GaEul no sabía cómo se había llegado a este punto en su vida, si esto hubiera pasado hace cuatro años atrás no habría dudado en decir que si al instante, pero ahora… veía los ojos de YiJeong, estaba sonriendo y todo era perfecto, la música el lugar… todo, excepto una cosa, la persona que estaba delante de ella… no era la que deseaba. No podía tardarse demasiado en darle una respuesta así que solo asintió con la cabeza, porque si abría la boca podía decirle que no enseguida.

-soy el hombre más feliz del mundo…- estaba seguro que ella lo amaría como antes, no ahora, pero si pronto.-

La abrazo contra él, era una necesidad sentir su corazón, deseaba que latiera por él. La había llevado al mirador, donde habían tenido una cita antes y su primer beso… debió convertirla en su novia en ese momento, no ahora, pero siempre había un modo de reparar los errores, ahora… después de dos meses desde que JiHoo había desaparecido de sus vidas, las cosas iban bien. La soltó para verla a esos hermosos ojos negros, pero no estaba esa chispa que deseaba, seguro no estaba completamente segura de su respuesta, pero le haría ver que no se equivocaba al elegirlo.

-te prometo que voy a cuidar de ti… nunca más volveré a hacerte daño.- deseaba ser sincero, necesitaba serlo, el único modo en que esta relación podía funcionar era si él dejaba de ser egoísta y empezaba a pensar en ella.-

-gracias YiJeong…-le dijo apoyando su rostro en el hombro de él. No podía decirle que lo amaba, aunque él fue quien se quedo, él que estuvo cuando el mundo volvió a darle la espalda, quizás si era su alma gemela después de todo.-

Al otro día como siempre caminaba a su trabajo, debería sentirse feliz por haberse convertido en la novia de YiJeong sin embargo la felicidad estaba lejos, en otras tierras, ya debía dejar de pensar en él… pero le estaba costando trabajo, ni siquiera tuvieron una relación pero cada pequeño detalle que hizo en el corto tiempo juntos era tan significativo… miro su muñeca, una estaba la cinta… era mejor si solo la cortaba pero esto era lo único que los mantenía atados.

Cuando llego a su clase miro el fondo del salón, antes ese calendario marcaba los días que faltaban para su amor y ahora cada día marcado era un día sin él. Como siempre el primero en llegar era Jung Nam.

-Noonaa…- le grito alegre para estamparse contra su cuerpo, el olor de ella era tan dulce.-

-jajaja…¿Qué pasa?.- le dijo ella mientras le arreglaba el cabello.-

-te extrañe…- le dijo mientras la miraba hacia arriba.- ahora nunca tienes tiempo…- se quejo.-

-eso no es cierto, siempre tengo tiempo para ti…- le respondió amablemente.-

-no… ahora siempre estas ocupada con YiJeong…- la apretó un poco más.-

-no digas eso…- arrugo un poco su frente al reír, amaba a los niños por este motivo… siempre eran sinceros en sus sentimientos.-

-¡es cierto!... ahora solo sales con él y ni siquiera vamos a la clínica por las tardes… ¿Cómo vamos a saber si Hyun regresa?.-

-Jung Nam…- le dijo suavemente mientras lo apartaba un poco de su cuerpo.- ya hemos hablado de esto…- desde el primer mes en que JiHoo se había marchado, le dijo que él no regresaría por lo menos no pronto.- JanDi es la nueva doctora…-

-¿pero Hyung?...- le insistió.-

-él esta Inglaterra.- le corto algo brusco.- debemos acostumbrarnos…- intento suavizar lo anterior con una sonrisa y un abrazo. No era la única que sufrió con la partida de JiHoo, Jung Nam también… él lo veía casi como un hermano mayor.-

-lo extraño…- hizo un puchero mientras su noona frotaba su espalda.-

-lo sé…-

Cuando las clases terminaron y los niños se retiraban con sus padres una persona muy extraña cruzo por la puerta de la sala, para una escuela pública, las madres no llevaban joyas elegantes y mucho menos lucían costosos atuendos como la mujer que acababa de entrar por la puerta, la primera mirada fue dirigida a la maestra, las otras dos al lugar y finalmente una curva en sus labios apareció. GaEul estaba distraída dándole algunos detalles a los padres de sus niños, por eso no noto antes la nueva mirada, pero en cuanto se hizo un silencio entre los niños y se fijo en que algo debía ocurrir.

-¿disculpe… pueda ayudarle?...- le dijo a la mujer de elegante vestido.-

-es usted la Srta. Choi.-

-sí…- le dijo mientras se despedía calladamente del último de sus apoderados. Se acerco a Jung Nam, que como siempre se quedaba unas horas después de clases.- ve a jugar afuera…- le pidió mientras alisaba su delantal.-

-he venido a hablar con usted…- le dijo la mujer de porte elegante y bien educada.-

-perdone… estaba despidiendo a mis alumnos.- se disculpo humildemente mientras sonreía.-

-¿sabe quién soy?...- le dijo cortantemente.-

-…no-le respondió bajando la mirada, era extraño… ¿Por qué tendría que saber quién es ella?.-

-mi hijo…-la miro de pies a cabeza. No era nada espectacular… al contrario carecía de todo.- So YiJeong, me ha dicho que usted es su novia…- la miro fijamente.-

-su hijo…- palideció al instante, de todas las cosas que podía esperar esta era una de aquellas que jamás se le ocurrió… nunca, ni en sus más locos sueños se imagino en esta situación… conociendo a la madre de YiJeong.-

-¿Qué pasa?...- sonrió a la joven.- tanto te asombra que sea yo la primera en venir a conocerte…- le dijo con algo de amargura en su voz.-

-lo siento…- le dijo haciendo una sentida reverencia para disculparse.-

-¿Qué clase de persona eres tú?...- le soltó mientras la miraba aun más sorprendida de verla en persona.- mi hijo no es precisamente un hombre de compromiso, ni tampoco de integridad… o por lo menos así era…-

-…- se quedo sin palabras al escucharla.-

-pero lo que más me sorprende de mi hijo es que haya decidido cambiar todo lo que era por una sola persona…- ladeó un poco su cabeza y di un paso hacia ella.- ¿acaso tienes un encanto mágico para atraer hombres? o solo era una de esas chicas tan ingenuas e inocentes que despierta la bondad en cualquiera.-

-Señora…- le dijo al sentirse atacada por ella.-

-espera… aun no he terminado.- le dijo levantando su mano.- no me importa si eres una caza fortunas o si sinceramente amas a mi hijo, mientras él se convierta en mejor hombre que su padre estoy feliz…- por primera vez se podía ver una expresión amable en su rostro.- he sufrido mucho por las estupideces de mi esposo y temía que mi hijo se convirtiera en su sucesor… temía por la suerte de su esposa pero ahora mi corazón está tranquilo…- llevo su mano a su pecho.-

-yo…- la primera impresión que tuvo de ella se borro con esas palabras, en vez de sentirse alagada con su sinceridad sentía que la estaba engañando.- no soy nada eso…-

-niña…- aclaro su voz.- no importa lo que esté pasando en tu corazón, solo recuerda…- hizo una pausa.- él está enfrentado su mundo por ti y yo estoy dispuesta a darle mi apoyo.- la miro seriamente.-

-lo sé… - su voz se quebró al decir aquello, no estaba segura de sus sentimientos por YiJeong pero tenía que reconocer que él estaba haciendo todo por ella.-

-mañana habrá una cena en nuestro hogar, pasaras por la aguda mirada del abuelo y si no quieres causar una mala impresión te sugiero que controles más esas emociones, parece que dudas mucho.- paso a su lado dándole una mirada más.- eres linda…- le dijo antes de retirarse por donde vino.-

El aire se hacía tan escaso, ella se había llevado casi todo con ella… la madre de YiJeong no era lo que esperaba, se sostuvo del escritorio al sentir un leve mareo tan pasajero como el recuerdo que le vino inmediatamente a su mente, JiHoo. Las lagrimas empezaron a salir de sus ojos, hacia un mes exactamente que no lloraba ¿y porque lo hacía ahora?, porque siempre que recordaba el amor la persona que aparecía en sus memorias no era YiJeong. Intento dejar de llorar cuando las pisadas de Jung Nam la alertaron, pero le fue imposible, solo saber que él niño también se sentía abandonado como ella… no era justo, ni siquiera le dio un motivo para dejarlos, no le dio una explicación… nada, solo un mensaje distante con JanDi, eso no era correcto, no lo era.

-Noona…- le dijo llorando con ella.- ¿Por qué estas triste?...-

-no… no es tristeza…- le mintió forzando una sonrisa.- estoy feliz…-

Lo abrazo fuerte para contener ese llanto ahogado que le sobrevenía cuando pensaba en él. Al cabo de unos minutos los dos acabaron sonriendo y soltando carcajadas por todo el cuarto, eso también amaba de los niños, que aprendían a superar el llanto y sacaban sonrisas con facilidad. Terminaron coloreando dibujos mientras esperaban que el padre del él llegara a recogerlo.

-interrumpo…- le dijo YiJeong con su encantadora sonrisa de siempre.-

-no…- ella se puso de pie y arreglo un poco su cabello.-

-¿estaban haciendo algo importante?...- le dijo en un tono gracioso y miro al niño, hasta ahora Jung Nam era la primera persona que se resistía a su encantadora personalidad.-

-coloreábamos…- le dijo sin apartar la vista de la hoja.-

-entonces… ¿Qué les parece si vamos por un helado? – le dijo preguntándole al niño.-

-¿vamos?...- le repitió GaEul mientras sonreía.-

-bueno…- le dijo en un tono pesado para ocultar la alegría, aunque sabía que no era un mal tipo… seguía sin gustarle para su noona.-

Luego del helado llevaron a Jung Nam a su casa, después de un helado el niño parecía más receptivo a las bromas y la presencia de él. Los silencios entre ambos ya no eran largos e incómodos, a pesar de que seguían existiendo estaban dentro de lo cotidiano para ambos.

-mi madre…- empezó.- ella…-

-vino a visitarme…- termino de decir ella.-

-si…- se sonrió bajando la mirada.- se sorprendió mucho cuando le dijo que eras mi novia…- la miro con ternura, ella era lo más importante en el mundo.- creo que necesitaba conocerte en persona para ver que no estaba mintiendo.-

-fue un poco aterrador.- hizo un gesto con sus labios y luego miro al frente.- mañana… ¿iremos a cenar a tu casa?...- le pregunto con algo de temor.-

-sí… - sostuvo el volante del auto con fuerza, ¿se estaba apresurando?... ella un no parecía tan segura de todo esto, pero no podía parar la bola de nieve, ahora que su familia lo sabia no quedaba otro camino.- pero no quieres…-

-sí…- le dijo con valor. Estaba intentándolo, quería creer que YiJeong era su alma gemela.- iré…-

-¿estás segura?...- se sorprendió al ver la determinación en sus ojos.

-si…-

Inglaterra, Londres

JiHoo caminaba con un maletín marrón colgando de su mano, el cabello claro largo y atado en una coleta para limpiar su rostro de las puntas, más delgado que antes y con unos ojos cansados. Se mantenía en pie gracias a los compromisos y sus deberes en la universidad, volver a estudiar había sido la solución para evitar pensar en ella, pero en los descansos y tiempo libre su imagen lo acosaba. Tomo asiento en una mesa, siempre bebía café en el mismo lugar, mirando la calle mientras su mente flotaba hacia Corea, cerró los ojos para despejar la mente y dejarla en blanco.

-¿Qué crees que haces?...-

La estridente vos lo sobresalto, hacían meses que no lo escuchaba, mucho menos se esperaba hacerlo en un café de Londres.

-¡piensas quedarte a vivir aquí!- le dijo en un marcado tono autoritario.- incluso me haces venir desde Corea solo para ver que estás vivo… ¿Qué te cuesta llamar?.-

-JunPyo…- le dijo creyendo que estaba en un sueño.- ¿no deberías gritar tanto?... es malo para tu salud.-

-¡¿es todo lo que dirás?!... ¡después de meses!- le grito más fuerte poniendo una expresión feroz en su rostro.-

-¿debería decir algo más?...- pregunto como siempre.-

-¡Ash!...- exclamo soltando una patada al aire.-

-siéntate…- le pidió mientras él se ponía de pie.-

-…- le hizo caso, pero solo porque necesitaban hablar, empujo la silla para dejar caer su gran cuerpo en la incómoda silla del cafecito al que su amigo favorecía.- ¿de verdad no piensas disculparte?-

-JunPyo…- le dijo saliendo de su máscara de control.- no tenias que preocuparte por mi…-

-¡¿Cómo no hacerlo?! eres mi mejor amigo, un día estaban en Corea y al otro ya no regresabas… - golpeo la mesa.- pensé que estabas de acuerdo con mi matrimonio, no pensé que iba a afectarte tanto…- lo había pensando mucho en estos meses, era su culpa… sabia que él seguía teniendo sentimientos por su esposa.-

-jajaja… - la risa se escapo de sus labios.- ¿eso es lo que pensaste?...- le dijo mientras se contenía para no seguir riendo.-

-¿Por qué te ríes?... ¡esto no es una broma!...- la mirada de él era tan pesada que podía aplastar un elefante.-

-no es tu culpa… ni tampoco de JanDi…- la culpable era otra.-

-¿Qué pasa contigo?...- reconocía esa mirada, ese gesto doloroso en su ojos…-

-nada…- le dijo mientras le daba un sorbo al café.-

-conozco esa mirada… pero si no es mi esposa…-lo miro sorprendió, acaso su amigo se había enamorado de alguien más…- ¡HAY OTRA PERSONA!...- grito espantando a los otros clientes.-

-…- se quedo callado, JunPyo era una persona lenta para entender las cosas, pero se había vuelto más inteligente desde que conoció a JanDi.-

-pero… sigo sin entender ¿Qué haces aquí?, no deberías estar con ella…- cruzo sus manos por el pecho arqueando las cejas.-

-¿Por qué piensas que no estoy con ella?...- le dijo intentando alejarlo de la verdadera causante de sus penas.-

-no…- le dijo sonriendo y moviendo su dedo índice de arriba hacia abajo.- puedo no saber muchas cosas pero conozco ese sentimiento… de estar lejos de la persona que amas…- la sonrisa se borro al recordar lo doloroso que fue su relación con JanDi.-

-la persona que amo…- le confesó a su amigo.- es una mujer prohibida…- YiJeong y ella eran felices juntos, no podía llegar a romper todo… menos sabiendo que no era el elegido por ella.-

-¿y eso qué?...- le dijo inclinándose hacia adelante.- no deberías darte por vencido tan fácilmente... espera, ¿es una mujer casada?...- inclino un poco la cabeza y entrecerró sus ojos.-

-no…- se sonrió al ver lo ingenuo que podía llegar a ser el gran JunPyo.-

-entonces no hay nada que lo impida…-soltó una risa de ganador.- deberías ser como YiJeong. Luego de muchos intentos por fin GaEul lo perdono y ahora están a punto de volver su relación en algo serio.-

-…- su corazón se partió una vez más, no quería escuchar que tan felices eran ellos… no deseaba albergar malos sentimientos por su amigo y por quien fuera la última mujer que lo conquisto.- ¿así?...- fue lo único que salió de sus labios.-

-sí… ellos dos tuvieron un comienzo difícil, ya sabes… pero siguió intentándolo hasta que finalmente ella dijo que sí.- mantuvo la sonrisa en todo momento estaba feliz por esos dos, aunque ella… bueno no parecía tan entusiasmada.- aunque… bueno, no se… ella se ve triste... eso me ha dicho JanDi…- arrugo su frente.- las mujeres son difíciles de complacer.-

-…triste-se quedo con esa palabra, porque eso le alegraba… ¿Por qué le importaba que ella estuviera triste a pesar de su noviazgo con su amigo?.- ¿te ha dicho porque?-

-no… ¿Por qué?, tu sabes…- le dijo prestando más atención a su amigo.-

-¿Por qué iba a saber?...- le respondió defensivamente.-

-porque ella siempre pregunta como estas… o si sabemos algo más de ti, creo que se preocupa demasiado por los demás.- entonces lo vio, ese brillo… esa sonrisa que era tan poco habitual en él.-

-ella es muy especial…- le dijo levantando su café.-

Corea

-Srta. Choi…- la vos del hombre era gruesa y cansada por los años.- debe entender que la reputación y el buen nombre de nuestra familia está en juego con este… romance.- le dijo mientras miraba a su nieto.-

-Abuelo… no es un romance.- le corrigió YiJeong tomando la mano de ella.- esto es serio.-

-YiJeong no interrumpas a los mayores.- le advirtió su madre poniendo una seria expresión en su rostro.-

-sin embargo, mi nuera a intercedido por ustedes dos para favorecerlos…- se sonrió, bajo esos parpados pesados se escondían dos brillantes ojos.- tienen mi permiso y bendición si deseas llevar una vida juntos.-

-Abuelo… no hemos hablado de matrimonio…- le dijo nervioso YiJeong, aun no sabía cómo reaccionaría GaEul si le pedía ser su esposa.-

-Muchas gracias abuelo…- le dijo ella mientras mostraba sus respetos al anciano.- estoy muy feliz de recibir su bendición…-

La cena continuo muy amenamente, mientras GaEul se dejaba arrastrar por toda esta locura, era increíble que se hubiera dejado llevar por la corriente, ahora estaba casi firmando un contrato prenupcial con la familia So, ya no había vuelta atrás… eso pensaba ella mientras bebía un poco de agua para pasar los alimentos a través de su estrecha garganta.

Cuando la cena termino YiJeong la llevo a casa, estaba un poco alterado al ver como ella se había comportado, al parecer estaba siendo la misma de siempre, la que lo amaba por sobre todas las cosas.

-te amo…- le dijo antes de que ella descendiera del auto.- ere la única mujer que he amado…- le dijo con la respiración agitada.-

-lo sé…- le respondió mientras buscaba esas mismas palabras en su corazón…-

-GaEul… no tienes que decirlo, solo…- le dijo acercando su mano a la mejilla de ella.- déjame… saberlo…-

Antes de que ella pudiera consentir, los labios de ambos estaban tocándose, era increíblemente placentero para YiJeong, volver a saborear su boca sin tomarla por sorpresa o con trucos, solo porque ella así lo deseaba. Para GaEul era como beber algo amargo, se pegaba el sabor en sus labios intentando borrar el último beso de amor que había recibido.

Esa tarde JanDi no iría a la clínica pero tenía algunos pacientes que necesitaban curar sus heridas y retirar medicamentos, era algo que ella podía hacer sin problemas. Ahora tenía llaves del lugar lo cual mostraba el grado de responsabilidad que ocupaba en la clínica, no solo era la asistente, enfermera, ahora era casi una dueña más… preocupada por las personas que recibían ayuda de ellas. Estaba ordenando los medicamentos, luego tendría que revisar los vendajes y demás cosas que estaban dentro de la sala de atención. Se sentó en su escritorio tomando las fichas que correspondían a los pacientes que vendrían hoy, una mujer operada, un niño con un esguince, el anciano que necesitaba su tratamiento y por ultimo una joven madre. La campanilla de la puerta sonó, seguramente era su primer paciente o una urgencia, se levanto de la silla y dejo las carpetas ordenadas sobre la mesa.

-Buenas tar…- era una broma… un fantasma. Se quedo mirando la puerta sintiendo que sus ojos la estaban engañando.-

-Buenas tardes…- le dijo JiHoo. De todas las personas ella era la que más deseaba ver y ahora que estaba en frente de él no podía hacer otra cosa que contemplarla como si se fuera a romper. Seguía estando hermosa, seguía llenando el cuarto de luz con solo verla.-

Le pasaban tantas cosas por su cabeza, la primera idea o impulso que tuvo fue correr hacia él y abrazarlo, llorar en sus brazos y pedirle que jamás se fuera, que lo había extrañado tanto en esos meses… pero luego de eso vino el enojo y rompió con esa fantasía, en vez de correr hacia él deseaba arrojarle algo, golpearlo y gritarle que era un idiota, que no deseaba verlo que habría preferido no volver a verlo nunca más… que sin él estaba feliz.