Parte 1

Un Regalo Para Donghae

 

¿Una camisa? No. ¿Un reloj? Tampoco. ¿Un perfume? Menos. ¿Un dije? Mmm…tal vez, pero no la convencía del todo……¡¿Qué más?! Realmente nada convincente llegaba a su mente en esos momentos…

- ¡Aish! ¿Por qué es tan difícil escoger un regalo para un chico? – Sooyoung se preguntórevolviéndose el cabello frustradamente mientras sus pies seguían deambulandoa pasos lentosy cortos por uno de los largos pasillos de cierto centro comercial en el centro de Seúl, sus ojos observando extra detenidamente cada artículo detrás de los impecables aparadores, aún con la esperanza de encontrar entre la multitud de muy variados objetos algún producto que fuera perfecto para obsequiarle al tercer miembromás joven de Super Junior.

En esos momentos, “Beautiful”, la canción en solitario del ya antes nombrado chico, comenzó a sonar amortiguadamente desde las profundidades del fondo de su bolso, y al captar las primeras notas de ésta, Sooyoung rápidamente abrió todos los bolsillos de su enorme bolso buscando desesperadamente su celular. Una vez que por fin lo encontró sepultado bajo varias hojas, lo tomó e inmediatamente oprimió el botón de contestar, para así acallar la melodía. No era que no le gustara esa canción, al contrario, amar es decir poco en comparación a lo que sentía Sooyoung por aquélla tonadilla, pero resultaba un tanto incómodo que la gente que pasaba a su alrededor y la reconocía como la shikshin de las SNSD se le quedara viendo con ojos asombrados y hasta un tanto burlones por el hecho de que el tono de su celular fuera la canción de uno de los integrantes de Super Junior.

- ¿Diga? – contestó en voz baja para tratar de pasar inadvertida ante la demás gente que paseaba también por el lugar, en tanto se arrinconaba contra una esquina del pasillo.

- Unnie ¿dónde estás? – una inocente Seohyun respondió a través de la bocina – te estamos esperando para empezar el ensayo. 

- ¡El ensayo! – se reprendió Sooyoung mentalmente. Había olvidado por completo que debía estar a las cinco de la tarde en el estudio de baile para empezar a crear una nueva coreografía que debían mostrar en Music Bank la siguiente semana – Seo ¿qué hora es?

- Las 5 y cuarto – respondió la aludida con un tono un poco molesto, ahora completamente segura de que Sooyoung se había olvidado por completo del ensayo aunque ésta no hubiera dicho nada.

- Mmm…dame otros quince minutos, llegaré enseguida – Sooyoung respondió tratando de hacer parecer como si estuviera haciendo algo de suma importancia.

- ¿Lo olvidaste, verdad unnie? – Seohyun dijo con voz frustrada al otro lado de la línea.

- ¡No! ¡Claro que no! Sólo no he podido llegar a tiempo, pero enseguida iré – mintió Sooyoung.

- Aish…entiendo. Por favor no tardes – contestó finalmente Seohyun dándose cuenta de la obvia mentira de su unnie, pero al no tener ganas de discutir decidió no comentar nada y la llamada finalizó.

Sooyoung guardó de vuelta su teléfono en el bolso no sin antes ponerlo en modo vibrador, no quería tener que volver a buscarlo si sonaba de nuevo y pasar la vergüenza de que todos oyeran la dulce voz de Donghae saliendo del aparato, menudo lío se podría armar si eso sucedía y después de todo, ella era la clase de persona que no le gustaba llamar la atención sobre sí misma a menos que fuera en el escenario o en programas de variedades.

A pasos apresurados terminó de recorrer el interminable pasillo en el cual había estado merodeando, pero aunque andaba con movimientos rápidos, no se olvidó de seguir dando unas leves ojeadas a las vitrinas de los locales restantes, tratando de encontrar, aún si parecía ya misión imposible, el regalo ideal para el joven próximo a cumplir años.

Una vez que entró al estudio jadeando y sudando levemente después de que al bajarse del taxi afuera del edificio de SM Entertainment emprendiera una desbocada carrera hacia el cuarto de ensayos, Sooyoung encontró a sus compañeras vestidas ya con ropa deportiva y listas para empezar a ensayar. Éstas inmediatamente al verla, hicieron diversos sonidos de desaprobación y levantándose del suelo donde todas estaban sentadas, empezaron a preguntar con cierta frustración en sus voces:

- ¡Yah! Choi Sooyoung ¿dónde estabas? – dijo Taeyeon, actuando su papel de líder enojada a la perfección.

- Si, pensé que habíamos dicho a las cinco en punto en el estudio – Tiffany protestó parándose al lado de Taeyeon mientras cruzaba los brazos.

- Te hemos estado esperando por media hora unnie – Seohyun terminó la reprimenda acercándose a las otras dos chicas y poniéndose a su lado con cara de enfado, cerrando así el círculo de “mamás” de las que la chica morena siempre recibía reproches o regaños en SNSD.

- Lo siento chicas, me surgió un compromiso – mintió Sooyoung a las TaTiSeo mientras éstas se enfurruñaban en idénticas poses que resultaban muy graciosas a la vista.

- ¿Ah si? – Preguntó Taeyeon que estaba renuente a creerle - ¿y qué compromiso, si se puede saber?

- Eh…pues…tuve que…ir al centro comercial… - respondió una Sooyoung ligeramente nerviosa.

- ¿A qué? – preguntó Jessica más confundida que molesta.

- Eh……ok me rindo. Hace dos días vi una blusa que me encantó y tenía que comprarla antes de que alguien más lo hiciera – mintió hábilmente la alta chica, y al parecer funcionó porque las otras sólo hicieron sonidos de burlas y rápidamente ocuparon sus posiciones en la pista del estudio para empezar el ensayo.

- ¡Aish! Arasso…hay que empezar – Taeyeon finalmente dijo dando por terminado el interrogatorio y jalando a Sooyoung de la mano para ocupar sus respectivos lugares.

Durante todo el ensayo, que duró bastante más de lo planeado porque tardaron mucho tiempo en coordinarse perfectamente, Sooyoung no podía dejar de pensar en todos y cada uno de los objetos del universo existentes y por existir que pudieran funcionar como regalo para el pez de Super Junior, pero nada, absolutamente nada la convencía, tal vez porque se rehusaba completamente a darle algo que fuera común y fácilmente olvidable, como estaba segura de que los obsequios de las otras chicas lo serían.

Sooyoung quería darle a Donghae algo que le gustara. No. Algo que REALMENTE le gustara. Algo que lo hiciera sonreír de esa maravillosa manera que sólo él poseía y que lograra que la shikshin ocupara un lugar especial en su corazón. ¿Por qué? Simple. A pesar de que nunca lo había demostrado ni en público ni en privado, ni siquiera se había atrevido a confesarlo a una de sus compañeras de SNSD, Sooyoung sentía una extraña e inexplicable atracción hacia Donghae, la clase de atracción que hacía que cada vez que él aparecía frente a sus ojos las manos le empezaran a sudar y su estómago se sintiera lleno de mariposas revoltosas.

- ¡Chicas! – exclamó emocionadamente Yoona una vez que todas las demás integrantes terminaron de cambiarse de ropa cuando el ensayo por fin había terminado – creo que no tengo que recordarles que Donghae oppa cumple años en tres días – al escuchar la palabra “Donghae” la cabeza de Sooyoung se levantó automáticamente en dirección a Yoona – así que… ¿ya saben que le van a regalar?

- Yo sí – Jessica fue la primera en contestar orgullosamente – un saco Armani que encontré en un catálogo.

- Wow unnie eso es muy costoso – Seohyun respondió asombrada.

- Lo sé, pero como es para Donghae oppa no importa – contestó Jessica con una amplia sonrisa.

- Yo le compré un reloj – contestó Taeyeon haciendo un ligero puchero – espero que le guste, ya saben que tengo pésimo gusto para regalos de hombre.

- Aish! Realmente unnie no se esfuerza en regalos a menos que sea para Teukie oppa – Yoona dijo con tono burlesco arqueando una ceja de modo sugerente.

- ¡YAH! ¡Im Yoona retira eso! – Taeyeon protestó con tono resentido, pero no pudo evitar que un sonrojo delatador hiciera camino hasta sus mejillas y cuello, ganándose así unas cuantas risitas burlonas por parte de Sunny y Yuri – ¡Ustedes también cállense!

- Hahaha arasso, pero algún día tendrás que admitirlo unnie… ¡Teukie te vuelve loca! – Yuri contestó aun burlándose de la líder mientras huía cuando Taeyeon empezó a perseguirla por toda la habitación amenazándola.

- ¡Chicas, chicas! Ése no era el tema – intervino Hyoyeon calmando la situación y sujetando a Taeyeon por los codos para  que no se lanzara de nuevo contra Yuri – estábamos hablando de los regalos para Donghae oppa.

- ¡Ah cierto! –respondió una avergonzada Taeyeon soltándose del agarre de Hyoyeon y tratando de parecer lo mas normal posible - ¿qué le vas a regalar tú Hyo?

- Mmm…pues yo había pensado en… - Sooyoung ya no les prestaba atención a las demás, de hecho, desde antes que Taeyeon hubiera empezado a perseguir a Yuri, Sooyoung ya había empezado a perderse entre sus propios pensamientos, repentinamente triste y desilusionada de que todas sus compañeras, en particular Jessica, ya hubieran encontrado un obsequio para el chico…aunque bueno, no era de sorprenderse que la chica hubiera puesto un especial empeño en conseguirle algo tan costoso, después de todo, al parecer Jessica también sentía esa extraña clase de atracción hacia el bailarín, y a diferencia de Sooyoung, ella no tenía problemas al demostrarlo.

- ¡¡Soo!!– Jessica de repente gritó haciendo que la nombrada se sobresaltara en extremo, saliendo repentinamente de sus pensamientos.

- ¡Aish! ¡Sica no grites, me dejas sorda! – respondió Sooyoung una vez que su respiración volvió a la normalidad.

- ¡Pues entonces contéstame cuando te hablo! – Respondió ésta un poco molesta – te pregunte si tú ya habías pensado que le vas a regalar a Donghae oppa.

- Ah…pues…la verdad es que – Sooyoung se quedó a medio camino en sus palabras, no podía decirles la verdad a sus compañeras, sería muy problemático – no…aún no lo he pensado…

- ¡Ha! ¡Lo sabía! Tú realmente no te interesas por alguno de los chicos, muy apenas te acuerdas de nuestros cumpleaños…sabes, tal vez no deberías regalarle algo. Estoy segura que no se enojará contigo ya que ni siquiera son amigos cercanos – remató Jessica en un tono arrogante que sumió a Sooyoung en una silenciosa depresión.

- Mmm…tal vez… - fue lo único que contestó la alta chica antes de recoger sus cosas apresuradamente y salir del estudio. No quería tener que seguir soportando el interrogatorio y las “bromas” de sus compañeras, así que decidió regresar a casa temprano y tomar una siesta, tal vez así se le ocurriría alguna buena idea.

---------------------------------------------------------------

Al día siguiente, estando ya más relajada pero sin alguna buena idea aún en mente, Sooyoung bajó del taxi que había tomado para llegar al edificio de la SM y caminó con la cabeza gacha dirigiéndose a la puerta. Realmente el día de hoy era uno de esos en los que Sooyoung pensaba que no debía haberse levantado…tenía mucho sueño y parecía que los músculos de su cuerpo no le respondían bien, y no tenía ganas de hacer absolutamente nada.

Pensando en una buena excusa para saltarse la práctica de hoy, siguió caminando hasta que su cabeza topó con algún objeto en su camino y tuvo que retroceder unos cuantos pasos para evitar caerse. En cuanto levantó la cabeza se sonrojó enormemente al ver a Donghae tocándose la barbilla con la mano mientras la miraba a los ojos con expresión sorprendida, tal parecía ser que el golpe que la chica le había dado había aterrizado en la zona de su mandíbula.

- ¡Oh! ¡LO SIENTO DONGHAE SHI! ¡REALMENTE LO SIENTO! No me fije por dónde iba, discúlpame – seguía repitiendo una y otra vez mientras se inclinaba repetidamente ante él, queriendo salir de allí lo más rápido posible.

- Ah no te preocupes Sooyoung, fue un accidente – contestó Donghae intentando no darle importancia al problema, aunque la expresión de su cara indicaba que aún le dolía un poco – no pasa nada, estoy bien…

- Eh… ¿seguro? – Replicó la chica, no satisfecha con la repuesta obtenida – puedo llevarte a la enfermería si es necesario…

- Hahaha no te preocupes, realmente estoy bien – contestó Donghae dedicándole una dulce sonrisa a la chica para que dejara de preocuparse.

Sooyoung se quedó helada unos pequeños momentos viendo el perfecto rostro de Donghae antes de notar que estaba parada sobre algún bulto pequeño que no era parte del piso. Cuando volteó a ver qué era lo que había pisado, notó que se trataba de un pequeño dulce color azul que tenía un pequeño pececito impreso en el envoltorio.

- Oh…Donghae shi ¿esto es tuyo? – preguntó Sooyoung levantando el pequeño dulce del suelo y mostrándoselo.

- Ah...eso…mmm…si, es mio – Donghae contestó un poco apenado y apenas tomó el dulce entre sus dedos, lo escondió rápidamente en el bolsillo trasero de su pantalón para alejarlo de la vista. Sooyoung no pudo evitar soltar una risita burlona: esos dulces eran especiales para niños pequeños y hacía mucho que no veía uno, de hecho no recordaba haber comido alguno desde que tenía como cinco años. El hecho de que Donghae tuviera esos dulces le hacía querer abrazarlo muy fuerte como a un niño pequeño.

- Por favor no le digas a nadie que como estos dulces…especialmente a mis compañeros – le suplicó Donghae haciendo un puchero – ya me consideran demasiado infantil como para que también sepan esto.

- Hahaha, está bien, no se los diré…pero dime algo ¿realmente te gustan esos dulces? – Sooyoung volvió a preguntar, ahora con un deje de curiosidad en su voz.

- Eh…pues…la verdad…sí. Me encantan, los he comido desde que tenía cuatro años y nunca los pude dejar – contestó el chico mientras se rascaba la cabeza un tanto avergonzado - ¿por qué?

- Mmm…simple curiosidad – mintió Sooyoung, una brillante idea de repente haciendo aparición en su cabeza – bueno, nos vemos luego Donghae shi.

Sin esperar respuesta por parte del chico, Sooyoung salió corriendo en dirección a la entrada del edificio, su flojera y sueño de repente desaparecieron y ya no podía esperar para que el ensayo terminara y ella pudiera ir de compras…después de todo, tenía muchas cosas que hacer ahora que ya sabía exactamente que iba a regalarle al chico pez.

A las ocho de la noche en punto, Sooyoung se encontraba ya de vuelta en su cuarto del departamento en que vivía, y  después de cerrar la puerta con seguro para que sus compañeras no se asomaran a husmear, despejó su escritorio y vació el contenido de las muchas bolsas en las que llevaba las numerosas compras que había hecho.

Montones y montones de envoltorios de muchos colores rodaron por la mesa del escritorio, formando una especie de arcoíris de dulces de colores que tenían la imagen de un pez muy simpático en ellos. Después de clasificarlos por colores y separarlos en pequeños montoncitos, Sooyoung sacó de otra bolsa más grande una especie de contenedor de cristal que parecía más una especie de portarretrato que una vitrina. La abrió para empezar a trabajar y formar la figura que había planeado, y uno a uno, con una paciencia infinita para ponerlos del mismo lado y en la misma posición, fue metiendo dulces dentro del contenedor mientras formaba la figura de un pez multicolor rodeado por agua y con una gran sonrisa en su cara.

Tres horas después, acomodó el último dulce en su lugar y un poco cansada de la vista, cerró la delicada vitrina y se dedicó a observar su trabajo por unos instantes. Realmente habían valido la pena todos sus esfuerzos, el gran pez se veía extremadamente tierno y todos los dulces parecían estar contentos de estar en ese lugar, porque los envoltorios destellaban alegremente bajo la suave luz de la lámpara de su escritorio. Ahora, si ése no era el regalo perfecto para Donghae, Sooyoung realmente no sabía que podría serlo. Contenta por el súbito pensamiento que asaltó su cabeza en el cual Donghae irradiaba felicidad al recibir el regalo de la chica, Sooyoung apagó su lámpara y se dirigió a su cama, una enorme sonrisa dibujándose en su rostro al cubrirse con las cobijas y abrazar muy fuertemente su almohada, imaginando que ésta por un momento tenía la cara de Donghae en ella.

- Oppa…espero que te guste tu regalo…y que me puedas ver como algo más que sólo una donsaeng…oh, oh, oh, oh, oppareul saranghae… - canturreó en voz bajita antes de caer rendida en los brazos de Morfeo aún con una expresión de felicidad en su cara.

---------------------------------------------------------

El día antes del cumpleaños del bailarín, Sooyoung estaba una vez más en su cuarto escuchando música tumbada en su cama con los ojos cerrados. Había querido hacer algo productivo en la casa, pero sentía tantos nervios por la fiesta de mañana que no podía concentrarse en nada y terminó por encerrarse en su mundo de baladas que la relajaban y le daban esperanzas de que mañana seguro sería un día perfecto y todo saldría bien.

- Soo ¿sabes dónde están mis pantuflas? No las puedo encontrar por ningún lado – una aguda voz se escuchó de repente y Sooyoung abrió los ojos molesta por la interrupción. Había olvidado por completo que no había puesto el seguro a la puerta y como siempre que eso pasaba, alguna de sus compañeras entraba sin siquiera pedirle permiso, buscando algo en su cuarto o simplemente con ganas de platicar. Esta vez no era la excepción y una confundida Jessica estaba parada en el umbral de la puerta intentando encontrar sus zapatos.

- Mmm…no, no tengo ni idea de dónde están – contestó la alta chica tratando de que con esto su amiga saliera de su cuarto y la dejara seguir disfrutando de su música, pero por el contrario ésta solamente se quedó ahí plantada aun buscando sus pantuflas con la mirada, hasta que notó un colorido “portarretratos” que descansaba en el escritorio de su compañera.

- ¿Qué es eso? – preguntó Jessica con curiosidad, acercándose al escritorio para poder observar mejor la singular pieza.

- ¿Qué es qué? – contestó Sooyoung sin prestar atención a la figura de su amiga y en cambio viendo al techo con fastidio, hasta que recordó que el regalo para Donghae aún seguía en el mismo lugar donde lo había dejado ayer encima de su mesa, por lo que se incorporó bruscamente para enterarse de qué era lo que estaba viendo Jessica, rogando a todos los dioses que no fuera el regalo.

Pero sí lo era. Cuando los ojos de Sooyoung finalmente encontraron a Jessica, ésta ya había tomado el regalo y lo examinaba meticulosamente mientras lo sostenía con ambas manos a la altura de sus ojos.

- ¡Qué bonito está! – Exclamó la pálida chica en su tono de voz más “dulce” - ¿es tuyo?

- Eh… ¡sí!  Contestó la más alta de las dos mujeres poniéndose de pie inmediatamente y extendiendo sus manos para quitarle el objeto de las manos a la otra, quien al ver esto, alejó la vitrina de las manos de Sooyoung.

- Espera… ¿Por qué tienes un portarretratos con dulces en forma de pez? – preguntó Jessica con expresión de leve desconcierto que de repente se transformó en una mueca engreída y entonces habló en un tono más chillón que de costumbre - ¡¿Es para Donghae oppa?!

- ¡¿QUÉ?! – Sooyoung casi grita por la impresión que le causaron las palabras de su amiga. ¿Cómo lo había descubierto? Intentando por todos los medios inventar una rápida excusa, contestó en un tono casi tan agudo como el de su unnie - ¡No! Eso lo compré para mí porque me pareció mono…

- ¿Segura? – Jessica arqueó una ceja demostrando su incredulidad, a lo cual Sooyoung sólo pudo tragar saliva sonoramente – porque esto no me suena al tipo de cosas que tú encuentras bonitas.

- Si Sica, estoy segura – Sooyoung protestó poniéndose a la defensiva – ¡el hecho de que no sepas que ese tipo de cosas me parecen bonitas sólo demuestra que no me conoces bien!

- Aish…arasso, arasso – se rindió Jessica finalmente, volviendo a examinar cada detalle de la simpática vitrina mientras Sooyoung se removía intranquila en su lugar.

- ¿Me lo regalas a mi entonces? – de repente preguntó abrazando el regalo sin querer soltarlo.

- ¡¿QUÉ?! ¡NO! – Sooyoung protestó intentando recuperar la vitrina – Lo compré para mí Sica, ¿por qué crees que te lo daría?

- Porque si no lo haces, publicaré en una revista la foto de tu pequeño accidente con Siwon oppa, y ninguna de las dos queremos que se sepa eso ¿verdad?

Sooyoung se congeló en su lugar por unos segundos. Eso sí que había sido un golpe bajo. Jessica prometió que nunca, nunca, nunca revelaría nada de lo que pasó aquél vergonzoso día en el que POR ACCIDENTE tuvo la desgracia (aunque bueno, no podía quejarse mucho, si era honesta consigo misma) de ver a Siwon completamente desnudo…pero eso ya era cosa del pasado, así que ahora el hecho de que la amenazara así tan ligeramente la empezó a asustar en serio.

- Jung Jessica, no serías capaz… - susurró Sooyoung arrugando los ojos para ver a su “amiga” con expresión amenazante, aunque en realidad era ella misma la que se sentía completamente indefensa y amenazada por la mujer mayor que ella.

- Ponme a prueba – respondió simplemente la castaña, y Sooyoung se sintió morir. Sabía perfectamente que cuando Jessica Jung era puesta a prueba o le hacían un desafío, no había nada que no fuera capaz de hacer por el simple orgullo de decirle a la otra persona “te lo dije”. La alta chica se sentía cada vez más desesperanzada y por más que su cerebro se esforzó por encontrar alguna salida al dilema en el que estaba, no encontró ninguna. Así que, con la cabeza baja y mordiéndose el labio inferior para evitar gritar, dijo con la voz más resentida de la que fue capaz:

- Está bien…llévatelo…

- ¡Yei! – la mayor de las dos dio pequeños saltos de alegría sosteniendo el regalo aún más fuerte contra su pecho, y con una sonrisa de suficiencia bastante desagradable, dio media vuelta y salió aun dando saltitos engreídos - ¡Gracias Soo-saeng!

En cuanto los pasos de Jessica se hubieron perdido, Sooyoung recorrió a grandes zancadas el tramo que había de donde estaba hasta la puerta, y con una inusual agresividad, la empujó con todas sus fuerzas con lo que ésta se cerró haciendo un escandaloso ruido, pero honestamente eso no le importaba en esos momentos. Una vez que puso el seguro, esta vez asegurándose de que nadie más la volviera a interrumpir, volvió sobre sus pasos y se tiró boca abajo en la cama, gritando amortiguadamente contra su enorme almohada mientras pataleaba desesperada como niña de cinco años, sin importarle en absoluto desordenar la cama ni tirar sus peluches al suelo.

- ¡Argh! ¡ESTÚPIDA, ESTÚPIDA, ESTÚPIDA! ¡¿CÓMO PUDISTE OLVIDAR PONER EL SEGURO?! ¡AISH! ¡TE ODIO JESSICA JUNG! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AH!!!!!!!!!!

Después de quince minutos de estar haciendo rabietas y pucheros sin fin, Sooyoung por fin se rindió y se dio la vuelta, quedando boca arriba en la cama y viendo el techo lleno de figuras fluorescentes, la rabia y el resentimiento ahora siendo remplazadas poco a poco por la desesperanza y la tristeza, hasta que, sin poder contenerse por más tiempo, un muy ligero sollozo escapó de su garganta y pequeñas gotas saladas brotaron de sus ojos y corrieron rápidas por sus sienes hasta caer en la mullida y arrugada colcha.

- Oppa…lo siento. Realmente lo siento. He perdido tu regalo y no puedo hacerte otro igual porque ya no tengo tiempo… - Sooyoung murmuró entre sollozos clavando su mirada en la figura de un pez que estaba casi en el centro del techo, junto al foco – realmente quería ver tu cara de felicidad cuando abrieras el regalo y vieras tus dulces…ah…lo siento mucho oppa.

Sin siquiera moverse para limpiar las lágrimas que cubrían su rostro, Sooyoung lentamente se quedó dormida en esa posición, todas las ilusiones que se había hecho ahora rotas y su esperanza de hacer feliz a Donghae, destruida…

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
OmgItsMicky
#1
Chapter 1: Que bonita historia! ^_^