Promesa

ANGEL MALVADO

 

Sus ojos se abrieron pesadamente, cuando el frío en su cuerpo causó que su piel se erizara, tiritando incontrolablemente entre las sábanas blancas. Y un pensamiento llenó su cabeza.

-HyeSung? – abrió los ojos por completo, al notar que el calor del frágil cuerpo del ángel rubio, había abandonado su lado.

-acá estoy – respondió el ángel rubio a lo lejos

Eric giró su mirada en dirección a la puerta de su habitación, notando que HyeSung llevaba puesta la ropa con la que había llegado hace dos noches a su casa.

-no quise despertarte – explicó el ángel rubio con voz calmada, terminando de abotonar su camisa.

Eric continuó observando al ángel rubio, entrando en cuenta que el sueño había terminado, y era hora que cada quien regresara al lugar que pertenecía.

-te irás tan temprano? – interrogó Eric con cierto tono de tristeza en su voz

-tengo algunos asuntos que resolver… - respondió HyeSung con voz seca, evitando mirar directamente en los ojos del estudiante becado.

Eric pudo notar que algo no estaba bien en el comportamiento del ángel rubio. No era el mismo HyeSung con el que se había acostado la noche anterior.

-asuntos que resolver un domingo por la mañana? – volvió a interrogar Eric, forzando una sonrisa en su rostro, disfrazando el temor que empezaba a invadirlo.

HyeSung permaneció en silencio, tomando el saco que yacía sobre la piecera de la cama, colocándoselo en extremo silencio bajo la mirada escrutiñadora del estudiante becado, que esperaba tranquilamente por una respuesta.

-HyeSung? – decidió presionar Eric, sintiendo el ambiente cada vez más tenso, y ese temor dentro de él, empezar a consumirlo hasta el punto de casi estallar.

Acaso esa brecha que dividía a los dos estudiantes, había vuelto a levantarse?. El silencio del ángel rubio, llenaba de inseguridades al estudiante becado.

HyeSung permaneció de espaldas unos minutos más, con la cabeza baja como si estuviera teniendo un debate dentro de él.

La espera hacia que de pronto, Eric empezara a temblar de miedo, intimidado por cualquier palabra que saliera de labios del ángel rubio.

-fui aceptado en la Universidad de Cambridge – confesó HyeSung con voz apagada, aun dándole la espalda al estudiante becado.

El corazón de Eric dio un salto. La noticia era buena, pues Eric sabía muy bien lo mucho que el ángel rubio deseaba asistir a esa universidad, sin embargo, algo no estaba bien con la alegría que debía generar aquella noticia.

-mi vuelo sale en seis horas… - continuó el ángel rubio, girando finalmente para enfrentar el rostro desconcertado del estudiante becado.

-no volveré hasta dentro de tres años… - la voz de HyeSung se quebró, cuando los ojos dolidos de Eric encontraron los suyos.

Y el silencio volvió a apoderarse de aquella habitación.

 

 

-de qué hablas?... tres años? – la mente de Eric aún no era capaz de procesar correctamente lo que acababa de oír de labios del ángel rubio.

Hace tan sólo dos noches, Eric había jurado que todas las barreras que lo distanciaban de HyeSung habían sucumbido, y ahora esas mismas barreras volvían a levantarse, aplastando sus sueños y esos recuerdos en su cama.

-recibí la carta hace un par de días… tengo que ir pronto para instalarme y terminar los procesos de inscripción – continuó explicando el ángel rubio, evitando en todo momento mirar de frente al rostro del muchacho en la cama, cuya expresión lucía quebrada.

Y es que era así como se sentía Eric, quebrado al darse cuenta que el sueño de una sola noche había llegado a su fin.

-tienes que estar bromeando… por qué viniste entonces!? – el dolor en el interior de Eric, decidió expresarse en forma de rabia, colocándose de pie abruptamente.

HyeSung permaneció en su lugar, esta vez sosteniendo la mirada furiosa del muchacho que lucía desesperado.

En su interior, el ángel rubio también estaba quebrado por tener que separarse de Eric, pero sus sueños y ambiciones eran más poderosos, obligándolo a endurecer su rostro y no retroceder en una decisión que ya había sido tomada desde hace un par de años atrás.

-lo siento mucho, pero me tengo que ir… no hay nada que pueda hacer – pronunció HyeSung con frialdad, dándole la espalda al estudiante becado, mientras abría la puerta de la habitación, al mismo tiempo que el sonido de un claxon, era oído fuera de la modesta residencia.

Eric permaneció plantado en su lugar por un par de minutos, para luego decidir moverse e ir en búsqueda del ángel rubio, antes que éste abandonara por completo la casa.

-HyeSung! HyeSung! – tomó Eric del brazo al ángel rubio, alcanzándolo a gran velocidad en la sala.

Los ojos de HyeSung lucían inexpresivos, atemorizando a Eric por un momento. Era una persona completamente diferente al muchacho que había tocado a su puerta hace dos noches atrás.

-no voy a detener mis planes por nada ni nadie… ir a Cambridge ha sido lo que más he deseado en toda mi vida – habló el ángel rubio con voz firme, enfrentando una vez más la mirada furiosa y suplicante del estudiante becado.

-por qué me haces esto?... por qué viniste diciendo todas esas estupideces y ahora te largas como si nada hubiera ocurrido! – estalló Eric, soltando con brusquedad el brazo del ángel rubio, haciéndolo retroceder unos pasos con el impacto.

-lo que te dije… lo dije con honestidad… pero no me detendrá de ir a Cambridge – respondió HyeSung con voz fría.

Eric observó al ángel rubio con la mirada quebrada, mordiéndose los labios fuertemente, previniendo las lágrimas que morían por brotar de sus ojos.

-no estás haciendo esto conmigo… no estás burlándote de mí… no está pasando – se decía Eric asimismo, tratando de convencerse que sólo se trataba de un sueño o una mala broma del ángel rubio.

En su corazón, Eric no podía creer que HyeSung lo estuviera dejando, luego de asegurarle que lo arriesgaría todo por él.

-de veras lo siento Eric… ojalá hubiéramos tenido más tiempo – susurró HyeSung sus palabras, dirigiéndose a la puerta principal de la casa, al segundo llamado del claxon del auto que esperaba fuera de la modesta residencia.

Eric sólo se resignó a observar la partida del ángel rubio, aún sin creer que acababa de ser abandonado.

 

 

El aire tenso y cargado empezaba a asfixiarlo, sintiendo la fuerte mirada del maduro hombre de cabello gris, en su dirección. Una mirada que conocía muy bien. La mirada que le avisaba del reloj mental en la cabeza del maduro hombre, haciendo la cuenta regresiva para estallar y arremeter contra su persona.

Si tan sólo el tiempo pudiera ser más rápido y traer de regreso al único ángel que era capaz de protegerlo. Sus piernas temblaban y sus manos sudaban, conforme la intensa mirada del maduro hombre, se iba haciendo más tenebrosa, avisándole que la cuenta regresiva estaba por llegar a su fin.

-estás bien? – la cálida mano del muchacho a su lado, rozó tiernamente contra su brazo, despertándolo del estado de alerta en contra del maduro hombre.

-s-sí! – respondió nerviosamente, huyendo de los ojos aleonados del hombre de cabello gris.

-HyeSung hyung ya está en camino, acabo de hablar con él – afirmó Junjin con una sonrisa, palmeando dulcemente el cabello del menor, sentado a su lado en el sofá de la elegante mansión.

Andy respondió con una inocente sonrisa a su novio, colocando una mano sobre la mano que acariciaba su brazo derecho.

-si van a empezar con esos actos desagradables, retírense de mi casa – pronunció con voz ácida el maduro hombre, lanzando una mirada despreciable en dirección de los dos menores.

Andy bajó el rostro, fijando su mirada en el piso; intimidado por el tono de voz de su padre.

-con todo respeto Señor, no le encuentro lo desagradable a….

-no me respondas así chiquillo!... tú y ese bastardo no tienen por qué venir a mi casa a hacer sus arrumacos asquerosos! – espetó con más rabia el maduro hombre, colocándose de pie de manera intimidante.

El cuerpo de Andy tembló ante la postura de su padre, congelándose en su sitio en el sofá, en lugar de huir corriendo fuera de la mansión, como su cabeza se lo pedía a gritos.

El menor sabía que lo mejor que podía hacer ante los insultos y desprecios de su padre, a falta de su hermano mayor para defenderlo, era huir y esconderse en algún lugar seguro, a enfrentar la ira del hombre que continuaba despreciándolo y humillándolo cada vez que tenía la oportunidad.

-no hable así de Andy… él también es su hijo – enfrentó Junjin al hombre de cabello gris, colocándose también de pie, cubriendo la visión del cuerpo de Andy con su propio cuerpo.

-ese bastardo no es mi hijo! – escupió su rabia el maduro hombre, inclinando la cabeza de lado, buscando visualizar el rostro herido y atemorizado del menor.

-cómo puede hablar así de su propio hijo? – interrogó perplejo Junjin, no comprendiendo como es que un padre podía odiar tanto al hijo de su propia carne.

-eso no es tu asunto mocoso marica... largo de mi casa! Largo los dos! – vociferó el hombre de cabello gris, adelantándose unos pasos en dirección de Junjin, tomándolo bruscamente por un brazo con una mano, estirando la otra en dirección de Andy.

-ponle un dedo encima y el que se va largar de esta casa eres tú! – la voz fría e imponente detuvo los movimientos del hombre de cabello gris, quien giró su atención al ángel rubio bajo el marco de la entrada a la elegante sala.

El tiempo se detuvo para los tres hombres que permanecían dentro de la sala, observando fijamente mientras el ángel rubio hacía su ingreso, colocándose al lado de Junjin, liberándolo del fuerte agarre del maduro hombre.

-no los vuelvas a tocar o te juro que te quebraré las manos yo mismo… - advirtió HyeSung con fuego en los ojos, sosteniendo con fuerza la mano de su padre.

Junjin retrocedió unos pasos, cayendo sentando en el sofá al lado de su novio, tomándolo en sus brazos de manera protectora en un acto reflejo.

 

 

-lo siento, me entretuve con algunos asuntos – se disculpó con voz baja Dongwan, siguiendo con la mirada los movimientos del ángel rubio alrededor de su habitación.

HyeSung  había permanecido en silencio desde el último enfrentamiento con su padre a su arribo a la mansión, no haciendo más que dar vueltas en su habitación, llenando las maletas esparcidas sobre su cama, con toda la ropa y enseres que iba sacando del walking clóset y las repisas del baño.

Dongwan había hecho su arribo a la mansión, pocos minutos después que el ángel rubio, encontrándose con las frías y mortales miradas que padre e hijo intercambiaban en la elegante sala de la mansión.

Andy y Junjin habían seguido a los mayores a la habitación del ángel rubio, permaneciendo sentados en el sofá al centro de la habitación, mientras el mayor de los dos menores, calmaba al otro del mal momento que acababa de pasar con su padre.

-descuida Wannie, de todos modos será la última vez que ese sujeto se le acerque a Andy – respondió HyeSung con voz seca, terminando de cerrar la última maleta sobre la cama.

Dongwan miró fijamente al ángel rubio, notando las marcas que se asomaban por una pequeña abertura en el cuello de su camisa.

-no te he preguntado cómo te fue en tu fin de semana – rió agriamente Dongwan, cambiando la dirección de su mirada hacia la ventana que daba al balcón de la habitación.

-nada de lo que quiera hablar ahora – respondió HyeSung con voz fría, tomando un par de prendas restantes en el walking clóset, dirigiéndose luego al baño para una refrescante ducha fría.

Dongwan cayó sentado en la cama, pestañeando furiosamente sin parar, tratando con todas sus fuerzas por que las lágrimas que jugaban en sus ojos se desvanecieran. Sus esperanzas ya habían muerto, pero darse cuenta que definitivamente el corazón de HyeSung le pertenecía a alguien más, dolía tan profundo que ni él mismo podía explicárselo.

La distancia haría que Dongwan olvidara, pero ahora mismo, el dolor era tan grande que hasta respirar le era imposible.

-hyung?... estás bien?... – la voz suave y preocupada de Andy, invadió los pensamientos del sub-líder de la Triada, obligándolo a detener su erupción de emociones y volver a disfrazar una sonrisa en su rostro.

-no es nada Andy-ah… - respondió Dongwan, colocándose de pie sin mirar a los menores, retirándose de la habitación con un aura solemne y melancólica.

Andy y Junjin se observaron, adivinando que el sub-líder de la triada, había descubierto las marcas en la piel del ángel rubio.

Treinta minutos después, HyeSung se encontraba en su estudio personal al lado de su habitación, terminando de firmar unos documentos y dejando todo listo para su partida en un par de horas.

Los pensamientos de HyeSung volvían por momentos, al estudiante becado que había dejado abandonado hace unas horas. El rostro quebrado y la expresión de tristeza de Eric, perseguirían al ángel rubio durante los tres años que pasaría en Cambridge, HyeSung estaba seguro de eso.

-hyung… no vas a ir a despedirte? – ingresó Andy al estudio privado de su hermano mayor, asomando la cabeza por una abertura en la puerta.

-ya me despedí de mis padres apenas llegué… - respondió HyeSung con voz seca, concentrado en la lectura de los documentos que sostenía entre sus manos.

-no me refiero a eso hyung… hablo de… Eric… - continuó Andy con voz dubitativa, observando fijamente el rostro del ángel rubio, tratando de captar sus reacciones a la mención del nombre del estudiante becado.

HyeSung dejó los papeles que sostenía en manos sobre su escritorio, regresando la mirada a su hermano menor, cuya expresión empezó a tornarse temerosa.

-ya no hay más despedidas que dar Dydy… - habló HyeSung con voz solemne.

Andy notó, como el ángel rubio apretaba con fuerza los papeles en sus manos, mientras las palabras salían de su boca con expresión solemne. El menor supo entonces que aunque su hyung trataba de lucir firme y decidido, por dentro estaba igual de quebrado por su partida.

Había sido una de las grandes metas que se había impuesto el ángel rubio hace varios años atrás, asistir a la Universidad de Cambridge. Pero hace años atrás, HyeSung no era el muchacho que era ahora. Sus sueños rondaban en llegar a la mayoría de edad y hacerse lo suficientemente competente, para tomar el liderazgo de las empresas que le pertenecían, y librar a Andy de las garras y malos tratos de sus padres. Ahora, sus sueños habían sido interceptados por una persona a la que HyeSung se resistió en un principio, temeroso que esta persona pudiera interferir y cambiar todos sus planes.

Y fue exactamente así como sucedió. Ahora los sueños del ángel rubio parecían ser los que traían más dolor a su corazón.  Dejar a Eric ahora que todo había sido revelado, era una decisión muy difícil, pero HyeSung no tenía más opción, si quería cumplir su promesa y asegurarse que Andy estuviera a salvo y fuera feliz.

 

 

Andy regresó a la habitación de su hermano mayor, sentándose en el sofá al lado de su novio, que había esperado por su regreso, entreteniéndose con algún programa al azar en la televisión.

Junjin notó la expresión preocupada de su novio, abrazándolo por los hombros inmediatamente, pegando sus cuerpos en una acción reconfortante.

-qué pasa cielo?... te regañó? – habló Junjin con suave voz, besando el cabello del menor.

Andy negó con la cabeza, apoyándose sobre el hombro de Junjin.

-está sufriendo Jinnie… pero no quiere solucionarlo… por qué se hace esto? – gimió Andy en ahogados sollozos, enterrando el rostro en el cuello de su novio.

Junjin abrazó con más fuerza al menor, tratando de consolar el dolor, al saberse impotente y no poder hacer nada por detener el sufrimiento en su hermano mayor.

En la puerta de la habitación, Dongwan oía atentamente a los dos menores, haciéndosele un nudo en el pecho al oír que HyeSung  estaba sufriendo por su partida.

De todas las personas a su alrededor, Dongwan era quién mejor conocía al ángel rubio, y podía adivinar con sólo una mirada, los secretos que éste intentaba esconder. Nadie conocía mejor todas las preocupaciones y dolores del ángel rubio, que el sub-líder de la Triada, que había vivido cada faceta de las transformaciones de HyeSung.

Y aunque su orgullo y corazón estaban heridos, Dongwan sabía que no resistiría por mucho, seguir viendo que HyeSung estaba sufriendo. Un dolor que era causado por su partida a Londres, y el alejamiento de la persona que por primera vez, había tomado su corazón.

Era una decisión difícil de tomar, pero Dongwan no tenia más salida, si quería asegurarse como siempre, que HyeSung estuviera bien.

-llevaste a HyeSung a casa de ese sujeto, cierto? – interrogó Dongwan a uno de los chóferes de la mansión, luego de bajar las escaleras a gran velocidad.

El hombre respondió con un movimiento de cabeza, sorprendido por la seriedad en la mirada del muchacho frente a él.

-llévame ahí, ahora – ordenó Dongwan sin decir más, pasando de largo al lado del chófer.

Cuarenta minutos después, el elegante automóvil se detuvo frente a la entrada de la modesta residencia de la familia Mun.

Dongwan permaneció en silencio con la cabeza baja, tomando aire y valor para salir del auto y enfrentar a la persona que menos quería ver ese día, pero sabía, era necesaria para la otra persona que él tanto amaba.

Después de pensarlo por varios minutos más, y luego de mirar su reloj y darse cuenta que el tiempo le era escaso, Dongwan decidió arriesgarse sin preparación previa, y salir del auto directo a la puerta de la modesta residencia.

Lo que recibió al sub-líder de la Triada, una vez que la puerta de la pequeña casa se abrió, fue el rostro decaído y los ojos hinchados del estudiante becado, cuya expresión se mostró temerosa, al notar su presencia.

-t-t-tú? – interrogó Eric casi sin voz, observando con los ojos abiertos de par en par, al sub-líder de la Triada.

Para Dongwan se hizo obvio que Eric había pasado las últimas horas llorando y bebiendo, gracias al olor a alcohol que emanaba de sus ropas.

-vas a dejarme aquí parado?... no crees que es rudo de tu parte?  - habló Dongwan con tono demandante, haciendo notar al estudiante becado, que aún se encontraban de pie en la puerta de la residencia.

Rápidamente, Eric dio un paso a un lado, haciendo lugar para que Dongwan ingresara a la modesta casa. El sub-líder de la Triada dio una rápida mirada al interior de la residencia, soltando una risita ácida y sarcástica.

-y es a ti a quien prefiere… - susurró Dongwan con voz melancólica.

 

 

Los firmes golpes en la puerta de su estudio privado, sorprendieron al ángel rubio, fijando su mirada en el reloj sobre su escritorio, con tristeza. Había llegado la hora de partir.

-Señor, el auto está listo – avisó el mayordomo, abriendo ligeramente la puerta, luego de ser autorizado por el ángel rubio, a ingresar al estudio privado.

-bien… pueden empezar a bajar las maletas – instruyó HyeSung, terminando de firmar los documentos sobre su escritorio, colocándolos luego dentro de un sobre de color amarillo.

El mayordomo hizo una reverencia, volviendo a cerrar la puerta del estudio privado, en un suave movimiento que sorprendió al ángel rubio. Era como si todos en aquella mansión, estuvieran sintiendo la misma melancolía que él por su partida.

-es hora… - suspiró HyeSung con tristeza, colocándose de pie con el sobre amarillo en manos, caminando pesadamente hasta la puerta de su estudio privado.

Era una decisión que había tomado desde hace mucho tiempo. Una triste pero necesaria decisión.

La puerta del estudio privado se cerró en un delicado movimiento, quedando sellada bajo llave, hasta los próximos tres años, cuando su dueño regresara a habitar nuevamente la mansión que le pertenecía.

-hyung… Dongwan hyung aún no regresa – alcanzó Andy a su hermano, intentando inútilmente  detenerlo de salir de la mansión.

-supongo que lo veremos en el aeropuerto entonces… vamos Dydy, se hace tarde – respondió HyeSung con voz firme, tomando de la mano a su hermano menor, arrastrándolo escaleras abajo.

En la planta baja de la mansión, el personal en pleno esperaba con los rostros decaídos y lágrimas en los ojos, mientras el ángel rubio bajaba las escaleras con la expresión en blanco, disfrazando sus emociones para no quebrarse y retroceder en sus decisiones.

-lo vamos a extrañar Señor, por favor cuídese… - se acercó una de las amas de llaves, colocando un lirio blanco en manos del ángel rubio.

HyeSung sonrió ante el gesto de la mujer, alzando la mirada en dirección de cada uno de los rostros del personal reunido, sonriéndoles como nunca antes lo habían visto.

-por favor cuiden de esta casa… regresaré cuando menos se den cuenta – prometió el ángel rubio, volviendo a tomar la mano de su hermano menor, retirándose de la residencia.

Fuera de la mansión, el vehículo color blanco esperaba, estacionado en la entrada principal.

Andy notó a su novio de pie al lado del vehículo, corriendo a su lado en un acto reflejo, dejando a su hermano sorprendido y a la vez aliviado. Al menos HyeSung sabía que no dejaría solo a su hermano menor.

-vámonos – ordenó HyeSung al chófer del vehículo, ingresando en sumo silencio, seguido por los dos menores.

El automóvil inició su marcha, dejando atrás las últimas buenas memorias de los últimos meses vividos en la mansión.

Los meses en los que Eric Mun, estuvo trabajando como mayordomo de la mansión.

 

 

-has venido sólo a burlarte? – pronunció Eric con tono agrio, al notar la risa sarcástica en el rostro del sub-líder de la Triada.

El rostro de Dongwan se tornó serio y tétrico, girando el cuerpo en dirección del estudiante becado, cuyo cuerpo se petrificó, intimidado de haber despertado algún monstruo asesino en el ser del sub-líder de la Triada. El rostro de Dongwan no lucía para nada amigable.

-vas a pasar las últimas horas bebiendo y llorando como una niñita? – interrogó Dongwan con ojos furiosos, cayendo su mirada en las botellas de alcohol vertidas en la mesita al centro de la pequeña sala.

Eric tomó valor ante las palabras del sub-líder de la Triada, ofendido por el tono de voz insultante que no tenía razón de ser.

-y si es así qué?... no es tu asunto… - respondió el estudiante becado, pasando de largo al lado de Dongwan, sentándose en el sofá en la sala.

-el vuelo de HyeSung sale en un par de horas… - volvió a hablar Dongwan, esperando por alguna reacción en el rostro de Eric.

Pero el rostro del estudiante becado permaneció inexpresivo, como si la noticia hubiera dejado de afectarle.

-no me oíste?... HyeSung se irá en un par de horas a Londres… no regresará en…

-en tres años… él ya me lo dijo – concluyó Eric la oración de Dongwan, tomando una de las botellas de licor de la mesa en la sala, bebiendo el restante de su contenido de un sorbo.

-y no vas a hacer nada?... sólo te vas a quedar ahí embriagándote? – acusó Dongwan, dando unos pasos más cerca en dirección del estudiante becado.

Eric dejó la botella caer sobre el piso, soltando una risa agria.

-hacer algo?... yo?... fue él el que se largó… - respondió Eric con tono herido, estirando la mano sobre la mesita frente a él, tratando de alcanzar otra de las botellas de licor que aguardaban sobre ésta.

-tienes idea de lo difícil que fue para HyeSung venir a tu casa esa noche? – alcanzó Dongwan rápidamente la botella de licor, alzándola en sus manos antes que el estudiante becado pudiera tomarla.

Eric lanzó una mirada mortal en dirección del sub-líder de la Triada, sin importarle que éste pudiera tomarlo como una iniciativa para iniciar una pelea, que de seguro perdería; pero a este punto, ya nada le importaba a Eric. Cualquier golpe que pudiera recibir ahora, sería una caricia, comparado al dolor que sentía por dentro desde que el ángel rubio lo abandonó en su casa.

-todo este tiempo fui yo quien se humilló y rogó incontables veces… es él el que decidió marcharse y terminarlo – habló Eric apretando los dientes, colocándose de pie abruptamente en un intento por arrancar la botella de licor de manos del sub-líder de la Triada.

-si piensas así… entonces no conoces bien a HyeSung… no sabes nada de él… - respondió Dongwan, girando de lado, evitando las manos de Eric que buscaban con desesperación la botella de licor.

-conocerlo?... ese sujeto no está interesado en que alguien lo conozca… sólo piensa en él! – acusó Eric con expresión dolida, rindiéndose finalmente en su lucha, cayendo de regreso sobre el sofá.

-sabes por que HyeSung tiene que ir a Cambridge? … sabes por qué ni siquiera Andy pudo detenerlo de enviar la solicitud? – interrogó Dongwan con rabia. Lanzando la botella de licor contra la pared.

El sonido del vidrio quebrándose asustó a Eric, haciéndolo ponerse de pie de un salto, sorprendido por la reacción del sub-líder de la Triada.

-cuando cumpla la mayoría de edad, HyeSung podrá tomar posesión legalmente de la herencia que le dejó su abuelo… pero antes, necesita la aprobación del 70% de los accionistas… para eso necesita estar bien preparado, por que de lo contrario, su padre continuará teniendo el control de sus bienes y seguirá maltratando a Andy!... el padre de HyeSung tiene la tenencia de Andy hasta que él cumpla los 25 años… lo hizo a propósito para obligar a HyeSung a entregarle la administración de sus bienes… cuando HyeSung obtenga la presidencia de las empresas de su abuelo, tendrá el suficiente poder para quitarle a su padre la tenencia de Andy… - explicó Dongwan con rabia.

Eric quedó de pie con la expresión en blanco, mil ideas girando dentro de su cabeza, pero ninguna con la suficiente coherencia para hilar una idea correcta.

-crees que HyeSung quiere irse?... crees que fue fácil venir hasta acá y confesarte que te amaba?... sus planes siempre fueron librar a Andy de las garras de sus padres… y luego apareciste tú… tú lo cambiaste… él nunca pensó tanto en si mismo como lo ha hecho los últimos días… su felicidad era lo que menos le importaba… pero ahí estabas tú… haciéndolo egoísta por primera vez en su vida… haciéndolo desear algo para si mismo, interrumpiendo sus planes!... si crees que HyeSung puede tomar ese avión sin sentirse culpable por dejarte a un lado… entonces no lo amas como lo has estado proclamando – culminó Dongwan sus palabras, dándole la espalda al estudiante becado, iniciando su camino hacia la puerta de la modesta casa.

-espera! – detuvo Eric repentinamente por un brazo al sub-líder de la Triada.

 

 

El cuerpo rígido y la expresión fría. Las manos sosteniendo firmemente la maleta de color oscuro. Su corazón dolía conforme el reloj digital pegado en la pared frente a él, anunciaba que el tiempo estaba llegando. Su vuelo partiría en tan sólo 20 minutos más.

-hyung… -alcanzó Andy a su hermano, enroscando uno de sus brazos entre los suyos.

HyeSung sonrió tiernamente en dirección del menor, alzando una mano sobre su cabello, acariciándolo amorosamente.

-vas a estar bien Dydy… te lo prometo – aseguró el ángel rubio, dejando un tierno beso sobre la coronilla del menor.

-ya están llamando para abordar… - la voz gruesa de Junjin alcanzó a los dos hermanos por la espalda, girando ambos al mismo tiempo, notando la pantalla digital que tintineaba con el anuncio del vuelo del ángel rubio.

Andy se sostuvo con más fuerza del brazo de su hermano, como un bebé que se resistía a dejar los brazos de su madre.

-prométeme que lo cuidarás bien – habló HyeSung a Junjin, obligando a Andy a soltar su brazo gentilmente, entregándolo a brazos de su novio.

-con toda mi vida – prometió Junjin, abrazando con fuerza al menor.

Andy sollozó en brazos de su novio, soltándose luego para regresar a los brazos de su hyung.

-sé fuerte Dydy… te prometo que después de esto, serás libre y feliz… te lo prometo – habló HyeSung con dulce voz, besando por última vez a su hermano en ambas mejillas.

-Dongwan hyung no ha llegado…. – susurró Andy con voz ronca, mirando en ambas direcciones dentro del aeropuerto.

-creí que al menos querría despedirse de mí – sonrió agriamente el ángel rubio, sujetando con fuerza la maleta en sus manos.

Andy y Junjin observaron fijamente, mientras el ángel rubio caminaba en dirección de la puerta de embarque, entregando sus papeles al personal del aeropuerto.

-HyeSung! HyeSung! – oyeron todos las voces a lo lejos, llamando la atención de más de un pasajero que quedó sorprendido, al notar a los dos muchachos que corrían a una gran velocidad en dirección de la puerta de embarque.

Los ojos de HyeSung no lo creyeron cuando lo vio. Eric estaba al lado de Dongwan, corriendo como un maníaco en su dirección.

-no te puedes ir aún… no sin despedirte de mí! – sonrió Dongwan entre jadeos, abrazando fuertemente al ángel rubio, que aún permanecía en shock por la presencia de Eric en el aeropuerto.

-Dongwan qué es esto? – fue lo primero que salió de labios del ángel rubio, observando el extrañamente sonriente, rostro de su mejor amigo.

-te prometo que voy a cuidar bien de Andy en tu ausencia, como si fuera mi propio hermano! – respondió Dongwan con voz firme, dando un último abrazo al ángel rubio.

HyeSung devolvió el abrazo con la misma efusividad, quedando luego libre cuando Dongwan retrocedió sus pasos, empujando a Eric por la espalda, dejándolo a centímetros del ángel rubio.

-tres años, cierto?... si aún no cambias de opinión para ese entonces… yo tampoco lo haré… - habló Eric primero, sosteniendo la firme mirada del ángel rubio.

-estás seguro?... tres años es un largo tiempo… – respondió HyeSung con voz quebrada.

-que más da!... estoy seguro que de todas maneras seguiré pensando en ti aunque pasen mil años… el punto es… seguirás tú pensando en mi?  - devolvió Eric la pregunta, sintiéndose inseguro repentinamente.

HyeSung permaneció en silencio por un par de minutos, llenando de tensión y expectativa, a los tres muchachos que observaban y oían toda la escena, detrás de los dos protagonistas.

-no te lo dije antes Eric Mun?... sólo lucho por lo que amo… - respondió HyeSung con una dulce sonrisa.

Eric respondió la sonrisa del ángel rubio con otra sonrisa, tomando una de sus manos entre las suyas.

-joven, tiene que abordar – interrumpió el momento uno de los empleados de la aerolínea, avisando que la hora de la partida había llegado.

Los ojos de ambos muchachos se clavaron en los del otro, diciéndose adiós telepáticamente.

-me esperarás? – habló HyeSung primero esta vez, sosteniendo con firmeza las manos del estudiante becado.

-el tiempo que sea necesario – respondió Eric, devolviendo con igual efusividad el apretón de manos.

Las miradas se apartaron y las manos se soltaron, HyeSung retrocedió unos pasos, dando una última mirada a los rostros de los muchachos que dejaba atrás por un breve tiempo.

-no olvides que te amo… te estaré esperando aquí mismo en tres años – habló Eric por última vez, sonriendo forzadamente, mientras una lágrima recorría su rostro.

HyeSung sonrió por última vez, girando de espaldas en dirección de la puerta de embarque.

Dongwan caminó unos pasos al lado de Eric, colocando una mano consoladora sobre su hombro.

Tres años sería un largo tiempo. Pero valdría la pena al fin y al cabo.

-Eric Mun!... – llamó repentinamente la voz firme del ángel rubio, regresando a acelerados pasos de la sala de embarque.

-te amo! – pronunció HyeSung sin temor, tomando el rostro del estudiante becado entre sus manos, dejando un rápido y profundo beso en sus labios.

-volveré para las vacaciones… espérame – susurró HyeSung en voz baja contra el rostro de Eric, volviendo a dar un último beso, para finalmente terminar por desaparecer detrás de la puerta de la sala de embarque.

Eric quedó de pie con las lágrimas cayendo por su rostro, y una sonrisa dibujada en sus labios.

-tres años HyeSungie…  te esperaré aquí mismo… es una promesa – susurró Eric para si mismo, mirando fijamente la puerta por donde segundos antes, había desaparecido el ángel rubio.

 

 

 

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Comments

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turyka #1
Chapter 41: Ok este comentario tenía q haberlo dejado hace 3 meses. Pero estaba en shock q los dos únicos fics, en español y de Shinhwa, acabaran al mismo tiempo. Releer todo fue volver a vivir toda la Montaña Rusa de los chicos, me encantó que fuera Syung el centro del fic, que sea fuerte e independiente y que Eric fuera su escape. Genial historia. El final es fenomenal. Buen trabajo (^^)v
lyrapenta
#2
Chapter 41: Buenísima historia!! Me encantan todas y cada una de tus obras? espero con ansias nuevas actualizaciones. Hyesung en esta historia me ha encantado, es tan diferente a lo que suele ser que lo he adorado?
missstery #3
Chapter 41: Hola, que buen capitulo, llore al ver que Eric no despertaba y ver el sufrimiento de Hyesung y que no quería compartir con nadie. En fin buen capitulo como siempre, es una lástima que este fic haya llegado a su fin. Yo fui de las que se unió después y generalmente no dejaba comentarios en ellos, pero creo que algunas veces es necesario un comentario para alentar a los escritores a continuar con su trabajo, para que sepan que alguien lee sus fics y les gustan, supongo que aunque no es mucho puede servir de algo. Gracias por tan Buen fic y espero que continúes con los otros que también son muy buenos.
missstery #4
Chapter 40: Wow, pobre de Eric y Hyesung, se que te gustan los finales dramáticos, pero siempre nos haces sufrir con ellos, aunque creo que así se disfruta más el final feliz (Espero), porque se lo merecen después de tanto sufrimiento. Gracias por la actualización, estaré esperando el próximo capitulo y como siempre muy buen trabajo.
missstery #5
Chapter 39: Gracias por la actualización, me alegra que hayan rescatado a Jin y por fin puedan respirar tranquilos, aunque sea solo por un momento, por lo menos es un problema menos. Espero que Hyesung se decida y termine con su problema pronto para que Eric deje de sufrir. Muy buen capítulo como siempre y espero el próximo con ansias.
Woodongshipp #6
Wow!!!! Tus historias cada vez me sorprenden mas... espero el proximo capitulo.... y como ya dije una fiel naranjita de 17 años
missstery #7
Chapter 37: Wow otra obsesionada, que vamos a hacer con ellas. Gracias por la actualización, ahora estoy más intrigada de hacia donde va esto.
yoshidark #8
IN-CRE-I-BLE<3sin dudas esta fic tiene todo lo que amo y obvio que esperare a que actualices <3(^o^)
mariel20 #9
Chapter 37: Fighting Shinbella !!!! te esperaremos con ansias tu regresooo
AlexaxSHCJ #10
Chapter 36: y me dejas así con la intriga!!! ayy yo agarro a Eric y lo beso y salgo corriendo y me voy del país y no vuelvo más! allá fortuna! no importa!!