❝ Revancha ❞  
—Yah, Song LuNa, ¿No piensas salir? —La voz de KyungSoo traspasó apenas la puerta de mi habitación. Yo me removí enfurruñada sobre la cama. Ni siquiera me había sacado el uniforme de la escuela, y la blusa blanca estaba completamente arrugada contra mi cuerpo. Por alguna razón, no me interesaba saber cuál, mi cabeza daba vueltas y vueltas sin parar. Intentaba acordarme de lo que había sucedido, la sensación que sentí en ese momento, sin embargo, nada parecía claro ahora. «¿Y si sólo fue una ilusión?». Porque me negaba a creer que Kai, JongIn, o quien fuera, me había besado. Y lo peor… Era que nadie nunca me había besado antes.  
Me senté sobre la cama, exaltada de repente, recordando algo que no había aparecido en mi mente: ¡Kim JongIn me había dado mi primer beso!   Solté un fuerte alarido, con el doble de drama incluido, y volví  a aventarme sobre la cama, pataleando como una chiquilla en pleno berrinche. Me sentía frustrada. Frustrada porque ni siquiera sabía qué demonios había pasado, mucho menos lo que iba a pasar. Se supone que cuando besas a alguien es porque te gusta, porque quisieras salir con esa persona, así que no entendía el por qué Kai me había besado.   No teníamos mucho tiempo de conocernos –no el suficiente, al menos-; había un montón de chicas detrás de él, mucho más bonitas y llamativas que yo; ¿No se suponía que estaba enojado por hacerlo esperar y “quedarse como un pendejo”? No entendía nada, y tantas preguntas me estaban causando dolor de cabeza. KyungSoo seguía afuera, así que después de enloquecer un poco más, me quité el uniforme para ponerme ropa más cómoda y fresca, y salí a verle, con el rostro gacho, sintiéndome demasiado tímida. Temía que él preguntara algo, o se diera cuenta. Sin embargo, sólo balbuceó algo acerca de una apuesta con Kris, y basquetbol en las canchas que estaban cerca de la calle donde vivíamos.   No dije más, me mantuve callada, y le acompañé así todo el camino, aunque fuese corto. Kris ya estaba ahí, con un par de bermudas y una vieja camiseta a la que le había cortado las mangas. El sol a las seis de la tarde seguía siendo intenso, sin embargo, ya no quemaba como antes lo hacía; así que simplemente busqué algo de sombra y me senté a verlos calentar.   KyungSoo me había explicado en el camino que Kris y él habían hecho una reta de basquetbol de la nada… Lo cual parecía, había sido más un ataque de valentía innecesaria por parte de mi viejo amigo que nada, y yo podía asegurar quién iba a ganar ese pequeño juego. WuFan había sido un completo abusivo al aceptar aquello, sabiendo que mi pequeño compilla no tenía ni la más mínima oportunidad. —¿Qué sucede? —Preguntó Kris tiempo después, cuando D.O. se tumbaba sobre el fresco pavimento de la cancha y él se sentaba junto a mí con una botella con agua en las manos. Le miré como quien mira a un extraterrestre. Ni siquiera había visto el “juego”, tampoco me había molestado en tratar de hacerlo. Simplemente mi mente no dejaba de trabajar, en inventar futuros y planear historias a base de un solo beso.   —¿Qué? —Inquirí como si acabara de despertar, incluso me sentía lánguida y somnolienta.   —Estás rara, no hablas y no te has burlado todavía de KyungSoo, algo debió pasar —Adivinó, como si me conociera de toda la vida. Algo que yo creía posible, pues sólo ocupaba verme el rostro para saber si algo iba mal—. ¿Peleaste con LuHan? —Negué con la cabeza, incapaz de hablar. Sabía que tenía que decir algo, pero simplemente mis labios no se movían—. Entonces… ¿Discutieron tus padres de nuev0? —Negué nuevamente con la cabeza, agazapándome más. Era absurdo, y fastidioso, pero me daba una vergüenza decirle… Decirle que Kai me había robado el primer beso de mi vida entera —. Vaya —suspiró al aire—Entonces, ¿Acaban de besarte o algo así? —Abrí los ojos de par en par, mirándolo aterrorizada. ¿Cómo lo sabía? ¡Me había leído la mente, este loco! —¡Cielos! ¿Te besaron de verdad? ¡KyungSoo, a tu amiga acaban de besarla! —Gritó hacia la dona glaseada que se desparramaba en el pavimento, totalmente derretida, sudorosa y jadeante.   —¡Cállate, cállate! —Me abalancé sobre Kris, tapándole la boca con ambas manos, haciéndolo ir de espaldas contra el asiento de al lado, conmigo encima. Kris sólo se reía como un loco –y era poco usual verle reír así, a carcajadas-, y me empujaba levemente para no hacerme daño—. ¿Estás loco? ¡Nadie me besó, nadie! —Le grité furiosa y enrojecida de las mejillas.   —¿Y por qué de repente enfureciste como leona? —Me preguntó aún entre risitas, cuando me regresó suavemente a mi asiento.   —¡No me enfurecí, yo sólo…! —Bajé la voz cuando noté que estaba actuando como una niña pequeña, y le miré tratando de hacerle sentir con mis ojos todo el enojo que tenía encima—. Nadie me besó.   —Vale, vale. No fue nadie, ya entendí. Pero, sí fue Kai, ¿O no?   Bingo. Kris sabía cómo torcerme. Y no podía acusarle, ya que con él era demasiado transparente, justo como lo era con KyungSoo. Giré el rostro en dirección contraria a él para ocultar su color, completamente azorada, y le enterré el puño en el muslo, haciéndolo soltar un alarido de dolor.   —¿Quién besó a quién? —Ni siquiera me di cuenta que KyungSoo ya estaba al otro lado de mí hasta que prácticamente me gritó en la oreja—. ¡Nuestra pequeña ya no es una pequeña!   Lo que vi en la cara de KyungSoo me dio miedo. Estaba sonriendo maléficamente, mirándome con esos grandes ojos saltones suyos como si se tratara de una travesura que había pillado. Nunca me había mirado así, salvo cuando un niño de nuestra primaria me regaló una paleta de corazón un 14 de marzo. ¡No, no, no!   —Kai la besó, ¿No es obvio? —Se burló Kris poniendo cara seria, pretendiendo que no lo hacía, pero ¡yo sabía muy bien que sí lo hacía!   —¿En verdad? —KyungSoo se dejó caer junto a mí en el asiento, empujando su muslo contra el mío hasta atraparme entre Kris y él, como si fueran unos detectives y yo la sospechosa principal—Entonces, te dio tu primer beso… —Rio por lo bajo bajo sin alternar su expresión aterradora, yo sólo inflé los pulmones, alzando la frente, y lo empujé por el pecho con poca delicadeza.   —¡Me lo robó, que fue diferente! —Exploté de repente, y no me di cuenta que me había delatado cuando ambos estallaron en risas que los hizo caer de espaldas abrazándose el estómago—. ¡Yah! Es todo, me largo —balbuceé molesta, tan sólo de recordar a Kai y escuchar a mis amigos burlarse a cuestas mías. Me levanté irritada y di un paso para marcharme, pero la enorme mano de Kris se enroscó en mi muñeca y me detuvo por completo.   —¿Debería darle una paliza? —Preguntó Kris quedito.   —Quisiera dársela yo.   —Pero, ¿A caso no querías el beso? —Fue entonces KyungSoo quien preguntó, con su ronca vocecilla raspándole la garganta.   —No lo sé… Quiero golpearlo y… ¿Por qué lo hizo? Después de lo mal que me trató —Me giré hacia ellos, con el ceño fruncido, dejando que salieran mis confusiones. Ellos eran hombres, ¡debían serlo! …Quizás. Ellos sabían cómo actuaban los hombres, supuestamente. Ellos me darían respuestas.   —Quizás le gustas y por eso lo hizo.   —Es un idiota que se cree todopoderoso.   D.O. y Kris hablaron al mismo tiempo, como si estuvieran sincronizados, sin embargo, sus pensa