Sentir como sus delicadas manos se aferraban a mi cintura,

Sentir como su nariz se colocaba perfectamente en el espacio entre mi cuello y mi clavícula, respirando mi esencia para llevarla con ella para siempre.

Sentir como compartíamos nuestro calor brindándonos comodidad, no importa que tan fría, oscura y ruda fuera la noche. Nos bastaba si nos teníamos la una a la otra.        

Seguí revolcándome ahí sin ningún éxito, trate de recordar su fragancia, tal vez con eso pudiera calmarme un poco.

Cerré los ojos, pensando en las veces que besaba su rubia cabeza, aspirando esa fragancia que tanto me gustaba, tan embriagadora para mí, a la cual me había hecho adicta

Luego mi memoria paso a su cuello, ese cuello que muerdo sutilmente asegurándome de no lastimar pero queriendo  la vez poder reclamarla como mía

Como a pasos pequeños me dirijo a hacia su abdomen haciendo el recorrido rozando mis labios contra su piel, grabando cuidadosamente cada detalle de ella, al mismo tiempo mis manos se encargan de estimular sus dotados y bien formados “montes”, así dejándome escuchar su voz con un toque de placer.

Y al llegar a su punto mas sensible, su espalda ya estaba ligeramente arqueada, su cuerpo ya se estaba estremeciendo, sus ojos cerrados y ella ya apretaba con fuerza mi mano.

Esa vista de ella tan vulnerable mandaba choques eléctricos directamente a mi espina dorsal.

Mi piel se ponía como de gallina sabiendo que yo era la elegida, yo era la única que podía verla así, yo era la única a la que le permitía verla completamente real, como es. Como realmente es, una chica sensible y débil, desesperada por fundirse con la persona que ama.

Al momento de terminar ella sucumbía directamente en mis brazos.

Ese era el momento que más apreciaba, era como si mis brazos estuviesen hechos solo para ella, encajaban perfectamente y sin error en su pequeña figura.

Sentía como si mi misión fuese tenerla siempre ahí, protegiéndola, dándole calor, haciéndola sentirse mas que amada.

Al ir recapitulando mis memorias conseguí caer dormida solo muy pocas horas. Mi sueño fue arrancado por culpa de unos pájaros que cantaban alegremente como si el mundo fuera color de rosa.

Sin embargo desperté llena de preocupación y de energía, aproveche para ir a verla en esa mañana, tan solo unos segundos de ella me harían bien.

Al llegar a sus propiedades me cole cuidadosamente hasta la misma reja. Gracias a Dios que en las mañanas la seguridad no es tan pesada como  lo es en las noches. Era más fácil que me vieran pero había menos probabilidad de eso.

Exitosamente logre llegar hasta el otro lado de su ventana, mi corazón estaba hecho un lio, consumido por la interrogante de saber como se encontraba.

Me tome unos momentos para observarla a lo lejos, los mismo rayos de sol que siempre me despertaban en nuestras mañanas, a ella le quedaban tan bien. Su figura resaltaba perfectamente en esa luz amarillenta.

Era casi como un ángel.

Tan pronto comencé a acercarme, mi corazón se empezó a encoger.

Ella estaba fuertemente aferrada a una de sus almohadas, se podía notar la necesidad que tenia que tener a alguien cerca. De tenerme ahí con ella.

Sus ojos estaban ligeramente hinchados, su contorno se pintaba de un color rosado, su nariz roja, su cabello desordenado.

Ella había llorado hasta quedarse dormida.

Esa vista me perforaba el alma, era lo último que quería de ella, sus lágrimas. Sus lágrimas causadas por mí.   

La rabia invadía mi cuerpo, no podía permitir verla de nuevo así.

Estaba decidida a hacer lo que hiciera falta para que al fin pudiéramos ser libres y no tener restricción alguna.

T

al vez, incluso seguir los pasos de Krystal, su hermana……

Le escribí como siempre pero esta vez, era toda descuidada y corta.

“Hoy…..Abrígate bien.”

Era lo único plasmado en el papel.

Y me fui, me fui llena de ira, estructurando un plan en mi cabeza.

Había perdido ya toda mi cordura.