Final

Un Regalo Para Donghae

 

Sin siquiera moverse para limpiar las lágrimas que cubrían su rostro, Sooyoung lentamente se quedó dormida en esa posición, todas las ilusiones que se había hecho ahora rotas y su esperanza de hacer feliz a Donghae, destruida…

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- Soo ¿estás bien? – preguntó Yuri viendo el horrible aspecto que tenía la shikshin.

- Sí Yul, ¿por qué? – Sooyoung respondió simplemente, abriendo la puerta del refrigerador y sacando un bote de leche.

- Mmm…pues no luces muy bien hoy…y aparte…dormiste más de lo usual…mucho más de lo usual – contestó la otra joven morena en tono preocupado.

- Tenía sueño – soltó Sooyoung sin voltear a ver a la otra chica, y se sirvió una enorme cantidad de cereal en un gran tazón.

- Mmm…arasso – Yuri susurró en un tono ahora más sospechoso – como sea, deberías arreglarte ya. La fiesta empieza a las seis y son las cuatro, así que nos vamos a ir en una hora y media.

- No voy a ir – dijo la shikshin antes de devorar la primera cucharada de cereal con leche.

- ¡¿QUÉ?! – Saltó Hyoyeon que en esos momentos iba entrando a la cocina ya ataviada con su vestido para la fiesta - ¡¿CÓMO QUE NO VAS A IR?!

- ¿Quién no va a ir a dónde? –preguntó Tiffany que se asomó en esos momentos a la cocina seguida de Taeyeon, ambas mujeres con rizadores en la cabeza y batas de baño.

- Sooyoung dice que no va a ir a la fiesta de Donghae oppa – Yuri contestó mientras se alejaba lentamente del lugar donde estaba, cerca a donde la chica morena seguía engullendo su cereal con enojo, como si las pobres hojuelas le hubieran hecho algo malo.

- ¡¿QUÉ?! – chillaron las dos al mismo tiempo, como si les hubieran dicho que habían sido despedidas de la SM - ¡¿POR QUÉ?!

- Porque no tengo ganas – Sooyoung respondió con tono cada vez más molesto, sin ser capaz de revelarles la verdadera razón – y no le compré un regalo…

- ¡AH NO SEÑORITA! – Taeyeon replicó en su tono de señora enojada y tomándola por un brazo, mientras Tiffany hacía lo mismo del otro lado, la levantaron de la mesa y forcejearon con ella para obligarla a caminar - ¡QUÉ DIRÍAN TODOS SI SABEN QUE NO FUISTE PORQUE NO TENÍAS GANAS!

- ¡TAEYEON SUÉLTAME! ¡NO QUIERO IR! ¡NO VOY A IR! – la chica alta protestaba mientras era arrastrada lentamente fuera de la cocina.

¡AL MENOS POR RESPETO A TU SUNBAE DEBERÍAS IR! – Tiffany intervino jalando de su brazo para dirigirla hacia las escaleras – ¡ASÍ QUE SIN PROTESTAS! ¡EN ESTOS MOMENTOS TE VAS A BAÑAR Y A ARREGLAR PORQUE NOS VAMOS EN UNA HORA Y MEDIA!

- ¡NO! ¡NO QUIERO IR! – Sooyoung seguía protestando y haciendo berrinches mientras las dos mamás la hacían subir las escaleras a fuerzas y la metían a uno de los baños - ¡DÉJENME YA! ¡NO VOY A IR!

- ¡CHOI SOOYOUNG! ¡YA ES SUFICIENTE! – Taeyeon dijo en voz amenazante – Si no vas, le diré al presidente Lee que no quisiste asistir y sabes que no le va a gustar oír eso, así que déjate de berrinches y prepárate ¡¿me oíste?!

Acto seguido la puerta se cerró enfrente de ella, dejándola atrapada en el cómodo cuarto de baño. Sooyoung entonces se dejó caer en el suelo alfombrado, exhalando un largo suspiro que terminó convirtiéndose en un gruñido de desesperación. Parece que realmente no tenía otra opción, tendría que ir a la fiesta…tendría que encarar a Donghae…

- ¿Les importaría pasarme mi ropa y una toalla? –preguntó la morena después de un momento, sabiendo que Taeyeon y Tiffany se quedarían afuera del baño hasta que ella saliera.

Minutos después, la puerta se abrió brevemente y una mano le tendió una mullida y suave toalla, ropa interior, unos zapatos de tacón blancos y un vestido azul celeste que tenía incluido un moño blanco en el frente a la altura de la cintura, mismo que le quedaba a medio muslo y se ajustaba perfectamente a las curvas de su cuerpo. La chica parpadeó confusa al recibir el conjunto que aparentemente sus compañeras querían que usara y preguntó:

- ¿De verdad esperan que me ponga esto?

- Sí, y más vale que te apures, vamos a llegar tarde si sigues quejándote – contestó Tiffany y volvió a cerrar la puerta.

- Ah…realmente quieren humillarme ¿no es cierto? – Sooyoung dijo para sí resignándose y empezando a quitarse los zapatos y calcetines para entrar a la ducha.

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Eran exactamente las seis de la tarde con quince minutos cuando una enorme limusina blanca se detuvo enfrente de una mansión que era usada como el salón de fiestas para la celebración de esta noche. Amplios y verdes jardines cubrían toda la parte frontal del terreno y una innumerable cantidad de flores multicolores y árboles de toda clase adornaban los espacios, dándole una atmósfera de pureza y vivacidad a la residencia. Un camino de cristal en el que se podían vislumbrar piedras puestas debajo transitaba desde la reja principal hasta el porche delantero de la casa, varias lámparas en el piso bordeando el dicho camino terminaban de darle el toque de perfección a la vista; parecía el hogar de un príncipe o alguna celebridad con una inmensa fortuna.

Nueve hermosas mujeres descendieron del vehículo una a una, y una vez que estuvieron todas en la entrada principal, empezaron a recorrer el hermoso camino hacia la casa con pasos apresurados y ansiosos, con excepción de la más alta de todas ellas, la cual parecía rehusarse a contemplar la belleza del lugar y en cambio miraba intensamente al suelo, tratando de encontrar alguna excusa que pudiera sacarla de aquélla situación lo más rápido posible.

Pero en cuanto traspasó las amplias puertas blancas de madera tallada, su mente quedó en blanco por unos momentos cuando sus ojos intentaron asimilar la deslumbrante belleza del lugar. Realmente parecía el hogar de la familia real: la amplia habitación que la recibía era de unos setenta metros de largo por cincuenta de ancho y veinte de alto. En el enorme techo abovedado había pinturas al fresco que parecían muy antiguas, y en medio de cada uno de los arcos que dividían el techado en secciones colgaba un candelabro digno de cualquier castillo francés. Amplios ventanales cubrían la mayor parte de las paredes, cada uno de ellos bordeado por un marco de lo que parecía ser oro, y los cristales destellaban bajo el resplandor de las numerosas lámparas distribuidas por toda la estancia. El suelo estaba completamente alfombrado y ni una sola mota de polvo se podía vislumbrar entre el intrincado tejido de los hilos que formaban los tapetes. Y por último, pero definitivamente no menos importante, una multitud de elegantes mesas, refinadas fuentes y hermosas sillas y taburetes estaban regadas por la habitación en donde se agrupaban los invitados, charlando, riendo, bromeando, comiendo, y disfrutando del ambiente aristocrático del evento.

- Mas que una fiesta parece una cena para elegir al nuevo príncipe – comentó la morena en voz baja sin poder creer del todo lo que su ojos veían.

- Creo que en ese caso hice un buen trabajo en la organización ¿no crees? – una voz masculina pero dulce dijo a su espalda con tono divertido, haciendo que Sooyoung se sobresaltara y volteara inmediatamente para encontrarse cara a cara con el sujeto del que tanto estaba tratando de huir, el motivo de la fiesta y el cumpleañero de ese día: ni más ni menos que un Lee Donghae enfundado en un impecable traje sastre que consistía en unos zapatos blancos de charol blancos que muy probablemente eran nuevos porque brillaban como tal, un pantalón blanco perfectamente liso, una camisa azul celeste que asimilaba una suave y esponjosa nube de lo cómoda que parecía, un chaleco blanco a juego con el pantalón que se ceñía un poco a sus costados, haciéndolo lucir bastante esbelto, y un saco igualmente blanco, que ahora sin embargo descansaba colgando en su brazo izquierdo, aparentemente demasiado ostentoso para usarlo en esos precisos momentos.

Estaba de más decir que el festejado lucía más que perfecto y extremadamente atractivo esa tarde, por lo que Sooyoung estuvo muy cerca de sufrir un colapso nervioso en cuanto lo vio, pero intentando contenerse, solamente retrocedió un poco dando traspiés para alejarse de él un poco y disimular su nerviosismo, pero lo que no pudo disimular en esos momentos fue el sonrojo exagerado que bañaba sus orejas y mejillas, así que sus acciones sólo empeoraron las cosas.

Afortunadamente para Donghae, toda aquella escena le resultó de lo más graciosa posible, así que avanzando unos pasos hacia ella, dijo riéndose ligeramente – Perdón, no quería asustarte. ¿Estás bien?

- S…sí – una aún muy nerviosa Sooyoung tartamudeó bajito.

- ¿Y?... ¿Te gusta el lugar? – preguntó Donghae echando un vistazo a su alrededor – quería hacer algo diferente a los demás años, así que pensé en grande y resultó esto.

- ¿Tú lo planeaste todo? – Sooyoung preguntó asombrada saliendo lentamente de su letargo.

- Si – respondió Donghae orgulloso de sí mismo.

- Wow…es realmente hermoso Donghae shi… - contestó Sooyoung embelesándose de nuevo con la vista.

- Gracias……eh Sooyoung… ¿te puedo hacer una pregunta? – preguntó el joven poniendo repentinamente una expresión seria.

- Eh…si claro – Sooyoung titubeó un poco al sentir la intensa mirada que Donghae le dirigía.

- Mmm…no es que no me agrade, pero… ¿soy el único al que te diriges con tanta formalidad?

- ¿Eh?

- Desde que te conozco, nunca has dejado de llamarme Donghae shi…

- ¡Ah!... Lo siento…

- No te disculpes, está bien…es sólo que es extraño…ya sé que no somos muy cercanos pero me gustaría que lo fuéramos… así que si me llamas oppa no me molestaría – después de aquélla confesión, el chico le dedicó una de sus características sonrisas a la joven, quien por su parte sólo esperaba no desmayarse en ese momento, ni que le diera un ataque cardiaco de lo rápido y fuerte que su corazón estaba latiendo en esos instantes.

- Eh…si…está bien…lo intentaré Donghae shi – Sooyoung respondió viendo el suelo con mucha intensidad.

- Oppa… - Donghae respondió soltando una risotada.

- ¡Ah si!... Donghae oppa… - cuando la última palabra salió de sus labios, las pronunciadas mejillas de Sooyoung se volvieron a tornar de un matiz rojo, más marcado incluso que antes.

Después de unos segundos de silencio incómodo, Donghae volvió a hablar, esta vez sorprendido de sus propias palabras:

- ¡HEY! No me había fijado. ¿Sabías como me iba a vestir, verdad?

- ¿Qué…? No… ¿por qué?

- Tu atuendo combina con el mío

Era verdad. El tono azulado tanto del vestido de Sooyoung como de la camisa de Donghae era exactamente el mismo, sin contar que el resto de sus accesorios, siendo todos blancos, combinaban perfectamente con los del otro. Si alguien no supiera que fue una extraña coincidencia, bien hubiera podido decir que ambos eran pareja.

- ¡Oh! Cierto, no lo había notado tampoco. ¡Lo siento! Yo no escogí mi atuendo, Tiffany y Taeyeon lo escogieron por mí, si hubiera sabido no lo hubiera usado, realmente lo siento, no era mi… - Sooyoung empezó a decir lo más rápido que fue capaz, pero el sentir la mano de Donghae en su hombro la hizo detenerse en seco y abrir mucho los ojos - …intención.

- ¿Podrías dejar de disculparte? – Contestó Donghae aún más divertido que antes – está bien, sé que no es tu culpa y además no me molesta…creo que es bastante tierno.

- ¿En serio? – Los ojos de Sooyoung se abrieron aún más si era posible.

- Sí, en serio – el chico pez dijo simplemente y palmeando unas cuantas veces el hombro de la morena, añadió – ahora deberíamos entrar, la fiesta no estaría completa sin nosotros ¿o sí?

- Mmm…más bien sin ti – la chica respondió.

- Hahaha, estoy tratando de incluirte para que te unas y me rechazas.

- Oh…arasso, arasso…lo siento.

- Aish esta chica… ¿algún día podrás dejar de disculparte? – Donghae rio una vez más y dio un paso atrás para cederle el paso a la joven.

- Mmm…no lo creo – respondió ella sonriendo y haciendo una pequeña reverencia antes de tomar la delantera y entrar al salón.

No más de dos segundos después de que la pareja hubo entrado en la enorme estancia, todos los invitados empezaron a llamar al festejado a sus respectivas mesas, lo que hizo que ambos se sintieran bastante incómodos.

- Me temo que tendré que dejarte, creo que hoy realmente soy el alma de la fiesta.

- Ha, lo sé. No te preocupes, iré con las chicas. Tú ve y pórtate como todo un ídolo.

- Hahaha, arasso – Donghae aceptó alejándose un poco de ella, ero antes de acercarse a cualquiera de las mesas, volteó hacia ella y le gritó – Y no creas que se olvida que estoy esperando tu regalo, ya vi que no lo pusiste en la mesa de los obsequios, pero no creas que te me vas a escapar ¿ok?

- Eh… - la shikshin se quedó helada al oír aquéllas palabras. Aunque Donghae lo hubiera dicho en broma, era cierto que Sooyoung no había puesto su regalo en la mesa ya que no tenía regalo alguno, y aparentemente también era cierto que el bailarín estaba esperando que ella, al igual que todos los demás invitados, le obsequiara algo. No quería ni pensar en lo que el chico le diría si lo supiera, no quería decepcionarlo – no quiero ponerlo con los demás regalos. Te lo daré en persona después ¿ok?

Era mentira, una gran y horrorosa mentira obviamente, pero no se le ocurrió que más decir, así que sólo agachó la cabeza y se dirigió a la mesa de los refrigerios, no sin antes alcanzar a oír la alegre y entusiasmada respuesta de Donghae “Arasso. Estaré esperando con ansias”.

Una vez que llegó a la mesa se sirvió ponche apresuradamente en un vaso y se lo bebió en menos de dos segundos. ¡MIERDA! ¡¿QUÉ RAYOS HABÍA HECHO?! ¡¿DARLE SU REGALO EN PERSONA?! ¡NO HABÍA NINGÚN REGALO!

Mientras intentaba pensar en algo coherente que la pudiera sacar del gran lío en el que acababa de meterse, una mano se agitó enfrente de su cara sacándola de su ensimismamiento.

- Sooyoung ¿estás bien? –Hyoyeon le preguntó una vez que la delgada joven salió de su trance – te ves pálida.

- Eh…sí…sólo necesito comer – mintió la shikshin, lo que provocó una risotada por parte de Hyoyeon.

- Si no me extraña. Vamos, tenemos comida en nuestra mesa – dijo la mujer rubia y la tomó del brazo llevándola a su mesa - ¿Dónde estabas? Te estábamos buscando, desapareciste antes de que entráramos.

- Estaba viendo el decorado – murmuró Sooyoung apenada.

- Aish, tú realmente… anda come – finalizó Hyoyeon cuando por fin llegaron a la mesa y sentó a la más joven entre Seohyun y Sunny, dándole un plato rebosante de fideos y unos palillos.

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Después de unas tres horas de los rituales típicos de un cumpleaños que incluían un gran plato de sopa de algas que Donghae literalmente devoró, un brindis con un discurso muy emotivo por parte de Leeteuk y Yunho, un enorme pastel de tres pisos y un travieso Eunhyuk que estampó la cara de su amigo contra el betún cuando el pez se disponía a apagar las velas, por fin había llegado la hora que todos excepto Choi Sooyoung habían estado esperando: los regalos.

Fue ahí cuando la shikshin empezó a ponerse realmente nerviosa, incómoda y un poco asustada. La repartición empezó por orden de mesas, cada uno de los invitados se levantaba, tomaba su regalo de la mesa y se lo entregaba al festejado junto con un buen deseo o una felicitación. Afortunadamente, bueno, si es que eso se podía considerar fortuna, la mesa de las SNSD era una de las últimas, por lo que Sooyoung aún tenía algo de tiempo antes de enfrentar al bailarín, lo cual no significaba que eso aminorara la gran presión que sentía en el pecho…tenía que salir de aquélla habitación lo más pronto posible…

Pero entre lo que pensaba para poder salir de allí y seguía con su nerviosismo que la estaba traicionando más y más a cada segundo, en un abrir y cerrar de ojos tocó el turno de las chicas para entregar sus regalos y Taeyeon, siendo la que estaba sentada en una de las orillas de la mesa, fue la primera que se levantó y caminó hacia Donghae para darle su “aburrido reloj”.

Inmediatamente después de que la líder entregó su regalo, una ansiosa Jessica se levantó y tomó un paquete que había dejado en el suelo a su lado y que hasta ahora había pasado desapercibido, y casi corriendo llegó hasta la mesa de los regalos y cogió otro paquete un tanto más largo y delgado. Cuando llegó enfrente de Donghae, con una enorme sonrisa en su cara le dijo:

- Oppa, como eres uno de mis mejores amigos y no soy una persona avara con mis amigos, te daré dos obsequios – al oír esto todos quedaron anonadados y hasta apenados por el hecho de que el resto sólo había comprado un solo obsequio…y desde una esquina oscura de la mesa de las SNSD, unos grandes ojos castaños llenos de celos y resentimiento parecían querer atravesar a la mujer castaña que no le quitaba la vista de encima al bailarín.

- Wow Sica muchas gracias – Donghae respondió muy sorprendido y tomó en sus manos el primer paquete largo, que cuando terminó de abrir se reveló en forma de un elegante saco negro que parecía confeccionado por ángeles.

- Es Armani – todos los asistentes emitieron un ¡Oh! Colectivo al oír eso – escuché que te gustaba usar Armani así que pensé que te gustaría.

- Sica…wow…realmente muchas gracias – Donghae ahora estaba un poco abrumado al sentir la suavidad de la prenda entre sus dedos y, aunque no combinaba en absoluto con su atuendo actual, se puso el saco en un santiamén. Al menos eso era lo más educado que podía hacer en esos momentos para mostrar su agradecimiento.

- Y ahora el segundo regalo – Jessica continuó y le dio el otro paquete un poco más pequeño y de forma rectangular – este es aún más especial – terminó la chica aumentando el tamaño de su sonrisa si es que eso era posible.

- Wow ¿más especial que Armani? – Donghae recibió el paquete y casi desesperadamente lo abrió, revelando una linda vitrina de vidrio que contenía unos objetos extraños de muchos colores y en la cual se formaba la imagen de un gran y sonriente pez rodeado por agua.

Sooyoung se había levantado de su asiento sin notarlo, sin pensarlo, en el momento en que reconoció de lejos SU regalo. No podía creerlo…simplemente no podía creerlo… ¡ASÍ QUE PARA ESO LO QUERÍA! ¡QUÉ BAJO HABÍA SIDO ESO! ¡¿CÓMO SE ATREVÍA?!

- Lo hice yo especialmente para ti oppa – la castaña agregó con tono cantarín y esperó por la reacción del chico, que parecía que repentinamente se encontraba en el paraíso, porque la más grande y hermosa sonrisa que hubiera esbozado jamás se formó en su cara y casi parecía que le saldrían alas en cualquier momento y volaría lejos de la casa.

- Sica, eres extraordinaria ¿lo sabías? – el chico contestó por fin y dejando por un momento el regalo en una mesa cercana, la abrazó con fuerza y la levantó unos momentos del piso – es el mejor regalo que me han hecho, muchísimas gracias.

Ese fue el colmo. La gota que derramó el vaso. Sooyoung no lo pudo soportar más. Con pasos apresurados y sin importarle lo que las otras chicas empezaron a susurrarle, la morena se escabulló de la mesa y se dirigió casi corriendo hacia la parte de atrás de la estancia, una incontrolable rabia hirviendo en su estómago y un punzante dolor cruzando su pecho mientras ardientes lágrimas empezaban a formarse en sus ojos y sus manos se tornaban blancas por el esfuerzo con el que las estaba empuñando. Ya no quería saber nada de la fiesta y sentía que si no salía de allí en ese mismo instante se pondría a gritar y despotricar como loca, y a pesar que ahora se sentía muy dolida con Donghae, no quería ser la responsable de una pelea en lo que se supone era una celebración, así que sólo siguió caminando hasta llegar a una de la muchas puertas traseras que había y sin detenerse a pensarlo la abrió y salió al enorme patio de la casa, no sin antes volver a cerrar las puertas lo más silenciosamente que pudo.

De lo que la alta chica no se dio cuenta fue que en cuanto empezó a emprender su carrera hacia la salida, cierto par de ojos dejaron de observar a cierta mujer castaña y se clavaron en ella, siguiendo todos y cada uno de sus movimientos hasta que salió de la habitación, e incluso pudieron percibir la expresión abrumada que su hermoso rostro tenía en esos momentos, por lo que un ligero gesto de desconcierto se formó en la atractiva cara del pálido chico.

En cuanto la shikshin descendió las escaleras que conducían a un gran y hermoso prado y olió la pureza del aire se sintió un poco menos sofocada y pudo pensar con más calma, aunque eso no aminoraba el hecho de que aún estaba furiosa como nunca antes lo había estado. Quería regresar y arrancarle la cabeza a Jessica; se lo merecía después de todo. Pero Donghae estaría ahí también y aún le importaba demasiado causar una buena impresión enfrente de él como para cometer un asesinato en plena fiesta de cumpleaños. Así que solamente pudo tragarse toda su ira y siguió caminando hasta que sus tacones tocaron el suave pasto que cubría la mayoría del piso, pero súbitamente se sintió muy incómoda con ellos y se los quitó con parsimonia mientras veía alrededor buscando un sitio tranquilo donde pudiera sentarse y pensar. Una vez que lo encontró debajo de un frondoso árbol que estaba levemente iluminado con una serie de luces, Sooyoung se dirigió hacia la base del tronco, y sin importarle mucho que su vestido se pudiera ensuciar, se sentó y apoyó su barbilla en sus rodillas mientras sus brazos se abrazaban a sus largas piernas.

Y así permaneció durante un muy largo rato, intentando calmar todo el enojo y el resentimiento que aún bullía en su interior, hasta que poco a poco los dedos de sus pies, que eran los que ahora estaban encogidos, se fueron destensando lentamente. Pero una vez que la furia cedió, la tristeza se empezó a apoderar de ella y ya sin poder contener las lágrimas por más tiempo, Sooyoung las dejó correr libremente por sus mejillas hasta aterrizar en sus rodillas, de vez en cuando un débil y lastimero sollozo escapando de su boca.

- Bueno, al menos le gustó mucho el regalo…así que creo que al final sí valió la pena todo mi esfuerzo…aunque no se lo haya dado yo – otro sollozo y un fuerte hipido siguieron a las palabras que Sooyoung apenas pudo murmurar al silencio de la noche.

- ¿Ése era entonces tu regalo? ¿El que no querías poner junto a los demás? – una dulce voz varonil susurró casi tan bajo como ella había hablado, causando que la chica saltara del susto. No esperaba que alguien saliera y menos que la viera en ese estado, particularmente el joven del cual eran motivo sus lágrimas, que era quien precisamente se encontraba recargado de espaldas al árbol donde estaba sentada, con las manos en los bolsillos de su pantalón y la cabeza caída.

- Dong…Dong…h…ha…hae… - fue lo único que balbuceó la chica abriendo los ojos desmesuradamente sin poder creer que Donghae realmente estuviera ahí. De manera torpe intentó voltearse y limpiar las lágrimas de su rostro, acto bastante inútil porque aunque no la pudiera ver con claridad, era obvio para Donghae que ella había estado llorando.

- Lo…lo…siento…no quise…perdón… - Sooyoung seguía hablando sin sentido alguno mientras intentaba levantarse del suelo, pero tanto tiempo sentada había logrado que sus pies se entumieran y no le respondieron, y con un golpe sordo volvió a caer en el suelo y su cabello quedó revuelto, cayéndole despeinado por la cara.

- Aish…realmente… - Donghae dijo en voz muy baja y, agachándose para quedar en cuclillas enfrente de ella, puso una de sus manos debajo de su barbilla y delicadamente le levantó la cara. Una vez que ambos rostros estuvieron a la misma altura, el chico empezó a remover los mechones de la cara de Sooyoung con extremo cuidado y sutileza, hasta que pudo ver claramente como los enormes y oscuros ojos de la shikshin se llenaban nuevamente de lágrimas al devolverle la mirada.

- Donghae…yo…lo…lo siento mucho…sé que estás enojado conmigo porque…no tengo un regalo para ti…realmente lo siento… - Sooyoung sollozó y cerró los ojos, incapaz de ver a Donghae un solo instante más.

- ¿Creías que me iba a enojar contigo por eso? ¡Babo! – el bailarín susurró divertido y sin previo aviso se dejó caer de rodillas y la abrazó muy fuerte.

Los ojos de Sooyoung no podían estar más abiertos y por más que intentó hablar, las palabras no conseguían salir de su boca, como si el contacto con Donghae le hubiera quitado el poder de hablar. Al no oír ninguna protesta de ella, el chico continuó – Me basta con que hayas venido aquí por mí y que seas tan amable y tierna conmigo, realmente aprecio eso Sooyoung shi…además, por lo que vi allá adentro, creo que sí tenías un obsequio para mi ¿no es cierto?

Sooyoung se separó de él unos momentos para verlo a los ojos y con un asombro total y genuino preguntó – ¿Cómo lo supiste?

- No fue difícil adivinarlo. En primer lugar, solamente tú sabías acerca de mi obsesión con los dulces y el hecho de que me encantan las cosas para niños…y la vitrina realmente parece un regalo para un niño – al oír esto Sooyoung se sonrojó mucho y miró al suelo por un segundo, antes de volver a ver a Donghae a los ojos cuando éste siguió hablando – en segundo lugar, cuando viste que era la vitrina te paraste y no dejabas de ver a Jessica como si no creyeras que fuera verdad que ella me diera ese regalo y cuando te fuiste te veías muy furiosa pero también muy triste…y pensé que tú no harías eso sin razón alguna así que algo tenía esa vitrina que te hizo reaccionar así…y en tercera…bueno…no es por desprestigiar a Jessica…pero ella nunca hubiera hecho algo así para mí…puedo decir ciegamente que no se le da eso de hacer regalos…ella es más bien del tipo que sólo los compra y dice que ella los hizo…

Sooyoung sólo asintió enérgicamente con la cabeza y un pequeño puchero se formó en sus labios, con lo que se ganó una risa discreta de Donghae. El chico por fin se separó de ella y se sentó en el suelo, quedando frente a frente, al parecer también a él le tenía sin ningún cuidado que su impecable traje blanco iba a quedar horriblemente manchado y sucio.

- Pero lo que me intriga de todo esto es – Donghae continuó frunciendo el ceño levemente mientras apoyaba su barbilla en sus manos – que si eras tú la que hiciste el regalo para mi… ¿por qué se lo diste a Jessica…?

- ¡YO NO SE LO DI! – Sooyoung se defendió - ¡Ella me lo quitó! Cuando lo vio en mi cuarto lo agarró y me amenazó con que si no se lo daba iba a darle una foto muy vergonzosa de mi a la prensa…y no tuve otra opción…

- Mmm…déjame adivinar. ¿La foto de cuando viste a Siwon desnudo?

- ¡¿CÓMO SABES ESO?!

- ¿Estás bromeando? Todo SM Entertainment lo sabe…sólo que nadie lo ha revelado porque provocaría un gran escándalo.

Sooyoung no podía estar más sonrojada. La enorme vergüenza que sentía la hizo esconder su cara entre sus manos tratando de esconderse del mundo, y producto de la vergüenza, hizo un sonidito realmente gracioso, y una tercera carcajada del cumpleañero resonó cantarina en todo el patio.

- Realmente no conocía ese lado tuyo Soo…no sabía que tenías tanto aegyo…me agrada mucho…

Si es que acaso era posible, las mejillas de Sooyoung tomaron un tono aún más rojo, que hizo que su cara pareciera un tomate maduro, y enterró la cara entre sus brazos sin saber qué hacer, por un lado se sentía aliviada de que ahora Donghae sabía lo de su regalo, pero por otro lado se sentía avergonzada de que supiera lo de Siwon, y se sintió morir al escuchar que su aegyo no planeado le gustaba al chico. Esta era exactamente la clase de situación en la que Sooyoung simplemente no sabía que hacer.

- Sooyoung… ¿te puedo hacer una pregunta? – Donghae preguntó repentinamente serio y la chica se descubrió por fin la cara.

- Habiendo podido comprarme cualquier cosa como hicieron los demás… ¿por qué te esforzaste en hacerme un regalo especial?

- Eh… - la chica se quedó en blanco. No podía contestar la verdad sin ponerse completamente en ridículo, pero no se le ocurría alguna excusa, aunque fuera mala, que pudiera esquivar la pregunta.

- ¿Te gusto? – Donghae preguntó repentinamente aún con expresión seria.

- ¡¿EH?! – Sooyoung abrió mucho los ojos viendo al chico con sorpresa mientras éste se acercaba lentamente a ella.

- Porque algo me dice que no harías esto por cualquier persona, aunque fuera tu amigo – remató el chico quedando a escasos centímetros de su cara.

- Dong...ha…yo…eh… - la chica había perdido la habilidad de hablar y sólo podía concentrarse en ver los suaves labios del bailarín, cada vez más cerca de los suyos.

- Tomaré eso como un sí… - fueron las últimas palabras de Donghae antes de besar a la chica con la mayor ternura del mundo, sin prisa, sin violencia, casi imperceptiblemente. Parecía que los ojos de Sooyoung iban a saltar de sus cuencas en cualquier momento del tremendo asombro que sentía. ¿Acaso era un sueño? Porque si lo era, iba a golpear a quien se atreviera a despertarla…pero después de unos momentos que se le hicieron eternos y a la vez muy cortos, se dio cuenta que no podía ser un sueño cuando la mano del pálido joven pellizcó su mejilla juguetonamente y su boca le sonrió afectuosamente.

- Gracias por el regalo Soo…realmente es el mejor regalo que me han dado – Donghae terminó en un susurro mientras volvía a rodear a la delgada chica con sus fuertes brazos y le daba un apretujón que la hizo soltar un quejido ridículamente gracioso.

- De nada…oppa… - Sooyoung contestó aún en estado de trance cuando el hombre la soltó.

- Hahaha……debo regresar a la fiesta…cuando hayan pasado tus ganas de matar a Sica, tú también deberías volver – el chico pez dijo riéndose mientras se levantaba y emprendía su camino de nuevo hacia el salón.

- Si…lo haré… - la chica dijo ausentemente, sin haber prestado atención a una sola palabra de lo que él había dicho. Su mano estaba ocupada tocando suavemente sus labios mientras su nublada mente aún intentaba descifrar todo lo que había pasado.

- Ah por cierto… ¿te gustaría salir conmigo este sábado por la noche? Tal vez podemos ir al cine o a un restaurante… - Donghae dijo regresando un poco sobre sus pasos para ver a la shikshin mientras ella se levantaba.

- ¿En…serio…? – preguntó Sooyoung asombrada, finalmente de nuevo en la tierra y sin poder creer lo que el chico le decía. ¿Realmente Lee Donghae, el chico que le gustaba desde hacía tiempo, la estaba invitando a una cita?

- Sí en serio – contestó Donghae riéndose por enésima vez al oír la incredulidad en su voz – nunca me había dado cuenta de lo especial que eres y me gustaría que nos conociéramos más…si es que quieres, claro…

- ¡SI, SI QUIERO! – Sooyoung respondió casi gritando

- Perfecto – rio alegremente Donghae, y caminando rápido volviendo a quedar enfrente de ella, se le acercó y le susurró en el oído – a mi también me gustas shikshin…

Sooyoung casi se desmaya al oír las palabras de Donghae, pero creyendo que tal vez había sido su imaginación la que había hablado por Donghae, le gritó - ¡¿QUÉ DIJISTE?!

- Pasaré por ti a las siete…… - Donghae le gritó mientras se daba la vuelta y emprendía su camino nuevamente hacia la fiesta – deberías entrar, aquí hace frío.

Con un nuevo sonrojo en sus mejillas, Sooyoung se volvió a poner sus enormes tacones mientras una extremadamente enorme y feliz sonrisa trepaba y se instalaba en su cara. Así que después de todo el obsequio si había surtido efecto, pensó. Y con la sensación de los labios del bailarín aún presente en los suyos, comenzó a caminar lentamente hacia la casa, sin poder concentrarse en la fiesta, porque solamente un pensamiento tenía lugar en su mente: Donghae, su Donghae, su adorable chico pez que adoraba los dulces para niños, acababa de confesarle que a él también le gustaba ella… ¡Ah…! Realmente… iba a ser toda una tortura esperar a que llegara el sábado…

________________________________________________________________________

 

Uff!!! Finalmente terminé......aún estoy trabajando en la traducción al inglés, por favor espérenme un poquito más...

OH! Y estoy terminando otro oneshot en estos días también...y adivinen que!!?? ES !!!!!

jajaja así que espero poder subirlo esta semana igual en inglés y en español.....

POR FAVOR SUSCRÍBANSE Y COMENTEN, Y SI LES GUSTÓ LA HISTORIA COMPÁRTANLA CON SUS AMIGOS SI!??? PORFA!!!!!!

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Comments

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OmgItsMicky
#1
Chapter 1: Que bonita historia! ^_^