguien más. Y saber que HyeSung estaba dispuesto a arriesgarlo todo por esa persona. Aún sabiendo que sus padres no tomarían a bien su relación con el estudiante becado.

En cierta forma, Dongwan envidiaba el valor y osadía de Eric, al persistir con el ángel rubio, a pesar de los constantes desplantes y rechazos. Quizás si él hubiera tomado la misma resolución desde el día que advirtió sobre sus sentimientos por HyeSung, ahora las cosas serían muy diferentes. Dongwan nunca lo sabría, ya que ahora el corazón de HyeSung le pertenecía a otra persona y a él sólo le quedaba observar, y desear por que nadie salga herido en esa relación.

Quizás algún día sea su momento para volver a amar, pero por ahora, Dongwan sólo iba a observar y esperar a que sus heridas sanen con el tiempo. Después de todo, la distancia con el ángel rubio sería de mucha ayuda. El tiempo y la distancia lo ayudarían a olvidar y superar su amor no correspondido.

 

 

-no es gourmet como en tu mansión, pero hice mi mejor esfuerzo – sonrió Eric, colocando los platos sobre la mesa.

-en serio lo hiciste tú?... no sabía que cocinabas – respondió HyeSung, siguiendo con la mirada el trayecto de los platos, hasta que estos aterrizaron sobre la parte central de la mesa de madera.

-creo que está más que demostrado que hay muchas habilidades mías que desconocías – sonrió Eric juguetonamente, observando fijamente en las marcas que relucían en el cuello del ángel rubio.

-oh por favor! – respondió HyeSung con una media sonrisa, bajando luego el rostro en dirección a la comida en la mesa.

-te estás sonrojando?... – continuó Eric, sonriendo más abiertamente.

-crees que soy del tipo que se sonroja? – contraatacó HyeSung, tratando de sonar rudo, pero fallando notablemente.

Eric no soportó por mucho el comportamiento adorable del ángel rubio, tomándolo repentinamente por la muñeca, jalándolo con fuerza hasta separarlo de su silla y sentarlo en su regazo, atrapándolo inmediatamente entre sus brazos.

-quién diría que Shin HyeSung es del tipo que se sonroja… - bromeó Eric, observando de cerca el rostro encendido del ángel rubio.

-lo estás disfrutando, cierto?  - espetó HyeSung, tratando de librarse de los brazos del estudiante becado.

-y si te digo que si?... disfruto cada segundo de ti… por que no sé en qué momento voy a despertar, y darme cuenta que todo esto es sólo un sueño – respondió Eric con voz serena y dulce, pegando el cuerpo del ángel rubio contra su pecho.

HyeSung detuvo sus protestas, meditando varios segundos sobre las palabras de su compañero. Un sueño. Sería acaso esto un sueño?. O era real, como lo que estaba sintiendo dentro de él.

Sueño o no, el ángel rubio quería disfrutarlo mientras durara. Mientras aún tuviera tiempo para dejar salir las cosas que albergaba dentro de él, y mostrar ese lado suyo, que había reprimido por largos años, por que si iba a mostrar su fragilidad, iba a asegurarse de hacerlo con la persona correcta.

-Eric… no pretendas alardear de esto ni que se te suba el ego pero… qué se supone que somos, ahora? – habló HyeSung con voz calmada y mirada fija en el rostro de su compañero.

El silencio de Eric fue confuso. El propio estudiante becado no sabía si era correcto dejar salir las palabras que se formularon en su cabeza, apenas el ángel rubio concluyó su interrogante. Acaso sería demasiada ambición?.

-novios?... sería esa la palabra correcta? – fue el ángel rubio el que pronunció la palabra, sintiendo el corazón del estudiante becado, bombear con fuerza contra su pecho.

Los labios de Eric permanecieron sellados, nervioso sobre si dar una respuesta afirmativa y quizás asustar al ángel rubio en sus brazos.

-supongo que tu silencio lo dice todo… - tomó el ángel rubio al estudiante becado por la barbilla, alzando su rostro hasta encontrar sus ojos, y luego sellar sus palabras con un dulce beso.

 

 

Luego de terminar el desayuno, lavar los platos y arreglar rápidamente el desastre creado en la casa la noche anterior, Eric convenció a HyeSung de acompañarlo al mercado y comprar algunos víveres para el almuerzo. Para HyeSung, era su primera vez yendo a un mercado público, por lo que su torpeza y falta de conocimiento sobre algunas cosas, robaba sonrisas y miradas dulces al estudiante becado, quien aún no podía creer que el ángel rubio estuviera caminando a su lado, llevando algunas bolsas con verduras en una mano, y en la otra, su mano envuelta en un cálido agarre.

Aunque Eric estaba más seguro que el ángel rubio sólo sostenía su mano por miedo a perderse en el enorme mercado, o ser arrastrado por la turba que iba y venía con premura.

Sea cual sea el motivo, Eric lo estaba disfrutando más de lo que sus propios sueños podían haberlo imaginado.

-siempre es así? – se quejó HyeSung, esquivando a la tercera persona en el camino, que estuvo a punto de golpear directamente contra su rostro.

-algunas veces… pero creo que algunos ya lo están haciendo a propósito… - murmuró Eric sus últimas palabras, al notar un grupo de jovencitas que caminaba con las mejillas sonrojadas y tímidas sonrisas, en dirección del ángel rubio.

Sin embargo, antes que el grupo de jovencitas pudiera acercarse más al ángel rubio, Eric lo tomó por la cintura, jalándolo rápidamente a un lado, evitando la colisión con el grupo de jovencitas, que se vieron decepcionadas, al momento que el ángel rubio pasó por su lado, intacto.

-regresemos a casa – sonrió Eric al ángel rubio, notando la expresión de confusión en su rostro.

-como quieras – asintió HyeSung, volviendo a tomar la mano del estudiante becado, sosteniéndola con fuerza y determinación.

Al regresar a casa de Eric, los dos muchachos empezaron su trabajo en la cocina. HyeSung insistió en ayudar al estudiante becado, sintiéndose completamente inútil y hecho a un lado, cuando Eric sólo lo sentó en una silla, pidiéndole que se quedara quieto mientras él cocinaba.

-estás seguro que sabes lo que haces? – interrogó Eric, colocando el delantal color rosa que solía usar su madre, en el cuerpo del ángel rubio.

-me acabo de graduar con honores… tengo la suficiente capacidad intelectual para hacer cualquier cosa que me proponga – respondió HyeSung con confianza, sonriendo cuando el estudiante becado terminó de atar el delantal en su cintura.

-ok, hagamos un trato… por cada error que cometas… me deberás un beso – retó Eric, rodeando la cintura del ángel rubio con sus brazos.

-hecho! – sonrió HyeSung, juntando rápidamente sus labios con los labios del estudiante becado.

 

 

Veinte minutos después y luego de tres besos y constantes risas, los dos muchachos ya se habían acostumbrado a la presencia del otro en la pequeña cocina. Por momentos, Eric robaba miradas al rostro del ángel rubio que parecía completamente diferente al rostro que había estado observando todo este tiempo, desde la primera vez que lo vio en la escuela.

El rostro de HyeSung lucía relajado y calmo, como si nada más existiera a su alrededor, como si el peso por ser el heredero de una gran fortuna, ya no estuviera sobre sus hombros; como si las dificultades y el pasado en casa, hubiera desaparecido.

Era una persona completamente distinta, la que se encontraba con Eric en aquella cocina, sin embargo, era el mismo rostro del que se había enamorado, y la misma persona que había llegado la noche anterior a su casa, clamando por esos deseos que ya no podían ser contenidos.

-si sigues mirándome quemarás la comida… - la voz del ángel rubio sacó a Eric de sus cavilaciones, respondiendo con una sonrisa incómoda y mirada tímida.

Definitivamente, este nuevo ángel hacia que Eric cayera más y más enamorado.

-ouch! Ah! Maldición! -  exclamó el ángel rubio repentinamente, llamando la atención del estudiante becado

Eric giró su rostro inmediatamente oyó las quejas del ángel rubio, alarmándose cuando vio a éste sostener su mano derecha en alto, con un hilo de sangre corriendo por uno de sus dedos.

-estás bien?... traeré el botiquín – corrió Eric fuera de la cocina, sin dar tiempo al ángel rubio de contestar o protestar contra su exagerada reacción.

-fue sólo un pequeño corte! – llamó el ángel rubio desde la cocina, encontrándose inmediatamente con el rostro del estudiante becado que regresaba con el botiquín de primeros auxilios en mano.

Eric llevó al ángel rubio hasta el sofá en la sala, tomando un poco de alcohol y algodón para tratar la herida que parecía no ser de gravedad.

-supongo que esto termina nuestro trato – mencionó Eric, cubriendo la zona herida con una bandita.

-estás loco?... crees que el mundo se acaba por que me hice un pequeño corte? – replicó HyeSung inmediatamente.

-ahora es un dedo, pero que tal si te dejo más tiempo y terminas lastimándote algo más?... ni pensarlo, sólo quédate aquí – insistió el estudiante becado, levantándose del sofá.

-no me vas a dejar relegado como si fuera un mueble! – reclamó HyeSung, frunciendo los labios en un hermoso y adorable puchero, nunca antes visto por el estudiante becado.

Eric admiró por varios segundos, cada una de las bellas facciones del ángel rubio y el adorable gesto en su rostro. Sí, definitivamente Eric Mun caía enamorado cada segundo más, de la persona frente a sus ojos. Y quizás esto representaría un peligro futuro para él. Un peligro que bien podría enfrentar.

 

 

-hay algo que aún no entiendo – pronunció el estudiante becado, luego de varios minutos de silencio y quietud, una vez que los dos muchachos en la pequeña y solitaria casa, habían terminado de almorzar, y se encontraban ahora yaciendo sobre el sofá, con los brazos del dueño de casa, alrededor de la cintura del ángel rubio que se encontraba dándole la espalda, pretendiendo mirar la televisión que transmitía un programa elegido al azar, sólo para llenar las palabras “veamos algo de televisión”, salidas por boca de éste; pero en realidad concentrando sus pensamientos en el paso de las horas que parecían augurarle el fin del sueño.

-qué es? – respondió HyeSung con pereza, colocando una mano sobre la mano que acariciaba su abdomen gentilmente.

-qué fue lo que hizo que vinieras anoche… por qué? – insistió Eric en una pregunta dejada al aire la noche anterior.

HyeSung dejó salir una sonrisa, girando ligeramente el rostro hasta encontrar el rostro expectante del estudiante becado.

-alguna vez has deseado algo con todas tus fuerzas, pero a la vez, has tenido miedo de lastimarlo por que sabes que podrías exponerlo a cosas que ni tu mismo sabes si podrás superar? – habló HyeSung con voz serena y en cierto punto melancólica.

-no te entiendo… - respondió Eric con evidente confusión en su rostro.

HyeSung volvió a sonreír, girando esta vez su cuerpo en dirección del estudiante becado, entrelazando sus miradas.

-las cosas para mi nunca han sido sencillas… siempre me ha tocado luchar para mantener lo que más amo intacto… - aclaró HyeSung, empezando a acariciar el rostro del estudiante becado.

Eric observó profundamente en la mirada del ángel rubio, encontrando sinceridad y adoración. Sabía que HyeSung estaba siendo serio y firme con cada palabra que salía de su boca.

-tienes que saber Eric… que si he decidido dar este paso… es por que no me voy a dar por vencido fácilmente… por que yo también quiero ser feliz – pronunció HyeSung con cuidado, continuando las caricias en el rostro del estudiante becado que sólo guardaba silencio, disfrutando de la confesión sincera del ángel rubio, y las dulces caricias en su rostro.

-no me rendí aún cuando me rechazabas… por qué habría de hacerlo ahora? – tomó Eric la mano del ángel rubio en su mejilla, entrelazando sus dedos.

-aunque pasaran mil años? – remarcó HyeSung con seriedad

-aunque pasara una eternidad – afirmó Eric con dulce mirada, besando la mano del ángel rubio.

-es lo que esperaba oír… - sonrió HyeSung con expresión adorable.

Los dos muchachos en el sofá acercaron sus rostros, envolviéndose en un dulce y tierno beso, que poco a poco los llevó a la falta de oxígeno, caricias descontroladas y finalmente, tomando el camino hacia la habitación del dueño de casa.

 

 

En la oscuridad de la pequeña habitación, el sonido de dos respiraciones sincronizadas, era todo lo que se podía oír. Respiraciones calmadas que llamaban al ensueño de los dos muchachos que dormían tranquilamente en brazos del otro, las piernas entrelazadas y las sonrisas plasmadas en sus rostros dormidos.

Ya todo había dejado de existir. Los problemas olvidados, el mundo exterior dejado atrás, el pasado y futuro venidero no era más un problema. Sólo importaba que por ese momento, ambos muchachos estuvieran disfrutando de su propia libertad, recostados en ese pequeño espacio en la diminuta pero cálida cama.

Si tan sólo la noche pudiera ser eterna y no traer el día en unas horas más. Si el tiempo pudiera congelarse en esa noche. Si mañana no tuvieran que despertar y afrontar el futuro que ambos aún desconocían.

Si las palabras en su garganta no se estuvieran atorando, haciendo que ese nudo doliera como si se le estuviera desgarrando el corazón a cada minuto que el reloj avanzaba.

-estás bien? – sintió una mano rodear su cintura por la espalda, soltando una sonrisa inmediata, al oír el susurro de la profunda voz en su oído.

-sí… es sólo que no puedo dormir… - respondió el ángel rubio, acariciando la mano en su abdomen

-quieres que te ayude a dormir? – sonrió Eric, besando el hombro del ángel rubio

HyeSung soltó una risita divertida, encogiéndose en su lugar en la cama, presionando con ligera fuerza la mano que sostenía su abdomen.

-creo que ya va amanecer… - mencionó Eric, dando una rápida mirada por la ventana de la habitación

-aún son las 3am… falta mucho para que amanezca… - habló el ángel rubio con voz desfalleciente.

-no quiero que amanezca… no quiero despertar de este sueño – presionó Eric sus brazos alrededor del cuerpo del ángel rubio.

-yo tampoco quiero que amanezca… - asintió HyeSung con melancolía, presionando los ojos, como si quisiera borrar los pensamientos que llenaban su mente.

-prométeme que estarás aquí cuando amanezca… prométeme que esto no será un sueño… cuando despierte – habló Eric de pronto con desesperación, sintiendo una punzada en su corazón que le avisaba que la realidad lo podría golpear en cualquier momento.

HyeSung giró su cuerpo por completo, enfrentando el rostro impaciente y desesperado del estudiante becado.

-estaré aquí Eric… no te vas a librar fácilmente de mí – afirmó el ángel rubio, sosteniendo el rostro de Eric entre sus manos

-te amo HyeSung… - sentenció el estudiante becado, besando dulcemente los labios del ángel rubio.

Era un sueño real mientras esa cama los albergaba en la calidez de su amor. Sería un sueño eterno mientras en sus corazones mantuvieran la firme decisión de luchar por lo que querían. Se convertiría en una hermosa realidad, si estaban dispuestos a pasar los sacrificios y prevalecer a pesar de lo que podía venir.

Pero por ahora, vivir el sueño no estaba mal, siempre y cuando se sostuvieran el uno al otro y rogaran cada quien por su lado, por que la noche sea eterna y la mañana nunca llegue.

 

 

 

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Comments

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turyka #1
Chapter 41: Ok este comentario tenía q haberlo dejado hace 3 meses. Pero estaba en shock q los dos únicos fics, en español y de Shinhwa, acabaran al mismo tiempo. Releer todo fue volver a vivir toda la Montaña Rusa de los chicos, me encantó que fuera Syung el centro del fic, que sea fuerte e independiente y que Eric fuera su escape. Genial historia. El final es fenomenal. Buen trabajo (^^)v
lyrapenta
#2
Chapter 41: Buenísima historia!! Me encantan todas y cada una de tus obras? espero con ansias nuevas actualizaciones. Hyesung en esta historia me ha encantado, es tan diferente a lo que suele ser que lo he adorado?
missstery #3
Chapter 41: Hola, que buen capitulo, llore al ver que Eric no despertaba y ver el sufrimiento de Hyesung y que no quería compartir con nadie. En fin buen capitulo como siempre, es una lástima que este fic haya llegado a su fin. Yo fui de las que se unió después y generalmente no dejaba comentarios en ellos, pero creo que algunas veces es necesario un comentario para alentar a los escritores a continuar con su trabajo, para que sepan que alguien lee sus fics y les gustan, supongo que aunque no es mucho puede servir de algo. Gracias por tan Buen fic y espero que continúes con los otros que también son muy buenos.
missstery #4
Chapter 40: Wow, pobre de Eric y Hyesung, se que te gustan los finales dramáticos, pero siempre nos haces sufrir con ellos, aunque creo que así se disfruta más el final feliz (Espero), porque se lo merecen después de tanto sufrimiento. Gracias por la actualización, estaré esperando el próximo capitulo y como siempre muy buen trabajo.
missstery #5
Chapter 39: Gracias por la actualización, me alegra que hayan rescatado a Jin y por fin puedan respirar tranquilos, aunque sea solo por un momento, por lo menos es un problema menos. Espero que Hyesung se decida y termine con su problema pronto para que Eric deje de sufrir. Muy buen capítulo como siempre y espero el próximo con ansias.
Woodongshipp #6
Wow!!!! Tus historias cada vez me sorprenden mas... espero el proximo capitulo.... y como ya dije una fiel naranjita de 17 años
missstery #7
Chapter 37: Wow otra obsesionada, que vamos a hacer con ellas. Gracias por la actualización, ahora estoy más intrigada de hacia donde va esto.
yoshidark #8
IN-CRE-I-BLE<3sin dudas esta fic tiene todo lo que amo y obvio que esperare a que actualices <3(^o^)
mariel20 #9
Chapter 37: Fighting Shinbella !!!! te esperaremos con ansias tu regresooo
AlexaxSHCJ #10
Chapter 36: y me dejas así con la intriga!!! ayy yo agarro a Eric y lo beso y salgo corriendo y me voy del país y no vuelvo más! allá fortuna! no importa!!